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Acuerdo con el FMI: un «salvavidas» de plomo

Fuentes: Rebelión

El Fondo Monetario Internacional (FMI) le dará al gobierno de Javier Milei USD 15.000 millones de libre disponibilidad a cambio de una devaluación eventual del casi 30% encubierta que la gestión libertaria buscará delegarle a los mercados. Con bandas de flotación, giros de dividendos frescos para las multinacionales y una fuerte flexibilización del cepo, la apuesta oficial es que el tipo de cambio llegue rápido a los $1.400 para aguantar un primer fogonazo y sostener la inflación hasta las elecciones. 

Caputo se extendió en un discurso con foco en los “riesgos” inflacionarios que dejó el gobierno de Alberto Fernández, la especulación de la política y señales que buscaron mostrar objetivos ambiciosos, como la corrección de la meta del superávit, del 1,3% del PBI al 1,6%. 

El nuevo régimen consiste en un rango que va de los $1.000 a los $1.400 en los que el Central no puede intervenir, con un crawling peg del 1% mensual. Cada vez que el tipo de cambio opere en el mercado oficial en el valor superior de la banda, el BCRA venderá dólares para defender el valor en la misma y, en el proceso, eliminar pasivos monetarios. Cuando el precio perfore el piso de la banda, la autoridad monetaria comprará divisas para defender el valor. 

El régimen que comienza el lunes elimina el dólar “blend”, flexibiliza el acceso a la moneda estadounidense para las importaciones y levanta completamente las restricciones para la compra de divisas por parte de personas, eliminando el tope mensual de USD 200 para las operaciones digitales, con una salvedad para la compra por ventanilla en efectivo: se permitirá adquirir hasta USD 100. Para el minorista, se suprimen casi todas las barreras, aunque se mantendrá la percepción del 30% de Ganancias para las compras en el exterior. 

También habilita la distribución de utilidades al exterior a partir de balances iniciados en 2025. Una medida de apuesta: el equipo económico busca incentivar las inversiones a partir de la liberación de una parte, la de los flujos, aunque sostiene una buena parte del cerrojo en el stock de dividendos previos al 2025 que quedaron atrapados y que se calculan extraoficialmente en alrededor de USD 15.000 millones. 

El Gobierno se guardó como escudo de las arcas la restricción cruzada para las personas jurídicas -la imposibilidad de acceder a los mercados financieros y oficial en un plazo de 90 días- pero hará un reseteo: el lunes, las empresas que quieran acceder a cualquiera de ambos mercados podrán hacerlo y el impedimento comenzará a regir a partir de la fecha de vuelta a los mercados. Dos de las transacciones que hacen grandes jugadores y que presionan fuerte sobre las reservas internacionales.

Para las multinacionales que igual quieren girar sus divisas a sus casas matrices, el BCRA emitirá una nueva serie de los Bonos para la Reconstrucción de la Argentina (Bopreal). Al igual que para la deuda comercial, que fuentes oficiales calculan en USD 18.000 millones de saldo. En los despachos oficiales estiman una suscripción de entre USD 2.000 millones y USD 3.000 millones. 

El acuerdo con el Fondo prevé que, de la totalidad de la suma, un 75% sea “front load”, con USD 12.000 millones inmediatos y otros USD 3000 millones repartidos por el año, reforzados con otros USD 6.100 millones de organismos internacionales. Algo inédito para la entidad que suele dar entre el 15% y el 40%. El marketing del Gobierno es que el ajustazo que aplicó a inicios de su administración fue suficiente para convencer al Fondo de entregar un monto más fuerte. 

El ministro también hizo un repaso sobre el tira y afloje con el organismo. Según el relato, el nuevo esquema cambiario estaba listo en agosto, pero la discusión sobre los detalles sobre el nuevo endeudamiento demoró hasta ahora. La novela da cuenta de un FMI que presionó por asegurarse de darle a una Argentina en plena previa electoral y con historia de incumplimientos, fondos que eviten el default, pero con toda la responsabilidad en sus autoridades para administrar las balas en un país de fuerte restricción externa y debilitada al acceso a los mercados internacionales.

El impacto en la inflación aún está por verse. “Es muy difícil de decir porque va a depender de dónde va el tipo de cambio. Lo mismo con las tarifas. A nosotros no nos sorprendería que en dos meses el dólar valiera $1.000”, señaló Caputo. El dato de marzo del IPC es el piso con el que juega la administración libertaria. 

El programa, por lo pronto, se parece al que cerró el gobierno de Mauricio Macri en 2018 cuando a los pocos meses de anunciado el acuerdo, el entonces titular del BCRA, Guido Sandleris, aplicó un régimen de bandas de flotación. En ese período, luego de que el Fondo desembolsará la primera parte de los USD 57.000 millones, salieron unos USD 15.000 millones. Caputo era el presidente del Banco Central. 

El rescate del gobierno de Milei costará 42.000 millones de dólares

Por Randy Stagnaro

La cifra surge de los aportes que harán el Fondo Monetario, el Banco Mundial y el BID. Buscan apuntalar al gobierno de Milei, que promete más ajuste y recesión.

Que el gobierno de Javier Milei estaba acabado lo demuestra la magnitud del rescate que se puso en evidencia en la noche de este viernes: entre los aportes del Fondo Monetario, del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, suman 42.000 millones de dólares, una cifra exorbitante que, no hay que olvidarlo, es nueva deuda que se suma a los gigantescos compromisos que ya acumula el Estado argentino.

El objetivo de semejante despliegue es apuntalar al gobierno argentino en momento en que ingresa a una campaña electoral herido por el fracaso de su política económica, evidenciada en su incapacidad de controlar la inflación a pesar del dólar quieto y barato, el congelamiento de las tarifas y de los salarios y una caída del consumo popular a un nivel solo visto tras el estallido de la convertibilidad, en diciembre de 2001 y enero de 2002.

A esos U$S 42.000 millones se le deben sumar, de acuerdo con los trascendidos del gobierno, el mercado y el propio FMI, algunos miles de millones de dólares más que provendrán de acuerdos bilaterales. Se especula que ya existe uno con Estados Unidos y que será anunciado el lunes cuando el ministro de Economía de ese país, Scott Bessent, pise Buenos Aires para mostrar el apoyo explícito del gobierno de Donald Trump a la administración liberticida.

Poco a poco se van develando los detalles de lo que le costará al pueblo de la Argentina este gran aporte financiero proveniente del exterior. La fiesta de los mercados, que la levantaron en pala con la bicicleta financiera, terminó en una devaluación que el lunes se podrá cuantificar, pero que no será menor al 20% respecto al valor del dólar oficial (el viernes cerró casi en 1100 pesos). Esa devaluación era esperada por las empresas y explica la suba del precio de los alimentos y otros bienes y la suba de la inflación al 3,7% en marzo.

En un comunicado emitido a las 22:30 de Argentina, el FMI aseguró que aportará U$S 20.000 millones de nueva deuda, de los que U$S 12.000 millones se entregarán de inmediato y otros U$S 2.000 millones en junio, tras la primera revisión de este nuevo acuerdo. El comunicado del Fondo le adjudica a su jefa, Kristalina Georgieva, este programa de ataque: “Las prioridades políticas se centran en (i) mantener la sólida ancla fiscal; (ii) facilitar una transición inmediata hacia un marco de política monetaria y cambiaria más robusto; y (iii) profundizar las reformas para crear una economía más abierta y de mercado”.

“Sólida ancla fiscal” es la perpetuidad del ajuste insostenible y brutal sobre las jubilaciones, la obra pública, las universidades y el salario de los trabajadores del Estado. Un “marco de política monetaria y cambiaria más robusto” es un dólar caro cuyo valor impida que una cantidad de personas acceda a él y que quede en exclusividad para uso de empresas y la clase adinerada del país. “Profundizar las reformas” es más conocido: reducción de impuestos a las empresas y más carga impositiva sobre la población, reforma laboral y reforma previsional.

La tosquedad del plan pergeñado por el FMI y el gobierno de Milei salta a la vista en un párrafo en el que aseguran que se deberá secar aún más la plaza de pesos para evitar las corridas hacia el dólar. Según Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, ya no había pesos suficientes en la plaza como para comprar dólares. Sin embargo, la demanda continua de billetes verdes en los últimos tres meses demostró que esa posición era falsa, al punto que las reservas cayeron en U$S 5.000 millones entre febrero y abril. Secar de pesos la economía llevará a una recesión mucho más profunda que la actual por la falta de liquidez para hacer las operaciones comerciales más simples. Es un remedo del corralito de Domingo Cavallo de diciembre de 2001, cuando restringió la circulación de pesos para evitar que se fueran al dólar, exactamente lo mismo que pretenden ahora el FMI y la Casa Rosada.

Banco Mundial y BID

Del rescate del gobierno de Milei participan el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo con aportes extraordinarios de 12.000 millones de dólares y 10.000 millones.

Si bien serán entregados a las autoridades argentinas en plazos determinados, las cifras sorprenden por su magnitud. Téngase en cuenta, por caso, que la deuda de Argentina con el BID es de unos 14.000 millones de dólares, con lo cual se va a incrementar en un 80% en esta oportunidad.

¿Cómo pagará la Argentina esta nueva deuda si ya no puede pagar la anterior? El comunicado del FMI da una pauta al expresar de forma directa su interés en el desarrollo de los sectores de energía y minería, lo que preanuncia la pretensión de aplicar una política de saqueo de los recursos naturales, llevando al extremo el extractivismo y causando un daño irreparable al ambiente y a la población.

La opinión de “la casta”

El diputado nacional Leopoldo Moreau recurrió a la ironía: «Hoy el gobierno de Milei está de festejo por un salto de la inflación y porque los argentinos nos endeudamos aún más en dólares», arrancó el dirigente bonaerense y agregó: «En un contexto de fuerte aumento de precios se devalúa. Si la devaluación que impuso el FMI llega al techo de la banda, es decir a los 1.400 pesos por dólar, estaríamos casi en un 30 % de devaluación. Y por supuesto, todo esto se irá a precios. Más inflación, más deuda, más caída de los salarios de los trabajadores y de los haberes de los jubilados. En síntesis, más recesión y más pobreza». Para rematar, Moreau adelantó que se debería «investigar quién y/o quiénes se llevaron hoy 400 millones de palos verdes «regalados » por el BCRA a pocas horas de anunciarse una devaluación». Se refería al monto que el Banco Central había vendido durante el día de ayer, a un precio casualmente muy conveniente.

Prácticamente no hubo voces de apoyo, por fuera de las de La Libertad Avanza. Uno de los pocos fue Mauricio Macri. “El cambio recién comienza. La salida del cepo es el paso 1, ninguno de los países de América Latina lo tiene. Es algo maravilloso para la Argentina porque empieza una nueva etapa, pero es la base y hay que seguir adelante para desarrollarnos, mejorar los métodos y la institucionalidad”, expresó el expresidente durante una conferencia de prensa. 

“El cepo es un freno para el crecimiento y habrá una disrupción inicial, pero es un paso adelante”, completó Macri, que se encargó de elogiar tanto al ministro Caputo como al presidente del Banco Central, Santiago Bausili. “Confío en él y en Santiago Bausili [presidente del Banco Central], son dos personas muy valiosas. Así que habrá que seguir acompañando”, afirmó.

En las antípodas del macrismo, el diputado del Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño apuntó de lleno contra Javier Milei. «Vendieron que con la motosierra se bajaba la inflación (¡subió a 3,7 en marzo!) y venían las inversiones: el golpe duro es en el empleo, las jubilaciones y los salarios, no en la casta. Caputo dice que todo marcha bárbaro y que esta es una nueva fase del plan. ¿Pero entonces por qué van al FMI?», se preguntó. El dirigente del FIT sostuvo que «el fracaso del Milei y Caputo se lo van a querer hacer pagar al pueblo trabajador con la devaluación que acaban de anunciar». Fiel a la tradición de lucha popular en las calles, llamó a manifestarse y protestar: «Hay que responder con la movilización popular que prepare una huelga general para derrotar este nuevo plan de guerra que lanzan contra las mayorías populares».

El exembajador en España y dirigente bonaerense, Ricardo Alfonsín, también se refirió a Caputo y su conferencia de prensa: «El ministro debió ser menos triunfalista, no hay nada para festejar. Ojalá esté equivocado, ojalá esté préstamo no tenga para las mayorías las mismas consecuencias que tuvieron los 22 anteriores», ironizó.

El diputado de UP, Itai Hagman, una de las voces económicas más importantes del Frente Patria Grande, recordó el titular del diario Clarín de 2018, donde se anunciaba un plan muy parecido al presentado hoy por el Gobierno libertario. «El FMI adelanta 18.800 millones y el dólar flotará entre bandas», decía el título de tapa de Clarín de aquel día. La respuesta de Hagman fue contundente: «Tenemos más inflación que en 2018, más vencimientos de deuda externa que en 2018, mayor riesgo país que en 2018, y una fuga contenida de 5 años. ¡¡PERO SEGURO AHORA SALGA BIEN PORQUE ESTÁN CAPUTO Y BAUSILLI!!», exclamó.

Si bien muchos de sus compañeros de bloque no se pronunciaron, la diputada socialista e integrante de Encuentro Federal, Mónica Fein, puntualizó en la fuga de divisas. «Fiesta financiera e inflación», tituló su posteo y agregó: «El fin del cepo y una nueva devaluación abrirán la puerta para que los de siempre vuelvan a fugar. Traerán más inflación, salarios licuados y una economía aún más frenada. Necesitamos otro rumbo: con el salario y la producción en el centro».

Antes del anuncio del acuerdo, el exjefe de Gabinete, Agustín Rossi, había cuestionado la política económica, que dejó consecuencias terribles. «Durante 15 meses ejecutaron el plan de ajuste más brutal de la historia argentina que incluyó pérdida de puestos de trabajo y caída enorme del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones para tener un IPC del 3,7 % con la canasta de alimentos subiendo un 6 %. Fracaso absoluto del criminal plan económico libertario», sentenció Rossi.

Si Argentina quiere financiamiento‚ debe cortar la línea de crédito con China

Mauricio Claver-Carone, el enviado del Departamento de Estado para Latinoamérica de Donald Trump, lo dejó claro: si Argentina quiere financiamiento, debe cortar la línea de crédito con China.

Desde el escenario del Miami Dade College, Claver-Carone reafirmó su respaldo a Javier Milei, pero con una advertencia. «Nosotros queremos que el acuerdo con el FMI tenga éxito, pero lo que sí queremos asegurarnos es que no prolongue la línea de crédito con China. Si hacemos eso, nos estamos tirando un tiro en el pie», afirmó.

El enviado también fue tajante sobre el swap chino: «Es una herramienta extorsiva, un problema que heredó Milei. Argentina debería tomar medidas para ponerle fin de manera definitiva».

Claver-Carone no siempre fue «cordial» con Milei. En agosto de 2023, lo acusó de ser «peronista» porque su plan consumía reservas y apreciaba el peso. También desestimó su relación con Trump. Y en 2022, durante su paso por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tuvo fuertes cruces con Guillermo Francos, a quien calificó de «más kirchnerista que Cristina y más albertista que Alberto».

Ahora, sin embargo, Claver-Carone insiste en que Estados Unidos apoya la gestión libertaria. «Argentina es un país aliado y Milei es un aliado. Queremos que tenga éxito», declaró, aunque el respaldo parece condicionado. «Entendemos el sacrificio enorme que ha llevado a cabo con las reformas fiscales, creo que es admirable», agregó, en lo que suena más a una señal de control que a un elogio genuino.

Las palabras de Claver-Carone evidencian cómo Washington busca garantizar que Argentina siga sus pautas. Lo de «alianza es relativo: a Milei, su amigo, al que dicen querer ver triunfar, le impuso aranceles del 10% al igual que a Brasil. Ahora, el gobierno ultraderechista se ilusiona con obtener condiciones preferenciales para la exportación de ciertos productos, pero la estrategia de Washington es clara: Milei recibe palmadas en la espalda, pero las decisiones importantes las toma Estados Unidos.

Mientras Milei sonríe en las fotos con Trump, Claver-Carone se encarga de definir los límites de la economía argentina. Si quiere dinero del FMI, debe alejarse de China. El discurso de pragmatismo libertario choca con el crudo pragmatismo de Washington, donde nada es gratis y cada gesto tiene un precio. La pregunta es cuánto está dispuesto a ceder Milei para sostener su alineamiento con EE UU sin perder del todo la iniciativa sobre la economía nacional.

Argentina renueva U$S 5.000 millones del swap con China por un año

Argentina y China acordaron renovar por un año meses el uso total de los 5.000 millones de dólares del tramo del swap activo. Desde junio, el Gobierno tenía que empezar a devolver los fondos, con intereses, pero no cuenta con los recursos para devolverlos. La noticia llegó en la antesala al anuncio de los detalles del acuerdo con el FMI y en un delicado momento para las reservas.

El Banco Central de la República Popular de China (PBOC) y el Banco Central de la República Argentina (BCRA) «acordaron renovar el total del tramo activado del acuerdo bilateral de swap de RMB 35 mil millones (U$S 5.000 millones) por un plazo adicional de 12 meses», señaló el comunicado. La activación de este tramo, que se inició en 2023 y debía comenzar a reducirse gradualmente a partir de junio 2025, seguirá manteniéndose a disposición de Argentina, en su totalidad, hasta mediados de 2026, «permitiendo al BCRA reducir los riesgos en su transición hacia un régimen monetario y cambiario consistente y sostenible, en un contexto internacional desafiante para los flujos de capitales externos», cerró el documento oficial.

Al cierre de marzo, las reservas netas del BCRA fueron negativas en U$S 6.491 millones, mientras que las reservas totales se situaron en USD 24.986 M. De ese total, el swap con China representa 17.882 millones.

El martes, el asesor estadounidense para Latinoamérica, Mauricio Clever Carone, había pedido que cese el crédito entre ambos países y vinculó el acuerdo con el FMI a que se cancele esta asistencia: «Queremos que termine la famosa línea de crédito que tiene Argentina con China», había solicitado.

A modo de respuesta, el gobierno de Xi Jinping aseguró que «el intercambio de divisas entre China y Argentina contribuye a la estabilidad económica y financiera del país y es bien recibido por el gobierno argentino»

El swap es un intercambio de divisas entre dos países; en la práctica, actúa como una suerte de préstamo contingente. Este acuerdo entre los bancos centrales le permite a nuestro país contabilizar entre sus reservas a los yuanes, que engrosan las reservas brutas.

Si el Gobierno quisiese utilizar parte de ese dinero para pagar deuda, podría hacerlo, pero con la autorización china y pagando una tasa elevada. Mientras no se active, no tiene costo, pero queda contabilizado dentro de las reservas internacionales y está disponible para ser utilizado inmediatamente ante una crisis cambiaria. 

El Fondo aprobó el viernes un nuevo programa con la Argentina por un monto total de U$S 20.000 millones, que servirá para capitalizar el Banco Central e implementar la salida del cepo y un nuevo régimen cambiario que incluiría un esquema de bandas de flotación.

Por otra parte, el FMI confirmó la elevación al Directorio del Staff Level Agreement que es el documento que realiza el departamento técnico para que luego sea evaluado por la cúpula de la entidad. En la historia del FMI nunca el Directorio rechazó una propuesta del staff técnico, por lo cual se descontaba el visto bueno.

Según trascendió, con la puesta en marcha del programa, el Gobierno modificará el esquema cambiario e irá a un sistema de bandas. Esta medida comenzaría a regir desde el próximo lunes.

El interrogante a develar es la amplitud de esa brecha y bajo qué circunstancias se implementaría la intervención que estaría a cargo del Banco Central. El segundo punto que espera el mercado es el monto del desembolso inicial, dado que será la fortaleza con la cual el Banco Central afrontará la salida del cepo.

La inflación de marzo marcó 3,7%

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo fue de 3,7%, con un acumulado en los últimos 12 meses de 55,9%. Además, la inflación acumulada en el primer trimestre fue de 8,6%, informó el viernes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

La inflación de febrero había marcado 2,4% y la de enero 2,2% por lo que esta nueva marca implica una aceleración en los datos de ese índice después de la marcada tendencia a la baja que dejó el 2024.

El índice de precios al consumidor en la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) registró una suba del 3,2% en marzo, impulsado principalmente por educación, alimentos y bebidas, y el cambio de temporada en indumentaria.

Así lo informó el miércoles el Instituto de Estadística y Censos porteño (Idecba), que detalló además que la inflación acumulada en el primer trimestre del año fue del 8,6%, y la variación interanual alcanzó el 63,5%.

Como ocurre cada año con el inicio del ciclo lectivo, el rubro educación lideró los aumentos con un salto del 14,3%, principalmente por las subas en las cuotas de los colegios.

Le siguió alimentos y bebidas no alcohólicas, con una suba del 4,7%, lo que representó un impacto de 0,83 puntos en el nivel general. Dentro de ese rubro, las verduras, tubérculos y legumbres se dispararon un 25,8%, mientras que las carnes aumentaron un 5,7%.

Entre el relato oficial y la «trampa metodológica»

¿Los índices de inflación elaborados por el INDEC son representativos del movimiento de precios que se verifica en la economía doméstica?. En la mesa de «Comunistas», programa emitido en el canal Bravo TV de lunes a viernes a las 20.30, debatieron un asunto que va mucho más allá de lo informativo ya que los índices oficiales marcan pautas paritarias y ejercen gravitación sobre las expectativas de los agentes económicos.

Organizaciones como el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), economistas del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), y sectores sindicales señalaron que el índice “promedia precios con peso relativo bajo”, lo que subestima la inflación que sufren los sectores populares.

Por ejemplo, mientras el INDEC suele informar una inflación promedio nacional, ciudades como Córdoba, Rosario o el Gran Buenos Aires muestran variaciones notoriamente más altas en alimentos, transporte o servicios básicos.

En ese contexto, también se reaviva el debate sobre la “libertad de mercado” que impulsa el gobierno, frente a un esquema de ingresos que permanece estancado. “¿De qué libertad hablan, de precios, pero no de sueldos?”, se preguntaron en el cierre del programa, haciendo alusión al reclamo central detrás del paro nacional realizado este jueves.

La discusión sobre cómo se mide y qué se comunica desde los organismos oficiales cobra cada vez más relevancia política y social, en un escenario donde la inflación interanual, que a febrero de 2025 acumula un 66,9%, carcome el poder adquisitivo de los trabajadores.

La agencia Bloomberg puso en duda el índice del INDEC: «Se basa en metodología obsoleta»

La agencia neoyorquina Bloomberg, uno de los medios económicos más leídos del mundo, se sumó a las críticas sobre la desactualización del índice que usa el gobierno de Javier Milei para medir la inflación, ya que usa una canasta de productos de 2004. 

«El milagro inflacionario de Milei distorsionado por elementos obsoletos en el índice. Cada mañana, el argentino típico compra un periódico, enciende un cigarrillo y luego, mientras hojea las páginas y fuma, toma el teléfono de su soporte en la pared para hacer una llamada», ironiza el medio.

«Bueno, al menos esto es lo que los estadísticos del gobierno en Buenos Aires quieren hacernos creer. Los cigarrillos, los periódicos y los teléfonos fijos siguen siendo componentes clave del índice de precios al consumidor del país en la actualidad», explica la agencia neoyorquina. «La mayoría de los economistas creen que un índice renovado revelará que la inflación es más alta que las lecturas mensuales actuales de alrededor del 2,5%», dice Bloomberg.

La agencia se hizo eco de un tema clave para medir la inflación y tiene que ver con qué canasta de bienes y servicios se mide. Ocurre que actualmente se usa una del año 2004. Esa canasta no le da relevancia, por ejemplo, a los servicios públicos, porque en aquel año no representaban un componente importante de los gastos familiares porque las tarifas estaban congeladas. Pero eso cambió con los tarifazos de los gobiernos de Mauricio Macri y el del propio Milei. Las tarifas se dispararon y ahora sí impactan sobre el bolsillo de las familias, pero el INDEC no lo mide

Según especialistas que simpatizan con el gobierno, de la Universidad Di Tella, por ejemplo, esa falta de actualización implicó una subestimación de al menos 16 puntos en 2024. Cuando el INDEC midió 117% en realidad era 134% (otros analistas hablan de números más altos). Vale señalar que esa diferencia es importante para calcular otras cuestiones, como la pobreza, la indigencia o el poder adquisitivo. ¿De cuánto fue el ajuste, entonces, a trabajadores y jubilados? 

Estados Unidos podría dejar de comprar carne a la Argentina

Así lo adelantó una funcionaria de los Estados Unidos en medio de la guerra comercial por los aranceles de Donald Trump.

La secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, defendió las medidas impuestas por el mandatario y aseguró que se busca proteger a la industria norteamericana.

«La gente eligió a este presidente disruptivo, incluso los estados pendulares lo votaron, para que ponga a Estados Unidos primero, no a India, no a China, no más carne de la Argentina, no más lácteos de Canadá, sino Estados Unidos primero», dijo en una entrevista con Fox News.

«No hay nadie que vaya a pelear más inteligentemente o estratégicamente que Trump para todos los estadounidenses», enfatizó la funcionaria.

El anuncio de Rollins se da en medio de los sacudones a la economía mundial por los aranceles recíprocos, que generaron caídas en los mercados. Pero, además, podría chocar con las intenciones del gobierno argentino de conseguir un tratado de libre comercio con Estados Unidos.

Cabe mencionar que pese a la cercanía con el presidente Javier Milei, Trump incluyó a la Argentina entre los países a los que le impondría un aumento en los impuestos a las importaciones con el 10%, el piso mínimo, que también recayó en toda la región.

El analista del mercado ganadero Víctor Tonelli relativizó en declaraciones a La Nación, el alcance de las palabras y señaló que, aunque sería muy negativo que se concrete una restricción, no ve probable que eso ocurra. «Me parece más una declaración con intenciones políticas o de impacto mediático que algo que realmente se vaya a materializar», aseguró.

Tonelli explicó que no existen motivos económicos o comerciales que justifiquen que Estados Unidos deje de importar carne argentina. «No hay razón alguna. Primero, porque la necesitan. Segundo, porque lo que exportamos representa un volumen relativamente bajo, y además estamos pagando un arancel del 36,4%: el 26,4% más el 10% adicional. Con lo cual, no es que nos están dejando entrar de forma preferencial ni tampoco nos están cerrando el mercado».

En total, la Argentina exporta unas 40.000 toneladas anuales a Estados Unidos, lo que representa aproximadamente el 7% del volumen total vendido por el país. Para el mercado norteamericano, en cambio, esa cifra representa apenas un 2% o 3% de sus importaciones totales, estimadas en 1.600.000 toneladas. «Es absolutamente insignificante», remarcó el analista.

El presidente de la Asociación de Productores Exportadores Argentinos (APEA), Fernando Herrera, también relativizó el impacto de la frase de Rollins. «No lo tomaría literal. Estados Unidos tiene un déficit comercial en materia de carne. Necesita importar. Su esquema productivo se basa en exportar carne de alto valor e importar carne más barata», sostuvo.

Según Herrera, esa estructura no va a cambiar. «Estructuralmente necesitan importar carne magra para mezclar con la que ellos producen, que es más grasosa. También traen en pequeñas cantidades carne de calidad. Nada de eso se modifica por una declaración como la de Rollins», opinó.

Con “amigos” así…

Estados Unidos es el tercer mayor socio comercial de Argentina, detrás de Brasil y China, con un intercambio de aproximadamente USD 12.000 millones anuales (promedio de los últimos diez años), según la consultora Abeceb. “El comercio bilateral entre Estados Unidos y Argentina es un pilar clave en la relación económica y política entre ambos .

Argentina mantuvo históricamente una balanza comercial deficitaria con Estados Unidos de U$S 3.000 millones promedio, con solo seis períodos de superávit entre 1990 y 2024. La tendencia se revirtió en 2024 por una caída de las importaciones, motivada por la corrección de precios relativos y la recesión local. 

Según la consultora del exministro de Producción Dante Sica, el principal complejo exportador es el de Oil & Gas, junto con la industria química. Los productos destacados incluyen petróleo crudo, nafta y químicos orgánicos e inorgánicos, que en conjunto representaron el 36% de las exportaciones totales en 2024. El sector alimenticio y de bebidas –entre los que se destacan vino, miel, limón y carne bovina– representa el 17% del total exportado, mientras que los metales –oro, plata, aluminio y acero– representan el 22,6% de los productos vendidos.

Importantes subproductos en dos de los tres segmentos más relevantes para el comercio de Argentina con Estados Unidos quedaron fuera del alcance de las nuevas tarifas: las importaciones de petróleo crudo y gas natural, el acero, el aluminio, el cobre y el oro. Acero y el aluminio ya se encuentran alcanzados por un arancel del 25% que se mantiene vigente desde una medida anterior adoptada por la actual administración. 

Frente a esta situación, distintos sectores de la economía nacional analizan cómo puede afectarles esta nueva política comercial estadounidense.

El informe de la Bolsa de Cereales “Trump y el inicio de una nueva era” concluye que, para el agro argentino, la medida puede traer tanto riesgos como oportunidades. En productos como carne bovina y limones –donde Argentina compite directamente con México y Canadá– podría haber pérdida de competitividad, ya que estos países están exentos de los nuevos aranceles. “Sin embargo, lo inestable de la relación con EE UU de ninguna manera nos permite descartar que en el futuro cercano sean sujetos de otro tipo de medida restrictiva”, asegura el informe elaborado por Maximiliano Moreno y Juliana Inda.

En productos como vinos, aceite de oliva, azúcar y artículos de confitería, la Argentina podría mejorar su posición relativa frente a competidores como la Unión Europea (que enfrentará un arancel del 20%) y Sudáfrica (30%).

En el agro señalan que podría abrirse una ventana si otros países empiezan a reemplazar importaciones desde EE UU y buscan nuevos proveedores. “América Latina, y en especial Argentina y Brasil, podrían beneficiarse si logran posicionarse en esos mercados”, aseguró Javier Preciado Patiño, miembro del IDAA y exsubsecretario de Mercados Agropecuarios.

En cambio, las economías regionales argentinas atraviesan una situación delicada, con baja competitividad y márgenes de rentabilidad erosionados por la política cambiaria. Marcelo Alós, doctor en Economía y secretario de Alimentos y Desarrollo Regional del ministerio de Agricultura entre 2019 y 2021, advierte que este nuevo arancel podría ser “el golpe de gracia” para muchas de estas economías. Productos como la miel, que ya enfrentan dificultades para sostener exportaciones, podrían perder aún más terreno en el mercado estadounidense. “El consumidor va a ver ese producto más caro, y lo va a cambiar por otro más barato”, resume Alós.

Valentina Antuña, de Epyca Consultores, complementa que los alimentos son de los sectores más sensibles al cambio arancelario, dado que hoy enfrentan aranceles promedio de 4,6%. “Una suba al 10% podría volverlos directamente no competitivos. La miel, por ejemplo, tiene a EE UU como su principal destino: cerca del 50% de las exportaciones se dirigen allí”.

Industria: menos competitividad y más presión externa

“Estamos preocupados, muy preocupados”, expresó en una entrevista radial Daniel Funes de Rioja, titular de la Unión Industrial Argentina. Señaló que el 67% de las exportaciones argentinas a EE UU se concentran en 10 productos clave, entre ellos petróleo, oro, aluminio, vinos, carne y miel. “Esto no es de impacto neutro”, afirmó, y llamó a revisar la estrategia comercial del país frente a un contexto internacional cambiante.

Para Paloma Varona, economista y cofundadora de Misión Productiva, una red de profesionales que impulsa el debate sobre el desarrollo, la producción y la innovación, la medida afecta directamente la competitividad de sectores industriales argentinos que exportan a EE UU, como los ya mencionados petróleo, aluminio, metales y alimentos procesados.

“Desde el punto de vista financiero, el anuncio de Trump suma incertidumbre a un contexto macroeconómico ya frágil, lo que puede desalentar la inversión y el consumo. En el plano comercial, los productos argentinos se encarecen, pierden competitividad y podrían enfrentar una menor demanda por parte de un consumidor estadounidense más cauteloso”, asegura.

Al igual que en otros sectores, Varona también advierte que, si se escala a una guerra comercial, los excedentes productivos de potencias como China y la UE podrían ser redirigidos hacia mercados donde compite Argentina, tanto local como internacionalmente.

Las primeras réplicas del terremoto económico que generó Trump el miércoles ya se sienten en el país, muy vulnerable a cambios bruscos en la dinámica global. Y los temblores, según el pronóstico de los expertos, continuarán.

 “El 75% de la industria está en rojo respecto a 2023”

El sector industrial todavía no encuentra un repunte en su actividad económica, persiste la caída y varias industrias siguen en rojo en comparación a datos del 2023, que es cuando la caída no era tan pronunciada. El investigador del CONICET, Jonathan Bastida Bellot, citó un informe de la ONU que encendió alarmas: “La misión productiva de Naciones Unidas reveló que Argentina tuvo la mayor caída industrial del mundo en 2023, con una contracción del 9%”.

Para obtener una visión más precisa, el equipo del CEIX desestacionalizó cada uno de los sectores industriales ponderando su peso real en el índice general. “Eso nos permitió ver que el 60% de la industria está en rojo respecto a noviembre de 2023. Y si hacemos una comparación interanual, febrero 2024 contra febrero 2023, el rojo se extiende al 75% de la actividad”, explicó el investigador del CONICET.

A su vez, destacó que el panorama no mejora a futuro, “la industria argentina ya es estructuralmente poco competitiva por cuestiones de escala” y la política económica del Gobierno actual agravó la situación. “El cimbronazo de la devaluación de diciembre 2023 planchó toda la actividad económica”, dijo y añadió que, “la caída del gasto público, especialmente la obra pública, tuvo un efecto devastador en los sectores vinculados a la construcción”.

El entrevistado también alertó sobre otro fenómeno: “La inflación en dólares terminó neutralizando cualquier ganancia competitiva que hubiera traído la devaluación. Hoy los costos internos son más altos que muchos productos importados”.

Sobre la misma línea, expresó: “La industria no puede competir. Ya vemos a consumidores cruzando a Chile o comprando importados porque son más baratos, y eso deja de ser anecdótico para volverse sistémico”.

A pesar de un crecimiento del 10,5% interanual en marzo, las ventas minoristas siguen sin recuperar lo perdido en 2024

El dato significa el cuarto crecimiento seguido a nivel interanual, tras la suba del 17,7% de diciembre, del 25,5% de enero y del 24% en febrero. Sin embargo, la performance del mes pasado no fue suficiente para compensar las pérdidas de 2024, cuando las ventas retrocedieron un 12,6% y cayeron un 22,1% en el acumulado trimestral.

Las ventas minoristas de las pymes volvieron a exhibir una mejora en marzo, al crecer un 10,5% interanual, a precios constantes, aunque al igual que en enero y febrero no alcanzó para recuperar la caída del mismo mes del año pasado, de acuerdo a un relevamiento elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

De esta manera, las ventas acumulan un aumento del 19,4% en el primer trimestre del año.

En la comparación mensual desestacionalizada, el Índice de Ventas Minoristas Pymes arrojó que los comercios registraron un leve repunte en el consumo del 0,1% en el tercer mes del año frente a febrero. Esta suba corta con dos meses consecutivos de caídas.

Al analizar el escenario relevado, desde CAME sostuvieron que “en marzo, las ventas estuvieron impulsadas por el cierre de la temporada de verano, el inicio de clases y acciones comerciales como promociones, cuotas sin interés y descuentos”.

En ese contexto, precisaron que “muchos comercios señalaron un leve repunte, aunque no completamente al nivel esperado para esta época”, advirtiendo que “persisten factores que limitan el consumo, como la falta de liquidez, aumento de costos operativos y la competencia informal o desde el exterior”.

En la misma línea, reflejaron que “en marzo, los comercios atravesaron un escenario complejo marcado por el aumento de costos operativos, impositivos y de alquileres, baja afluencia de clientes, y dificultades para cubrir gastos fijos y reponer stock”.

Al respecto, aseguraron que “la competencia de productos importados e informales, junto con una demanda contenida a pesar de las promociones, presionó los márgenes de rentabilidad, especialmente en sectores como el textil”. Además, remarcaron que “la adaptación, el uso de medios de pago financiados y las promociones se consolidaron como herramientas clave para sostener la actividad”.

En cuanto a las perspectivas para los meses venideros, la entidad gremial-empresaria reveló que “las expectativas de los comercios para los próximos meses muestran un optimismo moderado”, indicando que “si bien la mayoría espera una mejora en la situación económica de su empresa, persiste la cautela ante un entorno incierto y con señales mixtas”.

En ese marco, puntualizó que “la estabilidad de precios, las acciones promocionales y una eventual recuperación del consumo son vistas como factores que podrían impulsar la actividad”, remarcando que “muchos señalan que el repunte será gradual y condicionado por el contexto general” y exponiendo que “la percepción sobre el futuro económico del país y del sector pyme también mejora, aunque con reservas”.

En marzo, los siete rubros relevados registraron subas interanuales en sus ventas. El mayor incremento se detectó en Perfumería (+23,6%), seguido por Farmacia (+16,8%) y Alimentos y Bebidas (+13,7%). En el acumulado del trimestre, lidera Alimentos y Bebidas con un aumento de +25,3%

El rendimiento de cada rubro

·         Alimentos y bebidas: las ventas subieron un 13,7% en la comparación interanual, a precios constantes, acumulando un aumento del 25,3% en el primer trimestre del año. Sin embargo, en la comparación intermensual desestacionalizada, se registró una caída del 0,3%.

·         Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles: las ventas se incrementaron 7,9% interanual, siempre a precios constantes, sumando un incremento trimestral del 21,6%. En el contraste intermensual desestacionalizado, se observó una disminución del 1,8%.

·         Calzado y marroquinería: las ventas crecieron un 12,4% interanual, acumulando un incremento trimestral del 18%. Aunque, en el intermensual se midió una caída del 0,4%.

·         Farmacia: las ventas mejoraron un 16,8% interanual y llevan un alza del 22,3% en el primer trimestre del 2025. En tanto, en la comparación intermensual, siempre desestacionalizada, se registró un avance del 3,8%.

·         Perfumería: las ventas subieron un 23,6% interanual, y suman un incremento del 22,4% en el primer trimestre. En la comparación intermensual, hubo una mejora del 0,9%.

·         Ferretería, materiales eléctricos y materiales de la construcción: las ventas tuvieron un ascenso del 10,5% y llegaron así a un crecimiento del 17,5% en el trimestre. Por su parte, en el contraste intermensual bajaron 1,1%.

·         Textil e indumentaria: las ventas prosperaron un 1,9% interanual, a precios constantes, acumulando un crecimiento del 10,7%. En la comparación intermensual desestacionalizada, se observó una leve suba del 0,3%.

Arcor y Molinos ganaron más de $310.000 millones en 2024

Por Julio Pérez

A pesar de la recesión y el desplome del consumo, las empresas oligopólicas de la alimentación amasaron fortunas. Sin tope a las remarcaciones salvajes y abriendo el juego a la “timba financiera”, los grandes grupos de la alimentación como Arcor y Molinos, se garantizaron ganancias millonarias a costa del hambre de millones, que golpea con más fuerza a los niños y niñas.

Durante las primeras semanas de marzo se conocieron los balances anuales de 2024 de las empresas alimenticias que cotizan en Bolsa, que deben mostrar sus resultados. En un sector concentrado como el de la industria de la alimentación, dos gigantes como Arcor y Molinos ganaron juntas $315.587 millones.

Sólo en diciembre de 2023, cuando asumió Milei, la inflación en alimentos fue del 29,7%, por encima del nivel general (25,5%). Un zarpazo que impactó en las mesas de las familias trabajadoras, comer se volvió un lujo.

Esa suba de precios implicó un piso para garantizarse ganancias, mientras las grandes mayorías se veían empobrecidas. Para mediados de año (últimos datos oficiales), la pobreza ya alcanzaba al 52,9% de las personas, y la indigencia (las personas que no llegan a cubrir ni siquiera los alimentos básicos) el 18,1%. Afectando mayormente a las infancias, a los menores de 14 años, los índices mostraron un 27% y 66,1% respectivamente.

En sus balances, el grupo Arcor muestra una ganancia neta de $291.079 millones, más de 28 veces más que lo que muestra para 2023 de $10.037 millones. A pesar de la caída de sus ventas por la crisis (un 5,5% menos en términos nominales), el resultado financiero le impulsa su ganancia.

La empresa de Luis Pagani destina el 67,4% de las ventas al mercado interno, mientras que el 32,6% provino de exportaciones y operaciones en el exterior.

En el caso de Molinos, en el mensaje que acompaña a sus estados contables indican que “según lo informado por consultoras especializadas, el nivel de consumo de hogares en el mercado doméstico se contrajo durante 2024 entre un 4,3% y un 13,9%, en función de las diferentes metodologías de cálculo y canastas medidas.”

A pesar de ello, Molinos obtuvo una ganancia neta de $24.508 millones durante 2024, según lo presentado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV).

La empresa informa a la CNV un reparto de dividendos por $81.800 millones (alrededor de 82 millones de dólares). El periodista Alejandro Bercovich, denunció que con el reparto de dividendos de Molinos y otras grandes empresas, los accionistas buscarán dolarizarse antes de la devaluación. Estas sumas, implicarían una fuerte presión al Banco Central que suma su séptimo día consecutivo de ventas del BCRA para cubrir la demanda de los mercados.

Milei dice que los empresarios son benefactores sociales, lo cierto que en algo tan elemental como que las personas puedan alimentarse, el Gobierno prioriza la ganancia de las grandes empresas. Mientras Unicef denuncia que en Argentina más de un millón de niñas y niños tiene que privarse de alguna de las cuatro comidas por falta de dinero. Son miles los que se van a dormir con la panza vacía.

Para 2024, según el Indec el rubro “alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron un 94,7%, luego de la brutal escalada de diciembre de 2023. Para el mes pasado, el precio de los alimentos volvió a posicionarse por encima de la inflación, 3,2% contra el nivel general del 2,4%. Para marzo, las consultoras prevén un aumento del 3,4% (finalmente fue del 3,7%) que impulsaría nuevamente el nivel general de precios.

Para que comer no sea un lujo y esté garantizado en un país productor de alimentos, es preciso plantear un conjunto de medidas de defensa que enfrenten a estos grupos concentrados. Empezando por la recomposición de salarios y jubilaciones para hacer frente a la pérdida de poder adquisitivo. El control del comercio exterior en manos de un monopolio estatal para decidir qué se exporta e importa en función de los intereses de las mayorías, enfrentando además las maniobras de las exportadoras e importadoras para hacerse de dólares. Mientras Milei destina millones al pago fraudulento de la deuda, millones de familias no pueden acceder a un plato de comida. Es necesario el rechazo urgente a la deuda y el nuevo acuerdo con el FMI.

Pymes: cómo sobreviven entre la crisis y el aumento en los costos de servicio

Si bien la grave crisis económica del país afecta a todos los rubros de las PyMes, el dedicado al textil es tal vez uno de los que, en mayor y primera medida repercute ante que otros.

Para hablar sobre esta problemática, Canal E se comunicó con Mauro González, presidente de la Confederación Federal PYME Argentina y empresario pyme textil, quien expresó: “Venimos en una situación más que caótica porque estamos sintiendo que es un camino hacia el abismo donde ya no hablamos de cierre de turnos ni suspensiones, sino de la antesala al cierre de pequeñas y medianas empresas”.

Según el entrevistado, “no hay una sola variable que sea positiva del país” porque “no existe una política económica orientada a la producción nacional”, así como tampoco “tenemos nada que beneficie al sector productivo argentino, sino todo lo contrario”. Y agregó: “Si esto no se revierte, no se detiene o no cambia de dirección, vamos a estar hablando en pocos meses del cierre masivo de pequeñas empresas, generando mayor desempleo y pobreza en nuestro país”.

En continuidad con el tema, González aseguró que “pareciera que no se está tomando en serio” el problema y “aunque haya todavía un clima de optimismo, la situación es crítica”. Y continuó: “El sector apuesta al país hace mucho tiempo generando empleos genuinos, no llevamos nuestras actividades al exterior, sino que queremos ampliar la planta y los sectores productivos; pero estamos viendo que esto empieza a acotarse y eso sí que es muy grave”.

Al ser consultado sobre cómo se encontraba el sector en el Gobierno de Alberto Fernández, González contó que, “en el sector productivo estaba mucho mejor el nivel de actividad” y había un nivel de desempleo muy bajo del 6,3%. “También es cierto que había muchas dificultades con el comercio exterior y que el poder adquisitivo del trabajador era muy bajo y no le alcanzaba, pero hoy la situación empeoró y no encontramos una variable que sea positiva”, continuó.

Con respecto a la Ley Bases el empresario sostuvo que, “no viene a solucionar los problemas”, sino todo lo contrario porque “va a comenzar a agravarse la situación”. Y añadió: “Cuando hablamos del régimen de inversiones, vemos que está orientado al sector internacional porque no hay ningún artículo que beneficie a la cadena de valor”. 

Para cerrar, dijo: “Si algo que justamente necesitamos nosotros es fortalecer la cadena de valor, porque ahí están las pymes que generan empleo; pero cuando se desmenuza el artículo del capítulo del régimen de importación lo único que uno puede ver es una profundización de la crisis y el comienzo del desmantelamiento del aparato productivo nacional”.

Dos economistas evalúan la gestión Milei: “Si sigue endeudándose para sostener el tipo de cambio, generará otra crisis”

«A menos que exportes más, siempre estarás en problemas. Si Argentina sigue endeudándose y usa ese dinero para sostener el tipo de cambio, generará más déficit, lo que provocará otra crisis financiera. Esto se ha repetido una y otra vez», advierte Ha-Joon Chang, economista surcoreano y referente en desarrollo industrial a nivel mundial. A su lado, el colombiano José Antonio Ocampo refuerza la idea: «El problema no es solo el acceso a recursos, sino cómo se utilizan. Si no se destinan al desarrollo productivo, el país seguirá atrapado en la misma dinámica de crisis recurrentes».

Mientras Argentina negocia su acuerdo número 23 con el FMI, en medio de un programa de ajuste fiscal severo y una inflación en descenso, estos dos prestigiosos economistas visitaron Buenos Aires en el marco del Programa para Futuros Líderes (FLP), organizado por Fundar y el instituto Diálogo para el Liderazgo del Desarrollo (DLD) de SOAS-University of London, co-dirigido por Chang.

Ha-Joon Chang es investigador y profesor en la SOAS University of London, además de co-director del Centre for Sustainable Structural Transformation (CSST). Especialista en desarrollo económico, comercio e industrialización, ha publicado libros clave como Pateando la escalera (Kicking Away the Ladder) y 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo (23 Things They Don’t Tell You About Capitalism). Sus escritos han sido traducidos a 45 idiomas y han vendido más de 2,5 millones de copias en todo el mundo. Chang ha asesorado a múltiples gobiernos y organismos internacionales, incluido el Comité de Políticas de Desarrollo de la ONU.

En su paso por Buenos Aires, el economista surcoreano se reunió con la ex presidenta Cristina Kirchner. «Conversamos más de una hora, fue muy interesante. Traté de persuadirla sobre la necesidad de construir una nueva coalición política enfocada en el desarrollo productivo, pero con nuevas figuras», relató Chang.

Por su parte, José Antonio Ocampo es profesor en la Universidad de Columbia y ha ocupado cargos de relevancia internacional, como ministro de Hacienda de Colombia, director del Banco de la República y secretario ejecutivo de la CEPAL. También fue subsecretario general de la ONU para Asuntos Económicos y Sociales. Con una prolífica producción académica, ha investigado en profundidad la macroeconomía, el desarrollo y la historia económica de América Latina.

Ambos expertos abordaron los temas más relevantes del debate económico argentino. Desde el fuerte ajuste implementado por Milei hasta la ausencia de una política industrial que fomente el crecimiento a largo plazo. También analizaron la política arancelaria de Donald Trump y su impacto en el comercio global, y evaluaron el potencial de Vaca Muerta como motor de crecimiento si sus ingresos se utilizan estratégicamente.

A continuación, el diálogo completo con Ha-Joon Chang y José Antonio Ocampo. Fuente: Infobae

El balance de Milei a un año y medio de gestión

-A un año y medio de gobierno de Javier Milei, ¿cómo evalúa su gestión, considerando su enfoque pro mercado, el ajuste fiscal y la baja de la inflación?

H-JC: Milei ha tenido algo de suerte. Antes de asumir, una sequía afectó gravemente la agricultura, pero el sector se recuperó y eso le dio un respiro. Está jugando un juego delicado: aplicó reformas pro mercado, pero mantuvo los controles cambiarios. Si realmente siguiera el modelo liberal, no debería existir el «cepo». Necesita divisas y está negociando con el FMI. Si los fondos llegan sin condiciones, es probable que los use para sostener el tipo de cambio, lo que podría traer problemas en pocos meses.

J-AO: El ajuste fiscal fue masivo y, junto con la política monetaria, ayudó a reducir la inflación, aunque sigue siendo alta en comparación con otros países. Sin embargo, la recuperación económica es moderada y hay problemas sociales graves: la pobreza sigue alta y los recortes en pensiones fueron muy duros. El gran interrogante es si el gobierno logrará reducir la inflación de manera sostenida sin afectar el crecimiento.

Competitividad y política industrial

-¿Cómo puede Argentina desarrollar su economía y ser más competitiva sin recurrir a una devaluación?

H-JC: Argentina y otros países en desarrollo no pueden resolver sus problemas de balanza de pagos si no aumentan su capacidad exportadora. Se necesita inversión en sectores estratégicos. Hoy en día, muchos países optan por devaluar para ganar competitividad. Pero esta estrategia solo funciona si se mantiene en el tiempo y se complementa con políticas productivas.

J-AO: No veo que la política industrial esté en la agenda del gobierno. Por eso, la discusión gira tanto en torno al tipo de cambio. La gran incógnita es cómo evolucionará esta situación sin un plan de desarrollo productivo.

-¿Qué riesgos trae la ausencia de una política industrial y la apreciación del peso?

H-JC: A menos que exportes más, siempre estarás en problemas. Si Argentina sigue endeudándose para sostener el tipo de cambio, solo generará más déficit y otra crisis financiera. El país necesita un consenso nacional sobre la importancia de desarrollar su capacidad exportadora, ya sea en manufacturas, en la industria petrolera o en la agricultura de alto valor agregado. Sin un plan a largo plazo, el ciclo de crisis se repetirá.

Cristina Kirchner y el futuro político

-En el ámbito político, se reunió con Cristina Kirchner el martes. ¿Se hizo alguna autocrítica sobre su rol y el del peronismo?

H-JC: Conversamos más de una hora, fue muy interesante. Traté de persuadirla sobre la necesidad de construir una nueva coalición política enfocada en el desarrollo productivo, con nuevas figuras. No se opuso a la idea, tal vez lo está considerando.

J-AO: Argentina necesita un liderazgo de centro, fuerte y moderado.

-¿Cómo podrían afectar los aranceles del gobierno de Donald Trump a Argentina?

H-JC: Al menos Trump no está atacando a Argentina del mismo modo que a México. Su estrategia de imponer aranceles busca atraer inversión extranjera, pero reconstruir la industria llevará más tiempo del que dura su mandato. Para que un sector industrial tenga éxito, necesita más que una fábrica: requiere trabajadores capacitados, infraestructura y centros de investigación. Sin ese ecosistema, incluso si las empresas extranjeras invierten en EE UU, la productividad no será la misma.

J-AO: El mayor problema es la guerra comercial que está generando. Si esto provoca un colapso del comercio mundial, las consecuencias serán graves. Por eso, Argentina debe fortalecer sus relaciones con China y el Mercosur. Salirse del bloque sería un error.

-¿Le conviene a Argentina firmar un tratado de libre comercio con EE UU?

J-AO: Debería ser un acuerdo dentro del Mercosur, no uno bilateral. La esencia del bloque es negociar en conjunto.

H-JC: Si realmente crees en el libre comercio, deberías aplicarlo con todos, no solo con un país. Firmar un acuerdo con EE UU implicaría discriminar importaciones de China, Europa o Corea. Eso no es libre comercio, aunque el tratado lleve ese nombre.

Energía y Vaca Muerta

-El gobierno apuesta por la paridad de exportación, pero Argentina es un país productor de energía. ¿Qué lecciones pueden tomarse de los países más desarrollados?

H-JC: Hoy en día, la energía solar y eólica son las más baratas. El mundo se está moviendo en esa dirección y Argentina tiene un gran potencial, especialmente en energía eólica.

-Pero el mayor potencial está en Vaca Muerta, en la industria del petróleo y gas.

H-JC: Es una opción, pero los combustibles fósiles eventualmente se agotarán. El desafío es cómo utilizar los ingresos de estos recursos: si solo sirven para financiar consumo e importaciones, en 20 años no quedará nada.

J-AO: Argentina debe seguir explotando Vaca Muerta, pero también aprovechar su potencial en energía renovable. La clave es que los ingresos del petróleo y gas se destinen a desarrollar la capacidad productiva del país.

-El Gobierno insiste en que «esta vez será diferente». ¿Cree que realmente lo será?

J-AO: Las políticas son distintas a las del pasado. El ajuste fiscal es un cambio enorme. La gran pregunta es qué tipo de política fiscal quiere el país en el futuro. Se debe definir qué rol debe jugar el Estado y cuánto debe gastar.

-Pero tener superávit fiscal es algo positivo, ¿no?

J-AO: Sí, pero se lograron recortes drásticos en infraestructura y en transferencias a las provincias. Eso puede tener efectos negativos en el mediano plazo.

H-JC: Si recortas en infraestructura, jubilaciones e investigación y desarrollo, el impacto será negativo a largo plazo. El ajuste fiscal debe hacerse de la manera correcta.

-El acceso a fondos frescos, ¿puede ayudar a Argentina a salir de los controles de capital?

J-AO: Depende de cómo se usen los fondos. Si se destinan a reformar el sistema cambiario y eliminar el tipo de cambio dual, pueden ser útiles. Pero si solo sirven para sostener el esquema actual, no habrá un cambio real.

H-JC: Lo importante no es cuánto dinero obtiene Argentina, sino en qué lo usa. Si lo invierte en investigación, industria y productividad agrícola, el panorama será distinto. Pero si solo lo usa para estabilizar la moneda, el problema volverá a aparecer.

Fuentes: Tiempo Argentino, Perfil, Infobae, Telesur, UyPress, APU, La Izquierda Diario

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