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Acuerdo económico social, gran desafío del gobierno popular

Fuentes: Rebelión

El acuerdo económico social multisectorial que impulsa el actual gobierno popular, como componente de gran importancia de su política, implica lidiar con contradicciones entre las organizaciones que lo integrarían y al interior de ellas. Su solución depende de que las organizaciones de los trabajadores y del campo popular se impliquen activamente en que se cumplan […]

El acuerdo económico social multisectorial que impulsa el actual gobierno popular, como componente de gran importancia de su política, implica lidiar con contradicciones entre las organizaciones que lo integrarían y al interior de ellas. Su solución depende de que las organizaciones de los trabajadores y del campo popular se impliquen activamente en que se cumplan los eventuales acuerdos.

Desde la última campaña electoral, los principales referentes del actual gobierno popular han anunciado su intención de convocar a algún tipo de acuerdo económico social multisectorial, con participación principal del Estado, el empresariado y el sector sindical.

Quién esto escribe ha hecho conocer en varios artículos anteriores su opinión favorable a un Acuerdo Económico Social entre el Estado, los sindicatos, las organizaciones sociales y de defensa del consumidor y las cámaras empresariales (1).

Esta opinión se basa en que en una economía oligopolizada como la de nuestro país, la formación de precios se rige por la posibilidad que tienen los oligopolios, por falta de competencia, de aumentar sus precios por encima del aumento de sus costos, lo cual es la principal causa de nuestro crónico problema inflacionario. Esto ha quedado nuevamente demostrado con el gobierno de Macri, ya que a pesar de aplicar una fuerte restricción a la emisión monetaria, con extraordinariamente altas tasas de interés, e incluso manteniendo el tipo de cambio «planchado» y en un contexto de honda caída de la demanda, la inflación no solo no bajó sino que subió. Esto desmiente rotundamente las hipótesis monetaristas de la economía neoliberal, basadas en que la emisión monetaria es la principal causa de la inflación, ya que incluso sumándole una provocada caída del consumo y un tipo de cambio «planchado» no pudieron evitar el aumento inflacionario.

Claro que, en mi opinión, para que un Acuerdo Económico Social pueda funcionar, una condición necesaria, es que los trabajadores se impliquen directamente, en las empresas donde trabajan, en controlar que las mismas cumplan con los acuerdos de precios y que no generen desabastecimiento.

Los referentes del nuevo gobierno popular han hablado de acuerdos de precios, salarios, impuestos y tarifas, lo cual apuntaría a controlar la inflación. Pero van mucho más allá de eso cuando proponen instrumentar e institucionalizar por vía parlamentaria un Consejo Económico Social, cuya función sería discutir y proponer políticas de gobierno para el mediano y largo plazo. Eso implicaría definir para qué proyecto de país se sugerirían esas políticas.

Esto nos lleva a pensar en cuales serían los sectores económicos, sociales y políticos que conformarían esa ambiciosa institución a crear y cuáles son los intereses que representan, ya que de esto último depende el proyecto de país y el tipo de medidas que les interese impulsar.

Si consideramos al lado empresarial, hay que analizarlo por sectores:

  • En el sector vinculado a las materias primas agropecuarias, mineras y petroleras, los grupos hegemónicos (grandes terratenientes y grandes empresas productoras y comercializadoras), han demostrado a lo largo de la historia estar interesados en un país inserto en la división económica internacional como exportador de materias primas.

En particular el poderoso sector terrateniente, principalmente nucleado en la Sociedad Rural, no tiene, por caso, ningún interés en que se apliquen retenciones a las exportaciones (ya que es un impuesto indirecto a la renta que los terratenientes cobran por dar en alquiler la tierra) para con ello impulsar un desarrollo industrial con inclusión social que genere un fuerte mercado interno y aumente exportaciones industriales, como efectivamente habría que hacer.

Pero también están los pequeños y medianos productores, particularmente los vinculados a las economías regionales, a quienes les conviene un desarrollo industrial y del mercado interno que aumente la demanda de sus productos.

  • En el sector industrial, los grupos hegemónicos (grandes empresas) podrían tener interés objetivo en que el Estado impulse el desarrollo industrial, pero siempre que vaya en línea con los objetivos de los grupos multinacionales a los que mayoritariamente pertenecen.

Pero las PYMES del sector claramente necesitan del desarrollo industrial para subsistir y desarrollarse, para lo cual requieren del apoyo del Estado, impositivo, financiero, tecnológico y para la constitución de clusters de empresas para incorporar nuevas tecnologías y adquirir escala de producción para poder exportar.

  • En el sector comercial, los grupos hegemónicos (cadenas de supermercados) pueden también estar objetivamente interesados en un desarrollo industrial, ya que esto aumentaría la demanda interna, pero aquí también su pertenencia mayoritaria a grupos multinacionales, condiciona su apoyo a que no contradiga el interés de sus casas centrales.

Pero aquí también están las PYMES comerciales cuyo interés pasa claramente por el desarrollo del mercado interno

  • En el sector financiero, la banca privada, ampliamente perteneciente a grupos multinacionales, ha demostrado estar más interesada en que se implementen medidas que permitan rentas fáciles mediante especulación financiera, que en apoyar un desarrollo del mercado interno que implicaría más inversiones y riesgos para ellos.

Pero existe la banca estatal, nacional y provincial, y la banca cooperativa, que deberían apoyar el proyecto industrializador.

Si consideramos al sector sindical, hay que analizarlo por gremios:

  • Los gremios más numerosos en general han tenido una actitud complaciente, por decir lo menos, con gobiernos neoliberales, como el menemismo y el macrismo, interesados tal vez más en salvaguardar su estatus y las obras sociales que manejan que en luchar por un desarrollo industrial con inclusión social.

Claro que también están los sectores combativos, fuertemente vinculados al espacio político del nuevo gobierno, tales como la Corriente Federal de los Trabajadores, las CTA, el moyanismo, la Central de Trabajadores de la Economía Popular, a lo que hay que agregar las organizaciones sociales. Sectores que han demostrado conciencia y capacidad de organización y lucha en contra del neoliberalismo y en favor del proyecto industrialista con inclusión social.

No he mencionado aquí a los sectores trotskistas porque, por su ideología y táctica política, no creo se interesen en participar en ningún acuerdo multisectorial, además que seguramente serán opositores al actual gobierno popular.

También hay que considerar la participación de los gobiernos provinciales en el eventual Consejo Económico Social, considerando que Alberto Fernandez ha manifestado su elogiable intención de impulsar el federalismo:

  • Aquí hay que tener en cuenta la objetiva discrepancia de intereses entre provincias, por caso entre Buenos Aires y las más chicas en términos económicos, por ejemplo en cuanto a la participación impositiva federal.

El gobierno popular tendrá que lidiar con estas contradicciones en la búsqueda de los eventuales acuerdos económicos sociales multisectoriales para, en lo inmediato, enfrentar el grave problema del hambre y la pobreza extrema, renegociar una salida para la muy pesada deuda externa y reponer en marcha la economía y, en lo mediato, darle impulso a su proyecto industrialista con inclusión social. Para ello deberá apoyarse principalmente en los sectores sindicales combativos, las organizaciones sociales, los pequeños y medianos productores agropecuarios, las PYMES, la banca cooperativa y estatal y buscar conciliar intereses entre las provincias y obtener su apoyo.

Es decir que los acuerdos económico sociales a intentar, que pueden aparecer como formas de conciliación de clases, se podrán resolver favorablemente para las intenciones progresistas del actual gobierno popular si, aun cuando manteniendo las corteses formas que elogiablemente utiliza, se apoya en los sectores populares mencionados, en particular en los trabajadores, es decir, en esencia, mediante…la lucha de clases.

De todas maneras, un posible efecto positivo de la realización del acuerdo multisectorial que desea impulsar el gobierno popular a través del Estado, es que sirva como didáctica praxis que eleve la conciencia de los sectores populares intervinientes, incluido el propio gobierno, sobre la magnitud de las contradicciones de intereses existentes y la profundidad de las dificultades para llevar a cabo una política reformista progresista de transformaciones profundas que favorezca a las clases populares.

Las contradicciones mencionadas, que para su solución en favor de los sectores populares aparecen como principales, se insertan en el marco de la contradicción fundamental, generada por la esencia del capitalismo, entre la clase trabajadora y la clase capitalista, cuya solución requiere precisamente de superar el capitalismo, sumido en una profunda crisis económica, social, ecológica, política y cultural, asunto para el cual se requiere de los trabajadores y demás clases subalternas un elevado nivel de conciencia y su concreción en organización que, aunque hay sectores minoritarios del Frente de Todos que puedan tenerlo, no parece algo cercano de conseguir masivamente, pero que para quien esto firma es una indeclinable meta de interés objetivo para la clase trabajadora y demás sectores populares. Claro que hay siempre que tener en cuenta que, parafraseando a los creyentes, «es largo el camino del Señor…»

(1) Ver:

https://www.tesis11.org.ar/elecciones-2019-dos-proyectos-en-pugna/ (13/03/2019)

https://www.tesis11.org.ar/problemas-estructurales-y-necesidad-de-profundizar-las-politicas-kirchneristas/ (14/06/2015)

https://www.tesis11.org.ar/inflacion-el-problema-principal/ (4/04/2013)

https://www.tesis11.org.ar/inflacion-tomar-el-toro-por-las-astas/ (31/07/2012)

https://www.tesis11.org.ar/la-inflacion-talon-de-aquiles-de-una-politica-progresista-en-argentina/ (18/05/2010)

https://www.tesis11.org.ar/inflacion-tara-del-capitalismo-monopolista/ (25/07/2005)

Carlos Mendoza es ingeniero, escritor especializado en temas políticos y de economía política y miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.