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Educación-México

Alta inversión, magros resultados

Fuentes: Rebelión

Siete de cada 10 alumnos de primaria en México tienen conocimientos elementales e insuficientes en matemáticas y español, mientras que en secundaria apenas uno por ciento llega a nivel de excelencia en el manejo de ambas asignaturas.

Tal es la evaluación oficial en este país, pese a que destina el mayor porcentaje para educación respecto del presupuesto nacional (24 por ciento) en comparación con el resto de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que incluye a todos los estados industrializados del planeta.

Las bajas calificaciones surgieron de una prueba que realizó el gobierno en abril a 10,1 millones de estudiantes de tercero a sexto año de primaria y de tercero de secundaria.

La medición fue diseñada para evaluar todo el sistema educativo (público y privado), en el que están inscritos 35 millones de alumnos, a quienes instruyen 1,5 millones de profesores.

«En educación, México no sale de la zona de desastre. El nivel es bajo y gran parte de los alumnos (en educación pública) están en manos de los miembros de un sindicato de profesores marcado por la opacidad, la corrupción y la resistencia a cambiar», dijo a IPS Néstor Parás, investigador y consultor en temas educativos.

El gobierno de Felipe Calderón puso a disposición del público este viernes en Internet las evaluaciones realizadas. Para quienes no tengan una computadora a mano, los resultados se pueden consultar de forma gratuita en centros educativos, bibliotecas y algunos supermercados.

Si bien fueron bajas las calificaciones obtenidas en la prueba, mostraron un nivel de mejoría de entre tres y cinco por ciento respecto de 2006. La evaluación que contiene entre 102 y 134 preguntas centradas únicamente en matemáticas y español, no tiene validez al momento de definir el pase de año de los alumnos.

«Este es un examen que, más que a los estudiantes, nos evalúa a nosotros, al gobierno y al sistema educativo, porque nos permite medir qué tan eficaces somos, qué tan buenos son los planes y programas de estudio», declaró Calderón, en una ceremonia organizada en la víspera para presentar los resultados.

Según Parás, el presidente tiene razón en su argumento. «Se puede decir entonces que el sistema educativo mexicano es una fracaso», declaró este experto que asesora a escuelas privadas de la capital.

La evaluación, realizada con el apoyo de asociaciones de padres y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), es un insumo central para el diseño de cambios en el sistema educativo, «sin lo cual México no podrá dar un salto de calidad en su desarrollo», declaró este viernes la secretaria (ministra) de Educación, Josefina Vázquez.

La funcionaria informó que, por instrucciones del presidente, en tres meses más estará diseñado un sistema de evaluación para los profesores, medida a la que se ha opuesto durante varios años la SNTE, que con más de un millón de afiliados es uno de los sindicatos más grande de América Latina.

La SNTE, comandado desde comienzos de los años 90 por Elba Esther Gordillo, fue un aliado incondicional de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional, en el poder en México de 1929 a 2000. Ahora, este sindicato está alineado con el gobernante y conservador Partido Acción Nacional (PAN).

«Desconfiamos de la capacidad del gobierno para modificar el sistema educativo, pues tiene al sindicato de Gordillo como acompañante», expresó Parás.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura difundió en junio un documento en que el señaló que la SNTE es uno de los obstáculos para mejorar la calidad educativa en México y afirmó que ese sindicato vende y reparte plazas de acuerdo a sus intereses políticos.

Los gobiernos del PRI siempre exhibieron orgullosos sus logros en materia educativa, pero fueron reacios a reconocer que los saltos cuantitativos logrados no se tradujeron en una mejor calidad de la enseñanza.

El analfabetismo se redujo de 70 a 10 por ciento y el nivel promedio de educación formal subió hasta segundo de secundaria en el período que gobernó ese partido político.

Un estudio de la OCDE, difundido el año pasado, indica que el gasto público en educación primaria y media en México aumentó 49 por ciento entre 1995 y 2003 y que para el último año medido representó 6,8 por ciento del producto interno bruto, lo cual ubicaba a este presupuesto entre los más altos aplicados entre los socios de esa organización.

El documento señala, además, que México destina 24 por ciento de su presupuesto gubernamental en educación, el más elevado dentro de la OCDE.

Evaluar y comparar el desempeño general de los estudiantes mexicanos fue un asunto vedado durante los gobiernos del PRI. Incluso el presidente de Ernesto Zedillo (1994-2000), el último de esa agrupación, ocultó durante su gestión la baja nota sacada por México en una evaluación realizada en 40 países por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo.

Pero con la alternancia, iniciada con el presidente Vicente Fox (2000-2006), del PAN al igual que Calderón, empezaron a conocerse esos datos e inició un debate sobre la necesidad de mejorar la calidad educativa.

«La última evaluación de alumnos, por más mala que sea en sus resultados, es mejor que no tener nada u ocultar la realidad. Ahora el asunto es conseguir que tal información detone cambios, aunque eso implique irse por encima del sindicato corrupto de la SNTE», dijo el consultor Parás.

El sindicato de profesores que maneja Gordillo mantiene en la opacidad la forma en que recibe y gasta los recursos de los afiliados. Algunas investigaciones periodísticas indican que su dinero ha servido para financiar campañas políticas, dar sobornos y enriquecer a Gordillo, cuya fortuna se calcula en 10 millones de dólares.

Las leyes locales, heredades de la etapa en la que el PRI mantuvo una relación de tipo corporativo con la mayoría de sindicatos, no obligan a organizaciones como la SNTE a informar públicamente sobre su manejo de recursos.

«Todo el dinero que se ha arrojado al sistema de educación y a los maestros no ha servido para dar a los alumnos mexicanos un mejor nivel de instrucción», señaló Sergio Sarmiento, columnista del diario Reforma.

Las autoridades deben entender que no se trata de gastar más y más en educación, sino en hacerlo mejor y evaluar más, apuntó el columnista.