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Aníbal Verón había sido despedido de la empresa de transporte Atahualpa. Cortaba la ruta, junto con sus compañeros, para reclamar por los salarios adeudados por la empresa y por un trabajo digno, cuando lo mataron

Aníbal Verón: memorias de la impunidad

Fuentes: Pañuelos en rebeldía

El 10 de noviembre se cumplieron cinco años del asesinato de Aníbal Verón. El 10 de noviembre del 2005 se cumplieron también cinco años de impunidad para sus asesinos directos, los policías que tiraron a matar, para el gobernador Romero que ordenó no abandonar el sector ocupado por la guardia de infantería en la ruta […]

El 10 de noviembre se cumplieron cinco años del asesinato de Aníbal Verón. El 10 de noviembre del 2005 se cumplieron también cinco años de impunidad para sus asesinos directos, los policías que tiraron a matar, para el gobernador Romero que ordenó no abandonar el sector ocupado por la guardia de infantería en la ruta 34, para el juez federal Abel Cornejo, que ordenó el desalojo de la ruta.

Aníbal Verón había sido despedido de la empresa de transporte Atahualpa. Cortaba la ruta, junto con sus compañeros, para reclamar por los salarios adeudados por la empresa y por un trabajo digno.

Frente a la muerte, frente al asesinato impune, se extiende un enorme silencio. Los medios de comunicación, en Salta y en el país, callan, por desmemoria o por complicidad. (Solo se han pronunciado en este día algunas agencias alternativas como COPENOA, o la Agencia Rodolfo Walsh, para recordar y para denunciar, para reclamar justicia).

Hoy, 10 de noviembre, se cumplen cinco años del asesinato de Aníbal Verón, el trabajador desocupado al que le canta Santa Revuelta, al que lo nombran varios movimientos piqueteros que recuperaron su nombre para multiplicarlo en el combate.

En General Mosconi, después de la muerte de Anibal Verón fueron asesinados también Orlando Justiniano, Matías Gómez, Carlos Santillán y Oscar Barrios. Muchos otros compañeros quedaron con secuelas de las heridas, como Iván Dorado que se encuentra parapléjico. Para ellos tampoco ha habido justicia.

Salta sigue siendo el reino de la impunidad. Pero Salta es Argentina.

No se pueden convalidar los argumentos que explican la impunidad desde la lógica de los señores feudales que gobiernan las provincias.

Es imprescindible nacionalizar la batalla contra la impunidad, y por la plena vigencia de los derechos humanos.

Es imprescindible nacionalizar la demanda por justicia, para cada uno de los asesinados y asesinadas, heridos y perseguidos de nuestro pueblo.

Cuando se cumplen cinco años del asesinato impune de Aníbal Verón, invitamos a todas las organizaciones que creen que la resistencia continúa, que la lucha del pueblo no admite punto final, que no habrá olvido para los criminales ni complicidad con los políticos que mandan y ordenan la muerte, a todas las organizaciones que creen que los derechos humanos no son una consigna del pasado, ni una reivindicación para unos pocos, ni un privilegio de quienes habitan próximos del centro político, de la Capital Federal, a coordinar iniciativas políticas, jurídicas, de denuncia, y de educación popular, tendientes a que no haya olvido, a que se acaben la impunidad, la justicia clasista, la criminalización de la pobreza.

Por Aníbal Verón. Por los caídos y por las caídas en democracia.

Ni un paso atrás.

Pañuelos en rebeldía. Equipo de Educación Popular __________

A cinco años del asesinato de Aníbal Verón: Un crimen impune

El 10 de noviembre del 2000, Aníbal Verón fue asesinado cuando la policía desalojaba a los manifestantes de la ruta 34, en Gral. Mosconi. Verón protestaba por salarios adeudados a la empresa de transporte Atahualpa, de la que estaba despedido. Junto a él había cientos de excluidos del norte provincial, que reclamaban trabajo genuino. «Uno de los uniformados se quitó el protector que tenía en su casco y con su arma corta apuntó hacia delante y efectuó el disparo» declaraba Luis Gil ante la Justicia, declaración confirmada por el periodista José Piedra que cubrió aquella represión para Radio Nacional de Tartagal, ratificando que el disparo asesino fue realizado por un efectivo de la policía provincial.

A cinco años del asesinato de Aníbal Verón, no hay procesados en la causa judicial, a pesar de las declaraciones de testigos presenciales que ratifican la autoría del disparo mortal por parte de un policía, las contradicciones de una centena de uniformados sobre la distancia que los separaba de Verón y la destrucción sistemática de pruebas por parte de la policía, como un documento oficial que involucra al gobernador Romero, ordenando no abandonar el sector ocupado por la guardia de infantería de la policía en la ruta nacional 34.

El Juez Federal Abel Cornejo, quien ordenó el desalojo de la ruta, donde cae muerto Verón, es quién investiga este asesinato y mantiene, en la conformación del expediente, la hipótesis investigativa de que Aníbal Verón fue asesinado por otro piquetero.

En el Libro «Orden, represión y muerte» el periodista Marco Díaz Muñoz da a conocer el documento oficial donde el ex jefe de Policía de la provincia de Salta Comisario Gómez García establece que por directivas del gobernador las fuerzas policiales no deben abandonar la ruta 34, luego de esta orden. Aníbal Verón caería asesinado.

Verón protestaba por salarios adeudados a la empresa de transporte Atahualpa, de la que estaba despedido. Junto a él había cientos de excluidos del norte provincial, que reclamaban trabajo genuino sobre la ruta nacional 34, a la altura de Gral. Mosconi.

El 10 de noviembre del 2000, Aníbal Verón fue asesinado cuando la policía desalojaba a los manifestantes de la ruta 34, en Gral. Mosconi. «Del grupo del personal policial que tenía en frente, a escasos 9 metros del grupo de choque, uno de los uniformados se quitó el protector que tenía en su casco y con su arma corta apuntó hacia delante y efectuó el disparo» declaraba Luis Gil ante la Justicia. Declaración que confirmaría el periodista José Piedra que cubrió aquella represión para Radio Nacional de Tartagal, ratificando que el disparo asesino fue realizado por un efectivo de la policía provincial.

Fuente: Copenoa