El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se mostró inclinado a restringir la difusión en la prensa de declaraciones de terroristas, en un documento que elevará la semana próxima a la Asamblea General del foro mundial. La ONU (Organización de las Naciones Unidas) se propone convocar una conferencia internacional que dicte guías éticas para […]
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se mostró inclinado a restringir la difusión en la prensa de declaraciones de terroristas, en un documento que elevará la semana próxima a la Asamblea General del foro mundial.
La ONU (Organización de las Naciones Unidas) se propone convocar una conferencia internacional que dicte guías éticas para periodistas que cubren cuestiones relacionadas con el terrorismo, según el informe de inminente presentación.
En lo que se interpretó como un llamado a prohibir la entrevista a terroristas, Annan sostuvo que la sociedad civil y los medios de comunicación deberían contrarrestar los «mensajes hipernacionalistas y xenófobos que glorifican el asesinato masivo y el martirologio».
En un informe de 32 páginas sobre terrorismo publicado este martes, Annan destacó la experiencia de países que adoptaron códigos voluntarios de conducta para periodistas que cubren el terrorismo, incluida la prohibición de entrevistar a quienes lo promueven.
Los medios de prensa deberían considerar esas experiencias, afirmó Annan. IPS accedió a este informe precisamente este miércoles, cuando se celebraba el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
El estudio encargado a Annan en septiembre por la Cumbre Mundial, a la que asistieron unos 150 jefes de Estado y de gobierno en el recinto de la Asamblea General de la ONU, será presentado a ese órgano el día 11.
La ONU, según Annan, está dispuesta para trabajar con asociaciones de periodistas y organizaciones defensoras de la libertad de prensa, incluso a través de la convocatoria de una conferencia internacional.
El mes pasado, medios de comunicación de todo el mundo emitieron grabaciones de audio y de video con declaraciones de dirigentes de la red terrorista Al Qaeda, como el líder de la organización Osama bin Laden, Abu Musab Al-Zarqawi y Ayman Al-Zawahiri.
Estados Unidos ofreció 50 millones de dólares por la captura de los tres, vivos o muertos. Eso no impidió que las palabras de Bin Laden, Al-Zarqawi y Al-Zawahiri fueran profusamente divulgados por medios de prensa y electrónicos, en especial del mundo árabe.
El gobierno de Estados Unidos identificó a Bin Laden como el principal autor intelectual de los ataques que segaron 3.000 vidas en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001. Al-Zawairi es considerado su segundo, y Al-Zarqawi, el líder de la insurgencia en Iraq.
«En Gran Bretaña, el gobierno prohibió la emisión de entrevistas a miembros del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y terminó negociando con ellos», recordó el periodista Ian Williams, corresponsal en la ONU de la revista estadounidense The Nation, columnista de MaximsNews y del blog DeadlinePundit.
«Cuando fui presidente de la Asociación de Corresponsales de la ONU, invitamos a dirigentes de Sinn Fein (brazo político del IRA) como protesta contra tales formas de censura», dijo Williams a IPS.
Gobiernos tan variados como los de China, Uzbekistán y Estados Unidos suelen calificar a sus opositores de terroristas.
«Las autoridades de Israel, cuyos predecesores practicaron el bombardeo y la masacres de árabes bajo el mandato de la ONU y el asesinato de funcionarios británicos durante la guerra contra el nazismo, dicen ahora que nadie debería hablar con el gobierno electo ‘terrorista’ de la Autoridad Nacional Palestina», ironizó Williams.
Al mismo tiempo, sostuvo, Israel bombardea áreas civiles en Gaza.
«La libertad de información es demasiado importante como para ponerla en riesgo por definiciones histéricas de funcionarios de cualquier gobierno. El deber de un periodista es hacer preguntas difíciles y escarbar en cualquier actor político, sea ‘combatiente por la libertad’, ‘terrorista’, representante electo o autoproclamado tirano», según Williams.
En cuanto a la posibilidad de realizar una conferencia internacional al respecto, lo consideró útil, aunque advirtió que no se le debe confiar a ningún gobierno el control de la información o decretar qué o a quién deben mostrar los medios de comunicación.
En su informe, Annan opinó que «los medios son explotados todos los días por terroristas».
«Necesitamos asumir el desafío de emparejar esa narrativa de odio con la narrativa de las víctimas, la narrativa de las comunidades divididas y rotas por actos terroristas, la narrativa del coraje de quienes arriesgan sus vidas para cumplir con su trabajo diario, la narrativa de los valores que defienden las Naciones Unidas», agregó.
Otro ex presidente de la Asociación de Corresponsales en la ONU, Tony Jenkins, corresponsal en Estados Unidos del diario lisboeta Expresso, dijo a IPS: «No tengo problemas con las líneas éticas en sí mismas. Pero el viejo problema espinoso persiste: ¿Quién define quién es terrorista? ¿La ética de quién?»
El episodio de las viñetas del profeta Mahoma en la prensa danesa «nos enseña una lección», sostuvo. Tal vez esas ilustraciones fueron de mal gusto o insensibles, pero su publicación no violaba reglas éticas, según los criterios predominantes en Dinamarca, según Jenkins.
Pero constituía una clara falta ética para la mayoría de los 1.300 millones de musulmanes del mundo, recordó.
«Lo que es peor, creo que el énfasis está desubicado. No se puede censurar en la campaña contra quienes usan métodos terroristas. Más que acallar a Bin Laden, expongámoslo más. Derrotemos sus ideas», dijo el periodista.
Quizás Annan aprovechar el Día Mundial de la Libertad de Prensa para exhortar a poner freno al asesinato y la cárcel que sufren profesionales de la comunicación por intentar ejercer libremente su misión, sostuvo Jenkins.
Además, recordó, uno de los peores represores de la libertad de prensa es China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, recordó. «En Rusia, que también lo es, hemos visto a los medios atacados y controlados por el gobierno», aseguró.
En su informe, Annan afirmó que una nueva camada de terroristas depende de la comunicación para consolidar sus bases de apoyo y reclutar nuevos miembros.
«Debemos negarles este acceso, particularmente contrarrestando su uso de Internet, vehículo de rápido crecimiento para el reclutamiento de terroristas y la propagación de su propaganda e información», sostuvo.
En 1998, según el informe, había menos de 20 sitios web terroristas. En 2005, eran miles. «De hecho, parece que algunos grandes ataques recientes obtuvieron su apoyo a partir de contenidos en Internet», dijo Annan.
«Los terroristas se aprovechan de las diferencias en las respuestas nacionales. Si se les bloquean las operaciones en un estado, pueden simplemente trasladarse a otro. De este modo, Internet puede convertirse en un refugio seguro virtual que desafía las fronteras nacionales», alertó.