Al Pueblo de la Nación Argentina y a sus Representantes Legislativos en el Congreso de la República Argentina. En materia de relaciones exteriores, en general, y de la recuperación de nuestras Islas Malvinas, en particular, en los últimos días hemos sufrido lo que seguramente es uno de los mayores bochornos internacionales, y la más alarmante […]
Al Pueblo de la Nación Argentina y a sus Representantes Legislativos en el Congreso de la República Argentina.
En materia de relaciones exteriores, en general, y de la recuperación de nuestras Islas Malvinas, en particular, en los últimos días hemos sufrido lo que seguramente es uno de los mayores bochornos internacionales, y la más alarmante muestra de improvisación, ligereza y falta de genuino patriotismo en la conducción de nuestra política internacional.
No es exagerado decir que nuestras autoridades han sido el hazme reír del mundo por la forma en que intentaron tergiversar una simple charla al pasar de nuestro presidente con la primer ministro británica y, simultáneamente, han demostrado ser los más blandos y desaprensivos negociadores de los intereses nacionales.
En efecto, el gobierno nacional acaba de asumir sorpresivamente un nuevo compromiso con Gran Bretaña respecto de nuestras Islas Malvinas, que tendrá graves consecuencias sobre nuestros derechos e intereses en el Atlántico Sur.
Todo indica que la declaración pública conjunta suscripta por nuestra ministra de Relaciones Exteriores y el vice canciller británico es producto de una peligrosa improvisación, pues lo firmado no está encuadrado en ninguna estrategia coherente que contemple objetivos nacionales prioritarios de mediano y largo plazo en la región.
De la lectura de ese instrumento diplomático, también surge con claridad que hemos reactivado torpemente el mal llamado «tratado de paz» firmado con Gran Bretaña en 1991, que había dejado en la nebulosa nuestro legítimo derecho a la soberanía sobre las islas, y que ya estaba abandonado de hecho.
Por otro lado, el contenido de la declaración pública conjunta suscripta ahora denota que se han tenido en cuenta sólo una finalidad y un concepto meramente mercantilistas y de corto plazo, con total ignorancia y olvido de nuestros objetivos políticos, de soberanía, poblamiento y aprovechamiento de las islas y toda su zona de influencia, incluida la Antártida.
Por ello, como argentinos con formación y/o experiencia en el servicio exterior de la Nación, reclamamos:
1.- Las denuncia del Tratado de Madrid de 1991, por haber sido violado por Gran Bretaña en numerosas ocasiones.
2.- El rechazo parlamentario del acuerdo o memorando de entendimiento con Gran Bretaña, firmado recientemente por la actual canciller de nuestro país.
3.- Su reemplazo por una propuesta seria y responsable que defina una hoja de ruta clara y precisa sobre los pasos que deberán cumplir la Argentina y el Reino Unido para que:
§ en un plazo de entre 20 y 30 años, las Islas Malvinas, las Georgias del Sur y las Sandwiches del Sur queden total y definitivamente bajo la soberanía de nuestro país;
§ se contemplen los intereses de los actuales habitantes de las islas citadas, y su paulatina integración a nuestras leyes, a nuestro territorio continental y a todos los servicios que la Nación y las respectivas provincias brindan a sus habitantes de tierra firme.
4.- La reformulación de la doctrina y de la estrategia de nuestras relaciones exteriores, para que se establezca como primera prioridad la aceptación y el apoyo a la hoja de ruta mencionada, por parte de los países que deseen suscribir acuerdos bi o multilaterales con el nuestro.
Buenos Aires, 28 de setiembre de 2016.
Dr. Anzaldi Pablo, Dr. Barrios Miguel Ángel, Dra. Bruzzone Elsa, Lic. Damsky José María, Emb. Labaké Juan Gabriel, Lic. Pereyra Mele Carlos, Emb. Posse Abel, Lic. Saint Pierre Pedro Manuel.
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