El año electoral se inicia en un contexto de declinación del kirchnerismo tal cual lo conocimos y de emergencia de un nuevo consenso conservador, representado por los principales candidatos presidenciales: Scioli, Massa, Macri, Cobos, Binner. Al intentar desactivar la movilización y garantizando un compromiso entre clases, el kirchnerismo generó las condiciones para que los sectores […]
El año electoral se inicia en un contexto de declinación del kirchnerismo tal cual lo conocimos y de emergencia de un nuevo consenso conservador, representado por los principales candidatos presidenciales: Scioli, Massa, Macri, Cobos, Binner. Al intentar desactivar la movilización y garantizando un compromiso entre clases, el kirchnerismo generó las condiciones para que los sectores dominantes preparen una salida conservadora. Con las elecciones presidenciales 2015, se culmina entonces, no con la profundización hacia nuevas transformaciones sociales, sino con una derechización cada vez más acentuada.
Frente a la agenda de «retorno a los mercados y seguridad jurídica», así como del endurecimiento de penas y la autonomía de las fuerzas policiales, avance en la criminalización y represión a las luchas, entre otros puntos, urge dar una respuesta integral. En el plano específicamente electoral, es necesario mostrar una alternativa de izquierda, democrática, anticapitalista, antipatriarcal y antiimperialista que reúna a los trabajadores y trabajadoras, a las y los luchadores sociales, a los movimientos de mujeres y LGTB, a la juventud y a toda la militancia popular para transformarse en un actor político decisivo en el próximo período y un polo independiente que esté al servicio de las luchas sindicales, la movilización social y la construcción de poder popular.
En un contexto donde la actual derechización del espectro político venía preparándose, es destacable la importante elección del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) en 2013, donde el FIT supo alzarse como la principal voz nacional de la oposición al nuevo consenso anti-popular de los de arriba. Ante este escenario, la izquierda tiene renovadas posibilidades de interpelar a las mayorías desde una perspectiva de transformación social radical.
En la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO ha avanzado en los últimos años en la privatización y mercantilización de la Ciudad, expulsando y desalojando a miles de familias de sus viviendas, precarizando aún más la educación y la salud, gran parte de las veces en alianza con el kirchnerismo y otros partidos, vemos la necesidad de construir una unidad amplia de las tradiciones, identidades y organizaciones de la izquierda anticapitalista de nuestro país.
El FIT ha hecho una buena elección en 2013 desde la articulación de tres partidos trotskistas, que está lejos de agotar la amplia cultura y militancia de la izquierda de nuestro país. Entendemos que una expresión electoral de la izquierda anticapitalista debe abrirse a los movimientos populares que se desarrollaron durante el último ciclo de luchas, a las expresiones político-electorales de la «izquierda independiente» (como la plataforma electoral «Pueblo en Marcha» en CABA), a organizaciones y personalidades de larga trayectoria en el campo popular como AyL de Luis Zamora o Carlos «el perro» Santillán y al resto de la izquierda social y política en la medida en que se delimite de las falsas alternativas «progresistas».
Estamos ante la oportunidad importante, pero no eterna, de abrir un surco nuevo en el movimiento obrero y popular, construyendo un frente político anticapitalista amplio, independiente. La izquierda anticapitalista tiene el desafío de mostrar que es posible transformarse en una fuerza política real, anclada en las tradiciones y la vida de las clases populares, que puede incorporar a la militancia social, a las y los luchadores sindicales combativos, a los y las activistas antipatriarcales, a las y los miles de militantes populares independientes y albergar en su interior a los diversos matices y divergencias que se presentan y actúan en las luchas contra toda forma de explotación y de opresión. De nosotros y nosotras depende.
Primeras firmas
Pueblo en Marcha: (Frente Popular Darío Santillán, Democracia Socialista, El Avispero-Bartolina Sisa, MULCS)
Frente Popular Darío Santillan – Corriente Nacional (Regional Capital Federal)
Organización Política La Caldera
Participación y Acción
Claudio Katz (Economistas de Izquierda – UBA/Conicet)
Eduardo Lucita (Economistas de Izquierda)
Guillermo Almeyra (Periodista e Historiador)
Horacio Tarcus (UBA – Cedinci)
Miguel Mazzeo (Ensayista, Universidad de Lanús)
Omar Acha (UBA/Conicet)
Alberto Bonnet (UBA – UNQui)
Ariel Petruccelli (Director de la carrera de Historia de la Universidad Nacional del Comahue)
Jorge Marchini (FCE/UBA)
Ezequiel Adamosvky (UBA/Conicet)
Martín Bergel (UBA/Conicet)
Mabel Bellucci (Ensayista y periodista)
Agustín Santella (UBA/Conicet)
Sergio Nicanoff (CBC-UBA)
Mario Hernandez (Periodista y escritor)
Daniel Omar de Lucía. (Docente titular del Instituto Superior del Profesorado «Joaquín V. González» y escritor)
Jorge Sanmartino (EDI, Comuna 7, FSoC-UBA)
Carina López Monja (Periodista y comunicadora popular)
Martín Mosquera (FFyL-UBA)
Federico Orchani (referente político territorial)
Sandra Aguilar (activista lesbiana feminista en Desde el Fuego)
Gigi Krein (activista en defensa de los territorios)
Guido Spadavecchia (Vicepresidente del CEI – UBA)
Jorgelina Matusevicius (FSoC/UBA)
Diosnel Pérez Ojeda (referente barrial Villa 20/Lugano)
Carlos Fernández Kostiuk (dirigente piquetero)
Alejandro Pérez (FSoC – UBA)
Tomás Eliaschev (Periodista, delegado Revista 23 y miembro del Colectivo de Trabajadores de Prensa)
Daniel López (FSoC – Delegado de la Junta interna de ATE en Ministerio de Trabajo)
Maro Skliar (delegado general adjunto ATE promoción social CABA)
Demián García Orfanó (FCE-UBA)
Diego Abu Arab (delegado de la junta interna ATE Ministerio de Trabajo)
Ariel Slipak (CBC-UBA)
Leandro Rodríguez (CBC-UBA)
Ramiro Cárdenes (FFyL-UBA)
Facundo Nahuel Martin (CONICET-UBA)
Nadia Recalde (FSoC-UBA)
Federico Whalberg (FCE-UBA)