Pareciera que los que no pueden o quieren reconocer que se ha crecido mucho en lo político, económico y social en estos últimos años en la región, le dan más importancia a frágiles apariencias que a los hechos concretos. Hugo Chávez La muerte de Chávez, ha tenido una significación tremenda en los pueblos de la […]
Pareciera que los que no pueden o quieren reconocer que se ha crecido mucho en lo político, económico y social en estos últimos años en la región, le dan más importancia a frágiles apariencias que a los hechos concretos.
Hugo Chávez
La muerte de Chávez, ha tenido una significación tremenda en los pueblos de la América Latina. Esta significación profunda invalida la intención de muchos de restarle protagonismo a la construcción por él comenzada de esta nueva Latino América. Es verdad, que lo presentado por Chávez, avalado y confirmado por los gobiernos de Néstor y Cristina en Argentina de Lula y Vilma en Brasil, de Evo Morales en Bolivia, De Correa en Ecuador, de Mujica en Uruguay, no cumple con la ortodoxia pregonada por la izquierda en otros momentos históricos, pero lo conseguido a favor de la igualdad en todos estos países debiera haber servido para que el progresismo y el socialismo, dejaran de lado las apariencias, y comprendieran que los movimientos sociales, ahora, se manifiestan de diversas maneras no preestablecidas. En cambio, Fidel Castro, de quién no dudan de su carácter revolucionario, lo ha acompañado a Chávez y lo ha considerado el continuador de la revolución en nuestra América.
La social democracia es más respetada. Aunque siempre transa con las políticas de derecha y neoliberales, como sus actores lucen más tradicionales, visten traje gris y no salen del protocolo, resultan más confiables. La historia reciente del mundo y de nuestro país, tiene innumerables ejemplos de traición a las aspiraciones del progresismo (La Alianza). Cuando hablan de libertad, no lo hacen en el sentido de la igualdad, único modo de ser libre, sino a poder hacer lo que ellos quieran en cada momento, lo que lleva causalmente a obtener beneficios para los poderosos. Eso sí, los excluidos gozan de la libertad de morirse de hambre.
Chávez, dejó su impronta y es mucho lo que hizo. Conmueve recordar unas de las últimas palabras que tuvo en las que le pedía a Dios que le diera más vida, aunque sea sufriendo por su cuerpo enfermo, porque le faltaban cosas por hacer. Y es cierto, tenía mucho por dar todavía. Lo mismo pasó con Néstor. También le criticaban el traje desabrochado y los mocasines.
Nuestro supuesto progresismo, se pone en el lugar opositor colgado de la derecha. Los hemos visto con los empresarios agropecuarios, con los monopolios mediáticos criticando al gobierno de Cristina Kirchner por sus modales, por su crispación, hasta por su peinado y no han podido abrir la cabeza para contribuir a la profundización y difusión de la Ley de Medios, de la Asignación Universal por hijo, a la ley del peón de campo, a los impensables progresos en los juicios por los derechos humanos en los delitos de lesa humanidad, por la recuperación de hijos de desaparecidos, la ampliación de derechos ciudadanos, en la recuperación de las jubilaciones en manos del Estado, la recuperación de nuestra aerolínea de bandera, Aerolíneas Argentinas, de YPF, del Correo Argentino, el plan Procrear de viviendas en todo el país, la integración regional con los países hermanos en la UNASUR, CELAP y el ALBA para construir la gran Patria Latinoamericana, deseo profundo de Chávez, en continuidad al proyecto de San Martín y Bolivar… ¿No son muestras contundentes de gobiernos progresistas? Hermes Binner, cabeza del Frente Progresista Amplio (FAP) dice, sin avergonzarse, que él habría votado a Capriles si hubiera votado en Venezuela, siendo que Capriles representa la total derecha. Demuestra que el FAP, es un frente tan amplio que hasta lo aceptan a él. Pino que corre por izquierda, se junta con Elisa Carrió y así estamos.
Para la derecha Chávez es un tirano y usan la palabra «chavismo» como antes usaban «comunismo», para denotar al demonio. Es claro que los países capitalistas dominantes no le tienen ninguna simpatía a ninguno de estos gobiernos que se han enfrentado y dado vuelta las políticas neoliberales. En todos estos países que despectivamente llaman populistas, existe una real democracia. Las muchas elecciones y también referéndum que se han librado han respetado los resultados obtenidos en todos los casos. La política ha tomado su lugar y le han sacado poder a los grandes grupos económicos que las dictaban. Los Medios monopólicos de Comunicación se encargan de mentir y difundir la idea de que éstas no son democracias.
Los desprolijos presidentes Chávez y Kirchner fueron los que dieron por tierra con el ALCA en esa histórica jornada en Mar del Plata el 4 de noviembre de 2005. Estados Unidos había venido a fiscalizar a sus dependientes. Chávez tuvo ese día la confirmación de que Kirchner hacía historia cuando intimó a George Bush diciéndole «No nos vengan aquí a patotear». Chávez dio un discurso en el que denunciaba la acción colonialista de Estados Unidos y la clara intención de esa cumbre de no participar del ALCA. Se coronó el momento con el «ALCA-rajo». Lula refrendó todo lo actuado. Esto pasó aquí, en esta América que tratan de parar como sea. ¿No es esta jornada y sus consecuencias un digno hito de soberanía? ¿No debieran sumarse a este gran movimiento en la región los socialistas y progresistas?
Existen además otras posiciones incomprensibles. Hay quienes valoran a Chávez por las transformaciones a favor de la justicia social, por la disminución de la tasa de pobreza, por la inclusión de los invisibilizados y excluidos, por su unión con otros presidentes latinoamericanos para enfrentar juntos los problemas de la región, pero no concuerdan con nada de lo hecho por el gobierno argentino. Desde Moyano que defiende todos estos logros en Venezuela y se entrevista con Macri porque de él recibe respuestas, hasta Pino, Lozano, Michelli, que no reconocen nada de lo hecho aquí y se unen con el FAP de Binner, Morandini, Donda, acoplados hasta con Estensoro y Carrió, que llevan sobre sí prontuarios a modo de currículo.
Si la participación popular que acompaña, con distintas características, a los gobiernos de Argentina, Venezuela, Ecuador, Brasil y Bolivia, si las manifestaciones de dolor multitudinarias que provocaron las muertes de Néstor y de Chávez, no les sugiere que hoy la verdadera transformación corre por estos caminos y que la movilización masiva del pueblo la garantizan, están condenados a ser meros espectadores.
Otra vez las apariencias
Un Papa argentino
Siendo atea, no me siento autorizada a decir que nunca confiaría en la Iglesia. Sí miro con atención las virtudes que se destacan del Papa Francisco: paga el hotel, usa sillón sin oro, viaja en subte. ¿Será suficiente para nosotros? Para algunos sí, así como critican con empeño y juzgan a Cristina por el botox o las extensiones. ¿Es digno todo esto?
¿Dentro del kirchnerismo, decir el «Papa peronista», no es también un abuso? El kirchnerismo, tuvo la virtud de venir del peronismo, pero ampliar su base y sus ideas en forma transversal y democrática. Le costó mucho y logró superar las partes negras de los últimos peronismos en el poder (López Rega , Ménem). ¿Qué quieren decir con Papa peronista? ¿Alcanza con asistir a los pobres y usar viejos zapatos, no interesan las ideologías y las acciones o no a favor del fortalecimiento de la democracia? No se puede olvidar que existieron los curas Tercer Mundistas. ¿Los enfrentamientos vividos entre las dos iglesias en los 70, ahora cancelan? Distinto es el sentimiento religioso de millones de fieles que lo viven intensamente, así sea éste u otro Papa, pero de los militantes políticos, aunque también sean creyentes religiosos, se espera otro análisis.
El Ejecutivo, Cristina Kirchner, actuó con inteligencia. Cumplió con lo protocolar, poniendo además su frecuente cuota de sentimiento y religiosidad que la caracteriza, pero no dejó en ningún momento de marcar lo que se espera que haga para contribuir al fortalecimiento de las democracias latinoamericanas, enfrentadas a los países colonialistas.
Si el Papa Francisco es capaz de pedir perdón en nombre de la Iglesia Católica por su actuación desde siempre en la historia represiva mundial y fundamentalmente a nosotros, los argentinos, por su posición durante la dictadura militar y por su silencio que aún persiste relacionado a desapariciones de miles de argentinos, vuelos de la muerte y secuestros de bebés, entonces se podría comenzar a verlo con otros ojos. Sentirse orgulloso porque trabaja en las villas, es como decir «algo es algo» ¿Alcanza para un político peronista?
Se verá qué va a poner de sí para aclarar la historia por él vivida como Jorge Bergoglio en Argentina. Si va a actuar a favor de las nuevas democracias que luchan por la igualdad o serán sus acciones solamente místicas frente a los pobres, lo que implica, por acción u omisión, trabajar en contra. La política, los políticos no pueden confundirse. En el Vaticano, el Papa. En Argentina política comprometida, transformadora.
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