Unos 28 millones de argentinos encararán este 14 de agosto un desafío inédito en las urnas: las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, previstas por la Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral. El ejercicio, según establece la referida legislación, constituye un método de selección de candidaturas para cargos públicos […]
Unos 28 millones de argentinos encararán este 14 de agosto un desafío inédito en las urnas: las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, previstas por la Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral.
El ejercicio, según establece la referida legislación, constituye un método de selección de candidaturas para cargos públicos electivos nacionales y de habilitación de partidos y alianzas para competir por tales puestos.
En el mismo están obligados a participar todos los ciudadanos argentinos – nativos, por opción o naturalizados – que tengan 18 años o más a la fecha de la elección nacional del próximo 23 de octubre, se encuentren o no afiliados a algún partido político.
Se trata de un mecanismo mucho más participativo y totalmente diferente a aquél basado en la elección de candidatos «por sus estructuras partidarias, sus amigos o sus pequeños grupos de afiliados», aseguró en recientes declaraciones el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
Así, el 14 de agosto se definirán con el voto las candidaturas para Presidente y Vicepresidente de la Nación, 130 diputados nacionales en todas las provincias y esta Ciudad Autónoma, y 24 senadores nacionales en Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.
Para poder participar en las elecciones nacionales será requisito indispensable conseguir un umbral de apoyo mínimo equivalente al 1,5 por ciento de los votos válidos emitidos en el distrito electoral correspondiente y para la categoría de cargo en la que pretenda competir.
En consecuencia, analistas dan por descontado aquí una reducción del número de fórmulas presidenciales inscriptas (10) y que encabezan la actual mandataria, Cristina Fernández, y su ministro de Economía, Amado Boudou, aspirante a vicepresidente.
También pondrán a prueba sus candidaturas el diputado nacional Ricardo Alfonsín y el economista Javier González Fraga por la Alianza Unión para el Desarrollo Social (UDESO), mientras el Frente Amplio Progresista llevará como aspirantes al gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y la senadora nacional Norma Morandini.
La Coalición Cívica-ARI participará con la legisladora nacional Elisa Carrió y su compañero de bancada Adrián Pérez; y la Alianza Proyecto Sur lo hará con los también diputados Alcira Argumedo y Jorge Cardelli.
El ex presidente Eduardo Duhalde y el gobernador saliente de Chubut, Mario Das Neves, se postularán por la Alianza Frente Popular, en tanto el mandatario puntano Alberto Rodríguez y el ex gobernante santafesino José María Vernet irán con la Alianza Compromiso Federal.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores estará representado en las primarias por José Saúl Wermus, conocido por su seudónimo Jorge Altamira, a quien acompañará en la fórmula Christian Castillo.
Por último, José Bonacci y José Villena integrarán la fórmula presidencial del Partido Del Campo Popular, en tanto Sergio Pastore y Gilda Rodríguez lo harán por el Movimiento de Acción Vecinal.
Las campañas con miras a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias arrancaron el 15 de julio último y, también por primera vez, apoyadas en un nuevo método de distribución de espacios audiovisuales, que -asegura iguales oportunidades a todos los candidatos.
Así, en 18 días de transmisiones (del 25 de julio al 12 de agosto) el receptor argentino será «bombardeado» con 44 mil horas de publicidad electoral que serán difundidas a través de 2.039 medios audiovisuales.
O, dicho de otro modo, unos 158 millones de segundos que llegarán a través de las radios AM, FM, la televisión abierta y por cable, y en los que se dará a conocer el mensaje de cada una de las 216 listas oficializadas ante la justicia electoral para las primarias.
El contexto de las primarias
Las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias tendrán lugar apenas una semana después de los comicios para gobernador en la provincia de Córdoba, que por primera vez figura como el segundo distrito electoral en importancia del país. Según datos oficiales, habrá alrededor de 2.499.000 cordobeses habilitados para votar; una cifra que sólo supera la provincia de Buenos Aires, con 10.600.000.
Además del gobernador y su vice, en la provincia se renovarán la totalidad de los 70 miembros del Poder Legislativo unicameral y los miembros titulares y suplentes para el Tribunal de Cuentas.
Todo indica que la disputa por el gobierno cordobés la animarán tres de los 12 candidatos inscriptos: el justicialista José Manuel De la Sota (Unión por Córdoba); el radical Oscar Aguad, y Luis Juez, del Frente Cívico.
Ninguno de ellos es considerado afín al Frente para la Victoria (FpV), la fuerza que llevó al poder a Néstor Kirchner, primero, y luego a Cristina Fernández, aunque De la Sota recibió el apoyo del gobernador bonaerense Daniel Scioli y del vicepresidente provisional del Senado, José Pampuro, ambos alineados con el gobierno nacional.
Por otra parte, el 31 de julio último el empresario Mauricio Macri barrió en la segunda vuelta de las elecciones para jefe de Gobierno porteño, consolidando a la capital federal como bastión de la centroderechista alianza Propuesta Republicana (PRO).
El triunfo de Macri se consumó apenas una semana después que en la provincia de Santa Fe el candidato del FpV, Agustín Rossi, fuera relegado al tercer lugar por el comediante Miguel Del Sel (PRO), un hombre incorporado a las faenas políticas apenas tres meses antes.
Aunque para observadores aquí tanto el triunfo de Macri como el del socialista santafecino Antonio Bonaftti eran previsibles, el arco opositor y los monopolios mediáticos a su servicio se han encargado de exacerbar tales resultados y extrapolarlos a las presidenciales del 23 de octubre.
Tanto ruido mediático con estas proyecciones mecánicas y arbitrarias es generar un clima adverso para la candidatura de Cristina Fernández y facilitar una segunda vuelta que de más posibilidades a la oposición, anticipó en un artículo el analista Luis Bruchstein.
«Ese es un objetivo concreto, no es un disparate. La herramienta es artificial en este caso, porque son argumentos forzados con los cuales se machaca en forma insistente, pero el objetivo es posible», advirtió.
Moisés Pérez Mok, Corresponsal de Prensa Latina en Argentina.
Fuente original: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=313129&Itemid=1