Recomiendo:
1

Entrevista al economista político Julio Gambina

«Argentina tiene una tradición de organización sindical y popular que no es fácil de doblegar»

Fuentes: Rebelión

M.H.: Se presentó el Proyecto de presupuesto para el año entrante. 

J.G.: La presentación oral, porque la ley ya se había presentado. Lo que se hizo ahora fue una presentación con algunos legisladores presentes y otros de manera virtual. 

M.H.: ¿Agrega algo a lo que establecía la ley? 

J.G.: Agrega para el debate, lo de fondo es lo que está escrito. El dato más importante es que prevé que este año va a terminar con una caída del PBI de 12,1%. 

M.H.: Mayor que en 2001-2. 

J.G.: Y que cualquiera de las previsiones que están dando vueltas, ya sean de la CEPAL, del Banco Mundial, etc. Todos daban alrededor de un 10% y la cifra de 2001/02 es del 11% pero esta es peor. De alguna manera es coherente y convergente con lo que dice la secretaria ejecutiva de la CEPAL que dio un discurso hace unos días atrás, comentando datos de la CEPAL, y dice que esta crisis para América Latina y el Caribe es la peor en cien años.

Y viendo estos datos de Argentina se confirma. Porque al decir esto, afirma que es peor a la crisis del 2007/09, superior a la crisis de fines de los 60 principios de los 70, y a la crisis del 30 de 1929/32. O sea, en cien años, es una lectura desde 1920 a 2020 y al pensar a la Argentina uno puede ver que son datos alarmantes de caída de la producción, sobre todo, por el impacto social que eso genera.  

Los datos de la Argentina son alarmantes en crecimiento de la pobreza, la cifra para este año ronda el 40% o más. Y la incógnita es en cuánto cerrará el número, pero ya decir ese porcentaje es muy fuerte, es consolidar una tendencia estructural que se viene afianzando en los últimos 40 años, desde la normalidad previa a la dictadura militar. En 1976 es un cambio muy importante en el modelo productivo, en la estructura social, en la producción y en la distribución del ingreso, generando y consolidando una pobreza que es estructural y que explica muchos debates contemporáneos, actuales incluso. 

M.H.: En 1974 la pobreza era del 4% ¿es así esto? 

J.G.: Sí. Esos son los valores históricos. Se puede ir más atrás inclusive. Argentina es uno de los países de desarrollo capitalista temprano en América Latina, lo que supone una expansión de población muy importante. De 1880 a 1910 un gran crecimiento poblacional, 1910 en adelante un crecimiento de la industria, tanto de capitales externos como de capitales locales, muy potenciados a fines de la década del 30 y luego de la Guerra mundial con el Peronismo.  

Pero ya en la propia Década infame, 1930/40, hay un desarrollo industrial muy importante con salarios que son relativamente altos, en comparación con el nivel mundial.  

Cuando uno mira la fuerte inmigración de toda América, ve que a fines de 1800 y comienzos de 1900 los dos grandes países receptores de inmigrantes son EE UU y Argentina. Argentina competía con el nivel de salarios que percibían los trabajadores. Era un territorio al que valía la pena venir a vivir. Muchos inmigrantes venían a la Argentina como territorio de paso y se terminaban quedando porque había condiciones para la expansión del capitalismo, lo que suponía territorio para las ganancias y territorio para el salario.  

Por eso hay grandes conflictos sindicales a fines del Siglo XIX comienzos del Siglo XX. A tal punto que en el Centenario (1910) hay Estado de sitio y tiene mucho más que ver con cuestiones políticas que con situaciones de crisis económicas. Por eso el cambio profundo de la Argentina es en 1975/76. Ahí se consolida el 25/30% de pobreza. 

M.H.: Podemos decir que fue a partir del Rodrigazo y fundamentalmente con el golpe de 1976. 

J.G.: Sí, 1975 te lo anticipa, es un gobierno constitucional pero el Rodrigazo es el punto de inicio. Luego se consolida muy fuertemente. La violencia es fundamental, por eso aplican el terrorismo de Estado. Pero previo al golpe militar funcionaban las 3 A, los grupos paramilitares, había que destruir el poder sindical y el poder obrero y popular acumulado en esos años.  

Argentina hoy es de los países de mayor sindicalización a nivel mundial. Cuando vemos la campaña mediática que hay hoy, que las empresas se van porque la Argentina es imposible, porque la presión tributaria es imposible, etc. Todo eso es mentira, porque si se compara el gasto público de Argentina con los principales países capitalistas del mundo y con los países capitalistas de la región, no es tanta la presión fiscal. Lo que ocurre es que la Argentina tiene una tradición de organización sindical y organización popular y desarrollo del conflicto que no es fácil de doblegar. Fijate que en 2017 Macri había ganado la elección de medio turno y quiso llevar la reforma laboral y la previsional al Congreso, creyó que el consenso electoral se traducía en consenso político para reformas estructurales que están contenidas en el acuerdo con el FMI del año siguiente, después del gran conflicto de diciembre de 2017.  

Argentina tiene unos niveles de organización sindical muy importantes. Uno puede criticar a la burocracia sindical, al sindicalismo de conciliación, al sindicalismo de negociación, neovandorista, como se lo quiera llamar, pero no hay dudas que el nivel de sindicalización social y popular de la Argentina es muy fuerte. Es más, muchos de los dirigentes sindicales de los 70 y 80, en plena crisis de los 80, se convirtieron en dirigentes territoriales. 

Cuando se estudia el fenómeno de los fogoneros/piqueteros que se desarrollaron en los 80 y 90 son parte de la camada formada en los 60 y 70 y que, en tanto y en cuanto el modelo productivo empezó a excluir trabajadoras y trabajadores formales a una situación de irregularidad, de eliminarles el ingreso salarial regular, muchos de esos dirigentes sindicales, delegados de fábricas, de trabajadores con experiencia sindical se transformaron en dirigentes territoriales, barriales. 

M.H.: Si te escucha algún empresario nacional o internacional (que no creo) no invierte acá. 

J.G.: Es bueno tu planteo, yo creo que sí nos leen y te escuchan porque lamentablemente el poder económico mundial nos lee mucho más a nosotros de lo que nosotros leemos al poder mundial. Creo que hay una falencia en todos nosotros, y con eso me refiero a un amplio espectro de la izquierda intelectual, sindical, popular que no estudia los nuevos fenómenos del capitalismo contemporáneo. Y cuando estudiás a fondo esto, a la Argentina no vienen por el poder sindical, sino que no vienen a América Latina. La CEPAL ha hecho estudios y dice que América Latina dejó de ser territorio principal de orientación de las inversiones en 2011. Cuando se terminó el boom de las commodities.  

M.H.: Esto que estás diciendo ¿es válido para China también? 

J.G.: No. Trump quiere que las empresas dejen de ir a China. China creció desde fines de los 70. La modernización china de 1978 se abrió a las inversiones externas y fueron los grandes capitales europeos y norteamericano que tenían en sus territorios salarios elevados, por la lucha sindical, por la organización de sus trabajadores; por lo tanto, fueron a China por la avidez de ingreso de capitales fenomenal y una población disciplinada por el propio poder del Estado con bajos salarios y, de allí que tuvieron las condiciones ideales, toda la década del 80 y del 90 para crecer y expandirse.  

En los 90 China aparece como actor político y económico mundial. Ahora Trump quiere terminar con eso, quiere que esos capitales vuelvan a EE UU. Hizo un discurso en la ONU culpando a China por el Coronavirus y culpando a la ONU y a la OMS por el Coronavirus. 

América Latina no es destino principal de las corrientes mundiales de inversión desde 2011 

M.H.: Yo me refería, volviendo al tema de las inversiones, al tema de las inversiones chinas en Latinoamérica.  

J.G.: América Latina no es destino principal de las corrientes mundiales de inversión desde 2011. Y la UNCTAD que es la Organización para la cooperación y el desarrollo de la ONU, dice que desde 2015 vienen cayendo las inversiones internacionales en todo el mundo. Dice que la proyección hasta el 2021 es una caída del 100% del flujo internacional de inversiones externas que abarca a todos los países del mundo.  

Cuando mirás a América Latina, el único país que aparece en el ranking de receptor de inversiones internacionales es Brasil. Respecto de China, lo que ha hecho es venir a cubrir esa gran caída de inversiones internacionales y tiene mucho que ver sus necesidades. 

China tiene el 21% de la población mundial, algo así como uno de cada cinco habitantes del planeta vive en China. Pero tiene una porción muy reducida de tierra del sistema mundial. No es un territorio que tenga para sí recursos naturales, bienes comunes, materias primas. La tierra cultivable es escasa. Entonces necesita tierra del mundo. 

M.H.: El agua también. 

J.G.: Claro. El agua, la tierra, los minerales, los metales. Y América Latina tiene todo eso. Y China que tiene una política exterior de “paz y amistad” para quien quiera comerciar con ella. Y entró por ahí en la década del 90. Después ofreció dinero y así varios países de la región le piden, incluida la Argentina, que firmó el primer gran préstamo Swap con Cristina Fernández como presidenta, Macri lo ratificó y el gobierno de Fernández también y están viendo ahora de mejorar las reservas internacionales con ese préstamo financiero de China.  

Y China después dijo “el que quiera inversiones, aquí estoy” y América Latina y muchos países de la región vienen creciendo durante el último tiempo como socios financieros y económicos. 

M.H.: Te quiero preguntar en cuanto a las reservas del Banco Central. ¿Hay retención de divisas? ¿Los exportadores están reteniendo en los niveles que plantea Clarín

J.G.: Los exportadores siempre retienen. 

M.H.: ¿Nueve mil millones de dólares? 

J.G.: Hay fuga de capitales. Hay una cantidad de recursos cuantiosos de argentinos en el exterior, y no son pequeños y medianos.  Son las grandes empresas que han tomado créditos en el exterior. 

M.H.: El problema entonces no es por la compra de 200 dólares. 

J.G.: Claro que no. Si tuviera algún amigo en el ministerio de Economía le pediría que expliquen mejor las cosas, porque hay mucha gente de muy pocos recursos que cobraba el IFE, compraba 100 dólares, los volvía a cambiar en el mercado negro y se hacía unos mangos para vivir un poco menos mal. La gente sobrevive como puede.  

Lo que hay que combatir es por qué hay dólar ilegal. Qué hace la policía cuando hay manteros en Once, los reprime. Entonces los manteros son vendedores ilegales y furtivos y los reprimen. Y vas a la calle Florida y están los “arbolitos” a la vista. Que ojo, también están buscándose la vida como el que limpia los vidrios de los autos en la calle. Pero te puede llegar a la cueva, que está vinculada al propio sistema financiero y a la liberalización de la economía. 

M.H.: En la calle Florida no se hacen los grandes negocios. 

J.G.: No. Pero tenés la punta para llegar. Es como el famoso tema de la droga, el tráfico de armas, la trata de personas, son negocios del capitalismo criminal de época. Hay que tener voluntad y decisión política para ir contra eso.  

Lo que quería decir de las inversiones internacionales es que la tendencia mundial hoy no mira a América Latina, no mira a la Argentina y casi que tampoco mira al Brasil. Por eso estos ceos que gobernaron la Argentina del 2015 al 2019 creyeron que con la sola ideología iban a atraer a los inversores, y los inversores vienen si tienen las condiciones para hacer negocios.  

EE UU está queriendo buscar la recomposición de su economía. Jeremy Powell viene diciendo que no están creciendo al ritmo que imaginaban desde 2012. Se imaginaban que iban a crecer al 2.5% y vienen creciendo al 1.8%. Y ahora Trump en la ONU afirma que la culpa es de China porque venían bien hasta que apareció el Coronavirus.  

Claramente está en campaña y puede ganar las elecciones. Eso es lo preocupante y problemático y lamentable del debate teórico político en la Argentina que es de nivel zócalo, estamos discutiendo los 200 dólares que se pueden comprar por mes, si tenemos reservas o no, pero nadie está discutiendo que debiéramos rechazar las negociaciones con el FMI porque eso es profundizar la dependencia.  

Hoy tiró 5 bases conceptuales el ministro Guzmán sobre en qué está basado el Presupuesto 2021 y la último dice que tiene que ver con la soberanía. Pero si queremos ser soberanos tenemos que desprender ya del FMI y repudiar una deuda odiosa, una deuda hecha por política para que Macri gane las elecciones.  

Felizmente no lo hizo, pero quedó el paquete de esa deuda, y lo peor que podemos hacer es negociarla, porque además no sé si el FMI está tan interesado en cobrar, lo importante son los intereses de fondo que quiere instalar, la reforma laboral, la reforma previsional para favorecer esas inversiones internacionales que lamentablemente no tienen destino hoy en América Latina y que tienen dificultades en el sistema mundial. Esos son los temas estructurales que hay que seguir muy de cerca.