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Campo de concentración en Mar del Plata

Arranca el gigantesco plan de seguridad para recibir a Bush

Fuentes: Clarín

Espías de EE.UU. se instalaron en la ciudad y la Policía define el lugar de los francotiradores. Prevén una custodia de 7.500 hombres y aviones de combate. Ya evacuan comercios. Y censan a los vecinos Túneles secretos, espías disfrazados, francotiradores apostados en las torres más altas, vecinos censados por la Policía, obreros por todas partes […]

Espías de EE.UU. se instalaron en la ciudad y la Policía define el lugar de los francotiradores. Prevén una custodia de 7.500 hombres y aviones de combate. Ya evacuan comercios. Y censan a los vecinos

Túneles secretos, espías disfrazados, francotiradores apostados en las torres más altas, vecinos censados por la Policía, obreros por todas partes y mucho, mucho miedo. Tres meses antes de la IV Cumbre de las Américas, que entre el 4 y 5 de noviembre traerá a esta ciudad al presidente de Estados Unidos, George Bush, y otros 34 mandatarios del continente, Mar del Plata amanece cada mañana envuelta en osados rumores, que se mezclan con sorprendentes datos sobre el operativo de seguridad que se está poniendo en marcha.

Los cálculos previos dicen que para la Cumbre, cuyas reuniones de cancilleres y ministros comenzarán el 1º de noviembre, llegarán unos 10.000 visitantes y 2.500 periodistas. Para protegerlos, el Ministerio del Interior diseñó un operativo de seguridad que involucrará a 7.500 efectivos de las Policías Federal y Bonaerense, Prefectura y Gendarmería, con sus grupos comando para control de objetivos fijos -como los hoteles- y todas las unidades especializadas en explosivos. Además de una cantidad indeterminada de agentes de la SIDE.

Este equipo será reforzado por los casi 2.500 custodios que traerán los presidentes extranjeros más sus servicios de inteligencia, con el protagonismo de la CIA y el FBI estadounidenses. Que no sólo se moverán por donde lo haga Bush. Las reuniones centrales del evento se llevarán a cabo en el hotel Hermitage, y los encuentros de ministros se realizarán en el hotel Costa Galana y el teatro Auditorium.

La presencia de Bush está rodeada de un aura de secreto que alienta fantasías, aunque no todos son fantasmas: después de cinco disimuladas visitas para reconocer el hotel Sheraton, donde se alojará la mayoría de los 2.000 hombres que integrarán la delegación, hace unas tres semanas ya se instaló un grupo fijo de espías, para controlar la operatoria habitual del hotel y aprender cada una de las tareas que implica manejar el edificio. Una fuente de inteligencia y dos empleados del Sheraton confirman a Clarín que el hotel será completamente desalojado durante la Cumbre; su personal tendrá licencia y será reemplazado por estadounidenses, desde cocineros hasta conserjes y mucamas. «Vinieron a poner cámaras y ya cubren algunos turnos de vigilancia», revela un empleado.

Pero lo más probable es que Bush no duerma en el Sheraton, sino en un portaaviones que permanecería anclado a unos kilómetros de la costa. Se ahorraría así los 920 dólares más IVA diarios que cuesta la suite presidencial, pero tampoco podría disfrutar de la agitada movida nocturna de los boliches de la calle Alem. ¿O sí?

Un empleado de la base naval de Mar del Plata y otro del Sheraton son las fuentes más cercanas a una de las leyendas más taquilleras de la Cumbre: afirma que desde hace meses comenzó a construirse un túnel que parte del segundo subsuelo del hotel, pasa por debajo del campo de golf y la avenida costanera y termina dentro de la base militar, que está a 380 metros en línea recta, para garantizar un escape veloz en caso de emergencias. Nadie pudo confirmar el dato. Nadie se atreve a desmentirlo.

Mar del Plata está atiborrada de policías que pinzan las calles con operativos candado. Clarín fue interceptado por uno de ellos, durante el cual fueron tomados todos los datos del auto y los de sus ocupantes y se revisó el vehículo con un detector de metales. Fuentes de la Policía Federal admitieron además que ya están eligiendo departamentos altos para apostar francotiradores, y que piensan alquilar o vigilar los que estén vacíos y ofrezcan buenas perspectivas para atentar contra los presidentes.

El operativo también contempla el aire. Desde un radar de tres dimensiones instalado en la base de la Fuerza Aérea de Tandil para detectar naves intrusas, hasta aviones de combate, se habla de los Mirage, surcando los cielos por encima de los helicópteros de la Policía bonaerense.

La torre Demetrio Elíades es más conocida como «edificio Havanna» por la publicidad que corona su terraza. Con 39 pisos y a 300 metros del Hermitage, es una de las tres construcciones sobresalientes que rodean al hotel y que preocupan a los organizadores. «Pero qué seguridad pueden dar, por favor. Este país no está preparado para este evento. Tengo terror», dice Elena, una locuaz vecina de la torre.

La municipalidad no hace mucho por despejar la incertidumbre de los marplatenses. Atado a los tiempos que el Ministerio del Interior establezca para dar a conocer detalles del operativo, el intendente Daniel Katz sólo anunció que en los próximos diez días va a comenzar un exhaustivo censo de vecinos del área involucrada en el operativo. Dividida en cuatro sectores, esa zona será recorrida por policías, que harán listados de las personas que viven y extenderán credenciales que funcionarán como único argumento para circular: los parientes y amigos que no estén censados quedarán afuera de la «zona de exclusión».

Frente al Hermitage, en el Casino, el promedio de edad de los jugadores supera largamente los 65 años, con nutrida presencia femenina. Hace frío, y el rechinar de las fichas no alcanza para vaciar de silencio el inmenso salón del primer piso. Don Daniel Pane no desentona con el público que puebla las mesas de juego y decidió creer en el rumor que dice que el casino estará cerrado durante el evento. «No sé si toda la semana o tres días, pero nos cierran», se queja.

La clausura de los negocios aledaños a los hoteles es el tema más polémico. Los comerciantes temen que si tienen que cerrar, nadie les pague esos días. Y no hay buenas noticias para ellos: «No hay ningún plan de contemplar el lucro cesante de los comerciantes», admite el subsecretario de Relaciones Institucionales de la ciudad, Aníbal Drago.

Pero por supuesto, la Cumbre también tendrá sus ganadores. Los dueños de las propiedades caras y céntricas de la ciudad ya pueden poner el champán en la heladera. «Los precios de los alquileres para esa fecha se fueron a las nubes», dice Alejandro Acámpora, agente inmobiliario. «La Cancillería nos pidió que buscáramos departamentos y casas con nivel de cuatro y cinco estrellas, que tengan servicio de mucama, para alojar a la tercera línea de funcionarios», continúa. Buscan propiedades en el centro, La Perla, Plaza Colón, Playa Grande y el barrio Los Troncos. ¿Las tarifas? Por un dos ambientes se están haciendo reservas a 100 dólares por día; las casas, a partir de los 500 dólares. Si tienen pileta y quincho, ninguna se alquilará por menos de mil dólares por día. Un detalle: es frecuente el pedido para que las casas tengan «dispensers» de agua mineral. Los suspicaces dicen que es por miedo a un ataque químico en la red de agua.

Mar del Plata está destripada: camiones, grúas y excavadoras la descosieron por todas partes, bajo la promesa de dejarla resplandeciente en tres meses. Las barrancas de Playa Grande y las veredas de Punta Iglesia, Plaza Colón -regada esta semana con unas inexplicables palmeras caribeñas- y la diagonal Alberdi están intervenidas por obreros que trabajan a destajo para gastar los 90 millones de pesos que los gobiernos nacional y provincial le acercaron al intendente Katz para que maquillara la ciudad.

El Hotel Provincial es otro de los campos de batalla pre Cumbre. Abandonado desde hace siete años, prometen que las obras de restauración de la fachada comenzarán mañana. El último escollo para iniciarlas fue removido de manera violenta este fin de semana, cuando la Policía desalojó a los empujones a seis de los locales de la recova del hotel que da a la rambla. «Es un atropello, en lugar de pedir que arreglen los locales, están dejando a unas 600 familias sin trabajo. Usan a la Cumbre para hacer un negocio inmobiliario», dicen las abogadas de los negocios concesionados, Betina Leites y Sandra Pérez.

El aeropuerto de Camet también está revuelto por los obreros. Los trabajos, que triplicarán las medidas del salón VIP y reacondicionarán el resto de las instalaciones, «comenzaron un poquito tarde», según reconoce uno de los responsables. Para recuperar el tiempo, desde mañana trabajarán unas 150 personas durante las 24 horas. Fuentes de la concesionaria Aeropuertos Argentina 2000, desmintieron ante Clarín otro de los mitos que ya dejó esta Cumbre: «El Air Force One, el avión del presidente Bush, aterrizará perfectamente en nuestra pista, y como el resto de los aviones oficiales después partirá hacia la base de la Fuerza Aérea de Tandil». El Air Force One será custodiado como siempre por cinco aviones Galaxy. Pero no es cierto que el avión de Bush tendrá prohibido estacionar para que la pista no se hunda, como se estuvodiciendo,como dijo otra leyenda. ¿Será esa la última?