Julian Assange está libre. En el momento de escribir estas líneas se
encuentra de camino a las Islas Marianas del Norte, un remoto territorio
estadounidense en el Pacífico occidental, para ultimar un acuerdo con
el gobierno de Estados Unidos por el que será condenado a cumplir
condena en la prisión de Belmarsh. Salvo que el imperio haga algún
turbio tejemaneje durante el proceso, regresará a Australia, su país de
origen, como hombre libre.
Es importante destacar que, según los
expertos que han comentado esta sorprendente novedad, no parece que el
acuerdo de culpabilidad vaya a sentar nuevos precedentes legales que
perjudiquen a los periodistas en el futuro. Joe Lauria informa de lo
siguiente para Consortium News:
«Bruce Afran, un abogado constitucional de EE.UU., dijo a Consortium News
que un acuerdo de culpabilidad no crea un precedente legal. Por lo
tanto, el acuerdo de Assange no pondría en peligro a los periodistas en
el futuro de ser procesados por aceptar y publicar información
clasificada de una fuente debido a que Assange aceptó tal cargo.»
Obviamente
tengo un montón de emociones acerca de todo esto, después de haber
seguido este importante caso tan de cerca durante tanto tiempo y haber
puesto tanto trabajo en escribir sobre ello. Queda mucho, mucho trabajo
por hacer en nuestra lucha colectiva para liberar al mundo de las garras
de la máquina asesina imperial, pero estoy muy contenta por Assange y
su familia, y me siento bien al marcar una sólida victoria en esta
lucha.
Sin embargo, nada de esto deshace los males imperdonables
que el imperio infligió en su persecución de Julian Assange, ni revierte
el daño mundial que se ha hecho al hacer de él un ejemplo público para
mostrar lo que le sucede a un periodista que dice verdades incómodas
sobre el gobierno más poderoso del mundo.
Por lo tanto, aunque Assange sea libre, no podemos decir que se haya hecho justicia.
La
justicia sería que Assange recibiera un indulto total e incondicional y
una indemnización millonaria del gobierno estadounidense por el
tormento al que le sometieron con su encarcelamiento en Belmarsh a
partir de 2019, su encarcelamiento de facto en la embajada ecuatoriana a
partir de 2012 y su encarcelamiento y arresto domiciliario a partir de
2010.
La justicia consistiría en que Estados Unidos introdujera
cambios jurídicos y políticos concretos que garantizaran que Washington
no podría volver a utilizar su poder e influencia en todo el mundo para
destruir la vida de un periodista extranjero por informar sobre hechos
incómodos para él, y en que presentara una disculpa formal a Julian
Assange y a su familia.
La justicia consistiría en detener y procesar a las personas cuyos
crímenes de guerra expuso Assange, y en detener y procesar a todos los
que contribuyeron a arruinarle la vida por denunciar esos crímenes. Esto
incluiría a toda una serie de agentes y funcionarios gubernamentales de
numerosos países y a varios presidentes estadounidenses.
Justicia
sería también una bienvenida y honores de héroe por parte de Australia a
su llegada, y una seria revisión de la servil relación de Canberra con
Washington.
Justicia incluiría disculpas formales a Assange y su
familia por parte de los consejos editoriales de todos los medios de
prensa de la corriente dominante que fabricaron el consentimiento para
su viciosa persecución -incluyendo y especialmente The Guardian–
y la destrucción completa de las reputaciones de todos y cada uno de
los periodistas sin escrúpulos que ayudaron a difamarlo a lo largo de
los años.
Si estas cosas ocurrieran, entonces podríamos
argumentar que se ha hecho justicia hasta cierto punto. Tal y como están
las cosas, todo lo que tenemos es el cese de un único acto de
depravación por parte de un imperio que sólo está retrocediendo para
dejar espacio a depravaciones más nuevas e importantes. Todos seguimos
viviendo bajo una estructura de poder que se extiende por todo el
planeta y que ha demostrado al mundo entero que destruirá tu vida si
sacas a la luz su criminalidad, para luego quedarse atrás y llamarlo con
orgullo justicia.
Así que personalmente creo que voy a tomarme
esta pequeña victoria con calma, con un rápido «gracias» al cielo y
volver al trabajo. Aún queda mucho por hacer, y muy poco tiempo para
hacerlo. La lucha continúa.
Publicado en: Assange Is Free, But Justice Has Not Been Done – Caitlin Johnstone
Fuente: https://rafaelpoch.com/2024/06/25/assange-esta-libre-pero-no-se-ha-hecho-justicia/