M.H.: Se cumplen 20 años de ATTAC una Asociación que te toca muy de cerca. J.G.: Así es, fuimos fundadores hace 20 años en el momento de máxima ofensiva del neoliberalismo, de máxima ofensiva del capital contra el trabajo, la naturaleza y la sociedad. 1989 con la caída del Muro de Berlín abrió una etapa […]
M.H.: Se cumplen 20 años de ATTAC una Asociación que te toca muy de cerca.
J.G.: Así es, fuimos fundadores hace 20 años en el momento de máxima ofensiva del neoliberalismo, de máxima ofensiva del capital contra el trabajo, la naturaleza y la sociedad. 1989 con la caída del Muro de Berlín abrió una etapa que culminó en 1991 con la ruptura de la bipolaridad y aparecía el debate por un nuevo orden mundial.
En ese nuevo orden mundial lo que avanzaba era la liberalización de la economía mundial, se alentaba la libre circulación de los capitales a escala mundial y, por el contrario, se limitaba la libre circulación de las personas. Fijate qué curioso. Libertad para las mercancías, capitales y servicios pero limitación para las personas.
Entonces un grupo de gente en la Argentina tomamos nota de una iniciativa que se estaba constituyendo en Francia pero que era mundial, la de formar una red que se llamó ATTAC (Asociación por una Tasa Tobin de Ayuda a los Ciudadanos). Lo de Tasa Tobin tenía que ver con el ganador del Premio Nobel de economía de 1981, James Tobin, un economista liberal, demócrata que cuando empezó la especulación financiera planteó ponerle un impuesto para empastar el mecanismo especulativo.
El pobre Tobin no tuvo éxito y lo que era una insinuación de que se venía la especulación financiera se transformó en un mecanismo infernal, tal como es hoy la orientación de la especulación financiera global, los mercados de capitales abiertos, de libre circulación, incluso con la crisis de 2007/8/9 y hoy tenés un festival de especulación global.
La especulación es lo que domina y James Tobin había convocado a tratar de frenar aquello. Desde Francia, con el director de Le Monde Diplomatique salió la iniciativa de generar un movimiento global para frenar la especulación financiera que ya a fines del siglo pasado era un tema desbordado.
ATTAC se constituyó en 50 países de todo el mundo y fue una de las 8 redes que en 2001 convocaron al Foro Social Mundial. Allí estuvo ATTAC Argentina en el Primer Foro Social en el 2001 y en 2002 los argentinos éramos héroes porque habíamos generado una pueblada, que más allá de cómo se lea hoy lo que pasó en Argentina, en el mundo se leía como una rebelión contra el FMI.
Desde ese Foro en 2002 salió la convocatoria «No al Alca» y generamos una campaña de educación popular muy importante denunciando el libre comercio, la estrategia de EE UU para intentar subordinar a América Latina y el Caribe a su proyecto hegemónico. Todo terminó en la gran cumbre del 2005 donde los gobiernos del Mercosur junto con la Cumbre Popular dijeron no a Bush, No al Alca y ATTAC Argentina ha sido clave para articular un diverso movimiento social popular en la lucha contra la oncena conferencia de la OMC a fines del 2017 y sobre esa articulación popular se armó la protesta contra el G20 a fines del 2018.
O sea que tenemos un ATTAC que se crea en el momento de auge del neoliberalismo y que ha buscado siempre, en Argentina y el mundo, articular la resistencia a la globalización neoliberal, capitalista, desarrollada en los últimos 20 años. Y ahora vamos a celebrar los 20 años discutiendo las resistencias de los 20 años que vienen y eso es muy importante pensarlo, no solo en Argentina sino en toda la región.
Nuestra conmemoración va a ser el 19, 20 y 21 de junio y recientemente vinieron a visitar a la Argentina a hacer campaña por el gobierno de derecha de Mauricio Macri, Bolsonaro y Duque, los Presidentes derechistas, fascistas de Brasil y Colombia. Dos proyectos que están totalmente alineados con la política estadounidense para la región y para el mundo. Y vienen a hacer campaña porque temen que Macri pueda no tener un segundo período de gobierno en las próximas elecciones de octubre. La derecha continental liderada por Donald Trump tiene un proyecto para que Argentina sea parte de ese club que defienda la subordinación a la lógica del capitalismo mundial, liderado por los sectores más reaccionarios que se expresan en los gobiernos de Trump en EE UU, de Duque en Colombia, de Bolsonaro en Brasil, entre otros, donde todos ellos juntos tienen un proyecto de terminar con cualquier discurso crítico al capital, como el caso de Venezuela y Cuba, más allá de los problemas que pueda haber en el proceso económico-político de ambos países.
Por lo tanto, este debate que vamos a hacer en ATTAC el 19, 20 y 21, y aprovecho para invitar a quien quiera participar, tiene que ver con los últimos 20 años de la resistencia popular a la globalización neoliberal capitalista y pensar cómo confrontar con una estrategia que tiene mucha iniciativa. Entre otras, no es que quiera desembarcar en la coyuntura, pero está el anuncio de hace unas horas de que Macri incluye a un senador del PJ, no cualquiera, el presidente del bloque, para que acompañe su fórmula presidencial. Uno de los principales responsables de que haya avanzado el macrismo en los últimos cuatro años, alguien que no era ni del PRO ni de Cambiemos, estoy hablando de Miguel Angel Pichetto.
Se empiezan a aclarar los tantos de cuál es la disputa. Y queda muy claro en la conferencia de prensa de Pichetto cuando señala que hay que defender el capitalismo, que el proyecto que lidera Macri es el proyecto por el capitalismo. Eso es interesante para pensar la ofensiva capitalista y del capital transnacional que convoca a que todo aquel que se considere parte de una reflexión popular, anti capitalista, anti imperialista, anti colonial, se plantee seriamente la coyuntura, el momento.
Si uno se remonta en la historia, y yo como militante que fui en los 70, recuerdo cómo se escamoteaban en aquellos años las categorías capitalismo/socialismo. Se hablaba de economías de mercado para hablar de economías capitalistas, y economías centralmente planificadas para aludir al socialismo. Ahora un candidato a vicepresidente dice que él es un propulsor del capitalismo, de un capitalismo moderno, abierto a la sociedad mundial. Una sociedad mundial que está en un proceso de crisis civilizatoria espectacular, con aliento a la militarización, a la especulación, a un desarrollo productivo que afecta el medio ambiente, con unas Naciones Unidas que dicen que se acelera el proceso de calentamiento del planeta, donde el cambio climático es una realidad derivada del modelo productivo.
Defender el capitalismo con las consecuencias socioeconómicas, ambientales, que tiene en este momento suena muy crudo y nos lleva a reflexionar seriamente sobre qué acontece en 2019 para que haya una ofensiva tal, para que ganen proyectos de derecha explícita convocando a la sociedad a la defensa de los valores más individualistas, abandonando cualquier concepción de un proyecto solidario, de cooperación.
Esto es lo que estamos planteando con este debate, recuperando 20 años de lucha, articulación de movimientos populares, de 20 años de organización, en un marco en el que no se puede pensar la Argentina si no es en un mundo que tiene guerra comercial de EE UU contra China, donde EE UU para subordinar a México le plantea guerra comercial, más allá de las idas y vueltas en esa negociación. De un EE UU que en vez de abrirse al diálogo con Cuba, como venía ocurriendo en los últimos tiempos, plantea agudizar los mecanismos de bloqueo económico, de la Ley Helms-Burton.
Este es un momento de una fuertísima ofensiva de la derecha global que se expresa en todo el mundo pero muy principalmente en América Latina. Por eso es necesario que discutamos qué hacen los distintos movimientos sociales y populares para pensar lo que ocurrió en los últimos 20 años y cómo enfrentar el presente de cara a las dos décadas.
M.H.: Esas actividades de la semana que viene arrancan el miércoles, continúan el jueves feriado y terminan el viernes. ¿Dónde?
J.G.: En Rincón 74. La idea es inaugurar el miércoles 19, con un panel con fundadores, en el que estarán Mario Rapoport un destacado intelectual, autor de textos que explican la historia argentina, Mercedes Marcó del Pont que fue Presidenta del BCRA, Pedro Brieger, un periodista muy destacado, Víctor Mendibil, fundador de la CTA, del Encuentro Sindical Nuestra América, copresidente de la Comisión provincial por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires. Una personalidad del campo sindical y los DD HH. Y estaré yo que fui quien tuvo la iniciativa de juntar a estos dirigentes sindicales, sociales e intelectuales en el momento más oscuro de la ofensiva del capitalismo global para formar esta iniciativa política que es ATTAC.
El jueves 20, vamos a dedicar la mañana a discutir los últimos 20 años y la tarde para discutir los 20 años que vienen. Hemos invitado a dirigentes del movimiento feminista, de DD HH, a sindicales, a activistas de los movimientos populares sociales que realmente existen y protagonizan experiencias en este tiempo, para que hagamos un debate horizontal, circular, fraternal, para discutir ideas, opiniones, estrategias, las desplegadas en estas dos décadas y las necesarias para confrontar con la iniciativa del capital.
Y el viernes 21 por la mañana vamos a avanzar en el diseño y desafío de campañas de educación popular, movilización y organización para ir configurando una estrategia del movimiento popular contra la iniciativa política de las clases dominantes.
El gobierno de Brasil, el de Colombia y el de Macri, proponen una integración subordinada en el sistema mundial
M.H.: Muy importante esta actividad. No quiero perder la oportunidad de consultarte por el artículo que escribiste sobre el «peso-real». ¿Brasil es la Alemania de la UE?
J.G.: Es lo que pretenden. En realidad esto lo dijo Ruy Mauro Marini, un destacado intelectual brasileño fallecido en la década del ´90, uno de los fundadores de la teoría marxista de la dependencia, que escribió mucho en los ´70, ´80 y ’90 pero en los ´70 formuló la tesis del Brasil como el sub imperialismo en la región. Había una expectativa de la burguesía de origen paulista, de las clases dominantes brasileñas por intentar un proyecto sub imperialista en la región.
Brasil siempre ha intentado eso, recordemos a Fernando H. Cardoso en discusiones, en su momento con Eduardo Duhalde en Argentina, siempre intentaban un proyecto que luego derivó en la UNASUR con un contenido distinto por los cambios de los gobiernos, pero Brasil siempre pretendió dirigir una política latinoamericana de integración que subordinara a la región a los intereses de Brasil.
El tema cambió porque hubo nuevas experiencias en América Latina, en especial en Venezuela, el liderazgo de Hugo Chávez y el socialismo del Siglo XXI, eso llevó a iniciativas como la del ALBA y el Tratado Comercial de los Pueblos, a la idea de la creación de una moneda única compartida como el Sucre, a pensar una estrategia de nueva arquitectura financiera con el Banco del Sur como epicentro. Temas que no se llevaron adelante pero que fueron ideas que desplazaron al liderazgo brasileño de la política de integración latinoamericana y caribeña.
De alguna manera ahora, bajo el gobierno de Bolsonaro, se tiran globos de ensayo que intentan recuperar ese papel rector de Brasil en la región. Y fíjate que Paulo Guedes, el ministro de Economía, un hombre claramente neoliberal, salió a decir esto del peso/real, la idea de una moneda única entre Brasil y Argentina. El Banco Central de Brasil salió a desmentirlo diciendo que no hay ningún estudio técnico al respecto. Pero no importa lo que diga el BC, el ministro de Economía y el Presidente de Brasil están diciendo que quisieran avanzar.
Y el ministro de Economía argentino, Nicolás Dujovne, que estaba en Japón participando de una reunión del G20, preparatoria de la cumbre de Presidentes que va a ser a fin de mes, salió a decir: «sí, estamos en conversaciones con Brasil para una moneda compartida».
A priori, una moneda común es una buena idea, pero depende para qué proyecto económico y político. Una cosa era la nueva arquitectura financiera que planificaba y sustentaba Hugo Chávez en vida, que fue un planteo desde la Celac en Cuba en 2013 y otra cosa es plantear una moneda única con gobiernos como los de Bolsonaro y Macri, que pretenden en el plano geopolítico la dominación brasileña en la región, pero en el plano político es la dominación de las transnacionales que actúan en todos los países de la región.
M.H.: Te pido que sumes a este análisis TLC Mercosur-Unión Europea.
J.G.: Por eso Bolsonaro se despide de su campaña electoral pro Macri, pro PRO y Cambiemos, diciendo que hay que acelerar un acuerdo de libre comercio con Europa porque el gobierno de Brasil, el de Colombia y el de Macri, son tres gobiernos que proponen una integración subordinada de nuestros países en el sistema mundial. Eso es subordinación a la política exterior de EE UU y aliento a mecanismos de libre comercio con los principales países del sistema mundial. Por eso no hay que sorprenderse por el acuerdo de libre comercio con Europa, por el avance hacia tratados de libre comercio con cualquier país del mundo.
M.H.: Se han conocido las conversaciones entre el ministro de justicia Moro y el fiscal Dalagnol para frenar un triunfo del PT. ¿Qué reflexión te merece?
J.G.: Anteriormente, hace algunas décadas el cambio de rumbo político en los países se daba con golpes militares, financiados y promovidos desde los EE UU. Es claro el papel de las empresas de comunicación del gobierno de EE UU en el golpe de Pinochet, en el golpe de la dictadura genocida de la Argentina y de todo el Cono sur. Ahora el mecanismo es diferente, ya no hacen falta los militares en forma directa y desembozada sino que se alude a las «fake news» o noticias falsas que se propagan por los medios de comunicación y a la intervención de poderes judiciales venales como el caso del Juez Moro que rápidamente fue el artífice de una mentira para impedir que Lula disputara la presidencia de Brasil y terminó siendo premiado como ministro de Justicia de Bolsonaro.
Hoy es repudiado a escala mundial porque quedó clara la connivencia del Poder Judicial con la mentira de los medios de comunicación donde el accionar del espionaje, tal como ocurre en Argentina con personajes del diario Clarín, con espías que intervienen en el chantaje a distintos actores y que generan clima político, manipulación de la conciencia social y que permiten ganar gobiernos.
En Brasil no puede pensarse el triunfo de Bolsonaro sin pensar en estos episodios de generar dudas en el conjunto de la población e incluso meter en la cárcel a Lula e impedirle que dispute las elecciones presidenciales. No hay que sorprenderse por todas estas acciones parlamentarias, judiciales y mediáticas para manipular la conciencia social en función de los sectores hegemónicos dominantes, locales y mundiales.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.