Hacer cumplir los derechos en la provincia de Neuquén se ha convertido en toda una hazaña heroica donde la vida de las personas pende de un hilo, bien lo saben los movimientos sociales, sindicales y de derechos humanos. Los docentes nucleados en Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) conocen en carne propia […]
Hacer cumplir los derechos en la provincia de Neuquén se ha convertido en toda una hazaña heroica donde la vida de las personas pende de un hilo, bien lo saben los movimientos sociales, sindicales y de derechos humanos. Los docentes nucleados en Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) conocen en carne propia lo que entendía el gobierno de Jorge Sobisch (MPN) por derechos, prueba de ello es el «absurdo y cobarde» asesinato del docente Carlos Fuentelalba, ocurrido el 4 de abril a manos de un funcionario policial, que marcó un antes y un después en el movimiento social neuquino.
Garantizar el cumplimiento de los derechos fundamentales debería ser una práctica cotidiana para las autoridades de los tres poderes del Estado, pero esto es una utopía a la luz de los últimos acontecimientos acaecidos en Pikun Lewfu, ubicado a 131 km de Neuquén capital. El domingo 9 en horas de la madrugada María del Carmen Jofre Curruhuinca, integrante de la comunidad mapuche Wentru Trawel Lewfu, sufrió un ataque incendiario por parte de personas identificadas como «matones de la petrolera Piedra del Águila»; ocurrió en el hogar de su madre, Inan Lonko de la comunidad, ubicado en calle Sarmiento, Casa 5, Barrio Platense y que dejó como saldo su vehículo, Renault 19, destruido. Tres días antes los crianceros mapuce, que exigen se respeten y reconozcan sus derechos sobre el territorio comunitario, se enfrentaron «a los tiros con los desocupados que la empresa tiene con chalecos antibalas y armas», según denunciaron.
Esta historia de abuso de poder tiene un principio y Azkintuwe e Indymedia, acompañando a integrantes del lof Lonko Puran, estuvo por un día y una noche en Pikun Lewfu compartiendo las risas, el asado, los cigarros y los mates en un territorio que exige estar libre de contaminación. El lof Wentru Trawel Lewfu – los hombres del río unidos – está ubicado a la vera de la ruta nacional Nº 237, en el paraje Cerro León, departamento Pikun Lewfu.
«El nombre Wentru Trawel Lewfu se da porque estamos rodeados por el arroyo Pikun Lewfu, el Embalse Ezequiel Ramos Mexía, el río Limay y aquí, al mismo puesto, en la puerta del territorio, llega el arroyo China Muerta», nos cuentan. La comunidad está conformada desde hace tres años por 20 familias aproximadamente, pero pese a que legalmente no estaban constituidos – dice Rufino Curruhuinca, de oficio criancero y payador por vocación: «descendemos del origen mapuce por nuestros abuelos y por los tatarabuelos. Siempre nos sentimos mapuche, lo que pasa es que siempre nos negaron ese derecho. Nunca el gobierno quiso reconocer nuestra identidad, pero bien o mal hemos sido reconocidos por la gente que dice cuando vamos al pueblo: ahí vienen los mapuche… los indios». Por su parte Juan Curruhuinca, criancero, talabartero y ex combatiente – obligado a pelear en las Islas Malvinas – coincide con su hermano y reafirma: «siempre fuimos comunidad, toda una vida estuvimos juntos, siempre pensamos en pelear por la tierra conseguir el derecho de los títulos».
Cerro León le trae muchos recuerdos al veterano de guerra porque el paraje fue pastoreo de su abuelo «allá en el otro siglo pasado». Nos recuerda a aquel abuelo luchador que a los 73 años la muerte un día lo encontró en este territorio. «Cuando mi viejo se asentó en esta zona allá en el año 1930 tuvo muchos inconvenientes, sufrió mucho la discriminación por su color de piel, su origen, su raza y tuvo muchos choques con la justicia, hasta pagó una condena con tres meses de cárcel en la U9 por defender sus derechos, por defender su identidad. Él solía recorrer de Pikun a Limay Centro, donde está la familia Kilapi y muchas familias conocidas que sabían ir a lo de Gramajo a los encuentros de los gijatun».
Antes que la empresa Piedra del Águila S.A, cuyos socios son ex empleados jerárquicos de la desaparecida YPF estatal, iniciara la explotación hidrocarburífera en el área Ramos Mexía estuvo Ingeniería SIMA, momento en el cual un abogado de la oficina de Tierras los intimó a firmar unos «papeles bajo amenaza». «Si nosotros no firmábamos ese convenio que ellos nos decían nos quitaban 600 hectáreas, nos sacaban de ahí y venían con la fuerza pública. Nos llevaban presos y nos echaban la casa abajo, porque según ellos esas tierras no nos correspondían a nosotros», denuncia el payador. «Dicen ellos que las tierras eran fiscales, pero son mentiras no son fiscales. Por aquí pasó el mapuce disparando, pasó la Conquista del Desierto y mataron a los dueños de las tierras. El único dueño es el mapuche, el originario», asegura Juan.
Luego de haber firmado unos papeles por intimidación y desconocimiento se preguntaron: «¿A dónde nos vamos a ir si nos quitan toda la mejor tierra?». «Entonces volvimos a ir a Neuquén e hicimos la denuncia de que nosotros habíamos firmado a la fuerza y que íbamos a recuperar esas tierras – denuncia Rufino. Estuvimos en Neuquén hicimos el descargo y después vinimos a sacar a la empresa. El convenio está en manos de la justicia y lo tiene que resolver porque nosotros nunca firmamos con conocimiento de entregar las tierras. Firmamos bajo presión!.»
«Del 96 hasta el 2001 con Ingeniería SIMA las cosas venían a los tirones, le pidieron permiso a mi viejo y no le pagaron ninguna servidumbre, nunca le reconocieron nada porque la provincia decía que las tierras eran de ellos. SIMA dejó una pérdida de 130 animales, entre los que hubo animales baleados y que hasta ahora no los pagó nadie. Hay animales muertos por los perros que a veces traen a los campamentos y salen a correr ovejas. Desmontaron 60 hectáreas tirando abajo muchos montes que son útiles en la medicina natural mapuce. Acá se encuentran muchas hierbas medicinales, no necesitas ir al hospital porque está el conocimiento de la medicina heredada de nuestros abuelos, de nuestros padres, nuestras ñañas», conversan los Curruhuinca.
«La petrolera Piedra del Águila, con la que tenemos el conflicto ahora, dice que SIMA les vendió, pero entraron sin permiso. Un día rompieron la cadena y pusieron un candado. Hasta hace poco teníamos cortado el acceso a la planta compresora de gas que tienen en nuestro territorio. 90 días más o menos mantuvimos cerrada la planta hasta que un día la empresa llevó gente armada al territorio y rompió la tranquera. Nosotros hemos dicho ‘No a las petroleras’ y paso a paso estamos haciendo frente a un conflicto que es bastante duro», relata Rufino.
Para los comuneros la «empresa Piedra del Águila es la más verduga, usurera, de tipos chantas que lo único que hacen es perjudicar a la comunidad, perjudicar al que progresa, al que trabaja dignamente sin pedirle nada a nadie». «Gracias a dios nunca caímos en eso de mendigar haciendo filas por un plan de $150. Las personas que tienen un poco de idea, de visión, tienen mucho más para crecer en lugar de estar pidiéndole por favor de rodillas a un dirigente político de alta jerarquía o rango. La comunidad nunca recibió ayuda del gobierno provincial del Movimiento Popular Neuquino (MPN), sin ir mas lejos el MPN siempre nos discriminó y las veces que planteamos nuestros problemas contra las petroleras, en el gobierno provincial siempre hicieron oídos sordos», cuentan.
Denuncian que han sufrido «presiones por parte de los supuestos grupos de seguridad, por los patoteros que ha traído esta empresa». «Ellos están obligando a que la comunidad abandone su territorio, y si nosotros hubiéramos abandonado nuestro territorio hoy estaríamos en Pikun en el pueblo. Ahí no hay nada para hacer, no hay para curtir un cuero, no se puede hacer soga, no se puede tener lana, no se puede esquilar, no se puede mandar hacer peleras, todas esas cosas para vender», explican.
«Violencia irracional»
Rufino Curruhuinca nos cuenta que después de sostener una mesa de reconciliación en el «juzgado de Cutral Co, donde no se llegó a ningún acuerdo, la empresa de un momento a otro volvió a atacar de vuelta metiendo a los desocupados del pueblo. La empresa dice que va entrar sí o sí a hacer la [prospección] sísmica y nosotros nos oponemos». El conflicto entre la comunidad Wentru Trawel Lewfu y personas identificadas como «grupos de seguridad» de la empresa Piedra del Águila llegó a su punto máximo cuando con el incendio del vehículo. Para Juan, el ex combatiente de Malvinas, estos hechos son «muy lamentables» y considera que es «violencia irracional».
«Gente de Piedra del Águila ha sacado comunicados diciendo que nos van a correr de nuestro territorio porque ellos dicen que son más», denuncian. «Los desocupados y la comunidad se han ido a las manos, ha habido disparos de parte de los supuestos grupos de seguridad de la petrolera. Dijeron que iban a quemar las casas de los integrantes de la comunidad. Todo eso que habían dicho una semana atrás lo cumplieron, quemaron un auto en la propia casa de la Inan Lonko. Estos fueron los supuestos desocupados organizados por Piedra del Águila, por Torres David, Santiago Gastaldi y Humberto Sapa, son ellos los que bancan a estos vagos que se cansaron de manguearle al gobierno y se agarraron de la petrolera inventando algo como para poder subsistir sin laburar».
«Existe una política que quiere manejar nuestras costumbres, nuestras vivencias y hacerlas olvidar. Pero, tenemos que plantarnos firmes con nuestra identidad y gritar hacia los cuatro puntos cardinales: ‘¡Nuestras raíces están vivas, en la lucha estamos firmes!’. En estos tiempos en que hemos tenido conflictos ha habido muchos gastos, cansancio físico, pero gracias a dios, al ngenechen, la comida nunca faltó. Estamos contentos porque tenemos nuestra fe y siempre pedimos newen para seguir en esta lucha que es muy dura, contra un poder que quiere eliminar estas raíces originarias. No nos vamos a humillar ni renunciar jamás a nuestros derechos. Son tierras nuestras que nos pertenecen, que nos dejaron nuestros antepasados. Acá estamos los mapuce pidiendo que se reconozca nuestra propiedad comunitaria», finaliza Juan.
«Petrolera mierda del águila»
Así rezaba una de las pancartas que la comunidad Wentru Trawel Lewfu sostenía el martes 11 de diciembre en Casa de Gobierno. Donde acompañada por diez comunidades del Consejo Zonal Ragiñche Kimvn denunció y exigió la resolución inmediata al conflicto con la empresa Piedra del Águila S.A. Recibidos por el gobernador Jorge Sapag (MPN) y el ministro de Gobierno, Jorge Tobares, el Consejo Zonal amplió la demanda y pidió la anulación de todos los contratos y conseciones a las empresas petroleras y mineras en el Wajmapuce – país mapuce. En particular exigieron que se cancele la concesión de exploración del área Laguna Blanca-Zapala, que afecta a 14 comunidades y que el gobierno nacional otorgó a Pluspetrol S.A. según Boletín Oficial de la República Argentina con fecha viernes 22 de diciembre de 2006 – Año CXIV Número 31.059.
Las comunidades recorrieron más de 300 Km. para que pasado el mediodía, y luego de unas horas de espera en la esquina de calles Rioja y Gral. Julio A. Roca, fueran recibidas por el gobernador electo, pero sólo obtuvieron «compromisos de palabras». Sapag les pidió tiempo porque era su primer día como nuevo gobernador, pero los presentes reclamaron que no tiene en cuenta que los mapuche «hace casi 200 años estamos esperando que las autoridades argentinas nos atiendan».
Por la tarde del 12, siguiente de esta reunión en Neuquén capital en la que las comunidades se fueron con las manos vacías, Wentru Trawel Lewfu fue víctima de un nuevo atropello estatal. Según denunciaron, la policía invadió – más que allanar – las casas con paredes de adobe y nylon que levantadas a metros de la ruta nacional Nº 327 sirven de reparo en el piquete que mantiene cortado el acceso a la planta compresora de gas de la empresa Piedra del Águila.
Ante este nuevo atropello las autoridades de las comunidades se preguntan qué está esperando el gobierno para actuar. Después de agotar cientos de veces todas las instancias burocráticas, la única respuesta iracunda que se desprende es que están esperando un «absurdo asesinato como del que fue víctima Carlos Fuentealba» o que esto «se transforme en un nuevo Chiapas», según declaraciones del Lonko Martín Velásquez Maliqueo, que integra la Comisión Coordinadora del Consejo Zonal, a FM Sur de la ciudad de Zapala. En el reportaje se lo escuchaba indignado porque la reunión sostenida con el gobernador Sapag 24 horass antes había sido un «dialogo de sordos»