Sábado 28 de octubre de 2006. Mañana luminosa y cálida. Una Buenos Aires con mucho tránsito y, como siempre, como en una especie de Babel turística, caja de resonancia de distintos idiomas que delatan al turista ávido de recorrerla, de tomar fotografías, de escuchar la música porteña, de escudriñar sus rincones de ciudad-puerto cuasi capital […]
Sábado 28 de octubre de 2006. Mañana luminosa y cálida.
Una Buenos Aires con mucho tránsito y, como siempre, como en una especie de Babel turística, caja de resonancia de distintos idiomas que delatan al turista ávido de recorrerla, de tomar fotografías, de escuchar la música porteña, de escudriñar sus rincones de ciudad-puerto cuasi capital europea.La esquina de Avenida de Mayo y Salta fue el punto de reunión que convocó a viejos luchadores republicanos, tanto como a los hijos o nietos de aquellos exiliados del franquismo, y a los que entrañablemente adherimos a la causa republicana por principios.
Por iniciativa de Andrés Señoráns, Mabel Otero e Inés García Holgado, se presentó un proyecto para proceder a recordar a las víctimas del franquismo, exiliados y represaliados. El proyecto fue canalizado a través del Diputado socialista Norberto La Porta quien preside la Comisión de Cultura de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y este sábado 28 de octubre se descubrió una placa ubicada en una de las paredes externas del Bar Iberia, ubicado en la esquina de Avenida de Mayo y Salta.
El acto contó con la presencia de representantes de distintas organizaciones españolas radicadas en nuestro país que reivindican la legitimidad republicana pisoteada por la dictadura franquista, muchos descendientes de exiliados y luchadores republicanos. De entre todos Don Juan Gabriel Ferreres, ex combatiente que debió padecer el encierro en un campo de concentración franco-fascista, y quien en algunas semanas, ha prometido transmitir el testimonio de su lucha.Dirigieron la palabra a los presentes Andrés Javier Señorans, Manuel Novo (actual propietario del Bar Iberia) y el Dip. Norberto La Porta quien, recuperándose aun de una intervención quirúrgica, no quiso faltar a la cita (y que llegó con la prescripción médica de «ser breve y no emocionarse», ambas cosas imposibles de cumplir!).
República! nos estremeció hasta las lágrimas pues en ese instante pasaron por nuestros sentimientos los miles de hombres comunes, trabajadores del campo, mujeres, niños, maestros, sindicalistas, artesanos, personas que hoy ya no están y cuyas figuras, como fantasmas perseverantes, se acercaron para decir ¡presente! en esta ocasión. El pasado y el presente se dieron la mano en ese segundo que nos unió a todos en una comunión tricolor, superadora de los monárquicos rojo y gualda, con el morado por el que diera la vida, entre tantos otros, Mariana Pineda… y que es hoy violáceo (representativo de la pluralidad de pueblos de España).Cómo no ofrendar una lágrima por su lucha, por su sacrificio, demostrándoles que su actitud persistente continua en la nuestra, que lo es también es contra el olvido y contra las defecciones, contra la desmemoria que provoca el desconocimiento y contra el que hay que luchar transmitiéndoles a las generaciones nuevas la historia, las raíces, que son el sostén de los principios con los que edificarán sus vidas.
Desde Argentina: ¡Salud y República!