«…yo del capitalismo no espero nada ni creo lo mas mínimo en el capitalismo. A veces los hombres, por errores subjetivos en la construcción de la nueva sociedad, se encuentran con dificultades y pueden empezar a inventar de nuevo el capitalismo (…) Yo desconfió mucho del capitalismo, estimula el egoísmo, corrompe a la gente, no […]
«…yo del capitalismo no espero nada ni creo lo mas mínimo en el
capitalismo. A veces los hombres, por errores subjetivos en la
construcción de la nueva sociedad, se encuentran con dificultades y
pueden empezar a inventar de nuevo el capitalismo (…) Yo desconfió mucho
del capitalismo, estimula el egoísmo, corrompe a la gente, no
desarrolla el espíritu de solidaridad y de fraternidad entre los hombres;
sino el egoísmo, el individualismo y por eso prefiero la fórmula
socialista (…) entonces tenemos que olvidarnos, realmente, del capitalismo
y seguir la vía socialista del desarrollo que, a mi juicio, es la única salida para
los países del Tercer Mundo (…) el capitalismo es un sistema decadente
en la historia y tendrá que ser sobrepasado por el socialismo,
aunque el socialismo tiene todavía muchas fallas, tiene deficiencias;
pero las diferencias no están en el sistema, están en los hombres.»
Fidel Castro Ruz
«Por ese gran Argentino
que se supo conquistar
a la gran masa del pueblo
combatiendo al capital»
Estrofa de la Marcha Peronista
Las empresas y fábricas recuperadas afrontamos un doble problema: la capacidad de parir una dirección de gestión económica y administrativa desde los obreros y, por otro lado, la conciencia de clase que debemos tener como trabajadores.
El desarrollo de las recuperadas es absolutamente inmaduro y contradictorio. Objetivamente los medios de producción pasan a ser controlados por los trabajadores y por ende la plusvalía pasaría a ser riqueza colectiva, mientras cotidianamente nos desenvolvemos en un sistema de producción y mercado capitalista.
La consigna Ocupar – Resistir – Producir grafica literalmente su nacimiento provocado por la crisis neoliberal, y traza en grueso la falta de una premisa teórica. Su incipiente trayectoria, luego de cumplir en hechos concretos la consigna madre, hace que cada Unidad Productiva recuperada resuelva los problemas presentados de la manera que pueda su dirección y el conjunto de los trabajadores y el espacio que tenga para moverse dentro del mercado y de su línea de producción o servicio.
Es necesario empezar a delinear un modelo de construcción que responda a las necesidades de las recuperadas, enmarcando estas insuficiencias en una nueva fase de su existencia.
Cambiar de modo
Debemos tratar de hilvanar una concepción general de cómo transitar el cambio del modo de producción capitalista a un modo de producción colectiva. Nuestras ideas fijan el objetivo pero, el andar marca la posibilidad real de alcanzar y desarrollar la forma de llegar a lo planteado.
No alcanza que los bienes muebles e inmuebles estén en «manos de los trabajadores» bajo la razón social que sea: Cooperativa, Estatal o Privada, ésta no es la principal discusión. Podríamos determinar por una u otra, el caso es que el avance o retroceso está en la conciencia de clase de los trabajadores. ¿Quién puede determinar que un trabajador en una empresa estatal tiene mas conciencia de clase que un trabajador de una empresa privada? Nadie.
Tampoco es un problema meramente técnico y/o económico de estudio constante, el problema es político e ideológico. Es necesario contar con profesionales que no pequen de tecnócratas o administrativistas, sino que entiendan el problema de fondo, el cambio de modo. Hay que trasformar las estructuras productivas capitalistas y conquistar formas de conciencia y producción social.
Una recuperada esta bajo control obrero, no solamente de hecho o porque una ley determine su expropiación en beneficio de los trabajadores, sino por la conciencia real que sus trabajadoras y trabajadores tengan de ello.
Es por ello que esta nueva conciencia a desarrollar es, entre las filas de las trabajadoras y trabajadores autogestionados, condición indispensable para que este nuevo sector de la clase trabajadora no reproduzca el modo de producción capitalista, porque de él se desgaja el individualismo, el egoísmo, la explotación. No desaparece la plusvalía con el solo hecho de mencionarla, ni tampoco se construye el cambio en la relación de producción con lindas y revolucionarias consignas.
Si no somos capaces de desandar este modo productivo, estaremos reproduciendo el capitalismo sin patrón.
Nuestro esfuerzo
Nuestras Unidades Productivas, en su gran mayoría, pasan por una situación financiera precaria e inestable. No contamos con capital de trabajo ni de inversión tecnológica, desde lo legal casi todas tenemos el problema de la expropiación. Empieza a haber juicios inversos, ex – dueños que quieren «recuperar» la planta, competencia en desventaja total con empresas del mismo rubro, coberturas sociales para los trabajadores endebles o inexistentes, un estado sin política de fondo para el sector. Y como si fuese poco, estamos atomizados.
Es necesario hacer un doble esfuerzo. En primer lugar debemos estar convencidos de la posibilidad del cambio, no material, sino de la auto trasformación de los trabajadores, en su capacidad de mudar de una conciencia capitalista a una nueva conciencia social.
Lograr este cambio tiene la misma importancia que echar a andar la unidad productiva y hacerla viable y sostenible en el tiempo desde el punto de vista financiero. Esto también lo hace, y muy bien, el patrón capitalista. De los cuales debemos aprender: el lápiz fino en la determinación de los costos, su capacidad de control, el cuidado de cada peso, la política de compra y venta, etc.
Debemos partir de la conciencia política que tiene cada grupo de trabajadores de cada unidad productiva, e ir entrelazando el modo de producción viejo con el modo de producción nuevo. Ida y vuelta entre lo viejo y lo nuevo, hasta que florezca solamente lo nuevo.
Y esto se resuelve desde la práctica misma para luego fundar teoría, y desde ella volver a la práctica, para corregir, y así una y mil veces mas.
«…parir una dirección de gestión económica y administrativa desde los obreros y, por otro lado, la conciencia de clase que debemos tener como trabajadores»
Aceptar este desafío significa atacarlo en forma responsable y colectiva en cada unidad productiva. Por un lado contar con una dirección de gestión con capacidad y eficiencia para hacer viable y competitiva a cada una de nuestras empresas y fábricas recuperadas; y por otro la provocación y formación de la conciencia de los trabajadores para reasegurar el cambio de un modo de producción a otro.
Para esto es necesario lograr la participación de todos los trabajadores en cada Unidad Productiva y que la toma de decisiones sea colectiva. De la misma manera es necesario desarrollar un estudio de cada rama productiva y articularnos por rubro, que esto sirva para ir rompiendo la fragmentación actual y desde acá avanzar hacia la unidad de las recuperadas. Esta Unidad nos permitirá tener mayor capacidad para resolver problemas ligados al tema de las expropiaciones, modificación de la ley de quiebras, cambios en la ley de cooperativas, cuestiones tributarias, arrancar políticas de estado que resuelvan y potencialicen a las recuperadas.
Esto significa forzar condiciones materiales necesarias para que el sector se transforme en punta de lanza para formar una nueva conciencia social.
Entre todos
Hagamos un ejercicio, comencemos este 2007 haciendo uso de la autocrítica y la critica. Autocrítica y critica en forma individual como trabajadores, autocrítica y critica en forma colectiva como unidades productivas, autocrítica y critica por los profesionales que son parte de nuestras recuperadas, autocrítica y critica por parte del estado.
– ¿Yo trabajadora o trabajador participo activamente en la vida diaria de la unidad productiva a la que pertenezco?
– ¿Yo me siento dueño o dueña de la empresa o fábrica, o sigo siendo un trabajador que recuperó la planta en forma colectiva?
– ¿Yo presidente o presidenta ocupo la oficina y el sillón del patrón, o esa oficina pasó a ser de uso colectivo por la dirección de gestión y hay mas sillas?
– ¿Nuestra unidad productiva tiene los libros contables al servicio de todos los trabajadores y de la comunidad o es un secreto de estado?
– ¿Nuestra unidad productiva es honesta y coherente y suma a todos los trabajadores al proyecto, o los alquila pagándole un sueldo como los patrones?
– ¿Nuestra unidad productiva es solidaria con las otras recuperadas y con nuestro pueblo o se encierra en si misma con falsos argumentos desarrollando así el individualismo y el egoísmo?
– ¿Yo abogado, contador, ingeniero creo que por mi título sé mas que esos pobrecitos obreros sudados, y como no entienden nada me aprovecho de su situación o pongo mis conocimientos al servicio de los trabajadores para que ellos tengan la posibilidad de decidir?
– ¿Yo abogada, contadora, ingeniera creo que mi título obliga a ganar 20 veces mas que un simple trabajador o tengo en cuenta la posibilidad real de retiro anticipado de los trabajadores de la unidad productiva en la que estoy dando mis servicios?
– ¿Yo, estado, es lógico que subsidie al capital privado en forma de cataratas y que al capital social le tire un ancho en medio del desierto o pongo todos mis esfuerzos para potencializar estas nuevas experiencias de los trabajadores y hago un acompañamiento integral?
Entre todos podemos ir respondiendo cada pregunta, auto criticarnos para luego usar el derecho de la critica.
Nada es sencillo, ni ninguna solución es mágica. Pero la lucha de los pueblos no es un invento, es historia, es hoy y será mañana.
Si, es verdad. Hay que ser concientes de la realidad donde estamos parados, llena de contradicciones, con mil dificultades, en total desventaja; pero para eso estamos, para modificarla.
El objetivo es producir conciencia para producir un cambio de modo.
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Marcelo Yaquet forma parte del Área de Relaciones Institucionales y Políticas de la Cooperativa de Trabajo Autogestionada Frigorífico y Matadero La Foresta