Darío Aranda, periodista de Página/12 y defensor de las causas de los pueblos originarios y del medio ambiente, sufrió por dos veces (en las ediciones del viernes y el sábado) la censura del periódico en artículos que hacían referencia al reciente asesinato del campesino Cristián Ferreyra. En la nota publicada el viernes en Página/12, los […]
Darío Aranda, periodista de Página/12 y defensor de las causas de los pueblos originarios y del medio ambiente, sufrió por dos veces (en las ediciones del viernes y el sábado) la censura del periódico en artículos que hacían referencia al reciente asesinato del campesino Cristián Ferreyra.
En la nota publicada el viernes en Página/12, los editores recortaron la siguiente frase:
El gobernador Gerardo Zamora, que no respondió los llamados de este diario, va por su segundo mandato y denominó a la provincia como la «capital nacional del kirchnerismo» luego de obtener en las últimas elecciones el 82 por ciento de los votos. Se autodefine «radical k». El Mocase lo señala -en cuanto a la represión al campesinado- como la continuidad del juarismo.
En la nota publicada el sábado en Página/12, los editores recortaron la siguiente frase:
El Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), donde militaba Ferreyra, enumeró cuatro niveles de responsabilidad: el modelo agropecuario, el gobernador Gerardo Zamora, el Poder Judicial provincial y el Gobierno Nacional. El Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), donde militaba Ferreyra, enumeró cuatro niveles de responsabilidad: el modelo agropecuario, el gobernador Gerardo Zamora, el Poder Judicial provincial y el Gobierno Nacional. Desde la puerta de la Casa de Santiago del Estero en Buenos Aires el vocero del MNCI, Adolfo Farías, fue explícito: «Hacemos público que vamos por el Gobernador, es el responsable de las represiones. No habrá más asesinatos en el monte santiagueño». También hubo marchas en Santiago y Córdoba.
Según informó el propio periodista a Rebelión, este último párrafo había sido acordado así con el editor, pero pese a ello fue borrado sin comunicárselo. Además hizo la siguiente aclaración:
«La nota que hoy [sábado] aparece en Página12 con mi firma no se corresponde con la que escribí. Específicamente el primer párrafo (lo más importante de una nota periodística). Un derecho básico de los periodistas es tener la posibilidad de retirar la firma. No me han respetado ese derecho. Por este oficio que abrazo y por las organizaciones sociales en lucha (y por los asesinados por este modelo extractivo) es imprescindible esta aclaración.»
Es claro que la censura tuvo como único objetivo encubrir la responsabilidad del gobierno nacional y del provincial sobre los hechos y las complicidades que llevaron a que unos sicarios cometieran el asesinato. Esto, viniendo de un diario que siempre tuvo un discurso progresista y anti-dictatorial tiene una gravedad extrema, ya que la práctica de censura en casos de asesinatos de luchadores sociales es propia de los milicos genocidas y de los grandes burgueses que se beneficiaron de esas dictaduras.