El día 8 de julio pasado recibimos en la ciudad de Ensenada o, para ser más precisos, en las instalaciones del Astillero Río Santiago, la visita del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías, y del Presidente Argentino Néstor Kirchner (en poco más de un mes, su segunda venida a nuestra ciudad). […]
El día 8 de julio pasado recibimos en la ciudad de Ensenada o, para ser más precisos, en las instalaciones del Astillero Río Santiago, la visita del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías, y del Presidente Argentino Néstor Kirchner (en poco más de un mes, su segunda venida a nuestra ciudad).
La visita de Hugo Chávez no fue inesperada (aunque si sorpresiva), pues su posibilidad se venía gestionando por diversos canales. Por ejemplo, el compañero Enrique Gaucher del Cabildo Abierto Latinoamericano había llevado el 5 de junio al embajador venezolano a Ensenada para entablar relación con su intendente, el compañero Mario Secco y visitar el Astillero Rio Santiago. En este encuentro se vislumbró la posibilidad de construir y reparar barcos venezolanos en Argentina. De tal manera, la buena cooperación entre las autoridades de la municipalidad y un movimiento social como el Cabildo Abierto Latinoamericano, sembró las bases para la posterior visita de los dos Presidentes.
El mismo Intendente Mario Secco había tomado diversas iniciativas, y había hasta enviado al mismo Presidente Chávez carpetas técnicas sobre el potencial productivo del astillero junto a una carta personal expresándole nuestra solidaridad con el pueblo venezolano e invitándolo formalmente a nuestra ciudad.
Pero no hay dudas de que quién en definitiva concretó y aseguró la visita fue el Presidente Kirchner, en el marco del encuentro del MERCOSUR realizado en Misiones.
Señalo todos estos datos, que podrían parecer anecdóticos frente a la trascendencia de la visita, por que me parecen significativos en sí mismos.
En primer lugar, porque en medio de este complejo y difícil proceso económico, social y político que vive nuestro país, que precisamente Ensenada se haya convertido en cierto modo en un ejemplo de que el cambio es posible y de que la voluntad política para el cambio es necesaria, no es un dato menor. En esta ciudad industrial y con larga tradición de lucha gobierna desde diciembre último un frente que se forjó al calor de las luchas de resistencia al modelo neoliberal, un frente que desde los barrios, los sindicatos, las organizaciones de desocupados y piqueteros, desde las asambleas populares fue impulsando nuevas formas de organización social y una práctica política que permitió derrotar a las estructuras corporativas tradicionales. Un frente que creció con el trabajo forzado de centenares de militantes y con la conciencia de que la solución de fondo de nuestros males es eminentemente política.
Por eso, el hecho de que Kirchner haya elegido a Ensenada, y por dos veces consecutivas, como espacio desde donde anunciar y proponer cuestiones políticas y económicas de gran envergadura, es todo un símbolo que para nosotros no debe pasar desapercibido.
En segundo lugar, por que, como planteó el Intendente Mario Secco al Presidente Chávez en su carta personal, se abre para los pueblos de nuestra región una oportunidad histórica y los ensenadenses: «no queremos ser meros fiscales o espectadores del proceso nacional y latinoamericano, sino protagonistas activos».
Ser protagonista no significa el ejercicio de un palabrerío altisonante pero vacío, sino antes que nada saber definir al enemigo, es decir, de qué lado de la trinchera nos colocamos (sobre todo en un momento en que la derecha reaccionaria agudiza sus provocaciones y ataques al proyecto nacional); y al mismo tiempo, significa ir definiendo un claro proyecto nacional, popular y latinoamericanista, y trabajar para cambiar la correlación de fuerzas a fin de sustentar y llevar adelante ese proyecto.
Es por ello que a nuestro juicio no deja de ser importante el ejemplo concreto de que, actuando con decisión política y en la dirección correcta, se puede aportar y ser protagonista del cambio incluso desde una pequeña ciudad como la nuestra…
Decía que la visita de los presidentes tenía una significación histórica y creo no haber exagerado. Desde esa tribuna del astillero se hicieron anuncios elocuentes: la incorporación de Venezuela como socio pleno del MERCOSUR; la formación de la empresa PETROSUR y de lo que el Presidente Chávez llamó «la CNN Latinoamericana»; y la reparación y futura construcción de buques petroleros en las instalaciones del mismo astillero.
Evidentemente, con estos hechos el proceso de unidad e integración latinoamericana deja de ser una mera retórica para pasar a realizarse económica, social y políticamente (la derecha, que nunca deja de percibir estas señales, recrudeció sus ataques a los acuerdos). Como dijo el Presidente Chávez, millones de dólares que en la actualidad se transfieren a Estados Unidos se canalizarían a la Argentina y ocuparían a miles de trabajadores argentinos.
Para Ensenada (y amén de la virtual recomposición social y de las consecuencias políticas e ideológicas de tal recomposición, imposibles de analizar aquí por razones de espacio) los acuerdos supondrían la reactivación plena del astillero, el crecimiento de la pequeña y mediana industria, la ampliación del mercado local y regional, la mejora general del nivel de vida, un proyecto de futuro para los jóvenes…
En definitiva, un salto hacia delante en el desarrollo del proyecto nacional y de la conciencia popular y de clase.
* Secretario de Cultura de la Municipalidad de Ensenada, Provincia de Buenos Aires