Ex-analista de inteligencia del ejército norteamericano, colaboró con la más importante filtración de Wikileaks, organización fundada por Julian Assage, quien lleva más de 3 años viviendo en la embajada de Ecuador en Londres. Entre la información filtrada hay más de 500 mil informes sobre las guerras de Irak y Afganistán, videos militares, documentos sobre los […]
Antes conocida como Bradley Manning, en agosto de 2013 manifiesta públicamente su identidad como mujer transexual y decide iniciar un tratamiento hormonal para modificar su cuerpo. En abril de 2014, cambia oficialmente su nombre a Chelsea Elizabeth.
Durante su primer año de detención en 2010, Chelsea sufrió muy duras condiciones de reclusión, cuestión que fue objeto de numerosas denuncias. Consiguiendo su traslado en el año 2011 a la prisión militar de Fort Leavenworth, un complejo militar en el estado de Kansas en donde se encuentra hasta la fecha. Recientemente ha sacado una cuenta de twitter con el seudónimo de @xychelsea para poder comunicarse con sus miles de seguidores, para los cuales se ha convertido en una heroína por la importancia de sus denuncias.
Desde la prisión, es columnista del periódico The Guardian y escribe sobre los derechos de la comunidad transgénero y asuntos internacionales y de inteligencia.
Recientemente fue culpada por las autoridades militares de «falta de respeto», de mostrar una conducta «desordenada» (al parecer por tirar comida al suelo durante la cena), por «posesiones prohibidas» (libros y revistas) y por cometer un «mal uso de medicinas»: según sus simpatizantes, se trataba de un tubo de pasta de dientes anticaries.
Chelsea asegura que otros de los objetos confiscados son: el libro «Yo soy Malala» con las memorias de la joven paquistaní Malala Yousafzai; una novela sobre transexuales, como ella misma, titulada A Safe Girl to Love; la revista de contenido LGTB Out Magazine; el número de la revista Vanity Fair en el que aparecía Caitlyn Jenner en portada y unaCosmopolitan con una entrevista a la propia Manning.
El pasado 18 de agosto, la prisión militar le impuso 21 días de restricción en las actividades recreativas (gimnasio, biblioteca y salidas al patio), aunque Chelsea ha evitado la sanción más dura que pesaba sobre ella, el confinamiento en solitario.