En el informe de la OIT, Organización Internacional del Trabajo, conocido sobre fines de agosto de este año, sostiene que 107.671 chicos y chicas entre 5 y 13 años trabajan en el Gran Buenos Aires. El 53,7 por ciento de esta cifra lo hace con los padres o su familia, el 28,4 por ciento está […]
En el informe de la OIT, Organización Internacional del Trabajo, conocido sobre fines de agosto de este año, sostiene que 107.671 chicos y chicas entre 5 y 13 años trabajan en el Gran Buenos Aires. El 53,7 por ciento de esta cifra lo hace con los padres o su familia, el 28,4 por ciento está en la calle, el porcentaje restante es variado.
Este informe sobre nuestros niños y niñas dice que los niños varones empiezan a trabajar entre los 9 y 10 años, las niñas realizan el trabajo doméstico y familiar. Las niñas cartoneras reparten sus horas de trabajo entre la recuperación de residuos y el trabajo en la casa.
Las tareas que desarrollan los niños y niñas son variadas: en los basurales, es uno de estos trabajos, en José León Suárez cientos de chicos se diseminan para recoger lo que encuentran.
En William Morris, otra localidad de la provincia de Buenos Aires, los niños y niñas juntan cartón, cuidan a sus hermanos menores, se hacen cargo de las tareas de la casa, además hacen espectáculos en la calle y venden estampitas, piden limosnas para poder arrimar unos pesitos a la casa.
Como sosteníamos, hay una variedad de trabajos que realizan los niños, niñas y adolescentes con su familia, en la calle y en tareas diversas.
En cuanto a otras actividades que realizan constituyen formas marginales de laboreo como: mandaderos, vendedores ambulantes, cortadores de pasto y otras tareas. Además, 1 de cada 4 chicos trabaja en los medios de transporte y en la vía pública, teniendo en cuenta el mayor riesgo que esto ocasiona.
Otro aspecto es que en el Gran Buenos Aires, todo según la información suministrada por la EANNA (Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes) sostiene que en esta zona las quejas de los chicos con respecto a olores fuertes, polvos perjudiciales, poca luz y otras formas nocivas fueron manifestadas en dichas encuestas por el 15 por ciento de los trabajadores infantiles y adolescentes.
En cuanto a la cantidad de horas de trabajo: entre el 1,3 y 2,3 por ciento se pronunciaron por un trabajo en horas que va de las 11 y más horas de trabajo semanales para los niños más pequeños.
En las tareas domésticas entre el 5,9 por ciento y el 11,4 por ciento de los chicos.
Trabajos fuera del hogar: entre el 4 por ciento y el 6,6 por ciento.
Los adolescentes entre 14 a 17 años manifestaron trabajar más de 36 horas semanales, esto está condenado por las Convenciones sobre la Niñez y Adolescencia.
Por otro lado, 1 de cada 4 chicos trabajadores entre 14 y 17 años lo hace en horarios nocturnos.
La repitencia escolar oscila entre el 39 por ciento y el 56 por ciento, tanto en los niveles primario y secundario.
Las cifras del Gran Buenos Aires
Cantidad de varones trabajadores: 21 por ciento.
Cantidad de mujeres que trabajan: 16 por ciento.
La provincia de Buenos Aires es la mayor de nuestro país, tiene según las últimas cifras del INDEC, un 12,7 por ciento de su PEA (Población Económicamente Activa) con problemas laborales, o sea, desocupada, sub ocupada. Además, los beneficiarios de planes sociales son incorporados como trabajadores ocupados. Se calcula por otro lado que más del 54 por ciento de la población entre 0-18 años es pobre e indigente. A nivel nacional se calcula el 70 por ciento, porque 9.500.000 de chicos y adolescentes son indigentes o pobres.
Según el Censo 2001 la población de los 24 partidos del Gran Buenos Aires registra esta población por edad:
Trabajan
5-13 años el 6,7 por ciento
10-13 años el 12,8 por ciento
14-17 años el 18,3 por ciento
Sobre un total de 1.970.000 habitantes entre 5 y 17 años trabajan: 107.671 niños y niñas entre 5 y 13 años más el 18,3 por ciento entre los 14 y 17 años que ascienden a aproximadamente unos 136.000 adolescentes.
De estas cifras se deduce, según el EANNA, que no asisten a la escuela, el 14,5 por ciento de los adolescentes que trabajan, de los que no trabajan el 10,5 por ciento.
Esto muestra que 19.665 adolescentes trabajan y no van a la escuela.
Los chicos que no trabajan y no van a la escuela: 63.525.
Casi 85.000 adolescentes entre 14 y 17 años no cursan ni la primaria, ni el EGB o secundaria Polimodal.
En el día Internacional contra el Trabajo Infantil, el 12 de junio del 2006 la OIT informó que en nuestro país el trabajo infantil había crecido un 600 por ciento en los últimos siete años, como consecuencia de la crisis.
Por otro lado, otra organización, Save the Children, en el día Mundial contra el Trabajo infantil, denunció que seis millones de niños entre 5 y 17 años trabajan en Latinoamérica. «Casi la mitad de ellos lo hace en condiciones de explotación o en tareas peligrosas», concluyen.
Cabe sólo acotar que el trabajo infantil es riesgoso de por sí, no se puede corroborar que las tareas que llevan adelante pueden ser clasificadas entre tareas peligrosas y de explotación y otras que no lo son. La realidad es deformante, todo trabajo que involucre a los niños entre aquellos que ya pueden caminar y manejarse un poquito y los 14 años está condenado por todas las convenciones de los derechos del niño.
Sin embargo, estas organizaciones aducen en sus considerandos que una parte de ellos es en condiciones de explotación o realizan tareas peligrosas. Es por lo menos una forma falseada de mirar la sufriente realidad del trabajo infantil. Conlleva, aunque no sea el objetivo deseado, a justificar el trabajo infantil, el cual debe ser erradicado definitivamente. Las medidas o los paliativos no solucionan esta situación de la niñez y adolescencia en nuestro país.
Los informes de las distintas organizaciones sirven para mirar la situación, auscultar la forma de modificarla, estas y otras organizaciones junto a los estados sólo brindan paliativos…
Ellos, los chicos, nos están mirando, observan nuestras manos… mientras esperan… valen las acciones, no las palabras…
Porque el Paco los mata, el presente es de hambre y no hay futuro que los contenga…