‘Mi mujer no tiene ningún problema en salir a vender limones por la calle con tal que yo no tenga que vender mi melón [cabeza]’. Dante Panzeri Pensamiento privado Recientemente, el día 25 de agosto de 2005, el Honorable Senado de la nación aprobó la Ley de Mecenazgo, en su nueva versión presentada por la […]
‘Mi mujer no tiene ningún problema en salir a vender limones por la calle con tal que yo no tenga que vender mi melón [cabeza]’. Dante Panzeri
Pensamiento privado
Recientemente, el día 25 de agosto de 2005, el Honorable Senado de la nación aprobó la Ley de Mecenazgo, en su nueva versión presentada por la senadora justicialista por Mendoza M. C. Perceval. El proyecto anterior elaborado por el diputado alfonsinista Luis Brandoni, que fuera aprobado por ambas cámaras en 2001, fue vetado por el habitante de la Rosada de entonces -De La Rúa- debido a que ‘los coleccionistas y empresarios se opusieron a la designación del Fondo Nacional de las Artes como evaluador y regulador de la entrega de donaciones a sus destinatarios, lo que impedía que las empresas eligieran dónde colocar los aportes’.1 En esta nueva versión se respeta el derecho de los empresarios a poner el dinero que subrogan del Impuesto a las Ganancias -hasta un 3% del total correspondiente- en los proyectos que acordarán con la Secretaría de Cultura, el Fondo Nacional de las Artes y los representantes de las fundaciones y asociaciones amigas de los museos -es decir los representantes de los mismos empresarios. Como el aporte es voluntario queda claro que si los empresarios no gustan del proyecto a acordar con incorruptibles funcionarios, no aportarán un mango.
Pese al entusiasmo de algunos, queda claro que de lo que se trata es de un avance en la privatización del pensamiento y la producción cultural. En un país como el nuestro que ha sido devastado por la privatización masiva de su vida entera. Los servicios públicos, la energía, el petróleo (único país en el mundo que entregó su petróleo a otro país -su antigua metrópoli imperial- sin ser invadido militarmente), el gas, la libre circulación por los caminos, el agua, los aportes previsionales, la salud, la educación, las rutas, los aeropuertos, la seguridad, su aerolínea de bandera, los silos y puertos de embarque. De hecho la vida misma de los argentinos se ha privatizado. Es decir tiene dueños, que por supuesto no somos nosotros. Esta política se grafica en los terribles resultados que hoy muestra nuestra Patria, luego de más de quince años de privatización masiva de su sociedad. Con su 50% de población bajo la línea de pobreza, pese a que producimos más de 3.000 kg. de alimentos por año y por habitante -la mayor tasa del mundo. Con sus casi seis millones de indigentes, sus 4.5 millones de desocupados y los 4 millones de subocupados. La política de la privatización masiva ha devastado la nación. Su extensión a los ámbitos culturales y del pensamiento -ya bastante controlados por el capital privado- producirá efectos similares. Tal vez comparables al estado cultural del pueblo norteamericano, de donde sus mentores replican esta política. Población -la yanqui- que bueno es recordarlo, en un 60 % de la misma desconoce la ubicación del Océano Atlántico, el 50% de sus habitantes ubican a Irak en África, el 60 % de ella cree que la Teoría de la Evolución es un invento comunista, y en correlato otro 60 % cree en la existencia del demonio.
Pan y circo para el pueblo. Museos caros para las señoras ya no tan gordas
Este proyecto sigue la misma línea que promulgara el gobierno de La Alianza y antes el menemismo, que busca centrar la producción cultural en el manejo del mercado. Es decir en ‘lo que sea vendible’, según decidan los dueños del mercado. Lo que señalara hace algún tiempo un colaborador de ex secretario Lopérfido ‘debemos lograr ser como Hollywood’. Dichas estas palabras en medio de la colosal crisis del año 2002, cuando millones de argentinos vivían de recolectar basura y de comerla. En el mismo programa del canal oficial, los especialistas culturales allí reunidos apostrofaron a los que contraponíamos la ‘cultura’ hueca y vacía con el hambre del pueblo. ‘Parece que sólo se pudiera hablar del hambre’, dijo una ex funcionaria delarruista, en momentos en que sus compatriotas comían basura o esperaban las sobras de los Mc Donalds. Claro ella no puede entender que el hambre es cultura, o que ella es cómplice de la cultura del hambre. Y cree que se puede hacer ‘cultura’ para la élite prescindiendo de los hambrientos, ‘total pobres hubo siempre’ y no suelen ir a la ópera, ni al Malba, ni al Museo de Bellas Artes.
¿Será así? ó ¿cuándo los pobres pueden, van a escuchar ópera, ven las obras de Dalí o de Picasso, leen a Neruda a Borges, a Lorca, a García Márquez y construyen su cultura día a día?. Por lo menos así lo muestra el potente arte popular, piquetero, campesino y social que hoy produce nuestro pueblo, como forma de resistencia al hambre y al genocidio social a que lo somete el poder colonial que gobierna la Argentina desde 1976. Es bueno recordar que casi durante más de 50 años la industria editorial argentina fue ejemplo para el mundo con sus publicaciones de clásicos y novedades a precios populares y ediciones masivas. Hoy el libro, la revista y el periódico son artículos de lujo. En esta política se inserta el sistema de mecenazgo: lograr el control sobre la producción y el pensamiento de la cultura nacional para reproducir y sostener el sistema de dominación colonial vigente en la nación sin la aparición de los tan molestos intelectuales críticos argentinos y latinoamericanos que no aceptan trabajar para el pensamiento único de las multinacionales. Tampoco aceptamos ser cómplices complacientes del sojuzgamiento de nuestro pueblo.
Hecha la ley…
Para elaborar la ley ‘fueron consultados la Fundación Teatro Colón, el Malba, las asociaciones de amigos del Museo Nacional de Bellas Artes y del Centro Cultural Recoleta y destacados coleccionistas’.2 Cuando la misma fue aprobada por el Honorable Senado ‘estuvieron también en el recinto el secretario de Cultura, José Nun, el titular del Instituto Nacional de Cinematografía, Jorge Coscia y representantes de la Fundaciones Konex, Espigas, Amigos del Museo de Bellas Artes, del Teatro Colón, ArteBA, Malba, la Asociación Amigos del Centro Cultural Recoleta y la Academia Nacional de Bellas Artes. 3 Es decir todas instituciones con financiamiento privado que de hecho implican una privatización -o apropiación para ser más exactos- por parte de dichos intereses sobre bienes culturales públicos, tal como denuncian permanentemente los empleados del Teatro Colón y de otros teatros oficiales cuyos jerarcas están deseosos de privatizar -y de ser posible de quedarse ellos con la privatización. En la misma línea Mauro Herlitzka director de Arteba señala ‘países como Brasil, México y Chile tienen leyes similares con las que han salido a posicionar el arte y la cultura en el mundo y que, al mismo tiempo, sirvieron para consolidar el campo cultural interno.(..) pero la relación entre el beneficiario y el beneficiado tiene que ser biunívoca. De lo contrario se fomentaría una burocracia intervencionista improcedente a esta necesidad.’ 4
Otra vez surge la descalificación al control estatal, sin ningún argumento, simplemente por descalificación al estilo del ‘por algo será’. Tal como si la tragedia argentina que vivimos hubiera sido producida por una invasión marciana o un Tsunami y no por el festival privatizador del infame riojano. Es la misma política que lleva a enrejar -y tal vez privatizar- las plazas y parques de la Ciudad de Buenos Aires. Es decir la cultura será para quienes puedan pagarla. En otras palabras será para los mismos dueños de todas las cosas de la nación. Al tremendo escenario producido por la destrucción de la educación pública en los niveles primario y secundario, al brutal crecimiento de la educación superior privada con cuotas al nivel del bolsillo -hay institutos con azafatas y servicio de bar cinco estrellas-, unido al fuerte deterioro y privatizacion encubierta de las universidades nacionales, con el consiguiente correlato de crecimiento del analfabetismo, la desculturización, la deserción escolar masiva, la pérdida evidente de lenguaje y la brutalización que la miseria, el desempleo, la marginalidad y la desescolarización están produciendo en la juventud. El 98 % de la población carcelaria de la provincia de Buenos Aires tiene menos de 28 años. Es decir están en la cárcel cuando deberían estar en la escuela. Ni siquiera poseen ya el paliativo socializador del servicio militar. A todo esto se suma ahora la privatización de la producción cultural e intelectual.
En un país -a uno le cuesta decir Nación- que posee el 99% de sus radios, diarios, televisoras y revistas de todo el país en manos de un par de grupos empresariales y sus distintas asociaciones. Es decir vemos, oímos, escuchamos, nos informamos y pensamos como dos grupos empresarios desean que lo hagamos. Ahora se trata de cerrar la última ventana libre que aun restaba o podía restar. En una nación sojuzgada por un poder mafioso que emana de un sistema económico mafioso, saqueador y depredador que se propaga como un tumor tumefacto por el resto de la sociedad, ¿cómo hará el pensamiento crítico para expresarse?. ¿Quién financiará las investigaciones que muestren la brutal concentración de la economía, la riqueza y los bienes en nuestra sociedad? ¿Quién estudiará los efectos de la pobreza y la marginación sobre nuestro pueblo? ¿Las mismas empresas y empresarios que lo producen?
Nada fuera de control
Es tal la movida, que ningún detalle se deja al azar: el diputado de la Ciudad Jorge Giorno -ex tesorero del Concejo Deliberante de Grosso- acaba de asumir la Presidencia de la Sade, la Sociedad Argentina de Escritores. Pese a no tener antecedente alguno como hombre de letras. Pero aunque suene a una boutade en estos tiempos de política pornográfica, la movida de Giorno tiene su lógica -pese a que seguramente el difunto Carlos Paz ex digno presidente de la SADE muerto durante su ejercicio, se revuelva en su tumba. El poder económico gobernante, del cual Giorno es un incondicional -Giorno apoya en la Ciudad la candidatura presidencial de Jorge Sobisch, mascarón de proa de las multinacionales petroleras-, lo necesita para que no haya oposición en la Sade al proyecto de mecenazgo cultural que propician las grandes empresas para terminar de sojuzgar el pensamiento nacional.
El tema de fondo es si la cultura es un producto social del pueblo, en un momento histórico dado y como tal una construcción histórico-social de mayorías que como tal pueda ser consumida, o si la misma es sólo observada desde la perspectiva del negocio, la empresa y la tasa de ganancia, pensada como material de consumo y esparcimiento de las clases propietarias y altas de la sociedad. La ley de mecenazgo viene a profundizar el carácter cada vez mas privatizador de la cultura nacional. Hay que recordar que en nuestro paíis las privatizaciones fueron una catástrofe, tanto en lo referido al funcionamiento de las empresas tales como ferrocarriles, aguas, subterráneos, puertos, aerolíneas, flotas, etc., como particularmente en los efectos sociales y económicos que las mismas acarrearon como señalamos más arriba. La privatización de la cultura, que el mecenazgo empresarial trae aparejado, hará que nuestra cultura no sólo posea un Barrio llamado Palermo Hollywood, sino que producirá sobre nuestra identidad, el mismo control absoluto que el complejo militar-industrial norteamericano ejerce sobre la producción hollywoodense. La cultura es un bien del pueblo y no de las empresas, por ende las empresas deben pagar sus impuestos -y algunas deben volver a manos del estado dejando su ganancia en manos de la nación- y el Estado -representante del pueblo y de la Nación frente al poder económico- debe destinar los fondos, estímulos y políticas necesarias para su promoción adecuada en democracia e igualdad.
Causas y razones: una política inalterable
Es bueno recordar que ya hace unos cuantos años, allá por 1977-1978, la ultraderecha norteamericana dispuesta a ‘no ceder un centímetro más al socialismo en ningún lugar de la tierra’ 5 replegándose ferozmente sobre América Latina luego de su derrota en Viet Nam, y con el continente latinoamericano sublevado, estableció cual sería su programa para domesticar, dominar y reconstruir a la fuertemente antiimperialista intelectualidad latinoamericana. Estos planes expresados sin disimulo alguno, conocidos como los Documentos de Santa Fe I y II, son la base de la emergencia de la contrarrevolución conservadora conducida por R. Reagan, M. Tathcher, H. Kissinger, G. Bush padre y Juan Pablo II -previa eliminación de Juan Pablo I. En dichos documentos se explicitaba especialmente qué hacer con la intelectualidad latinoamericana.
Ya que para el Tío Sam dicha intelectualidad era casi ‘la quinta esencia del mal’ o como gustaba decir al criminal genocida Ibérico Saint Jean ‘era intrínsecamente perversa’. Ya que dicha intelectualidad latinoamericana era especialmente antinorteamericana -antiimperialista-, estaba fuertemente influida por el marxismo, el nacionalismo, un pensamiento históricamente latinoamericanista libertario y Quasi socialista -inspirada en toda la lucha de masas armadas y sublevadas del siglo XIX, el Arielismo, la Reforma Universitaria, la Revolución Mexicana, la neutralidad Yrigoyenista, el antipanamericanismo de Argentina (incluso de su oligarquía), la solidaridad activa con Sandino, el repudio generalizado del continente al robo de la mitad del territorio mexicano, la solidaridad con Colombia ante la sustracción de Panamá, el repudio a las más de 50 invasiones norteamericanas a América Central, la Revolución Peronista con su Tercera Posición y su propuesta de Unidad Latinoamericana. Para colmo luego la Revolución Cubana, la revolución Chilena y los ejemplos indestructibles de Salvador Allende y la montaña moral y ética del Che. Para completarla los sandinistas volteaban al que el Departamento de Estado consideraba ‘su hijo de puta propio’ 7, el criminal Anastasio Zomoza. Es decir el pensamiento típico latinoamericano unido homogéneamente alrededor de un idioma común, una religión sincréticamente común, una cultura común, una larga lucha común y la unidad genética que produjeron los 1000 años del Incario fundante desde Panamá hasta Mendoza, producían un fuerte pensamiento antinorteamericano, hispanoamericanista, socialista y antiimperialista.
El enemigo a extirpar
Los documentos advertían en particular, que la mayoría de nuestros intelectuales -palabra hoy reemplazada por la de profesionales exitosos ya que al mirar particular yanqui los ‘intelectuales son vagos y saben de todo pero de nada en particular’ 6 – no tenían casi relación alguna con las empresas privadas, sino que vivían de forma independiente a través del trabajo universitario, la docencia libre, la investigación periodística independiente o free- lance y de la abundante producción periodística independiente y antiimperialista que abundaba masivamente en el continente y que hoy !Oh casualidad! casi ha desaparecido. Los jefes del Think Tank republicano se propusieron entonces, remodelar la intelectualidad latinoamericana atacando las raíces del problema -para los norteamericanos, claro está. Señalaron entonces la necesidad de tener una política para transformar a los intelectuales críticos de América latina en exitosos profesionales. Avanzaron en la privatización masiva del poderoso sistema estatal de enseñanza latinoamericano, desarrollando un gran número de universidades, institutos y escuelas privadas y exclusivas, separando a los hijos de la clase alta del contagio con el pensamiento crítico en las universidad estatal.
Trataron de vincular económicamente a los intelectuales latinoamericanos con las empresas privadas norteamericanas a través de becas, subsidios, asesoramientos muy bien remunerados y fundaciones que orientan y conducen el pensamiento a través del mecenazgo. Vale aclarar que tuvieron mucho éxito: muchos intelectuales fueron cooptados por el aparato imperial y hoy desdicen y contrafundamentan desvergonzadamente sus posiciones de los ’60 y los ’70. Los más jóvenes en general ni siquiera se enteran de que se trata, y compran alegremente el papel ridículo y antipensante que les han vendido las multinacionales, las cadenas de medios y las escuelas de periodismo, subsidiadas por el Banco Mundial y las fundaciones. Para los que no lo aceptan: el ostracismo, la marginación, el silencio, la soledad. Sino, ser parte de los 400.000 latinoamericanos asesinados por los EE.UU., y sus gobiernos cómplices en América Latina desde 1960 a la fecha. El último esta semana: el líder independentista portorriqueño Filiberto Ojeda Ríos, de 72 años, luchador histórico y jefe del Ejército Popular Boricua ‘Los Macheteros’. Asesinado impunemente por el FBI, aprovechando la cortina producida por el huracán Katrina.
Si hasta ahora fue difícil publicar o acceder a los medios de expresión de masas para los intelectuales críticos, después de la ley de mecenazgo seguramente será imposible. Tinelli, Susana, Mirta, Gerardo, Echecopar, Grondona, Mauro, Haddad, Clarín, La Nación y Página reinarán sin los contratiempos del pensamiento crítico, siempre molesto en la Argentina y América Latina.
‘Lo mismo el trabajo(..) Yo nunca pertenecí a esa mentalidad, yo he trabajado de mozo de café, he trabajado en todos los oficios, en la barraca Furman, de ayudante de clasificador de lana, tirando los lienzos; no he tenido esa cosa, llevada hasta ese extremo, de la jerarquía. Cuando en realidad es mucho más honroso, pero tal vez porque yo me hice una composición de lugar: yo había nacido con dotes de periodista, pero me di cuenta que como periodista tenía que hacer de alcahuete del periodismo y yo quería ser libre; entonces me convenía ser mozo de café antes que periodista. Porque de mozo de café no comprometía mi libertad, y en cambio si trabajaba de periodista, tenía que escribir lo que estos hijos de puta me hacían escribir y terminar después por acostumbrarme, sugestionarme y convencerme de que estaba bien. Porque este mismo muchacho que es un tipo decente, que yo lo quiero mucho, que está bien orientado ideológicamente, va a un periódico y tiene que escribir lo que le encargan aunque no le guste. !Ah, no! Yo ajustando tornillos no comprometo mi libertad intelectual…’ Arturo Jauretche 8
Notas
1.- Clarín 17-08-05
2.- Clarin 24-08-05
3.- Clarín 24-08-05
4.- Idem anterior
5.- Idem anterior
7.- Palabras del Presidente Teodore Roosevelt respecto de Anastasio Somoza
8.- JauretcheArturo, Escritos Inéditos. O.C. T6.Corregidor
*Artículo publicado por la revista Umbrales de Córdoba . 30-09-05