En el marco de la Cátedra de Análisis Espacial que se dicta en el Departamento de Geografía de la Universidad de Buenos Aires se enseñan principios básicos de sistemas de difusión y propagación socio-espaciales aplicados a diversos aspectos de la realidad.
Simultáneamente desde la misma cátedra se realizan investigaciones y eventualmente asesoramientos a los sectores públicos y privados en relación con procesos de propagación.
La experiencia acumulada nos obliga a realizar algunas observaciones en relación con las consecuencias de la pandemia que actualmente castiga a nuestro país. Una primera observación nos conduce a afirmar que la Argentina cuenta con Infectólogos de nivel y prestigio internacional de cuyos conocimientos en materia de enfermedades infecciosas nadie puede dudar. Sin embargo la especialización en enfermedades infecciosas y los virus bacterias y gérmenes que los producen no es garantía para poder explicar, comprender y particularmente proyectar las medidas de que se beben tomar en cuenta al momento de impedir o por el contrario promover la difusión de un fenómeno sanitario.
Modestamente quienes trabajamos en estos temas de propagación, que incluyen desde una idea, pasando por un personaje que se pretende instalar , una nueva innovación técnica o un fenómeno sanitario u otros, sabemos que los métodos y técnicas de abordaje varían sustancialmente en función del problema cuya difusión socio-territorial se quiere analizar. También reconocemos que los modelos matemáticos de simulación que habitualmente construimos son herramientas para la toma de decisiones pero a pesar de su enorme rigor no contienen en su seno las decisiones que se deberán tomar. Al mismo tiempo son técnicas de gran utilidad para la medición de probables escenarios los cuales se deben construir exógenamente respecto al modelo. Los modelos solamente simulan y verifican las decisiones que en materia estratégica que se llevan adelante.
Al respecto en el mes de marzo de 2020 construimos y calibramos un Modelo de Simulación a efectos de estimar la propagación hacia fines del mes de Junio del virus. El modelo estimó la cantidad de contagios en 28.789 casos cifra que comparada con lo que se verificó en la realidad arrojó una diferencia del 7 %. Quienes trabajamos con Modelos Proyectivos de Simulación aceptamos en general un error de hasta +/- 10 %. A partir de ese momento con las nuevas medidas tomadas por los gobiernos Nacional y Provinciales a las cuales deben agregarse una serie de errores de gestión que provocaron grandes y poco aconsejables aglomeraciones de población, los resultados proyectados a partir de la relajación de los factores de impedancia del modelos arrojaron resultados tan abultados que nos llevaron a poner en dudas la eficiencia del Modelo y dados los resultados de propagación resultantes consideramos prudente no hacerlos públicos.
El caso que nos preocupa, la pandemia de coronavirus en nuestro país, es una clara muestra de la ignorancia existente en relación con los fenómenos de propagación de enfermedades infecciosas. Los geógrafos tenemos históricamente más de dos siglos de tradición en materia de propagación de pandemias y epidemias que arrancan con la propia institucionalización de la geografía en el Siglo XIX y se remontan a los antiguos griegos en el área de la Geografía Médica.
Si por el absurdo me consultaran como alcanzar una propagación como la que efectivamente se produjo en Argentina en estos meses mi propuesta sería tomar las decisiones que se aplicaron a partir de Marzo de 2020.
En Argentina no hubo cuarentena. No existe cuarentena con transporte público operando, cuarenta y dos actividades esenciales funcionando, otorgamiento sin demasiadas restricciones de permisos de circulación, doscientos mil vehículos entrando y saliendo de la Ciudad de Buenos Aires todos los días y lo más grave: libertad para entrar al país de argentinos y extranjero residentes cuando en realidad se deberían haber clausurado estrictamente y sin concesiones todos los pasos fronterizos incluyendo particularmente los aeropuertos internacionales. Como decíamos en un artículo anterior del mes de marzo “..al coronavirus no lo traen las aves migratorias, lo traen quienes viene del exterior y estos llegan en avión y entran por Ezeiza…”. Si se hubiese tomado la decisión de realizar una verdadera cuarentena con toda la población en sus casas, sólo habilitando al personal sanitario y de seguridad para circular con restricciones, sin transporte público, sin circulación vehicular y peatonal y principalmente impidiendo la llegada sin excepción de viajeros desde el exterior y con un programa de subsidios no reembolsables a los argentinos que deberían permanecer en sus lugares de origen, otro hubiese sido el resultado. Si se hubieran tomado estas medidas, todos los modelos dan como resultado niveles contagio bajísimos y fallecimientos marginales solo explicables por indeseables filtraciones en el Plan adoptado. Y aún lo más importante el Estado, los privados y la sociedad argentina no hubiese pagado los descomunales gastos económicos, financieros y fiscales que se han debido afrontar ni las consecuencias sociales, culturales y psicológicas derivadas de la peor crisis en la que se haya sumergido al país.
No somos iluminados, personalmente conozco a miles de argentinos altamente capacitados, excelente profesionales, super especializados en sus campos de conocimientos que por razones que desconozco nunca aparecen en los medios masivos, ni escriben en los periódicos, ni son consultados por los que toman las decisiones. No pertenecen al elenco estable de los caretas que desfilan por los medios, personalmente les recomendaría a estos últimos menos exposición televisiva y más laboratorio.
Cuando desde nuestra modesta disciplina recomendamos un plan para la propagación de un producto, una idea, una tecnología o analizamos como ha sido la difusión de una epidemia o pandemia o simplemente una enfermedad sabemos perfectamente por “contrario sensu” cómo evitar que aquellas enfermedades se propaguen.
Asistimos a un momento de la pandemia aún más crítico que pocos podían imaginar y de consecuencias imprevisibles que se producirán en los próximos meses. Frente a esta crítica situación las decisiones, que en una democracia, las deben tomar los gobiernos nacionales, provinciales, municipales y locales estos son mansamente reemplazados por las lógicas del capital y sus principales cómplices: una parte mayoritaria de la prensa que no los apoya ni por vocación ni por afinidad ideológica sino como muchos sabemos funcionan “a sobres”. Nuevamente aparece en toda su crudeza quién gobierna, no es ni la democracia, ni el voto , ni la voluntad popular es “das Kapital”. Estamos a tiempo de frenar este absoluto descontrol con una verdadera y estricta cuarentena como la antes descrita.
Luis A. Yanes. Profesor Titular de Análisis Espacial. Departamento de Geografía. UBA.