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COVID 19: un traje a medida para el Emperador

Fuentes: Rebelión

Hay un cuento del famoso Cristian Andersen donde el pueblo aplaude el nuevo traje del Emperador, aunque en realidad está desnudo. Porque quien tenga la desfachatez de aclararlo será considerado hijo de padre desconocido.

La autocensura es feroz, pero finalmente la rompe un niño que en su libertad grita “el rey está desnudo”. Es un cuento, pero permite entender lo que muchos pensamos acerca del pensamiento único que se pretendió instalar respecto de la  política pública que empeoró tanto a la pandemia. 

O sea, nuestro problema no es el virus, sino la relación que establecemos con él. El virus sólo no hace nada. Depende de lo que nosotros hagamos con él. Y lo que  hemos hecho se parece a un disparate. Tratando de vestir las medidas de gobierno hemos dejado desnuda a la política. De manera que la decisión política está finalmente sola. Porque no hay simultáneamente política de salud, ni económica, ni cultural, ni constitucional, ni ética a favor del país. 

Desde que nos lo alcahueteó Maquiavelo en su famoso libro El príncipe, sabemos que las decisiones políticas tienen objetivos políticos independientes de la religión y de la moral. Entonces, qué objetivos políticos tienen las decisiones de gobierno frente a la pandemia? Es lo que queremos saber, pero es un secreto para inferir o adivinar porque está bajo 4 llaves. 

Que hay una política pública no cabe duda. Una política de gobierno. Pero no responde a objetivos de la sociedad en su conjunto ni a necesidades de sus grupos sociales específicos. Responde a objetivos de gobierno. Las Ciencias Sociales tienen ahora un buen ejemplo de una política pública que no es una política social. O sea, no tiene objetivos de mejorar las condiciones de vida de la sociedad. No es novedad la disociación entre políticas públicas y sociales. El Fondo Nacional del Tabaco, que sostiene a la industria tabacalera, es un buen ejemplo de política pública contra la política social referida a salud.  

Pero en cuanto a política antisocial, 2020 compite por todos los premios. El resultado del país es catastrófico en términos sanitarios. Ocupamos el puesto 29 de muertos por millón de habitantes en una comparación de 215 países… pese a que Argentina impuso una de las cuarentenas más prolongada y severa del mundo, militarizada, con decenas de miles de causas penales y más de 90 personas que al incumplir medidas de aislamiento fueron asesinadas por fuerzas estatales, según documentó la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI). Muchos países sin similar cuarentena forzada tienen 30 veces menos muertos por millón de habitantes, tanto en el Hemisferio Norte (Japón, Taiwán, Hong Kong, Singapur) como en el Hemisferio Sur (Uruguay, Paraguay, Haití, Costa Rica). 

En economía, somos el 40 país con mayor caída del PBI, con un 13% en 2020 (OCDE). Con un desequilibrio mucho más injusto: Argentina empobreció sobre todo a su 10% más pobre, restándole el 29% de sus ingresos en un solo año (INDEC). 

En educación, cerramos todas las escuelas, dando un paso atrás formidable, con el desatino de incluir las rurales en áreas donde nunca hubo COVID 19.  

Argentina dejó de ser un país republicano durante largos meses. El Poder Ejecutivo gobernó por decreto a sus anchas, sin Poder Legislativo ni Judicial. Casi todas las instituciones siguieron el ejemplo de una larga vacación, conservando ingresos para hacer frente a gastos mucho menores. Los empleados sin trabajo hicieron un enorme colchón, mientras los trabajadores sin empleo caían sin colchón a su punto más bajo.  

La cultura dejó de ser un valor, para ser un residuo o un bien postergable ad infinitum. El pánico fue hábilmente manejado  por expertos en actuar contra la evidencia. Y el gobierno dispuso medidas de terror y sometimiento: el encierro de sanos, el tapaboca permanente y la distancia social, dramatizó al contagio como si fuera un riesgo mortal y enfrentó sanos contra sanos.  

La extinción natural de una epidemia, la inmunidad natural activa y el fortalecimiento de lazos sociales para promover la salud fueron nociones ignoradas, bastardeadas y finalmente censuradas por un poder autoritario y prohibicionista. 

La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales con rango constitucional fueron olímpicamente derribados en los hechos, ante un poder judicial paralizado. Cualquiera puede comprobar la falta de vigencia de los ART’s. 14, 42 y 75, entre otros. 

Se impuso una ética coercitiva ajena al populismo de izquierda como le gustó caracterizarse, mientras se concentraba la riqueza con deplorable quebranto de familias y pequeñas empresas. Combinó así las mañas del militarismo y de la derecha, pero en defensa de la salud del pueblo, como les gusta decir a sus creyentes. 

Sin embargo la política pública esta desnuda y espera que un niño sorprendido la descubra gritando libremente cosas así: 

  • Que nunca hubo debate acerca de las medidas más graves de salud pública en la historia y se desconocieron publicaciones que se anticiparon al ´diario del lunes` 
  • Que se designaron expertos vinculados a laboratorios y sin formación en epidemias 
  • Que no existieron los anunciados 40 millones de muertos en el mundo (Tomás Pueyo) durante 2020, sino apenas 1.8 millones 
  • Que no se cumplió la predicción de 380 mil o como mínimo 160.000 mil muertos durante 2020 en Argentina (Alberto Kornblihtt y Jorge Rachid), que apenas llegó a 43 mil 
  • Que la letalidad no fue del 3,5% sino mucho menor al 1% 
  • Que si el COVID 19 es una pandemia, hay muchas otras pandemias simultáneas, más mortales y más antiguas a las que se agravó retirándoles toda atención que no fuera urgente  
  • Que hay una subversión de prioridades porque las demás pandemias están delante del COVID 19 (hambre, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tuberculosis, mortalidad infantil, depresión y muchas más) 
  • Que se iban a saturar los  hospitales? No se recuerdan años con hospitales tan desocupados…, mientras años atrás se saturaban con internaciones en pasillos y muertes en ambulancia, sin posibilidad de derivación  
  • Que el encierro prolongado inhibe a la inmunidad natural activa y crea el campo propicio para la propaganda de la inmunidad artificial activa mediante vacunas que son más riesgosas, caras y tardías 
  • Que el velorio multitudinario de Maradona en Casa de Gobierno demostró que sin distanciamiento físico no aumentaron los casos ni las muertes  
  • Que la Comisión de Expertos, la ANMAT y la OMS van y vuelven del barbijo, pese a la falta de evidencia de su utilidad y a los daños físicos, psicológicos y sociales de su abuso  
  • Que la prueba de hisopado con PCR fue creada para medir carga viral, pero se la usa para diagnóstico aunque tiene una gran proporción de falsos positivos  
  • Que a los PCR fasos + se los registra como enfermos de COVID 19 aunque no tengan síntomas 
  • Que se inducen casos y muertes por COVID 19 mediante el sobrepago de la atención de personas internadas si les colocan ese diagnóstico. Los montos pueden llegar a $540 mil si hay internación, terapia intensiva e intubación para respiración mecánica (Res. SSS 326/2020) 
  • Que las vacunas en aplicación son experimentales, aprobadas por “emergencia” o acuerdo político entre países, con riesgos desconocidos, y pese a que hay tratamientos probados y la letalidad por COVID 19 es baja 
  • Que las nuevas técnicas de ingeniería genética en la producción de vacunas pueden ser promisorias para un futuro, pero que hoy no completaron todas las fases requeridas para asegurar científicamente su eficacia e inocuidad. Y si no, por qué Noruega suspendió la vacunación cuando advirtió que fallecerían 2.200 si vacunaban a sus 5.6 millones de habitantes, contra solo 517 muertos por COVID 19 en 2020 
  • Que se exime a los Laboratorios de presentar la fórmula de las vacunas contra COVID 19 y de hacer frente a los juicios que les generen por efectos adversos (Ley Nacional 27573). Mucho, no? Si los Laboratorios no contestan ni investigan las dudas y los Estados no los obligan, es un chiste, no? Nosotros no vamos a armar un laboratorio en casa para reemplazarlos en sus obligaciones  
  • Que según la OMS el precio para vacunar a un recién nacido aumentó 10 veces en dólares en 40 años, desde 1980 
  • Que es lógico el apuro de Laboratorios y Gobiernos en vacunar, porque no hay negocio si el COVID 19 se controla o desaparece como auguran famosos virólogos como Jean Luc Montagnier 
  • Que hay grieta? No, ojalá la hubiera. Oficialistas y opositores funcionan como aliados en lo política antipandémica  
  • Que los derechos humanos avanzaron en discursos, pero en la realidad retrocedieron décadas hasta arrasar libertades civiles y políticas con nuevas formas de dominación  
  • Que si una gran mayoría de países se parecen en sus políticas públicas frente a la pandemia, también se parecen en su desalmado endeudamiento externo, en la transferencia de riqueza desde los pobres al 1% más rico del mundo (Agencia Bloomberg), y la contribución de laboratorios farmacéuticos productores de vacunas a la financiación de la política corrupta   
  • Y por si fuera poco, el total de 1.8 millón de muertos atribuidos a COVID 19 (una cifra, como vimos, muy inflacionada) representa en 2020 apenas el 3% del total de 60 millones de muertes anuales en el mundo, Y el otro 97%? Bien, gracias! 

Ante tantos disparates, vuelve la pregunta: ¿dónde está el grito del niño libre que los descubra? 

Mario Borini. Profesor Titular Salud Pública, UBA, 2003-2008