No importa el acuerdo político. Ni el enfrentamiento ideológico. Néstor Kirchner murió combatiendo. A muchos de nuestros enemigos. Quizá eso no sea suficiente para convertirlo en mi amigo. Pero es más que suficiente para recordarlo como aquel que estuvo muy cerca de ser mi compañero. (aforismo implicado) «El jefe de Gabinete dijo que la presidenta […]
No importa el acuerdo político. Ni el enfrentamiento ideológico. Néstor Kirchner murió combatiendo. A muchos de nuestros enemigos. Quizá eso no sea suficiente para convertirlo en mi amigo. Pero es más que suficiente para recordarlo como aquel que estuvo muy cerca de ser mi compañero. (aforismo implicado)
«El jefe de Gabinete dijo que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner «tiene claro hacia dónde quiere ir». El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó hoy que la Confederación General del Trabajo (CGT) que conduce Hugo Moyano es la «columna vertebral» del Gobierno. «No representa al Gobierno, pero por definición estratégico-política de Juan Perón, siempre los peronistas hemos definido, sobre todo los que hemos respetado a rajatabla el magisterio conceptual de Juan Perón, que el peronismo tenía una columna vertebral que es el movimiento obrero organizado», enfatizó Fernández. En declaraciones a Radio 10, el ministro coordinador aseguró que «esa CGT que hoy conduce Hugo Moyano es nuestra columna vertebral», y describió al sindicalista como «híperconsecuente» con la Casa Rosada en materia de reivindicaciones de los derechos de los trabajadores. Télam-DyN 02-11-2010″.
El último fin de semana se realizó el Congreso sobre Trabajo y Pensamiento Crítico que organizó la Universidad de los Trabajadores. Este nuevo sujeto político, académico y social nace de las entrañas de IMPA, la fábrica recuperada. En sus máximos referentes, Eduardo Murúa y Vicente Zito Lema, los que participamos en su creación, sostenemos que una Universidad de los Trabajadores es necesaria frente a la despliegue de tantas Universidades de los Explotadores. El eje de nuestra actividad fue el Pensamiento Crítico.
Ahora bien: ¿Qué critica el pensamiento crítico? Critica al pensamiento único. Aunque muchas veces apenas es un único pensamiento, casi siempre es una multiplicación de pensamientos que ratifican, confirman, cristalizan una Verdad que no puede, ni debe, y por lo tanto no conviene, confrontar. Cuando el pensamiento único invade, contamina el territorio de la política, la política deviene Razón de Estado. O sea: pensamiento hegemónico. O sea: clonación de la política en religión. Pero no cualquiera: aquella religión que es ratificada como necesaria y suficiente, y que apelará «a Dios rogando», pero no renunciará a sostener «con el mazo dando». Todo dependerá, como podría decir cualquier Maquiavelo posmoderno, de la relación de fuerzas. Uno de los tantos «recursos del método» (tomo prestado el título de Alejo Carpentier) llamado pensamiento único es compactar, comprimir, masacotear diferentes realidades para llegar, sea como sea, a su más preciado ideal: la Unidad. Que no es solamente la de los contrarios, la de los diferentes, la de los feos, sucios y malos con los ricos y famosos, sino la de los incompatibles, la del agua y el aceite, la de la orca y la de la foca.
Esta Unidad está sostenida sobre otra Verdad Única: la idea/certeza del Movimiento. Pero en tanto la columna vertebral está organizada, el movimiento pasa de ser traslación y rotación, a ser apenas un contoneo de cintura tipo «hula hula». O sea: hay movimiento pero siempre manteniendo proximidad, cercanía, con un centro neurálgico que no se mueve. Esta combinatoria de movimiento y cercanía se denomina Lealtad. Esta categoría sostiene la Unidad y es lo opuesto a la fidelidad que sostiene la Unión. Dicho en otros términos: la unión hace la fuerza, la unidad construye poder. Como sabemos gracias a George Lukacs, la Fuerza tiene su lado oscuro. Y como sabemos, gracias a Michel Foucault, el poder no tiene lado claro. Poder y sometimiento han ido siempre de la mano, y lamentablemente, son mucho más que dos. El Poder siempre implica una verticalidad y una direccionalidad: de arriba para abajo. Y, parafraseando al tango Las Cuarenta, puede ser para todo lo bueno y puede ser para todo lo malo. Cuando esa verticalidad se sostiene más de lo necesario, inevitablemente será para todo lo malo.
La muerte de Néstor Kirchner tiene varios registros. El que nos interesa: el político. Si somos fieles a su mayor logro, no podemos ni queremos que ese registro político sea subvertido por el registro religioso. Nada debe respetarse a rajatabla, todo debe ser discutido sobre tablas. Si el único heredero es el pueblo, es el pueblo pensado como categoría política. No es solamente una suma de voluntades individuales, sino que pueblo es la sinergia de una decisión política colectiva. Pero en ese afán de una Verdad que sostenga la Unidad, el pensamiento único en esta actualidad, apelmaza el recuerdo, la memoria histórica y la memoria heroica. El recuerdo es la memoria unida a los afectos y los sentimientos. Una memoria sensible, cercana, amorosa y también dolorosa. Nuestra Presidenta sostiene ese recuerdo, ya que para ella hubo Néstor Kirchner mucho antes que para casi todos los demás. En el recuerdo encontramos consuelo al dolor, aunque nunca del consuelo podremos ahuyentar todo el dolor.
La memoria histórica es la perspectiva política, social del recuerdo. Los afectos, los sentimientos, van cediendo en intensidad, incluso pueden desaparecer, porque el tiempo tiene su efecto de neutralización. Pero aparece como resultante de esa historización del recuerdo que es la memoria histórica, el sentido. Que necesariamente es múltiple, porque como sabemos desde siempre «todo es según el color del cristal con que se mira». Y esto es bueno, porque implica diversidad sin fragmentación. El obstáculo es cuando desde el pensamiento único se decreta que ciertos cristales no deben ser tolerados. Que ciertos colores deben ser expulsados del arco iris. Entonces entramos de lleno en la memoria heroica, que traiciona a la memoria histórica y al recuerdo para decretar una Memoria Oficial. Y, por supuesto, otra Historia Oficial. Llegado a este punto, nuevamente la política como expresión de la lucha de clases queda sepultada, para entronizar a la hegemonía de una casta. O de un linaje. Pingüino, pinguina, pinguinito. Instalada la cuestión de esta forma, solo hay dos caminos: recuperar una vez más (podríamos decir setenta veces siete y mas también) el territorio de la política que no es lo mismo que el Trono de La Política, o derivar hacia la forma absoluta de la memoria heroica que es la Memoria Mítica. En el Mito el encubrimiento es total y el discurso abreva mas en el destino que se ordena construir, que en el origen que se intenta rescatar. La Memoria Mítica confunde no ingenuamente autoengendramiento con autogestión. El primero es individual, intransferible, único, perfecto.
Néstor Kirchner elegido por default en el 2003 (aunque parezca increíble Menem ganó en primera vuelta) se engendra a si mismo como hijo de las Madres. Desde ese lugar, algunos pretenden que el Movimiento de derechos Humanos tiene que agradecerle al ex presidente. Yo pienso que es al revés: Néstor Kirchner debe haber agradecido a ese Movimiento, a todas y todos los mártires del 2001, a los asesinados en piquetes, puentes, rutas y fábricas, haber llegado al Gobierno sin tener que pagarle varias libras de carne a Duhalde. Sin ese movimiento que fue autogestivo, colectivo, rebelde, corajudo y emancipatorio, Néstor Kirchner hubiera sido rehén de Duhalde y de lo peor del P.J. Quisiera pensar que si Néstor Kirchner pensó algo mientras se despedía de su mujer, compañera y Presidenta, sintió inmensa gratitud por la lucha desde antes de la dictadura militar de la juventud maravillosa, de la vejez extraordinaria, y de las y los adultos imprescindibles.
Descubrir ahora que la juventud «vuelve a la política», es desconocer que en realidad, nunca se había ido. Centros de estudiantes, ollas populares, asambleas populares, fábricas recuperadas, bachilleratos populares, movimientos de desocupados, inquilinos, ambientalistas, son inmensos espacios donde la política se sostuvo y se amplificó. El asesinato de Mariano Ferreyra es una prueba de siniestra actualidad que la juventud y la política seguían su alianza histórica. Darío y Maxi, y tantos otros, ya lo habían demostrado antes de la era K. Sostener que la militancia de los jóvenes empieza con «La Cámpora» es otro de los daños colaterales, laterales, frente y perfil del empecinamiento de construir Memoria Mítica. O sea: el Mito que engendra todo lo que hay y habrá sobre la faz de esta tierra.
Ni memoria heroica ni memoria mítica. Recuerdos y la humildad de empezar a construir memoria histórica. Solamente así Néstor Kirchner seguirá en la política. Insistir en la memoria mítica, será una traición a lo mejor de su herencia. «Al César lo que es del César; a Dios lo que es de Dios». Y si el pensamiento crítico sobre Néstor Kirchner nos colocara en la picota del gorilismo, de estar en la derecha conspirativa, o incluso de pertenecer al fascismo vernáculo, entonces no habremos aprendido nada. Cuando alguien escriba un graffiti diciendo: «Kirchner Vence», la religión le habrá fracturado el brazo a la política.
Al menos, si sucede, no será en mi nombre.
Fuente original: http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=4684:critica-de-la-razon-k&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106