M.H.: Es un momento particularmente difícil para la realización del proyecto del Monumento a la Mujer Originaria (MMO), porque el jueves pasado a la noche, varios móviles policiales entraron a la ex ESMA para desalojarlos, clausuraron el lugar y quedaron en custodia policías de civil y uniformados. ¿Cuál es tu versión de los hechos? A.Z.: […]
M.H.: Es un momento particularmente difícil para la realización del proyecto del Monumento a la Mujer Originaria (MMO), porque el jueves pasado a la noche, varios móviles policiales entraron a la ex ESMA para desalojarlos, clausuraron el lugar y quedaron en custodia policías de civil y uniformados. ¿Cuál es tu versión de los hechos?
A.Z.: Hace seis años que estamos en ese lugar, en la ex ESMA, el campo de concentración donde desaparecieron por lo menos 5.000 compañeros. Nos prestaron el espacio para hacer el MMO, una obra que no solo tiene carácter artístico y escultórico, sino que además es una obra política, porque se lleva a cabo con la donación de una enorme cantidad de personas, de algo tan pequeño como una llave de bronce. Hacerlo de esa manera nos pareció la más legítima para que tenga muchos dueños, que sea muy popular, una obra legítimamente colectiva.
Además, hacerlo dentro de la ex ESMA le suma el valor de un lugar donde se promocionan los Derechos Humanos, que es un espacio de recuerdo de «los más americanos de todos» como decía Eduardo Galeano, que son esos pueblos originarios que tienen mucha dignidad y mucha cultura para propagar y que aprendamos. Saber más sobre los pueblos originarios es conocer más sobre nosotros mismos.
Nos hemos visto sorprendidos el jueves a la noche, o mejor dicho el viernes a la mañana, cuando fuimos a trabajar de manera voluntaria, ad honorem, como lo hacemos hace 6 años, porque este proyecto nunca requirió de dinero, en ninguna de sus etapas. Nos encontramos con que la puerta del galpón del MMO estaba clausurada. Nos enteramos averiguando, que en la noche del jueves habían llegado varios patrulleros, algunos oficiales uniformados, con una orden pidiendo que se clausure el lugar, dejándonos afuera, con todas nuestras cosas adentro, la escultura misma que tiene casi diez metros, las casi diez toneladas de bronce, etc.
Ese es el perjuicio al grupo que está haciendo esta tarea, pero lo que nos ha dolido a todos es esta llegada a un lugar tan sensible, como lo es la ex ESMA, un espacio carísimo a la memoria de todos. Eso es lo que en primer lugar generó un gran revuelo entre todos los organismos de Derechos Humanos, quienes no tardaron en manifestar su repudio a este hecho.
Estamos viendo con abogados y distintos representantes de pueblos originarios y de Derechos Humanos cómo seguimos, porque nuestra idea no es solo recuperar nuestras cosas, sino que abran la puerta de ese galpón para poder terminar el MMO. En eso estamos ahora.
M.H.: Recuerdo que hace unos meses hicimos una entrevista a raíz de que el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, había pedido que desalojaran el lugar de manera informal. En una nota que le dio al diario Clarín el pasado 18 de febrero, había afirmado que ustedes eran usurpadores. ¿Qué podés comentar respecto de esta declaración?
A.Z.: Paradójicamente ahora la Secretaría de Derechos Humanos, se llama Secretaría de Derechos Humanos y Diversidad Cultural, pero la verdad que de diversidad y tolerancia mucho no están demostrando.
El Secretario de DDHH cada vez que se refiere al proyecto del MMO, dice que somos usurpadores o ilegales, intenta describirnos como quien entra por la ventana. En una de esas notas dijo que nosotros tenemos nuestra propia llave, eso no es así, porque cada día que entramos a ese lugar tenemos que pedirla en administración y nos abren. Nos abren porque tenemos permiso, si no lo tuviéramos no nos permitirían entrar. Ningún usurpador le pide la llave al dueño para entrar a la casa todos los días.
Lo que está claro es la diferencia política que sostiene, el desprecio hacia nuestra tarea. Lo entendemos porque lo deben pasar mal con nosotros como vecinos, por todas las actividades que hacemos. El 19 de marzo, por ejemplo, se hicieron 3 actividades en la ex ESMA, dos fueron de Nación y Ciudad, fueron muy pequeñas respecto a la que organizamos nosotros, que se llamó Kimun, que significa «memoria» en mapuche, a la cual vinieron aproximadamente 4.000 personas en pocas horas. Fue muy marcada la diferencia de la cantidad de personas que fueron a la actividad organizada por este «grupo de usurpadores» como le gusta llamarnos, que estamos hace 6 años trabajando en el espacio. Nosotros estamos convencidos de que estamos haciendo una tarea muy noble, sin embargo nos pasa esto, el Secretario de DDHH de la Nación cree que somos un grupo de usurpadores e intenta encerrarnos en esa figura.
Los pueblos originarios fueron quizás nuestros primeros desaparecidos
M.H.: Tal vez alguien puede pensar que es un capricho de ustedes el construir ese monumento en la ex ESMA. Me gustaría que aclararas esto a los oyentes.
A.Z.: La pregunta sería qué tiene que ver el lugar más emblemático de todos, respecto a los Derechos Humanos. En un principio se referencia a la ex ESMA como el lugar en el que murieron 5.000 personas, muchos de ellos fueron tirados al río luego de ser secuestrados por el propio Estado. Pero los pueblos originarios fueron quizás nuestros primeros desaparecidos, sufrieron las mismas cosas. Desde el robo de bebés, la tortura, el trabajo esclavo, el destierro, el fusilamiento; todo lo que les pasó a los 30.000 desaparecidos, le había pasado antes a una enorme cantidad de miembros de esta familia humana que son nuestros pueblos originarios, sobre todo, en la mal llamada Campaña del desierto, perpetrada por el Ejército y el Estado argentinos, los mismos que desaparecieron a los 30.000.
Entonces, son la misma historia, por eso digo que son nuestros primeros desaparecidos. En la ex ESMA, que es donde se promocionan y se divulgan los DDHH, los pueblos originarios deberían tener mucha presencia, porque se trata no solamente de recordarlos como si fuera un hecho de venganza o revancha, sino porque el ejercicio de tenerlos cerca en la memoria es lo que nos permite sanar, no es un lugar de odio, es para que nuestras futuras generaciones tomen estos ejemplos como lo que no debe suceder nunca jamás.
Por eso estoy muy involucrado en las tareas simbólicas, a través de monumentos y obras en espacios públicos. Estoy convencido de que esta tarea es muy útil para la sociedad, es posible que haya quienes no estén de acuerdo con esto, que piensen que hay otras urgencias. Las hay, seguro, pero la dignidad y la memoria, esas cosas que parecen intangibles, hacen a nuestra cultura y a una necesidad que habla nada más y nada menos que de nuestra identidad.
Se pueden tener muchos problemas, de techo, falta de trabajo, de territorio, pero cuando se tienen problemas de dignidad, se tienen todos los problemas juntos. Cuando se tienen problemas de identidad, lo mismo.
Yo creo que no podemos no dar una mirada política a esta circunstancia, que el Secretario de DDHH de la Nación está intentando que el MMO no se construya porque sabe que estamos pidiendo que cuando se termine se done a la Ciudad de Buenos Aires y que vamos a pedir también que se saque el monumento al Gral. Roca que está a metros de la Plaza de Mayo.
M.H.: Es la campaña que desde hace varios años viene llevando adelante Osvaldo Bayer. Me imagino esto como un capítulo abierto.
A.Z.: Así es. Todavía no sabemos qué va a pasar, no sabemos qué nos va a proponer el Secretario de DDHH. Creo que esta medida de judicializar algo que podríamos haber discutido de otra manera, le es tan perjudicial a él como a nosotros. Esperamos que nos haga una buena propuesta, que intente como funcionario que es, ocupando el espacio que pagamos todos y que necesitamos, que nos dé una respuesta a la altura de las circunstancias.
Nosotros no vamos a aceptar un lugar afuera de la ex ESMA, porque estamos absolutamente seguros de que si nos mudáramos a un lugar que ellos nos consiguieran, en menos de una semana nos desalojarían a los tiros, o con gases y no se enteraría nadie. Y porque estamos adentro de la ex ESMA es que nos sentimos protegidos por el resto de los organismos de DDHH. En todo caso, surgieron en estos últimos 3 o 4 días, municipalidades como la de Marcos Paz, la de Merlo, la de Avellaneda, la de Hurlingham y provincias que nos han propuesto trasladar la escultura y todo el equipo que está trabajando en la obra. Así que en todo caso, lo gestionaremos nosotros. Pero nuestro primer pedido es que podamos terminar la obra en ese lugar, porque hacerlo allí es parte del objetivo.
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