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De la deuda externa a la deuda eterna

Fuentes: Rebelión

El autor de Cien años de soledad y padre del «realismo mágico» debe de estar revolviendose en su tumba: ni al mismísimo Gabriel García Márquez se le habría ocurrido urdir una trama en la que un gobierno -en este caso el argentino presidido por Mauricio Macri- se le hubiese antojado endeudar a sus hijos y […]

El autor de Cien años de soledad y padre del «realismo mágico» debe de estar revolviendose en su tumba: ni al mismísimo Gabriel García Márquez se le habría ocurrido urdir una trama en la que un gobierno -en este caso el argentino presidido por Mauricio Macri- se le hubiese antojado endeudar a sus hijos y a los hijos de sus hijos para las próximas diez décadas.

El Gobierno de Mauricio Macri que ya emitió deuda por casi 100.000 millones de dólares en casi veinte meses de gestión, superando el ritmo de endeudamiento de la dictadura militar, informó ahora de que «Argentina anuncia una emisión de bonos en dólares a 100 años de plazo». La tasa de interés es altísima, el plazo es extensísimo y la moneda de emisión del bono no es la propia.

Si se confirmara la tasa de interés del 8,25 por ciento anual que deberá pagar Argentina cada año de los próximos cien, el ministro Luis Caputo, ex Deutsche Bank y JP Morgan, concretará la operación financiera más rentable para los grandes fondos de inversión internacional. Es una tasa ruinosa para el país, al comprometer las finanzas nacionales a pagar intereses muy altos en un plazo ultralargo. Otro país latinoamericano que colocó deuda a 100 años fue México, pero a una tasa mucho más baja que no supera el 5,75 por ciento anual. En Europa varios países han emitido ese tipo de títulos a tasas que no superan el 3 por ciento anual. Francia, Bélgica, Irlanda, Suiza e Italia han salido al mercado financiero con bonos a 50 y 100 años. Irlanda y Bélgica se han comprometido a pagar una tasa de 2,35 por ciento anual en papeles a 100 años.

¿Qué significa la deuda de 100 años para la Argentina?

El Gobierno hipotecó el futuro de las próximas generaciones al conceder al poder económico mundial una ganancia neta durante 86 años. No en vano se la llama «la deuda eterna», pues no hay antecedentes de una toma de deuda internacional tan desfavorable para la Argentina. A cambio de 2.750 millones de dólares, la administración de Macri se comprometió a pagar intereses de 196 millones anuales.

No hacen falta muchas cuentas para saber que en 14 años los inversores recuperarán su capital pero los argentinos seguirán desembolsando casi 200 millones en moneda extranjera durante 86 años más.

Parafraseando la famosa novela de Gabriel García Márquez, el endeudamiento a cien años dispuesto recientemente por el Gobierno de Macri es una obra de realismo financiero mágico que reportará 100 años de iniquidad para la Argentina.

El país no fue incluido en el índice de mercados emergentes del banco internacional Morgan Stanley y la noticia implicó un golpe de desconfianza entre inversores locales y extranjeros. La respuesta fue la salida de divisas especulativas, el refugio en moneda fuerte y el retroceso de los precios de activos financieros. La Argentina, pese a todas las medidas amigables con el mercado del último año y medio, continuará en la categoría de país fronterizo junto a Kenia, Kuwait y Bangladesh, entre otros. La recategorización, según estimaciones del JP Morgan, podría haber explicado la entrada de 1.400 millones de dólares para la compra de acciones. Se trata de otra lluvia de inversiones que el Gobierno prometió para el corto plazo pero que no se concretará al menos por un año más.

El Gobierno de Macri no durará 100 años pero ya está dejando su herencia para hijos, nietos, bisnietos y tataranietos endeudados antes de venir al mundo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.