Sumisión Nacional ante las potencias y aprontes represivos contra los que resistan la entrega del Patrimonio Nacional y las políticas de ajuste a los más débiles. El reciente desfile militar en el Aniversario del 25 de Mayo de 1810, originó opiniones y silencios «llamativos» diversos en personalidades de varios ámbitos. Algunos políticos tradicionales emitieron lo […]
Sumisión Nacional ante las potencias y aprontes represivos contra los que resistan la entrega del Patrimonio Nacional y las políticas de ajuste a los más débiles.
El reciente desfile militar en el Aniversario del 25 de Mayo de 1810, originó opiniones y silencios «llamativos» diversos en personalidades de varios ámbitos.
Algunos políticos tradicionales emitieron lo que sólo se puede calificar de «balbuceos» oportunistas, mirando de reojo la reacción de posibles votantes.
Debe dejarse claro que todo proyecto nacional de «Independencia de toda dominación extranjera», como dice el Acta de Nuestra Independencia, deberá incluir un proyecto de Defensa Nacional.
Este proyecto es insoslayable porque una Nación que se atreviera a ser Independiente, en este mundo de rapiña de pueblos y naciones por parte de un puñado de potencias, enfrentará agresiones diversas de esas mismas potencias.
Así que lo primero que debe decirse es que es necesaria una Defensa Nacional y debe debatirse cuál y cómo organizarla.
Lo segundo es que los diversos proyectos de dependencia y sumisión nacional (del Gobierno y muchos de sus opositores) no necesitan Defensa Nacional, necesitan indefensión nacional ante las grandes potencias (EEUU, Inglaterra, China, Rusia, etc.) que es lo que está pasando.
Indefensión ante los ingleses que usurpan las Malvinas. Indefensión ante los Chinos, con su base militar en Neuquén, que imponen condiciones de sumisión a Argentina, sólo comparables al Pacto Roca-Runciman (1). Indefensión ante la presencia estadounidense y las apetencias rusas en el Atlántico Sur…
No puede ocurrir otra cosa ante una política gubernamental mendicante y genuflexa ante las potencias imperialistas (que, en honor a la verdad, tiene antecedentes en los gobiernos anteriores…)
Lo tercero que debe decirse es que son insistentes los datos que indican que se planea usar a las fuerzas armadas en actividades de represión interna. Tanto en inteligencia (ya Milani había empezado esa tarea) como en acción directa.
Es un proyecto de indefensión y sumisión nacional que deja unas espaldas desarmadas a la ocupación colonial inglesa en Malvinas y mares adyacentes, a los apetitos de EEUU y otras potencias en el Atlántico Sur, que deja desguarnecidas las fronteras al narcotráfico y a toda pretensión imperialista, que libera los espacios marítimos y aéreos. Que es la contraparte de intentos de volver a usar a las Fuerzas Armadas en la seguridad interior, para reprimir a quienes resistan las políticas de entrega del Patrimonio Nacional, de empobrecimiento de los productores del campo y la ciudad, de ajuste a los bolsillos de la población…
En este marco, el hecho de que el cartel que presidía el desfile militar del 25 de Mayo dijera «1816-2017» no es un error de quien lo hizo, ni de las sucesivas instancias que lo controlaron.
Es una muestra de una ideología y una política que persiste en olvidar la historia revolucionaria e independientista de Mayo.
Simplemente no les interesa…
Nota:
(1) El Pacto Roca- Runciman fue firmado en 1933.
Por Argentina firmó Julio Roca (hijo del General y Vicepresidente del Gobierno del General Justo). Es necesario recordar que en un banquete ofrecido a la delegación argentina el 10 de febrero de 1933, el Príncipe de Gales dijo, como para empezar a romper el hielo: «Es exacto decir que el provenir de la Nación Argentina depende de la carne. Ahora bien: el porvenir de la carne argentina depende quizás enteramente de los mercados del Reino Unido». El propio Roca, ya con el hielo completamente roto, le contestó que «Argentina, por su interdependencia recíproca, es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del imperio británico».
Por su parte Sir William Leguizamón, catamarqueño, director de una empresa ferroviaria inglesa en Argentina agrega: «La Argentina es una de las joyas más preciadas de la corona de su Graciosa Majestad».
Para esas políticas anteriores y actuales no hace falta Defensa Nacional
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