En éstos días, a raíz de la iniciativa del Gobierno Nacional para hacer aprobar un conjunto de leyes que modifican al sistema judicial, se ha producido en la sociedad un debate que soslaya un tema central para las clases populares. Lo que se oculta y no se pone en discusión es el carácter de clase […]
En éstos días, a raíz de la iniciativa del Gobierno Nacional para hacer aprobar un conjunto de leyes que modifican al sistema judicial, se ha producido en la sociedad un debate que soslaya un tema central para las clases populares. Lo que se oculta y no se pone en discusión es el carácter de clase de la justicia.
«Es obvio que debemos tener en consideración que la institucionalidad de la que el Poder Judicial es parte, se corresponde con el sistema de relaciones políticas, económicas, sociales y culturales en el que se encuentra inserto.
Ello obliga a subrayar que uno de los roles centrales que juega en ese marco, es el de convalidar los valores del régimen en que está integrado.
Sin embargo el reconocimiento de este hecho no significa aceptar su naturalización perenne y su inmovilidad.
Por el contrario, se hace necesario que la sociedad en su conjunto y en particular los operadores jurídicos directamente vinculados (magistrados, funcionarios, empleados judiciales, abogados y organizaciones profesionales) se comprometan en la remoción de los obstáculos que impiden que ese Poder Judicial sea también un vector que facilite las transformaciones profundas que el país requiere». (Del comunicado de la Asociación de Abogados Laboralistas)
Afirmamos que la justicia en el marco del capitalismo, no hace, ni puede hacer otra cosa que sostener jurídicamente el actual sistema de hambre, explotación opresión y miseria.
A pesar de ello no nos cabe duda que aún así, es mucho lo que hay -y se puede- reformar y democratizar en cuanto a la justicia, tal como lo han expresado la Asociación de Abogados Laboralistas y las organizaciones sindicales de trabajadores judiciales.
El Gobierno Nacional, como claro exponente del capitalismo serio en ningún momento se plantea la modificación del sistema judicial en beneficio de los trabajadores y demás sectores populares. Como todo gobierno de este tipo pretende tener una justicia que le asegure llevar adelante sus políticas, con el mayor acompañamiento posible del denominado Poder Judicial.
Como parte de la lucha por la defensa de los intereses de los trabajadores y sectores populares, para quienes aspiramos a transformaciones revolucionarias que permitan la construcción de una sociedad nueva, no nos puede ser indiferente el rumbo que adopten las modificaciones en curso y como éstas puedan impactar en nuestra vida cotidiana.
Por ello es que entendemos que las consignas de Democratización de la Justicia que sostiene el gobierno Nacional no son ni más ni menos que eso, consignas que pretenden embellecer un conjunto de reformas que lejos están de mejorar el acceso y los beneficios del sistema judicial para los sectores oprimidos y explotados.
Al mismo tiempo la oposición a la derecha del gobierno, parada en un republicanismo feroz, a la medida de las clases dominantes. Cuando defienden la tan mentada independencia de la justicia; lejos están estos sectores de preocuparse como la reforma afecta los intereses de lxs trabajadores y las clases populares. Por el contrario sólo les interesa defender sus intereses y los de sus naves insignias que en este tiempo son el Grupo Clarin y La Nación, fogoneros de las protestas de estos últimos días.
Pero hay elementos centrales de este paquete de medidas a consideración del Congreso que no nos pueden hacer detener en debates generales y abstractos, y mucho menos dejarnos como furgones de cola de los sectores dominantes en pugna.
Ellos son la mayor dependencia de la justicia del poder de turno a través de la ampliación y el método de elección del consejo de la Magistratura, la creación de una cámara de casación en el fuero laboral y de seguridad social, la limitación de las cautelares y la posibilidad de que el Estado limite el derecho de huelga.
En este tema, como en muchos otros los trabajadores y demás sectores populares quedamos en medio de un debate en el seno de los diferentes sectores de las clases dominantes.
Finalmente afirmamos que para salir de estas encerronas y otras que vendrán es hora de revertir esta situación y poder ir enarbolando y construyendo una propuesta y una política que demuestre que hay otro camino entre el gobierno presidido por Cristina Fernández de Kirchner y la oposición a su derecha.