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Desapariciones, encuentros y deudas fraudulentas

Fuentes: Rebelión

Hace más de dos años que la «libertad argentina» posee una herida abierta ya que, desde el 18 de septiembre del 2006, el militante social Julio López se encuentra desaparecido. Este macabro acontecimiento ocurrió horas después de que López, que fue torturado por integrantes de las Fuerzas Armadas Argentinas -FAA- a mediados de la década […]

Hace más de dos años que la «libertad argentina» posee una herida abierta ya que, desde el 18 de septiembre del 2006, el militante social Julio López se encuentra desaparecido. Este macabro acontecimiento ocurrió horas después de que López, que fue torturado por integrantes de las Fuerzas Armadas Argentinas -FAA- a mediados de la década del ´70 del siglo pasado, prestara testimonio en el juicio donde se demostró que el represor Miguel Etchecolatz cometió numerosos delitos de lesa humanidad durante el último gobierno militar que, además de haber hecho desaparecer a 30.000 personas durante los años 1976 y 1983, puso en marcha un plan económico que incrementó fraudulentamente la deuda externa argentina.

En relación a este último punto el juez Jorge Ballesteros, el 13 de junio del 2000, concluyó que «…la deuda externa de la nación… ha resultado groseramente incrementada a partir del año 1976 mediante la instrumentación de una política – económica vulgar y agraviante que puso de rodillas el país a través de los diversos métodos utilizados… y que tendían, entre otras cosas, a beneficiar y sostener empresas y negocios privados -nacionales y extranjeros- en desmedro de sociedades y empresas del estado que, a través de una política dirigida, se fueron empobreciendo día a día…».

Pero, lejos de tener en cuenta la mencionada sentencia, a principios del año 2006 el ex presidente Néstor Kirchner canceló la deuda argentina con el FMI que, según lo sostuvo el mismo Ballesteros, no podía desconocer el «fraudulento» incremento de la deuda externa argentina durante los años 1976 y 1983; y, así mismo, recientemente Cristina Kirchner anunció que la Argentina le abonaría al Club de París el dinero que le adeuda del cual un 45% fue solicitado durante la última dictadura militar, según lo sostuvo la actual presidenta argentina.

Frente a estos acontecimientos, y de cara al bicentenario de la Revolución de Mayo (que estableció las bases para que la Argentina se independizara de España), muchos cristianos entienden que sería más provechoso utilizar los fondos del Banco Central de la República Argentina para instrumentar, tal como lo propuso recientemente Monseñor Jorge Casaretto, políticas públicas, a nivel local, provincial y nacional, cuyo eje sea la inclusión y que promuevan… un país donde el bien común de la sociedad esté por encima de los intereses sectoriales… es decir, que construyan una Argentina sin excluidos con una justa y equitativa distribución de la riqueza.

Ahora bien, a pesar de estas desapariciones y pagos fraudulentos que colocan un manto de penumbra sobre la joven democracia argentina, días atrás la presidenta de la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, anunció que se habían encontrado dos hijos de personas desaparecidas durante la última dictadura militar con lo cual, al día de hoy, ya son 95 los nietos que recuperaron su identidad y, de esta forma, están revirtiendo el siniestro plan de desaparición de militantes sociales y apropiación de menores que pusieron en marcha las FAA décadas atrás.

En este escenario político muchos argentinos consideran que sus dirigentes aún no han comprendido que para liberarse del «imperio» -como lo sostuvo el presidente boliviano Evo Morales- y exista desarrollo superación y dignidad, resulta imprescindible no reconocer deudas fraudulentas que, tanto en el pasado como en el presente, sirvieron para enriquecer a unos pocos; condenar a la miseria a millones de argentinos; y construir un aparato represivo a través del cual desaparecieron 30.000 personas en la última dictadura militar y Julio López en plena democracia.