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Despidos masivos a periodistas (no importa cuándo leas esto)

Fuentes: La tinta

Noticias de ayer que se actualizan a diario: 17 trabajadorxs de Editorial Atlántida fueron despedidxs la semana pasada y ya son más de tres mil las cesantías en el rubro desde que asumió Mauricio Macri. Este lunes habrá un paro de 2 horas y un acto en la puerta de la editorial reclamando reincorporación y […]

Noticias de ayer que se actualizan a diario: 17 trabajadorxs de Editorial Atlántida fueron despedidxs la semana pasada y ya son más de tres mil las cesantías en el rubro desde que asumió Mauricio Macri. Este lunes habrá un paro de 2 horas y un acto en la puerta de la editorial reclamando reincorporación y cese de los despidos.
 

El martes los y las trabajadoras de Editorial Atlántida se presentaron en su trabajo como todos los días pero se toparon con la puerta cerrada. Una persona iba cantando quiénes habían sido despedidxs de la empresa e impidiendo su ingreso al edificio. Se les dijo que «estarían recibiendo» los telegramas de despido en sus domicilios, que la semana siguiente se comunicarían con ellxs desde el departamento de Legales, y no mucho más.

No es la primera vez que periodistas y afines de Atlántida atraviesan esta situación, por demás irregular. En lo que va de 2019 ya hubo despidos grupales y, en menos de un mes y medio, las cesantías suman más de 35 entre directivos, personal de planta permanente y trabajadorxs precarizados que fueron mantenidos durante años bajo contratos informales. Mientras crece el rumor de nuevos despidos (el miércoles fue despedida una persona más) aumenta la incertidumbre y la desesperación de quienes aún no han sido apartados de sus fuentes laborales, y que denuncian un plan de ajuste signado por el recorte, la flexibilización y los despidos «con causa» que eluden el pago de las indemnizaciones que indica la ley.

En conversación con La tinta, el delegado César Vallejos sostuvo: «Estamos en alerta porque existe el rumor de que los despidos continúen, así que vamos a tratar de continuar realizando acciones de protesta para que cesen los despidos y para revertir los actuales mediante la reincorporación de lxs compañerxs».

El martes mismo y como primera medida de lucha, la planta del multimedio realizó un paro hasta la medianoche y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) presentó en la Secretaría de Trabajo el pedido de conciliación obligatoria y la denuncia de los despidos.

«El miércoles tuvimos una asamblea en las que participaron los trabajadores de la editorial, trabajadores despedidos, representantes de SiPreBA, del FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) y delegados de otros medios como Clarín, Página 12, Publiexpress y Télam. Resolvimos decretar el estado de asamblea permanente hasta el 8 de febrero inclusive y realizar el lunes un paro de 2 horas, de 14 a 16, y un acto en la puerta de la editorial [Azopardo 565, CABA] reclamando el cese de los despidos y la reincorporación de los compañeros despedidos», sostuvo el vocero, quien a su vez realizó un balance positivo de la asamblea ya que «la Secretaría de Trabajo respondió el expediente y convocó a una audiencia de mediación para el martes 12 de febrero».

Tres o cuatro botones

La situación de lxs trabajadorxs de medios de comunicación en el país es preocupante. Ya lo era el informe que SiPreBA publicó en 2018, y todos los días se suceden nuevos casos: hoy es Atlántida, pero también C5N, Télam, Radio Nacional, y muchas otras entidades de la prensa, la radio y la televisión en todo el país. El abandono y el cierre de medios, junto con los despidos y el aniquilamiento de la producción nacional están a la orden del día.

Si bien hoy hablamos de la situación de 17 personas, los despidos de Editorial Atlántida ya son casi 40 en lo que va de 2019 y ascienden a más de 70 en tres años.

Setenta trabajadorxs apartados de la empresa en poco más de tres años por «despido individual con causa», según aduce la patronal. A razón de un despedido cada quince días, es comprensible porqué lxs trabajadorxs organizadxs denuncian despidos colectivos enmascarados con el objetivo de no pagar las indemnizaciones correspondientes, más aún considerando que la mayoría de lxs cesanteadxs trabajan en la empresa hace más de diez años o están próximxs a jubilarse.

«Hubo 28 despidos en 2016, 25 despidos en 2017 y en 2018 no hubo despidos pero la empresa cambió de manos. Dejó de ser propiedad de Televisa, o por lo menos así lo anunciaron, y pasó a manos de un fondo de inversión con accionistas anónimos que contrató a un nuevo directorio y que tuvo como primera medida un ajuste: convirtieron de semanal a mensual a la Revista Billiken y eso tuvo como consecuencia la reducción del salario de los colaboradores permanentes y el despido indirecto de los colaboradores factureros que trabajaban para ese medio», explica Vallejos a La tinta.

Luego de que el monopolio mediático mexicano Televisa vendiera la editorial a un grupo de inversores privados argentinos, el directorio fue reconfigurado con Federico Poletto, ex Perfil, a la cabeza y lxs directorxs ejecutivos Irene Sabalain, Juan Astibia y Gustavo Pesce.

En agosto del año pasado, semanas después de asumir como nuevo CEO de Editorial Atlántida, Poletto aseguró a Totalmedios que ya veía «signos de recuperación». «Entiendo que a partir de ahora con una nueva gestión esto puede volver a subir. Es simplemente apretar tres o cuatro botones que impidan que los números sigan bajando y vuelvan a subir. Estos números en baja son en referencia al mercado gráfico. Un mercado que en general viene en bajada. A nivel digital, como todo el mercado, los números están en subida, pero incluso podrían subir más de lo que están«, sostuvo entonces el empresario.

«Acá hay ganas de salir para adelante. Esa fue la mejor noticia que podría haber tenido en mis primeras semanas. Acá hay gente que realmente tiene ganas que esto vuelva a crecer, de devolver a Atlántida donde tiene que estar. Vamos a tratar de canalizar bien ese ímpetu. Hoy, a través de acciones que nosotros llamamos acciones correctivas, las urgentes, hemos empezado a estabilizar ciertos procesos que estaban desajustados y obviamente ahora vamos a empezar una etapa de planificación más sana con el equipo que hoy está en Atlántida para poder revertir esos números y que en vez de tener una bajada tan drástica realmente se puedan estabilizar y soñar con volver a llevarlos para arriba a un nivel donde signifique un negocio», agregó Poletto.

La excusa digital, una constante

Más allá de la evidente contradicción que representa leer «planificación más sana con el equipo que hoy está en Atlántida» a la luz de los despidos masivos que alumbraron el 2019, es interesante detenerse en las menciones que realiza, en varios momentos de la entrevista, a la preeminencia del mercado digital por sobre el gráfico. Esta cuestión, frecuentemente en boca de tantos empresarios de multimedios, no es inocente: parece sugerir que la precarización laboral, el vaciamiento de las redacciones y la importación de contenidos express de rápida difusión, son el destino inalterable de la era digital. Pero ¿es esto así?

¿Qué hay detrás de la «máscara de lo digital», que cuelga en los discursos de la patronal a la hora de «fusionar» medios, discontinuar publicaciones, reducir a la mitad el personal? La cúpulas empresariales maximizan su productividad a costa de lxs propixs trabajadorxs: a algunxs lxs aparta de sus fuentes laborales (y mucho mejor si es mediante alguna opereta ilegal que les exima del pago de indemnizaciones), mientras que a otrxs les exprime la fuerza de trabajo de tres personas juntas, bajo la sombra disciplinadora, latente, de su propio despido. La excusa de lo digital, mal nombrada como «diversificación del medio», pasa a ser, entonces, recorte y flexibilización: nunca contempló la permanencia, la capacitación y el crecimiento profesional de sus trabajadorxs. Lo que explican como transición hacia lo digital, no es más que empujar a lxs trabajadorxs a su despido o a su precarización.

El achicamiento del Estado acompaña estos procesos al conceder más garantías al sector privado que a los derechos laborales y al avalar por omisión el sostenimiento de decenas de miles de trabajadorxs informales. Claro está, al gobierno de turno siempre le conviene cultivar sus alianzas con los poderosos dueños de los monopolios mediáticos.

La flexibilización laboral, especialmente en el caso de un medio, es también flexibilización cultural: el desmantelamiento de las redacciones y el reemplazo de periodistas por contenidos enlatados -ni hablar de la persecución y el adoctrinamiento ideológico que conlleva- conducen al aniquilamiento de la producción nacional, al desempleo y a un evidente empobrecimiento de los productos. Contenidos satélite que sólo pretenden instalar los tópicos de otro medio «madre», contenidos que son publicidad o propaganda disfrazada, contenidos enlatados que escribe en tono neutro un mexicano o una estadounidense que luego es traducida al español.

En el caso específico de Editorial Atlántida, los despidos de 2016 llevaron a vaciar las redacciones y a que revistas importadas como Muy Interesante, Vanidades y Cosmopolitan, cuyos contenidos eran redactados por periodistas argentinxs, empezaran a ser rellenadas con artículos enlatados (ya escritos y estandarizados) directamente desde México. El trabajo que antes hacía una redacción entera, se redujo a una persona que solo agrega las páginas de publicidad a ese contenido for export. Como una sopa instantánea sabor ideología.

Actualmente, Editorial Atlántida maneja las revistas más vendidas del mercado argentino, además del gigante Atlántida Libros. Engloba las publicaciones Gente, Para Ti, Para Ti Mamá, Para Ti Deco, Para Ti Tejidos, Paparazzi, Billiken, La Valijita, Para Teens, Ajuar del bebé, entre otras, y también tiene la licencia para vender en nuestro país las revistas Cosmopolitan, Muy Interesante, Vanidades, Harper’s Bazaar, Nat Geo y Runners.

¿El mercado digital está en alza? Por supuesto. Pero nada de esto tiene que ver con eso.

Fuente: http://latinta.com.ar/2019/02/despidos-masivos-periodistas-no-importa-cuando-leas-esto/