Una represión brutal y sanguinaria, al mejor estilo de la Dictadura Militar, se produjo nuevamente en la provincia de Santa Cruz durante la jornada del jueves a la tarde y la noche. En esta oportunidad las víctimas fueron un grupo de trabajadores desocupados que le reclamaban a la petrolera Repsol-YPF que generara un centenar de […]
Una represión brutal y sanguinaria, al mejor estilo de la Dictadura Militar, se produjo nuevamente en la provincia de Santa Cruz durante la jornada del jueves a la tarde y la noche. En esta oportunidad las víctimas fueron un grupo de trabajadores desocupados que le reclamaban a la petrolera Repsol-YPF que generara un centenar de puesto de trabajo en la localidad santacruceña de Pico Truncado.
A poco mas de un mes de los trágicos hechos represivos que se produjeron en la localidad santacruceña de Cañadón Seco -sucedidos el 20 de julio-, donde hubo un centenar de detenidos y una decena de heridos, las fuerzas policiales de Santa Cruz volvieron e ejercer la violencia contra los sectores de desocupados que reclaman por la generación de puestos de trabajo «dignos» en la industria petrolera.
Medio centenar de desocupados truncadenses venían reclamando frente a las instalaciones de Repsol-YPF de de Pico Truncado, dejando muy claramente subrayado que estaban protestando desde hacía 9 días y desde afuera de la empresa, que la compañía petrolera y el municipio de la localidad les dieran soluciones a sus pedidos.
Los hombres y mujeres de Truncado habían sido incluidos en listados de capacitación subsidiada, para que luego de tres meses pudieran ingresar a trabajar en las empresas del sector petrolero. Ante el incumplimiento de este acuerdo, los hombres y mujeres iniciaron una movilización que nuevamente terminó con palos, balas y cacerías humanas por las calles del poblado santacruceño.
Por los trascendidos que se pudieron recabar, Repsol-YPF le pagaría una suma de dinero a la Municipalidad de Truncado para abonar los subsidios y los funcionarios municipales les habrían dado otro destino.
En la jornada del jueves por la tarde, y contando con la orden de la jueza Ruata de Leone, casi 150 efectivos de las fuerzas especiales de la policía santacruceña inicio una brutal represión contra los manifestantes y encarceló brutalmente a 19 trabajadores desocupados.
Frente a esta situación los familiares de los detenidos y reprimidos se acercaron hasta la comisaría donde estaban los presos y fueron incisivamente desalojados por la policía.
La situación represiva no finalizó ahí ya que el personal policial comenzó una cacería de los familiares y los manifestantes que se habían movilizado hasta la comisaría y los persiguieron durante casi 6 horas y los fueron cazando por diferentes puntos del pequeño poblado santacruceño.
Ante lo sucedido en Pico Truncado, y tres meses mas tarde que en la misma localidad fueran reprimidos los trabajadores estatales que reclamaban un aumento salarial y que terminó con el encerramiento del secretario general de ATE Santa Cruz (Alejandro Garzón), las organizaciones sociales y sindicales convocaron a múltiples movilizaciones en repudio de lo sucedido y en reclamo de la liberación de los detenidos.
Una muestra más, al igual de la sucedida en mismo día jueves en la rural con la suelta de palos y cárcel a los trabajadores desocupados de Buenos Aires, de que el gobierno de Néstor Kirchner esta dispuesto a ir más allá en su enfrentamiento con los que reclaman, mucho mas si se trata de trabajadores que piden aumentos salariales o de sin trabajo que enfrentan a las multinacionales para insertarse en el mercado laboral.
Desde el NPEL queremos repudiar con absoluta firmeza esta nuevo hecho de represión sucedido en tierras patagónica, reclamamos la inmediata liberación de los detenidos y nos ponemos a disposición de los trabajadores -ocupados y desocupados- teniendo como premisa fundamental que hot mas que nunca debemos recuperar la renta petrolera y nacionalizar los recursos naturales para que estén al servicio del pueblo y los trabajadores.