La vigencia de la afamada Diplomacia del Dólar como nódulo central de la obra de cabecera de Juan Domingo Perón La Hora de los Pueblos, publicada a fines de la década del sesenta -y previo al descalce del oro como respaldo del dólar por los EEUU en 1971 por la Administración Nixon- nos halla frente […]
La vigencia de la afamada Diplomacia del Dólar como nódulo central de la obra de cabecera de Juan Domingo Perón La Hora de los Pueblos, publicada a fines de la década del sesenta -y previo al descalce del oro como respaldo del dólar por los EEUU en 1971 por la Administración Nixon- nos halla frente al despliegue geopolítico imperial de manera global que emana la orden de la acumulación de dólares por parte del resto del mundo.
Naciones poderosas del corte de China y Rusia -y en parte leve Alemania- han comenzado con una política de acumulación monetaria basada en el oro desprendiéndose lenta pero continuamente de emisiones denominadas en dólares americanos y en el largo plazo realizar intercambios comerciales por fuera de la moneda imperial, algo que ciertos países de Medio Oriente como Irán comenzaron a comercializarse en euros. Venezuela trata de hacer lo propio también.
Los desafíos monetarios argentinos -a partir del supuesto 10 de diciembre de 2019- indican una fuerte presión de compromisos externos asumidos por la Administración de Mauricio Macri que deberán ser re negociados críticamente al igual de establecer fuentes genuinas de financiamiento estatal que fueron discontinuadas, para no solo enfrentar dichos empréstitos sino para afrontar las diferentes emisiones por parte del BCRA que son un elemento desestabilizante absoluto del tipo de cambio.
Dicho esto, los abundantes yacimientos de oro argentino explotados por empresas extranjeras deben ser objeto de una política no solo minera sino monetaria donde se establezca -al igual que en Ecuador- un fuerte arancel sobre la extracción del metal y que pueda ser cancelado en mineral para que su destino final sea genuinas reservas monetarias del BCRA que permitirán estabilizar el tipo de cambio evitando una presión inflacionaria relevante.
Asimismo al ritmo de que se incorporen reservas aulicas, los billetes dólares deben ser utilizados para su giro externo bajo un sistema de monitoreo de los giros financieros por parte del capital concentrado en la Argentina, que van a ser compensados por el grosor de las reservas locales que actuaran como monetizacion estable del peso argentino donde la emisión -independiente para lubricar el mercado interno- sera desafectada de los guarismos inflacionarios.
Bajo un programa monetario de largo plazo con objetivos claros y precisos también se evitaran los efectos de las crisis cíclicas del capitalismo -en esta etapa de carácter financiero- protegiendo el trabajo y el ahorro de todos los argentinos.
Un capitulo aparte merece la atención sobre la presencia de bases extranjeras que operan en el país donde se debe emular el accionar del Presidente de Bolivia Evo Morales que puso un punto final a dichas intromisiones en nuestros territorios nacionales.
La Geografía siempre dice presente en particular en el 8vo pais del mundo con mayor despliegue territorial del mundo donde es claro hace ya casi dos siglos los intereses geoestrategicos de la potencia imperial sobre la potencialidad de nuestros recursos.
Recuperemos lo nuestro.
Ezequiel Beer. Geógrafo UBA y analista político.
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