Pese a la nueva Crisis de Deuda de la Argentina desatada este verano de 2014 por su problema estructural de iliquidez e insolvencia fiscal para poder responder a los servicios de una deuda impagable, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) no hizo referencia alguna a esta cuestión de fondo en su discurso de apertura […]
Pese a la nueva Crisis de Deuda de la Argentina desatada este verano de 2014 por su problema estructural de iliquidez e insolvencia fiscal para poder responder a los servicios de una deuda impagable, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) no hizo referencia alguna a esta cuestión de fondo en su discurso de apertura de sesiones del Congreso y hasta planteó un panorama inverso a la realidad.
Tampoco se refirió a los principales problemas derivados de la Deuda: Inflación-Devaluación, Déficit Fiscal y desequilibrio de la Balanza de Pagos.
El objeto de esta breve nota es identificar las inexactitudes, las referencias engañosas y las omisiones graves del discurso presidencial del 1.3 en materia de endeudamiento público.
Falsedades del discurso
La presidenta volvió a repetir que la Argentina se está des-endeudando cuando ello no es cierto: la deuda no baja sino que sube continuamente y, además, está previsto que se incremente próximamente en una escala superior todavía.
Según las propias cifras oficiales del Ministerio de Economía (MECON) -últimos datos disponibles al 30.6.2013- el stock de la Deuda Pública en cabeza del Estado Central era de 207.600 MD (Millones de Dólares): 196.100 MD de deuda performing o con pago de intereses y 11.500 MD de deuda con tenedores que no entraron en las reestructuraciones del 2005 y 2010.
Después del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 las autoridades se jactaban de haber hecho descender el saldo de deuda a 126.600 MD (en realidad, 146.000 MD, la misma cifra que al momento del default de Diciembre 2001). Pero esta deuda es ahora mucho mayor -como dijimos- de unos 208.000 MD.
Según los propios números del MECON la Deuda aumentó 14.600 MD en 2011 y 18.800 MD en 2012; estaba previsto que aumentase otros 12.000 MD en 2013 (de lo que todavía no se tienen datos finales) y está presupuestado que aumente otros 12.700 MD este año.
Por ende, es mentira que la Argentina se esté des-endeudando y el gobierno Kirchner engaña abiertamente a la opinión pública sobre este punto.
Y estos datos oficiales son tan falsos en valores absolutos como en valores relativos.
La presidenta dijo textualmente que hoy la deuda pública es de un 10 % del PBI; y enfatizó este dato diciendo que era de un 8 % pero que ahora, por efecto de la devaluación, se estimaba habría subido en unos dos puntos.
Esta información es igualmente engañosa porque no se refiere a la deuda total.
La última información oficial del MECON dice que la relación Deuda/PBI (un indicador – por otra parte – muy discutible desde el punto de vista técnico financiero) al 30.6.2013 era del 43.6 %.
Como agravante de estas dos tergiversaciones gubernamentales, la presidenta agregó una tercera y «novedosa» comparación entre «deuda pública neta per cápita» y «cantidad de salarios mínimos, vitales y móviles» (SMVM) (!): una «explicación» perfectamente inentendible para el argentino medio e incluso para cualquier estudioso que quiera interpretar su verdadero sentido.
Le hubiera sido mucho más simple, gráfico y directo decir que ahora – después de la gestión Kirchner durante la «década ganada» – cada argentino debe en promedio unos 5.200 US$ (cinco mil doscientos dólares per cápita o su equivalente de 42-62.000 pesos cada uno): simple producto de dividir el stock de deuda oficial de 207.600 MD (incluyendo los 11.500 MD de holdouts) por los 40.1 millones de habitantes del país.
La presidenta, en cambio, dijo que «su Deuda» – a valores de Junio 2013 – equivale a 1.9 SMVM. Como a esa fecha el valor del mismo era de 2.875 $, ello significa que se está refiriendo a un importe de unos 5.500 $ (pesos, no dólares, resultado de 2.875 x 1.9 = 5.463 $).
Se da así la casualidad que el coeficiente «sui generis» de comparación con SMVM elegido por la presidenta viene a representar un valor 10 veces menor al promedio de la verdadera deuda pública per cápita.
Las omisiones de deuda
Estos montos impagables de deuda oficial por capital a los que hacemos referencia -básicamente, el total de 208.000 MD- no incluyen los intereses de este año (12.200 MD), no tienen en cuenta los intereses a pagar en el futuro (unos 72.000 MD), la capitalización de intereses (que venía declinando durante el decenio 2005-2014 pero que ahora se reactiva parcialmente con 500 MD más dentro del acuerdo con Repsol), las indexaciones por inflación creciente de la deuda en pesos ajustada por CER y los cupones ligados al PBI (de los que todavía faltarían pagar unos 15.000 MD).
Siendo además que esta deuda corresponde sólo a la que se encuentra en cabeza del Estado Central, faltando considerar aquí la deuda consolidada de Provincias (más de 30.000 MD) y de Municipios (sin datos), la Deuda Pública Indirecta de Empresas del Estado (con YPF a la cabeza), Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios (todos sin datos), la deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA) por Lebac/Nobac (más de 21.000 MD) y por otros pasivos (2.000 MD), y la deuda por juicios contra el Estado con sentencia en firme (también sin datos).
Todo este macro-endeudamiento K -deliberadamente ocultado a la opinión pública por complicidad entre el oficialismo, la oposición política y los medios de comunicación- está hoy en vísperas de sufrir un salto adicional en los pasivos públicos:
a) Por la nueva deuda que se está negociando para pagar los juicios de los holdouts en Nueva York y las demandas contra la Argentina ante el CIADI con títulos públicos, más sus gastos y honorarios.
b) Por la nueva deuda producto del arreglo con los países del Club de París (que le reclaman al país más de 9.500 MD).
c) Por la nueva deuda para pagar el acuerdo con Repsol por las acciones de YPF: 6.000 MD de capital -5.000 MD en firme y 1.000 MD por garantías de cotización- más otros 5.000 MD por concepto de intereses a pagar; en total, unos 11.000 MD.
d) Por la renovación de los programas de Asistencia al País del Banco Mundial y del BID – por unos 3.000 MD cada uno – así como por los préstamos adicionales de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
e) Por los nuevos préstamos bilaterales para financiamiento de Obras Públicas e Infra-estructura (principalmente con China).
f) Por último, por el nuevo endeudamiento externo para cubrir el Déficit Fiscal y la recomposición de Reservas Internacionales del BCRA.
Este último punto – después de agotadas las reservas para pagar deuda externa y después de haber permitido el vaciamiento de divisas más grande de la historia argentina (90.000 MD en el período 2003-2012) – está dado en función de la Hoja de Ruta Boudou, que prevé la terminación de los pleitos con los holdouts y el arreglo con el Club de parís como requisito para el retorno de la Argentina al mercado internacional de capitales, esto es, para volver a endeudarse.
En conclusión
Conforme lo hemos desarrollado ya en diversos trabajos anteriores, la actual Crisis de Deuda viene como arrastre del fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005, que la presidenta -repitiendo el falso eslogan de la administración K- sigue queriéndolo presentar como «la reestructuración de deuda externa más exitosa de la historia».
El gobierno fue tratando de contener o enmascarar parcialmente algunos de los efectos de este fracaso a costa del vaciamiento sistemático de los fondos públicos, en dólares y en pesos, merced a la variante de la Deuda intra-Estado.
La administración Kirchner, después de haber batido récords de pago de deuda externa a costa de vaciar las reservas del BCRA y destinar la mayor cantidad de fondos y títulos de renovación en moneda extranjera, ha llegado hoy a un tope o límite de tal maniobra y se encuentra ahora embarcado en un camino más fuerte de re-endeudamiento y toma de nuevas deudas.
La nueva directiva es que el país deje de financiarse con emisión monetaria y Deuda intra-Estado para volver a tomar Deuda Externa, en forma directa -colocación de bonos- y/o en forma indirecta (deuda dolarizada de tipo dollar-linked).
Estas obligaciones – como las actuales – no tienen capacidad demostrada de repago y sus servicios de amortizaciones parciales mínimas e intereses se están programando para aguantar las erogaciones indispensables hasta el año 2015, de modo que puedan ser traspasadas básicamente a las administraciones futuras.
Después de haber usado masivamente la Deuda intra-Estado para pagar deuda con terceros -organismos financieros internacionales y acreedores privados- hasta el punto de haber empapelado al Sector Público con títulos inservibles; después de haber desfinanciado así a la ANSES (que administra la plata de los jubilados); después de haber descapitalizado al BCRA (bajando el stock de las reservas, encajándole Letras impagables a 10 años de plazo en el Activo para poder pagar deuda externa y emitiendo deuda creciente por Lebac/Nobac por las que ahora abona un 30 % anual de intereses); después de haber comprometido por la misma vía la mitad del Activo del BNA; después de haber manejado discrecionalmente las disponibilidades circunstanciales de los Entes Oficiales en general; y después de haber utilizado de esta manera los fondos administrados por el gobierno como «préstamo-puente» -sin capacidad de devolución- para atender la deuda pública con terceros, ahora el gobierno Kirchner espera volver «exitosamente» al Mercado Internacional de Capitales para tomar nueva Deuda.
Llegó el momento en que la realidad desnuda al relato: es la hora de la verdad en que ya no se puede seguir vendiendo la mentira del Desendeudamiento.
Es el resultado inexorable de haber sostenido el mito del Modelo aguantándolo con Deuda Pública hasta haber agotado los recursos fiscales con el vaciamiento de los fondos básicos del Estado.
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