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Discursos, denuncias, pero ¿Cómo enfrentar la actual ofensiva del gran capital?

Fuentes: Rebelión

En los reportajes que se realizan en los medios se debería interpelar a los entrevistados acerca de cómo se puede enfrentar con éxito la ofensiva mundial del gran capital internacional. En cambio, todos los que concurren a los medios de comunicación, son comentaristas, cronistas de la realidad. Se limitan a denunciar, a reclamar justicia, sin […]

En los reportajes que se realizan en los medios se debería interpelar a los entrevistados acerca de cómo se puede enfrentar con éxito la ofensiva mundial del gran capital internacional.

En cambio, todos los que concurren a los medios de comunicación, son comentaristas, cronistas de la realidad. Se limitan a denunciar, a reclamar justicia, sin partir de una caracterización realista sobre el carácter de esta ofensiva que está sufriendo todo el pueblo argentino, sin proponer una alternativa verdaderamente democrática de poder.

Los planes de lucha que se proponen son paros y movilizaciones. Son acciones imprescindibles, y han obligado al gobierno a posponer muchas de sus iniciativas. Sin embargo, no alcanzan, entre otras cosas, porque como son exigencias, dependen, en última instancia, de lo que el gobierno decida hacer. Además, es imprescindible tomar conciencia de que la lucha no es solamente sindical, es fundamentalmente política, en contra de toda la política del gobierno. Es un error limitarse a luchar fábrica por fábrica, lugar de trabajo por lugar de trabajo. Es necesaria la unión, en una sola lucha, contra esa política. De todas maneras, se requiere mucho más, elevar el nivel de conciencia, ofrecer una alternativa de poder con organizaciones de democracia directa, y todo lo destinado a derrotar la ofensiva del gran capital internacional.

Sin embargo hasta ahora sólo se ha planteado una única estrategia política: ganar las próximas elecciones. Incluso es la única estrategia política del FIT.

Con este objetivo se plantea la unidad de toda la llamada «oposición» [1], que puede llegar a ser una victoria electoral a lo pirro. Personajes como Lavagna ó Massa (un simple muletto de Macri, que responde verticalmente a la política norteamericana), si formaran parte de este frente opositor, constituirían un gigantesco caballo de Troya en el futuro gobierno en caso de ganar las elecciones. Y hay multitud de caballos de Troya de distinta dimensión en la unión de toda la oposición.

Si bien ganar la próxima elección es un objetivo táctico importante, por sí solo no alcanza [2]. Si para lograrlo se sacrifica la estrategia necesaria, sería la peor de las soluciones.

La ofensiva destituyente contra un eventual próximo gobierno progresista tendrá una dimensión infinitamente mayor que la producida en el período gubernamental anterior. Además, la verdadera pesada herencia que dejará el macrismo, será poco menos que imposible de revertir plenamente en el próximo período.

Un triunfo de Cristina Kirchner se podría considerar como un peligro adicional, como una táctica del gran capital permitir que triunfe. Ella no podrá resolver los problemas en pocos años, y el pueblo, colocado por el macrismo en una situación de extrema necesidad, exigirá soluciones «para ayer». Sería una forma de desprestigiarla lo suficiente como para provocar la pérdida de todo el predicamento que hoy tiene. Una forma maquiavélica de destruirla políticamente.

Más importante que el resultado electoral es plantear a la población el objetivo a conseguir. En el corto plazo podría ser una consigna como «crecimiento con inclusión social». Esta tarea sólo lo pueden llevar adelante los verdaderos socialistas, los demócratas consecuentes y el kirchnerismo. Este último limitándose a lo que se pueda lograr dentro de la democracia burguesa. Los otros dos llegando más allá, hacia una democracia directa, en cuyo marco se podrá avanzar mucho en ese objetivo. Y finalmente los socialistas, concientes de que no se puede lograr plenamente este crecimiento dentro del capitalismo, intentarán ir más allá, hacia la revolución social, la expropiación del gran capital, y comenzar la construcción del socialismo.

En la actual coyuntura para lograr plenamente el objetivo de «crecimiento con inclusión social» se necesita, en todos los casos planteados, una revolución democrática, que construya organizaciones de democracia directa, una verdadera democracia.

Esta coincidencia plantea la posibilidad y la necesidad de la unidad de acción.

Para lograr todo esto lo que se necesita es una organización política, con un programa claro, con simpatizantes, integrantes, militantes y dirigentes consustanciados y comprometidos con esa política. Se necesita un partido integrado por tribunos del pueblo, grandes oradores que se distribuyan por todos los sectores del país, las plazas, los barrios, las fábricas, los lugares de trabajo, etc., Tribunos del pueblo capaces de explicar, con la mayor claridad, la verdadera naturaleza y finalidad de la ofensiva que estamos sufriendo. No dejando denuncia sin hacer. Que además, propongan una alternativa de poder democrático del pueblo que vaya más allá de la actual democracia burguesa.

Toda organización debe hacer campaña, no hay política sin campaña, y ni el FPV ni Unidad Ciudadana (UC) lo están haciendo. Podrían por ejemplo, plantear la alternativa: Crecimiento con inclusión social ó destrucción de la estructura social.

La campaña debe ser masiva, llegar a los últimos rincones del país, y en esto tienen una parte importante tarea los «tribunos del pueblo», en contacto directo con la población.

Si se logra o no una gran adhesión a la consigna/propuesta crecimiento con inclusión social no es lo más importante de todo en este momento. Lo fundamental es que se conozca la consigna. Nadie, absolutamente nadie, debería desconocer esa alternativa.

La denuncia de los planes de destrucción de la estructura social debe ser una parte fundamental. Tarde o temprano, antes o después de las elecciones, la población se verá obligada a repensar las dos alternativas, porque la destrucción de la estructura social [3] avanzará cada vez más.

Hoy no se está llevando a cabo esta campaña, por lo menos, no en forma clara y contundente.

Con el objetivo de «crecimiento con inclusión social» creció el kirchnerismo, y sólo así podrá mantenerse y seguir creciendo. Para lograrlo debería evolucionar hacia este tipo de organización. Hasta ahora no lo ha hecho, y difícilmente lo haga, por lo menos en la medida necesaria.

Es imposible saber hasta dónde el kirchnerismo y todos los que están genuinamente a favor del «crecimiento con inclusión social» serán consecuentes. Los socialistas deberán apoyar al máximo esa posibilidad, porque la lucha por este crecimiento con inclusión social elevará progresivamente el nivel de vida de la población. Al mismo tiempo, la experiencia demostrará al pueblo los límites infranqueables de este crecimiento bajo el capitalismo.

Es necesario instalar la disyuntiva «crecimiento o destrucción» en forma sintética, taxativa, imposible de tergiversar.

La única fuerza realmente capaz de derrotar la ofensiva de destrucción de toda la estructura social es el pueblo mismo [4], en especial y, fundamentalmente, la clase obrera. La fuerza invencible del pueblo empieza por la verdad, sigue por la organización política, continúa con el objetivo final a conseguir y los pasos que hay que dar para lograrlo.

El pueblo debe tener claro lo que está en juego, y por qué se lucha, y quiénes son los que realmente lo hacen. Se ganen o se pierdan las elecciones se habrá señalado el camino a seguir, el tema estará instalado, la verdadera alternativa se irá abriendo camino. Esto es lo que realmente importa.

No se está trabajando para eso. 

La tarea de denunciar esta política de destrucción de toda la estructura social debe enfrentar el uso engañoso de las redes sociales. Éstas son fundamentales, pero también son, en alguna medida, endogámicas. Además no todo el mundo las utiliza de la misma forma, y muchos, aún hoy, apenas lo hacen. En consecuencia, también hay que denunciar el nivel que han alcanzado esta utilización de las redes con las llamadas guerras de 4ta., 5ta. [5], y 6ta. Generación [6], desconocidas por la población en general, debido al cuidadoso trabajo de ocultamiento que realiza el gran capital.

Estas guerras incluyen, por ejemplo, operaciones que manipulan la parte neurológica del ser humano, junto con otras estrategias destinadas a ganar la batalla de la «conquista de las mentes» (vieja estrategia de los EE.UU.) [7], y una vez lograda ésta, invaden y conquistan países, los dominan, y se quedan con sus recursos naturales, y todas sus riquezas [8]. La indefensión del pueblo provocada por el desconocimiento de estas guerras es tremenda. Es una obligación política lograr que estén en conocimiento de todos.

El contacto personal entre los denunciantes y la población debe ser una presencia cotidiana.

Siempre hay que buscar el punto débil del enemigo. Nosotros tenemos un tesoro que «ellos» no tienen ni pueden tener: la capacidad objetiva de decir toda la verdad al pueblo. Para ellos es imposible, porque deberían revelar su política genocida. Ése es su punto débil. Nuestra fuerza es la verdad.

«Ellos» crearon las redes sociales, son dueños prácticamente de todos los medios de comunicación, nos venden falsas verdades, nos manipulan, nos dominan. Pero sólo adentro de las redes pueden hacerlo, no pueden con contacto personal con el pueblo. Aunque hay que optimizar nuestro uso de las redes, también debemos hablarle a la población fuera de las redes, donde «ellos» no llegan.

«Ellos», de hecho, instalan que la única forma de comunicarse es a través de las redes sociales. ¿»Ellos» nos encierran en las redes y nosotros lo aceptamos? No, demos la batalla en las redes y también en el contacto personal.

Obviamente la organización que lleve estas tareas adelante se verá sometida a la más feroz ofensiva del gran capital. Lo fundamental es que la lucha ideológica indispensable se plantearía claramente y ese es el único camino para lograr, en algún momento, elevar masivamente la conciencia política de la población. Si no se logra elevar esta conciencia, no hay ninguna posibilidad de victoria frente a la ofensiva de la derecha, representante política del gran capital internacional.

Llevar adelante esta campaña política es indispensable antes de las elecciones y también después.

Ganar las elecciones no alcanza, priorizar este objetivo, a costa de rebajar las denuncias, las explicaciones y la propuesta de un poder verdaderamente democrático nos lleva a la derrota segura.

Todos los políticos, dirigentes sociales, sindicales, intelectuales, etc., que se reclamen del pueblo, deben plantear una alternativa de poder democrático capaz de enfrentar y derrotar esta ofensiva a la que estamos sometidos. Hoy es una tarea ineludible.

Notas:

[1] Sobre la unidad del peronismo, C.A.Larriera, Rebelión, 15.3.2018

[2] Ganar las elecciones no alcanza¸ C.A. Larriera, Rebelión, 29.8.2018

[3] No estamos preparados contra la estrategia de derrota estructural, C. A. Larriera, Rebelión, 6.9.18

[4] El tema del poder, C. A. Larriera, Rebelión, 30.4.18.

[5] https://latinta.com.ar/2018/09/guerra-quinta-generacion/, La guerra de quinta generación, 4 de septiembre, 2018 por Redacción La Tinta, por Aram Aharonian por Socompa. O el mismo artículo en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=245686, 25.8.2018, ¿Enfrentar la guerra de quinta generación con arcos y flechas?, Aram Aharonian, Rebelión.

[6] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=206082, 26.11.2015, Conoce sobre las guerras de sexta generación, Roso Grimau, Rebelión.

[7] Del libro de Telma Luzzani, Territorios Vigilados, de Ediciones Debate, agosto 2012.

(Págs. 96/97) Saunders [la investigadora norteamericana Frances Stonor Saunders], que extrae esta información de los documentos oficiales del Comité Especial del gobierno de EE.UU. de 1976, explica que el principal cometido de la CIA era ganar «la batalla por la conquista de las mentes» y que para lograrlo contó desde un principio con enormes asignaciones de recursos y la posibilidad de actuar sin fiscalizaciones. En un documento del NSC [Consejo Nacional de Seguridad] del 10 de julio de 1950, la cúpula se plantea como objetivo la «guerra de propaganda», entendiéndola como «todo esfuerzo o movimiento organizado para distribuir información o una doctrina particular mediante noticias, opiniones o llamamientos pensados para influir en el pensamiento y las acciones de determinados grupos»

Sin escrúpulos dicen que «la propaganda más efectiva» es aquella en la que «el sujeto se mueve en la dirección que uno quiere por razones que piensa que son propias». …/…

[8] http://lugrogeopolitica.blogspot.com/2013/06/guerra-de-5-generacion-la-conquista-de.html, Traduciendo la realidad, lunes, 10 de junio de 2013, Guerra de 5ª Generación; la conquista de las mentes, publicado por Daniel Trujillo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.