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Dostoievski, The New York Times y Cuba

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Juan-Francisco Silvente

Dedicado a los compañeros Juanito el poeta, Norge el fotógrafo y Armando el abuelo cubano.

En su artículo «How Cubans Lost Faith in Revolution» The New York Times hace referencia a un complejo escenario sin tener la menor idea de por qué una nación entera afronta un modo de vida difícil y lleno de escasez (1). El título (un ciberanzuelo), que presupone y generaliza que todos los cubanos han perdido la fe, comienza mintiendo al lector.

El autor toma como ejemplo una mujer cubana imaginaria que se gana todos los reconocimientos estando al servicio de la revolución. Tras tener un contacto cercano con la muerte, esta revolucionaria siente haber adquirido un mayor conocimiento de «lo que significa ser cubano».

El artículo comienza describiendo una parte de La Habana como una ciudad antigua. En el mundo moderno se trata literalmente de una forma muy creativa de decir «anticuada». No hay nada antiguo en Cuba, puesto que las relaciones entre los cubanos y de Cuba con el exterior se consolidan en la progresión de una genuina solidaridad humana, mientras que el resto del mundo moderno parece navegar en sentido contrario.

En Memorias del subsuelo, Fiódor Dostoievski considera el supuesto de que la civilización «aplaca al hombre», lo hace «menos sanguinario» y «menos dispuesto a guerrear».

Quizá el mejor modo de describir su crítica sobre el actual programa civilizador, el capitalismo, es evidenciar que este incita y justifica la guerra y el conflicto, que está sometido a la crisis de forma ineludible, que considera que poder equivale a razón, que promueve la falacia de la eugenesia entre los buenos genes heredados de las sociedades caucásicas y los malos genes implantados en las culturas no blancas.

La ironía que se esconde tras Dostoievski es que el programa civilizador al que se refiere se modeló durante la colonización occidental. La nación militarmente más poderosa de la Tierra junto con otras del hemisferio norte siguen condicionando la política (la seguridad nacional), las sociedades y las culturas de todo el mundo mediante un inviable programa económico que excluye al 85% de la población mundial y al 100% de la flora y fauna de este planeta. De modo que el 75% de la tierra que está en manos del sector agroalimentario alimenta solo el 30% de la población mundial. En contraste con esta disparidad, el 75% de la población mundial depende de una red local de granjeros descentralizados para su alimentación. Todo ello sin tener en cuenta las descomunales cantidades de agua y combustible que consume el centralizado sector industrial agroalimentario transnacional (2).

Si hay algo antiguo, se halla dentro del propio artículo. ¿Acaso existe un leve tono maquiavélico que oculta la naturaleza insidiosa de esta historia? ¿O tal vez el autor intenta aligerar su política reaccionaria disfrazándola de historia sentimental entre una madre y su hija? Aunque con el debido respeto y amor por ambas, no deja de abusar de sus experiencias personales. Por lo menos su historia es emotiva. La calamidad que refleja el artículo está estructurada para provocar ira y confusión respecto del papel de Cuba mientras salvaba vidas por todo el mundo durante la pandemia (3). Si existe alguna insinuación sobre el inflexible rol político de Cuba, la encontramos en el propio autor. En su historia dogmática, sigue la misma línea inflexible que el embargo norteamericano (un crimen de lesa humanidad) y los exiliados cubanos de tintes conservadores. Como crítica constructiva, quizá se pueda decir que el autor se entretiene creando historias limitadas a sus capacidades creativas.

La escasez de material sanitario en Cuba no da lugar a los escenarios que podemos encontrar en Estados neoliberales como El Salvador, Colombia, México, Guatemala y los Estados Unidos, en los que la privación material ha facilitado la creación de violentas sociedades neoliberales. Según un reciente estudio, el 63% de los niños mexicanos son victimas de la violencia, algo inimaginable en Cuba (4).

La policía cubana tampoco utiliza tásers ni bodycams como en el caso de los Estados Unidos, evitando toda violación de los derechos humanos y actos de racismo. No se trata de una fuerza policial robotizada superarmada, ni patrullan con chalecos antibalas. Tampoco se ven tanques por las calles de Cuba. No se dan casos inquisitorios con los ciudadanos en función de su color, su clase social o por ser inmigrantes.

Dostoievski añade en Memorias del subsuelo que hay quien «está dispuesto a disfrazar la verdad, a cerrar los ojos y a taparse los oídos ante la verdad, sólo por justificar su lógica».

¿Hasta qué punto son de aplicación las observaciones de Dostoievski a esta historia y otras muchas que pretenden intencionadamente distorsionar la verdad? ¿Con qué asiduidad The New York Times y otras grandes fuentes de noticias han publicado historias que están firmemente alineadas con el poder y la omisión de la verdad? ¿Con qué frecuencia se han erigido en contra del tercer mundo, del hemisferio sur, de las revoluciones, de los movimientos sociales y de los intentos alternativos en contra de la hegemonía de los Estados Unidos? En un reciente informe de la revista electrónica The Intercept titulado «The New York Times Admits Key Falsehoods That Drove Last Year’s Coup in Bolivia» el periódico estadounidense admite haber informado «desinformando» en su artículo sobre el caso (5).

¿Cuándo debemos citar The New York Times y cuándo no?

A pesar de la escasez de casi todo aquello que ni se valora en los países ricos, Cuba ha conseguido salvar todos los posibles obstáculos: el embargo de los Estados Unidos, la escasez de alimentos, de combustible, de transporte, llegar a tener una moneda fuerte y temas relacionados con su burocracia interna. ¡Es duro! Y no es fácil vivir en tales condiciones. Durante los últimos sesenta años la flexibilidad política de Cuba está en consonancia con sus propias circunstancias dada la agresión de los Estados Unidos contra su soberanía. La situación de Cuba no acaba de ser comprendida especialmente por los privilegiados medios de comunicación con base en los países colonialistas. El artículo señala que la revolución se ha hecho mayor. Por lo tanto, asume que Cuba carece de todos los felices componentes de un Estado «neoliberal» moderno actual.

Cuando la anterior administración estadounidense decidió establecer relaciones con Cuba, lo hizo en el último minuto, al final de ocho años de gobierno. Hay quien dirá que con un Congreso republicano hubiera sido más que probable que no se tendieran puentes políticos. Tal vez. A pesar de todo, el gesto simbólico de aquella visita del expresidente respondía más a un ejercicio de vanidad que a una genuina voluntad de establecer relaciones con una nación que no se acomoda a la dominación estadounidense. Cuba se niega a ser un simple juguete en manos de los Estados Unidos, a ser su estación de servicio contra la humanidad y a someterse a sus caprichosas rabietas imperialistas.

Si existe una versión actualizada de las prácticas budistas para alcanzar el satori, el nivel superior de la iluminación espiritual, entonces los cubanos componen una diversidad ignorada a partir de la ampliación de tal definición. Extender el humanismo en un mundo atrapado en interminables guerras y pandemias supone incluir y superar el nivel de satori, lo cual engloba hacer con otros lo que el libre espíritu capitalista no puede. Así pues, Cuba se sitúa como el último halo de esperanza para toda la humanidad mediante una transformación humanitaria única en lo referente a peligros, retos y sacrificios (6).

(1) https://www.nytimes.com/2020/05/23/opinion/sunday/how-cubans-lost-faith-in-revolution.html

(2) https://youtu.be/6oWavXlHAmY

(3) https://www.counterpunch.org/2020/06/04/leading-by-example-cuba-in-the-covid-19-pandemic/

(4) https://www.jornada.com.mx/ultimas/sociedad/2020/06/08/en-mexico-63-de-ninos-y-ninas-sufren-violencia-infantil-2364.html

(5) https://theintercept.com/2020/06/08/the-nyt-admits-key-falsehoods-that-drove-last-years-coup-in-bolivia-falsehoods-peddled-by-the-u-s-its-media-and-the-nyt/

(6) José Martí: «Patria es humanidad»

P.D. no se menciona la guerra biológica de los Estados Unidos contra el pueblo cubano. 

No se menciona el impacto del embargo estadounidense en el desarrollo económico y humano de Cuba.

No se mencionan los sesenta años de distanciamiento social impuestos por los Estados Unidos y sus aliados imperialistas al pueblo cubano.

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.