Por decisión de los propios trabajadores, el sábado pasado la edición de fin de semana del noticiero de la TV Pública volvió a emitirse a través de la web. Fue en respuesta a la decisión de las autoridades de levantar estos envíos. En tanto, sus colegas de Radio Nacional denunciaron en conferencia de prensa el […]
Por decisión de los propios trabajadores, el sábado pasado la edición de fin de semana del noticiero de la TV Pública volvió a emitirse a través de la web. Fue en respuesta a la decisión de las autoridades de levantar estos envíos. En tanto, sus colegas de Radio Nacional denunciaron en conferencia de prensa el abandono, desinversión y pérdida de audiencia que sufre la emisora en todo el país.
El fin de semana del 13 y 14 de enero de este año fue el primero en décadas en que no hubo noticias en la Televisión Pública. Fue por decisión de Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos.
La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar y este sábado 3 de febrero, a las 18.10, recuperaron el espacio realizando su propia edición del noticiero. La transmisión, que duró dos horas y pudo verse a través de distintos sitios web, contó con la participación de representantes de empresas, medios y organismos oficiales en conflicto, además de referentes del espectáculo, la cultura, la política y el sindicalismo.
En este marco, los trabajadores emitieron un comunicado en el que aseguraron: «Los funcionarios pasan, los trabajadores siguen: no es una frase hecha, sino un hecho-frase. Por eso, y a pesar del vaciamiento, la censura, y de que no nos dejen trabajar como debiéramos, nosotros seguimos. Con nuestro trabajo, y nuestro compromiso con la tarea de la Televisión Pública, que es también nuestra casa».
Respecto a la tarea que deben llevar adelante explicaron que se trata ni más ni menos que de informar, ofrecer un servicio, contribuir a que muchos puedan acceder a un derecho fundamental como es la información, la diversidad de datos, puntos de vista, opiniones e imágenes.
«Como nuestros televidentes, los periodistas del noticiero de la Televisión Pública tampoco dependemos de que nos digan cómo hacer nuestro trabajo, o que un funcionario, siempre provisorio, nos ‘baje línea’. Lo conocemos perfectamente, nos apasiona, y lo hemos demostrado a lo largo de los años, en una tarea periodística que ha sido reconocida, y también premiada. (…) Somos esos mismos. Y mantenemos nuestra autonomía y nuestras convicciones: entre ellas, que los medios públicos son esenciales para mostrar la realidad de nuestro país y deben ser defendidos. Que ser parte de ellos es un orgullo y una responsabilidad a cuya altura intentamos estar todos los días. Y que la verdadera pluralidad, no la de la boca para afuera y la retórica política de ocasión, se sostiene sin concesiones de manera cotidiana, discutiendo y denunciando si hace falta, y como lo hemos hecho con todos los gobiernos hasta la fecha, cuando está en riesgo y es manipulada», afirmaron.
«Por eso, aunque no quieran que veas los noticieros del fin de semana, y te mientan para difamarnos y justificar un ataque a los derechos de todos, los periodistas de la Televisión Pública decidimos informar igual, por nuestra cuenta, con nuestras herramientas, como sabemos hacerlo.», finaliza el comunicado.
La edición de fin de semana del noticiero de la TV Pública, realizada íntegramente por sus trabajadores, terminó con la actuación del Ballet Nacional de Danza, que fue cerrado hace pocos días por el Ministerio de Cultura de la Nación. Luego fue el momento de la foto grupal y el grito de «Y ya lo ve, y ya lo ve, para Lombardi que lo mira por la web», «unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode», y «caradura, caradura, caradura, caradura, los ladrones son ustedes no la gente que labura».
Por otra parte, este lunes, los trabajadores de Radio Nacional convocaron a una conferencia de prensa en la que presentaron un documento en el que describen el cuadro de abandono, desinversión y pérdida de audiencia en todo el país que sufre la emisora, «como consecuencia de una deliberada política de vaciamiento que está detrás de los despidos y los ataques antisindicales».
Allí explicaron que en el edificio de Maipú 555 de la Ciudad de Buenos Aires funcionan 5 frecuencias (AM870, Nacional Folclórica FM98.7, Nacional Clásica FM96.7, Nacional Rock FM93.7 y Radio Argentina al Exterior-RAE) con sus respectivos programadores, conductores, locutores, operadores de estudio, editores, coordinadores, musicalizadores y sus estudios de transmisión; además del servicio de noticias que trabajaba las 24 horas para la AM y las 3 FM, y varios equipos que producen contenidos especiales y otro que sube los contenidos a las páginas web.
«¿Es posible hacer funcionar esta fábrica de cultura con una dotación pequeña?» se preguntaron los trabajadores. La respuesta es sencilla: «No, definitivamente no».
«En Nacional, entendiendo por ese nombre a las 5 radios que trabajan las 24 horas del día en Buenos Aires, además de las 49 que hacen su trabajo en las locaciones más diversas, no sobra gente. No sobra nadie si cada emisora hace lo que tiene que hacer y cumple con su cometido de entretenimiento, de difusión cultural, de informar. Por eso, los trabajadores de Radio Nacional luchamos contra los despidos y la política de vaciamiento a la que está siendo sometida la emisora por parte de las autoridades de la empresa y el sistema nacional de medios y contenidos públicos», afirmaron los trabajadores en el documento.
En este sentido, recordaron que durante los primeros días de enero, la dirección de la radio despidió a 16 trabajadores precarizados: «Compañeros que, tras muchos años de esperar que sus contratos fueran renovados, el gobierno actual decidió ‘no renovarlos’ y dejarlos en la calle. Esto en el marco de un plan de ajuste que incluye ‘jubilaciones anticipadas’, prohibición de horas extras y próximos ‘retiros voluntarios'».
Vale recordar el método con el que se efectuaron estos despidos. Los trabajadores se enteraban que habían perdido su fuente de ingresos cuando llegaban a fichar y el reloj biométrico les indicaba que estaban «fuera del sistema». Esto sin una comunicación previa o sin la presencia de directivos que enfrentaran esta decisión.
La situación se repite también en las emisoras de otras provincias: «El conflicto de Radio Nacional es una muestra más de un ataque que se despliega en toda la esfera del Estado – señalan los trabajadores – (…). En las provincias, ya no hay suficientes trabajadores para que esas emisoras transmitan con programación propia, por lo que se ven obligadas a conectar con LRA1.
Acá no hay improvisación: el Gobierno, ni bien asumió, obligó a todas las radios del interior a elegir con cual frecuencia se quedaban para emitir programación propia mientras que la otra, sea AM o FM, debía retransmitir LRA1. En LRA3 Santa Rosa, La Pampa, al prohibirse las horas extras, no trabaja los feriados y cierra la planta el fin de semana. Esta radio es sólo una muestra de la realidad de cada una de las radios del país.
Las medidas de ajuste adoptadas hacen que los fines de semana queden radios sin programación local y deban retransmitir Buenos Aires. En los sitios más recónditos, Radio Nacional es el principal medio de comunicación virtualmente interactivo que tiene la gente, ya sea para informarse o hasta como complemento o sustituto del teléfono, el correo, Internet, los mails u otras vías disponibles en los centros urbanos pero más escasas y con capacidades más débiles de soportar los rigores climáticos en algunos puntos del país. Exigimos que el Estado garantice el rol federal y social de la radio, el derecho a la información de los ciudadanos y provea de los recursos necesarios para su sostenimiento».
Entre los despedidos en la sede porteña figuran dos trabajadoras: una está embarazada y la otra es virtual sostén de familia. Esto llevó a que las mujeres trabajadoras de la radio se reunieran en Asamblea. Tras solicitar sin éxito una entrevista con la directora de la Radio, Ana Gerschenson, emitieron un comunicado en el que exigieron la inmediata incorporación de su compañera J: «Durante los últimos cinco años desarrolló sus tareas en Nacional Clásica con un desempeño intachable (…). J es madre de una niña de dos años. Ella es la jefa de hogar y ahora sólo cuenta con el ingreso de 9.000 pesos que cobra su pareja para afrontar alquiler, alimentación y salud, entre tantos otros gastos».
También reclamaron que se reincorpore a V, de LRA 28 (La Rioja): «Fue despedida mientras atraviesa su 4to mes de embarazo, debidamente notificado durante el mes de diciembre de 2017 a la Anses y a la dirección de la emisora, pese la protección de la maternidad contemplada en el sistema legal (…). En la Argentina, un tercio de las trabajadoras está precarizada y no acceden a licencias por maternidad y en el futuro no contarán con una jubilación digna. J y V eran trabajadoras precarizadas por un Estado que tiene la obligación de garantizar la protección integral de la familia y los derechos de las niñas y los niños. J y V eran trabajadoras precarizadas en el Estado, y la precarización laboral, es la precarización de nuestras vidas».
Desde hace meses, los trabajadores de los medios públicos vienen denunciando vaciamientos y despidos, muchos de ellos encubiertos en jubilaciones y retiros voluntarios. El último ejemplo es demasiado reciente, este martes se supo que despidieron a Nadia Zyncenko, la histórica meteoróloga de la TV Pública: «La empresa decidió que no estoy más, consideran que soy grande», afirmó.
Lo que las autoridades quizás no esperaban es la respuesta de los trabajadores de Radio Nacional, TV Pública y Agencia Télam, quienes por primera vez realizaron asambleas y medidas de fuerza en conjunto. El consabido «unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode» dejó de ser una abstracción.