M.H.: En un comunicado conocido la semana pasada afirman que luego de más de 100 días de implementado el aislamiento social preventivo y obligatorio, las políticas públicas sociales lejos están de poder responder de manera acorde a la crisis económica y social que nos encontramos atravesando. ¿A qué se refieren con esta afirmación?
N.P.: Antes que nada muchas gracias por darnos el espacio para poder transmitir lo que estamos atravesando en este momento los ministerios que hemos sido declarados como “esenciales” por el propio gobierno de la Ciudad. Esa esencialidad no se refleja en que haya habido ninguna inyección presupuestaria que permita hacer frente a una pandemia como la que estamos atravesando con la complejidad que acarrea la precariedad preexistente y que la pandemia vino a recrudecer, respecto tanto de las políticas públicas que atienden problemáticas de gran sensibilidad como las que trabajamos nosotros y nosotras, como el abordaje de distintas situaciones de violencia de género, de la gente en situación de calle, de distintas vulneraciones de derechos que atraviesan niñas, niños y adolescentes y los riesgos que conlleva el estar expuestos a estas problemáticas tan sensibles.
En ese sentido la situación no solo no se ha modificado, respecto de los obstáculos que ya teníamos para poder hacer un abordaje adecuado, sino que en este tiempo se ve con mucha nitidez, cómo esa precariedad queda expuesta y cómo el ajuste se va aplicando frente a las poblaciones más vulnerables y también sobre las espaldas de los y las trabajadoras.
Lo que quiero decir es que no tenemos mayores ingresos de personal, asistimos a situaciones muy complicadas donde se han tergiversado adrede criterios establecidos en los protocolos por falta de personas que puedan hacer la cobertura acorde de los turnos. No hay insumos adecuados para trabajar dentro de los dispositivos, los equipos de protección personal, en muchos casos, por lo que han tardado en llegar, fueron suplidos por la organización gremial y a través de la solidaridad entre los y las trabajadoras.
Al día de hoy se adeuda que se instale un protocolo para tener pautas mínimas sobre cómo manejarse en la Dirección general de la mujer. Tampoco hay protocolos para quienes están realizando tareas territoriales, tareas hoy de primer orden como la entrega de comida en las poblaciones más vulnerables.
El cuadro es sumamente dramático, nosotros y nosotras hoy tenemos además compañeros y compañeras que realizan tareas de cuidado de primera necesidad, por ejemplo, en hogares donde se alojan bebés, niños y niñas muy pequeños y en esos lugares abunda la modalidad fraudulenta de contratación. Compañeros que están contratados por monotributo o por terciarizaciones y hoy trabajan sin el acceso a ningún tipo de derecho, por ejemplo, no tener ART enfrentando las problemáticas que estamos atravesando en la actualidad; es realmente dramático el contexto en el que nos encontramos.
M.H.: Y a eso se suma el último anuncio del gobierno de CABA respecto del congelamiento salarial.
N.P.: Totalmente, tenemos congeladas las paritarias por un lado y, por otro, somos el único ministerio esencial donde un grueso de trabajadores y trabajadoras no ha percibido su aguinaldo y el nivel de explotación ya es atroz, porque estamos haciendo franjas horarias de trabajo mayores, porque se está saliendo a cubrir turnos paliando la negligencia del gobierno de la Ciudad en este momento.
El descuido hacia quienes estamos desarrollando estas tareas es directamente un descuido hacia la población con la que trabajamos, porque si la población viene sosteniendo la cuarentena a rajatabla dentro de las instituciones somos nosotros y nosotras los que podemos ingresar el virus.
Pasaron más de 100 días de aislamiento y recién la semana pasada logramos que aparezca la posibilidad de realizar testeos de forma masiva como para obtener una acción preventiva para el cuidado nuestro pero también para la población con la que se trabaja. Todo eso en condiciones de precariedad laboral, que no es solo en relación a nuestras modalidades de contrato y a los bajos sueldos que percibimos, también por trabajar en lugares donde la infraestructura está sumamente deteriorada y vuelvo al mismo punto.
La precariedad laboral que se enlaza con la precariedad de la política pública, porque la infraestructura deteriorada afecta directamente a las poblaciones que se alojan en esos espacios. Hoy hay hogares donde hay niños y niñas, que además de tener medidas preventivas que son en muchos casos escasas, no solo para el Covid, sino que tampoco hay calefacción en pleno invierno.
El mensaje es muy claro, es una política de abandono respecto de toda la vulnerabilidad que hay en la Ciudad de Buenos Aires por parte del gobierno de Rodríguez Larreta.
M.H.: Desde la Junta Interna de ATE Promoción social de CABA ¿cuáles serían los reclamos centrales?
N.P.: Tienen que ver con poder dotar de mayores partidas presupuestarias para efectivamente poder contar con recursos acordes para llevar las tareas adelante, hacer los arreglos pertinentes respecto de la infraestructura, poder contratar mayor cantidad de personal para abordar la cantidad de trabajo que se está atendiendo de una manera adecuada y también generar niveles de rotación y cuidado que tienen que ver con atender a los criterios sanitarios establecidos en este momento y con un cuidado subjetivo de quienes realizamos estas tareas para hacerlo de la mejor manera posible.
Estamos exigiendo también que haya algún tipo de reconocimiento económico, un plus por tareas críticas y que haya licencias mínimas para la reducción del estrés frente a las tareas que se están desarrollando en este momento. Y, por sobre todo, que pueda haber un interés real respecto de las poblaciones más vulnerables de la Ciudad de Buenos Aires y puedan tener acceso a todos los derechos.
Es una vergüenza que se entregue solamente una bolsa de alimentos con muy pocos productos, muchos de pésima calidad, que en muchos casos hemos recibido podridos y no importa cuántos integrantes tiene el grupo familiar y se entrega solo cada 15 días, que no funcionen los subsidios habitacionales y que eso expulse a la población a vivir en la calle, es realmente espantoso lo que está ocurriendo.
Entonces, cuando pedimos que se mejoren las condiciones no solo hablamos de nuestras condiciones de contratación y salariales sino también con efectivamente revalorizar y jerarquizar las tareas de cuidado que venimos desarrollando hace tantos años en estas condiciones y que es fundamental, pero que en este contexto es central para poder ejercer una atención adecuada hacia todas las personas con las que trabajamos en el día a día.
‘Somos la mafia, acá mandamos nosotros’
A todo esto se sumó una patota del gremio SUTECBA atacando a palazos a trabajadores nucleados en ATE Promoción Social que minutos antes habían mantenido una reunión con autoridades del Ministerio de Desarrollo Humano para reclamar recomposición salarial y protocolos de seguridad.
Una patota del Sindicato Único de Trabajadores y Empleados de la Ciudad de Buenos Aires atacó salvajemente a un grupo de trabajadores de ATE Promoción Social que realizaban una acción de visibilización en el ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del gobierno porteño, ubicado en el ex “Elefante Blanco” de Villa Lugano.
La agresión se dio cuando los trabajadores se retiraban del ministerio, luego de haber concretado una reunión con funcionarios del área de Recursos Humanos, que les aseguraron una pronta respuesta a los reclamos.
“Vinimos a hacer un acto de presencia, con todos los recaudos correspondientes, tuvimos una interlocución en muy buenos términos con Recursos Humanos, se comprometieron a darnos respuestas el lunes y al salir un grupo de patoteros nos empezaron a golpear”, explicó Federico Acebedo, delegado Adjunto de ATE Promoción Social, uno de los 14 trabajadores heridos.
“Estamos planteando situaciones muy elementales, tenemos compañeros y compañeras cobrando 24.000 pesos, menos el monotributo y trabajando en hogares de chicos, en los refugios con mujeres víctimas de violencia o con pibes con problemas de consumos problemáticos, por eso pedimos una equiparación salarial, estabilidad laboral y que se pague el plus por tarea esencial”, agregó.
Por último, detalló que la agresión se dio luego de una jornada gremial que se desarrolló en un marco de absoluta normalidad: “Estábamos con camisolines, con máscaras, manteniendo la distancia, una medida súper respetuosa y cuidada, pero necesitábamos hacer el planteo porque ya es insostenible, estamos trabajando con el 50% de la dotación por las licencias extraordinarias, y al retirarnos esto es lo que sucedió, al grito de ´somos la mafia, acá mandamos nosotros´”
Fuente: Canal Abierto