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Hubo festejo popular en el desenlace del juicio a los campesinos de Represa de Morales en Córdoba

El día de los inocentes

Fuentes: Rebelión

La Justicia Penal de Cruz del Eje absolvió a los hermanos José Luis y Alcira Godoy de la acusación de «impedimento de acto funcional» y ordenó que se «investiguen y resuelvan» las denuncias que hicieron desde el comienzo del conflicto en defensa de su campo de Represa de Morales.   -¿Cómo sigue la vida ahora? […]

La Justicia Penal de Cruz del Eje absolvió a los hermanos José Luis y Alcira Godoy de la acusación de «impedimento de acto funcional» y ordenó que se «investiguen y resuelvan» las denuncias que hicieron desde el comienzo del conflicto en defensa de su campo de Represa de Morales.

 

-¿Cómo sigue la vida ahora?

-Contenta… Con un gran alivio, para darnos fuerza a nosotros y para darles fuerza a otros compañeros que tienen el mismo problema nuestro. Y con más fuerza para ayudar a la gente que necesita, como Ramonita (Bustamante), que ha salido mal el fallo para ella. Le damos fuerza a la Ramona y vamos a seguir luchando para que se quede en su campo, porque no puede ser que no la dejen en su territorio, porque ella ha dejado su vida en el campo y tiene que quedar. No puede venir otro de afuera a sacarles la tierra.

Justamente, en la última frase que Alcira Octaviana Godoy, a pocos minutos de haber sido absuelta junto a su hermano José Luis, dedicó a doña Ramona Bustamante -la emblemática campesina del norte cordobés-, está también la causa remota de la odisea familiar y el extenso periplo jurídico -civil y penal- que debieron recorrer durante más de veinte años y que acaba de terminar con una sentencia absolutoria: alguien que vino de afuera a sacarles la tierra.

Así comenzó un conflicto en el que pasaron por las manos de una decena de abogados, al intentar defenderse por la vía legal, a pesar de las dificultades para acceder a la Justicia que afrontan las familias campesinas de la zona.

Entre ellos, el primero al que recurrieron, Aristóbulo Gutiérrez, luego de representar a Américo Godoy, padre de los acusados, se cambió de vereda para asistir a Víctor Manuel Gómez, el que «vino de afuera» y pretendía quedarse con el campo. Primero el padre y luego los hijos resistieron el despojo, lo que les valió que en diciembre de 2004, la Cámara Penal de Cruz del Eje condenara a José Luis a tres años y a Alcira a dos años y medio de prisión en suspenso por «coacción» y «usurpación».

Meses después, cuando la misma Cámara -a pesar de que la sentencia no estaba firme porque había sido apelada- ordenó al Juez de Paz de Villa de Soto liberar el camino a la cantera de granito rojo codiciada por Gómez y Gutiérrez, los hermanos Godoy se opusieron, les franquearon el paso y quedaron nuevamente imputados.

Esta vez, el fallo absolutorio de la Cámara Criminal y Correccional puso fin al menos a la parte penal de ese sufrido derrotero, que podría haberlos llevado a la cárcel por defender la posesión de su tierra:

«El Tribunal resuelve: 1) Absolver a Alcira Octaviana Godoy y José Luis Godoy, ya filiados, por el hecho que le atribuye la requisitoria fiscal de fojas 296/300, calificado como impedimento de acto funcional, por prescripción de la acción penal, sin costas. (…) 2) Oficiar a la Fiscalía de Instrucción de esta sede, a fin de que las denuncias formuladas por los acusados Alcira Octaviana Godoy y José Luis Godoy sean debidamente investigadas y resueltas (…). 3) Diferir la lectura de los fundamentos de la sentencia para el día 11 de febrero de 2010, a las 12,30 horas».

Casi ni se pudo escuchar la fórmula de rigor: «Este juicio ha terminado», pronunciada por la jueza Clara Luna de Manzano, porque apenas terminada la lectura del fallo el público estalló en aplausos y ovaciones y pugnó por abrazar a los hermanos Godoy.

Era mediodía de un 28 de diciembre y la escena hacía honor a la efeméride. Por las caras de estos dos adultos corrían las lágrimas de aquellos niños inocentes que eran cuando comenzó su calvario. Pero ahora lagrimeaban de alegría.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.