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El establishment se alarma por auge de huelgas

Fuentes: La Arena

La famosa ley de internas abiertas y simultáneas de los partidos para elegir sus candidatos tuvo un resultado decepcionante: sobre 14 millones de potenciales votantes sufragaron 500.000. Esto puede ser un indicio sobre la poca importancia que la mayoría adjudica a los comicios de octubre. En cambio, muchos a favor y otros en contra, pocos […]

La famosa ley de internas abiertas y simultáneas de los partidos para elegir sus candidatos tuvo un resultado decepcionante: sobre 14 millones de potenciales votantes sufragaron 500.000. Esto puede ser un indicio sobre la poca importancia que la mayoría adjudica a los comicios de octubre. En cambio, muchos a favor y otros en contra, pocos quedan al margen de la discusión sobre la justeza o no de los conflictos laborales. El establishment empresario y sus voceros mediáticos salieron a desprestigiar las huelgas pero no consiguieron frenarlas. Los asalariados quieren cobrar 1.820 pesos, valor de la canasta básica del INDEC.

La salud

Una de las protestas gremiales más intensas de 2005 es la de los enfermeros y demás empleados del Hospital Pediátrico Juan Garrahan. Sus demandas, como en otros centros hospitalarios de la Capital, el conurbano y Córdoba, están centradas en lo salarial. Lograr un básico de 1.800 pesos y un incremento de 600 pesos es el elemento que une a 600 trabajadores, en su mayoría afiliados a ATE.

Unidos por ese vínculo, han resistido los embates del espectro político y mediático que trató de dividirlos. Radio 10 de Daniel Hadad tomó el rol de punta contra los empleados del nosocomio y clamó por el despido inmediato del radiólogo Gustavo Lerer y demás integrantes de la Comisión Interna. El fogonero de esa campaña fue Marcelo Longobardi, quien en su programa matinal clamaba: ‘¿quién carajo es Lerer, acaso tiene fueros para que no lo echen?’.

La candidata a senadora por el PJ de Buenos Aires, Chiche de Duhalde, también pidió la cabeza de los huelguistas. Lo hizo con ese tonito coloquial de ama de casa que le han recomendado sus asesores de campaña. El duhaldismo trata así de captar los votos de la derecha, disputándoselos al Frente Cívico de Ricardo López Murphy y Mauricio Macri. Y algo de confusión introdujo en ese segmento derechista porque la columna dominical de Mariano Grondona en La Nación se interrogaba si el adversario de la oposición es Kirchner o el PJ. Si la respuesta válida a la duda del escriba del ‘Comunicado 150 del Ejército’ es la primera, su consejo sería votar la lista de Duhalde. Si la opción correcta es la segunda, entonces habría que usar la boleta de López Murphy.

Pero no vaya a creerse que los ataques al personal paramédico emanaron sólo de esas cloacas. El gobierno también habló con lengua de serpiente por boca del ministro de Salud, acusándolo de ‘terroristas sanitarios’. Luego profundizó su descalificación con alusiones a que los empleados habrían saboteado dos equipos del hospital.

En medio de ese terrorismo ideológico oficial, a los afiliados de ATE se les ofreció un aumento de haberes del 20 por ciento. La asamblea masiva del personal -otra sana costumbre desterrada de gremios de la CGT- rechazó esa oferta y declaró un nuevo paro de 72 horas.

Inversión de roles

En el Garrahan se llevan cumplidos 21 días de paros, lo que engrosó la estadística general de los 555 conflictos de los últimos doce meses. Si se materializa la huelga de 72 horas dispuesta para esta semana, la marca de ese hospital habrá llegado a 24.

El argumento poco imaginativo del ministro Ginés González García fue que esos huelguistas ‘toman de rehenes a los chicos’. Es remanido porque este año fue utilizado en exceso para descalificar a los docentes, uno de los gremios más movilizados en la geografía nacional. Sobre aquel total de paros, el 87 por ciento fue cumplido por empleados estatales y dentro de éstos el correspondiente a los docentes fue del 55 por ciento.

Según la óptica empresarial y gubernamental, las medidas sindicales son el factor que perjudica a los niños. En el hospital quisieron facturarles a los huelguistas la muerte de un enfermo y luego se demostró que el deceso no tenía nada que ver con los paros. ¿Quién es el culpable? ¿No será que lo central es la mezquindad de recursos destinados por el Estado a Salud y Educación, en comparación con los 12 mil millones de dólares girados al Fondo Monetario Internacional?

Si se cumpliera con los justos pedidos del personal a cargo de aulas y salas de internaciones, allí no habría demoras ni molestias.

‘El ladrón cree que todos son de su condición’, dice el refrán. Las privatizadas gasíferas y eléctricas están acostumbradas a extorsionar a los usuarios y el gobierno con cortes de servicios y apagones. Y su conglomerado de intereses intoxica a la opinión pública con la versión de que los maestros y enfermeros son verdugos de los niños, vagos que no quieren trabajar, privilegiados porque otros aceptan sueldos más bajos, etc.

En esas campañas de desinformación no faltan los condimentos maccartistas. Por eso la edición dominical del diario dirigido por ‘Bartolo’ Mitre llamó tres veces ‘trotskista’ al delegado Lerer. Años atrás lo hacía con Carlos ‘Perro’ Santillán y recientemente con los delegados de subterráneos, como en los ’70 demonizaba a René Salamanca, Alberto Piccinini y otros. El ‘analista político’ Rosendo Fraga, ex asesor del general Roberto E. Viola, consultado sobre las causas del rebrote de huelgas, apuntó a la radicalización de la CTA, la influencia de organizaciones piqueteras y ‘la abierta influencia de partidos de izquierda, con pocos votos pero con capacidad de movilización callejera’.

Aún en medio de tanta basura informativa, la verdad suele colarse. La paquetísima Teté Coustarot dejaba caer ayer en Radio Continental sus comentarios adversos a los delegados del Garrahan cuando una oyente habló: ‘yo tuve mi hijo internado en el hospital, es cierto que se llovía todo por falta de mantenimiento como dicen los enfermeros; cuando mi hijo murió, los únicos que lloraron a mi lado fueron las enfermeras’. La conductora se repuso hablando con un amigo sobre las charlas de idiomas ‘talk-time’ en cafés. La oyente le había dado algo más que una lección de castellano.

Recursos hay

¿Por qué el gobierno nacional y los de las provincias dan tan poca consideración a las demandas salariales de sus empleados? No hace falta ser adivino para darse cuenta que alguna relación existe entre la contención salarial y los giros al Fondo y demás organismos internacionales de crédito. Disimulando ese vínculo, Economía sostiene que las mejoras de haberes a los porteros de edificios había sido causa determinante del índice inflacionario de junio último.

Terminar 2005 con un superávit fiscal primario cercano a los 16 mil millones de pesos, por encima de lo comprometido con la entidad regenteada por Rodrigo Rato, es contradictorio con la negativa a conceder aumentos salariales, jubilatorios y del indigno monto del programa jefes y jefas de hogar desocupados.

A los estatales que lucharon bastante se les ofreció un módico 20 por ciento, que en el caso de los docentes universitarios fue algo más de dos puntos adicionales (22,7). Como era previsible, tales anuncios fueron rechazados por las asociaciones de base de las dos CONADU (Federación Nacional de Docentes Universitarios). A los jubilados, que tienen más dificultades para ganar la calle, el PEN les negó la suba del 10 por ciento publicada por todos los diarios. Y a los desocupados los tienen en penitencia prolongada desde 2002, por lo que no nadie debe extrañarse que el 2 de agosto cortaran puentes y avenidas demandando un aumento de esos planes a 350 pesos.

La estadística del Centro de Estudios Nueva Mayoría informó que los cortes de ruta fueron 1.176 durante el año pasado, número que podría igualarse en 2005. Y como señalamos, los conflictos sindicales con exigencias de recomposición salarial treparon a 555 en los últimos doce meses (desde agosto de 2004 a julio de 2005). Eso arrojó un promedio mensual de 46 protestas, que el mes pasado se elevó a 94, duplicándose.

Los patrones privados nucleados en la Unión Industrial también hacen malabares para justificar su reticencia a conceder mejoras a sus dependientes. ‘La industria paga sueldos muy dignos’ declaró sin ponerse colorado Héctor Méndez, nuevo presidente de la entidad. Ahora, apremiado por los movimientos de fuerza gremiales, Méndez quiere eludirlos con promesas a futuro. ‘Podemos llevar las exportaciones a 60 mil millones de dólares en cinco años y crear un millón de empleos nuevos’, declaró en un foro empresario que concluye hoy en Córdoba.

En realidad, mejor que formular grandilocuencias de ese tipo, la cúpula de la UIA debería devolver a los asalariados todo lo que exprimió y acopió en estos años. Citando un trabajo de la Fetia-CTA-Clacso, Horacio Verbitsky sostuvo este domingo en Página/12 que ‘medido en pesos, el incremento por productividad por encima de los salarios permitió al sector empresario apropiarse de una masa de ganancia que les hubiera correspondido a los trabajadores de 33.548 millones de pesos entre 1992 y 2004’.

Por eso los autores del estudio aconsejan a los asalariados pedir un aumento salarial de 46,4 por ciento y la devolución de los 33.548 millones de pesos apropiados. Los del Garrahan apenas piden 600 pesos de aumento y los quieren echar, internar en el Borda y colgarles el rótulo de miembros de la banda de Bin Laden.