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El eterno chantaje del «neoliberalismo»

Fuentes: Rebelión

Macri siguió la política que le indicó el «neoliberalismo», eufemismo que se refiere al gran capital concentrado y centralizado internacional. El resultado: una deuda impagable, una inflación galopante, una gran corrida del dólar, la ruptura de la cadena de pagos, el aumento insoportable de los precios, etc., etc. Es un problema del gran capital, no […]

Macri siguió la política que le indicó el «neoliberalismo», eufemismo que se refiere al gran capital concentrado y centralizado internacional. El resultado: una deuda impagable, una inflación galopante, una gran corrida del dólar, la ruptura de la cadena de pagos, el aumento insoportable de los precios, etc., etc.

Es un problema del gran capital, no es un problema nuestro, del pueblo. Ellos siguen con la misma política predadora y nos plantean que, como los efectos de lo que ellos hacen nos afecta, tenemos que colaborar en la solución. Pero no cambian su política. En consecuencia, seremos nosotros los que tenemos que cambiar, que aportar algo. Esto siempre e inevitablemente implica aceptar una disminución de nuestro derechos, de nuestro nivel de vida, la baja del salario o la jubilación, la aceptación del aumento de precios, el aumento de la pobreza y la miseria, etc., etc. Pero ellos no cambian su política. Porque según ellos su política es inmodificable, así funciona el capitalismo. Cuestionar su política sería cuestionar al capitalismo mismo, algo contra natura porque el capitalismo está en la naturaleza de las cosas, es inevitable, y hay que respetar sus «leyes» «naturales». De lo contrario ninguna sociedad puede funcionar. Este es su discurso, a veces más o menos explícito, siempre implícito.

La realidad es que el problema lo crearon ellos, es un problema de ellos. Nosotros, el pueblo, no hemos provocado nada. Ellos lo crearon, ellos tienen que solucionarlo.

En lugar de esto nos trasladan la responsabilidad de la solución. Nosotros no tenemos que hacernos cargo de nada. No tenemos que aceptar su chantaje basado en que la crisis de ellos repercute muy negativamente sobre nuestro nivel de vida. «Algo hay que hacer», dicen muchas veces desde el progresismo: «está bien que el problema lo crearon ellos, pero no tenemos relación de fuerzas como para obligarlos a solucionarlo. Y tenemos que poder vivir, comer…» Este es el chantaje.

Lo primero que tenemos que instalar, claramente, en la sociedad, es que ellos son los que deben solucionar las cosas, es un problema creado por ellos.

Después cómo hacemos para sobrevivir, es otra cuestión. Pero nunca, absolutamente nunca, debemos legitimar su chantaje. Sería la peor de las alternativas.

Lo que sí tenemos que hacer es reclamar por nuestros derechos, pedir, exigir, que se respeten. Que los alimentos tengan un precio que nos permita acceder a ellos, etc., etc. Pacíficamente, sin darles la más mínima «excusa» para reprimir.

Exigir que sea el gobierno que el cambie su política. No se puede aceptar que siga teniendo la misma política que nos llevó a esta situación, trasladando pretendidamente la solución a nosotros. No tiene sentido, no tiene lógica. El único sentido es que busca instalar en el conjunto de la población que no hay solución si no colaboramos, si no nos «prestamos al diálogo», si no nos sentamos a negociar. ¿Negociar qué? ¿Aceptar como inevitable el empobrecimiento progresivo de todos? Ellos crean la crisis, nos perjudica, y la solución es aceptar que sigan incrementando la crisis y que nos perjudiquemos cada vez más.

Hay periodistas que aceptan el chantaje. Hacen eje en que necesitamos leche, en que no podemos esperar a octubre, etc., etc. Muy bien, eso no es justificativo para que en lugar de exigirle al gobierno, aceptemos ser más «moderados» en nuestros reclamos. Cambia la forma pero continúa la misma política. Ellos generan la crisis, y cuando se hace cada vez más insoportable para el pueblo, la solución que proponen es seguir generando más crisis y que nosotros lo aceptemos como algo inevitable, porque está en «la naturaleza de las cosas».

Es fácil imaginar las medidas que hay que tomar. La corrida cambiaria se frena con dólares genuinos. ¿No hay dólares suficientes? ¿La mayor parte es deuda? ¿Mucho endeudamiento? Los que fugaron la mayor parte que lo devuelvan. Sobrarían dólares. No lo van a hacer. Pero eso no es motivo para que aceptemos su chantaje. Hay miles de millones de dólares de la cosecha sin liquidar. Que ingresen todos y sobrarán dólares.

Y hay muchas medidas más: estatización del comercio exterior, estatización de la banca extranjera. No hay que olvidar que hasta la dictadura de Onganía los bancos extranjeros sólo podían tener una sóla sucursal en la ciudad de Buenos Aires. Ninguna en el interior. Hoy, la mayoría de la banca es privada y extranjera, y es la gran autopista de la fuga de divisas.

Dicen que «colaboremos» para aliviar nuestra situación económica. Pero nuestra «colaboración» consistiría, según ellos, en empeorar nuestra situación económica. En definitiva, si no hacemos nada, estaremos cada vez peor, pero si «colaboramos» también estaremos peor, y en realidad mucho peor.

No hay más que una sola política que podemos llevar adelante: exigir que el gobierno actual solucione los problemas, que satisfaga nuestras demandas de vida.

Lo cual no excluye que nos organicemos entre nosotros para defender nuestro nivel de vida.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.