M.H.: Promoción Social es el área que se ocupa en la Ciudad de Buenos Aires de niñez, adolescencia, adicciones, mujer, tercera edad. ¿Podrías describir qué tipo de trabajo desarrollan?
N.P.: Muchas gracias por el espacio porque es muy difícil que estas cuestiones se hagan visibles. Trabajamos en diversas áreas donde se atienden diferentes situaciones de vulneración de derechos que se dan en CABA. Hablamos de población en situación de calle, distintas violencias de género, consumo problemático de sustancias, todas situaciones de vulneración extrema y gran complejidad que a partir del brote de la pandemia el Gobierno de la Ciudad ha dispuesto que tanto estas áreas como compañeros y compañeras que trabajan en tercera edad, como les que trabajan en salud, somos áreas esenciales. Se acordaron ahora de nombrarnos así, a pesar de que nuestra labor tiene esas características desde siempre.
Lo que venimos denunciando y que queremos darle difusión son las condiciones terribles de precarización en las que desarrollamos esas tareas donde tenemos faltantes de todo tipo, donde hubo que pelear para tener los insumos básicos, que suelen faltar en lo cotidiano en nuestros espacios de trabajo, que tienen que ver con elementos básicos para el cuidado, como alcohol, alcohol en gel, barbijos, etc.
También los protocolos tardaron muchísimo en bajar, recién la semana pasada estuvieron ordenando algunas cuestiones en relación a cómo se dan los ingresos y los egresos de las personas que trabajamos en distintos dispositivos de 24 horas como centros de día, refugios, hogares para niños y niñas, paradores, donde no había ningún tipo de prevención para evitar la exposición y mayores contagios.
No tenemos recursos didácticos básicos necesarios para que los chicos y las chicas, en algunos casos, o las mujeres alojadas en los refugios puedan sobrellevar la vida de encierro, que si es difícil para muchos y muchas de nosotras, en estos espacios se da una situación mucho más compleja. Pensemos en cómo queda la situación de tener que estar 24 horas con nuestros hijos e hijas a cargo de las tareas de cuidado cotidianas pero también de las educativas, lo que es cuando hay un turno donde solo hay dos compañeros o compañeras a cargo de 36 chicos y chicas teniendo que dar respuestas de todo tipo no solo a sus necesidades materiales sino también a entretener y llevar adelante el espacio.
La falta de personal es acuciante y lo venimos denunciando antes de la pandemia. Y esto es algo que no solo no tiene respuesta, sino que nos siguen diciendo que no va a haber un peso para contratar a más gente forzando la capacidad de posibilidades de poder atender en todo sentido, en la cantidad de horas de trabajo que son inhumanas, pero además en la subjetividad de cada laburante para poder llevar adelante estas tareas.
Hay más de 50 millones de pesos destinados a la represión y ni un peso para el ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat
M.H.: También, por lo que he visto, con sueldos muy bajos y con contratos de trabajo precarios.
N.P.: Exactamente, nuestros sueldos están muy por debajo de la canasta básica que es algo que también venimos denunciando, porque para nosotros y nosotras la emergencia no empezó con el brote de Covid19 ni con el dengue, la emergencia es desde siempre y tiene que ver por un lado con la emergencia de las políticas públicas, pero ese estado de las políticas públicas no va separado de las condiciones de trabajo.
El mensaje es que hay una precariedad absoluta respecto de contratos basura, que abundan en el Ministerio, hay alrededor de 1.100 personas bajo esas modalidades o de locación de servicios o tercerizados con convenios con universidades o con organizaciones no gubernamentales; lo que está implicando esa respuesta del Gobierno de la Ciudad es que si no se cuidan a los trabajadores y trabajadoras y el diseño e implementación con un presupuesto acorde a esas políticas públicas tampoco se acompaña a las poblaciones en esos distintos lugares.
De pronto hay más de 50 millones de pesos destinados a la represión y ni un peso disponible para revalorizar el trabajo del ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, cuando estamos hablando del cuidado de la vida, y eso no implica solamente lo sanitario sino también todo lo que tiene que ver con las posibilidades de comer, acceder a distintos derechos que se encuentran vulnerados previamente a esto que vivimos hoy en día.
M.H.: ¿Se ha podido avanzar respecto de la situación de la población en situación de calle?
N.P.: Las respuestas siguen siendo no acordes a la situación dramática que se está viviendo. La población en situación de calle es una de las más vulneradas porque no solo atraviesan todas las penurias que implica estar en esa situación, tener que rebuscárselas para comer, dormir, situaciones de consumo, de explotación sexual a las que se exponen para poder sobrevivir en el día a día, sino que también ahora lo que hay es una escasez de recursos frente a la situación que vivimos.
Y como hablábamos en el punto anterior, lo que abunda son medidas represivas y punitivas en lugar de restitución y promoción de derechos. Esa es la cruda realidad con la que nos enfrentamos. Previo a la emergencia la respuesta a esto, siendo adultos y adultas, son paradores que permiten pasar la noche, con las complejidades que se presentan, pero a la mañana, buena suerte y hasta luego, no hay una respuesta integral o una política de respuesta y restitución de derechos como salud, educación, trabajo y vivienda como alternativa real para estos sectores.
Si son una familia hay un solo parador para familias, sino se promueve la separación donde tienen que ir por un lado el papá y por otro la mamá; no están preparados para esto. Y los subsidios habitacionales no solo son muy escasos sino que además los hoteles lucran con esta situación y la variable de ajuste del precio de las habitaciones acompaña lo que da el subsidio.
También piden muchísimos papeles y trámites burocráticos para un subsidio miserable que lo único que les permite es estar viviendo en lugares con condiciones inhumanas, donde abunda el hacinamiento, la humedad, donde no hay ninguna condición de salubridad y en muchos casos esta población puede acceder a estos subsidios y si después no pasan a ser beneficiarios o la situación económica empeora aún más de lo grave que ya está, terminan quedando en situación de calle.
Entonces, la respuesta no es una medida paliativa para la situación de calle sino que el Estado más rico de toda la Argentina que es la Ciudad de Buenos Aires invierta en política pública de carácter social para que haya un acceso a todos los derechos de manera integral.
M.H.: ¿Querés agregar algo más?
N.P.: Esto que vengo diciendo, que Horacio Rodríguez Larreta y su equipo se hagan cargo de la situación de vulneración y emergencia que viven las poblaciones que más sufren en la Ciudad de Buenos Aires, que se revalorice el trabajo de acompañamiento que realizamos cada día y esa es una forma también de revalorizar el acompañamiento para que todas las poblaciones tengan un acceso real a todos los derechos y también para que si nuestra tarea es esencial, que entonces sea acorde el presupuesto que tiene que tener para poder desarrollar las tareas de la mejor manera posible.