Presentación del libro «El peronismo que no fue, la otra (otra) historia» [*] en el Bar La Dignidad (12.11.2014)
* Bavio, Gerardo y Hernandez, Mario, El peronismo que no fue. La otra (otra) historia. Editorial Metrópolis, Buenos Aires, 2014.
Carlos Aznárez (CA): (…) Éramos los rebeldes dentro del Peronismo. Perón, en ese juego pendular, dejaba crecer a unos y a otros, era como una manifestación de decir: «a los que tengan la posibilidad de desarrollar sus ideas y construir poder popular en algunos casos, o poder financiero en otros casos, yo los dejo y en algún momento los castigo». El gran choque de Perón con nuestra generación es que en algún momento dijimos: «Basta de castigos, hasta aquí llegamos».
Nosotros peleamos por la vuelta de Perón, algunos más por temas de edad y otros menos porque se fueron apegando al correr de esos 17 años de resistencia, pero otros en esos años, transaron de las mil maneras, incluso lo traicionaron con el vandorismo.
A mí me parece que este libro contiene todo eso, contiene todas las historias y hay un hilo conductor que es Gerardo Bavio, que realmente al leer el libro te llega a emocionar el carácter y la impronta de Gerardo de estar siempre del lado del pensamiento crítico, apoyando al Peronismo, militando dentro del Peronismo, pero no tragándose los sapos tan fácilmente, de alguna manera demostrando que había cosas que le gustaban, otras que no, por supuesto hablo de mucho más que de la vuelta de Perón a la Argentina, cuando empezamos a tener cuestionamientos con el propio General.
En la militancia que yo tuve desde el PB/FAP (Peronismo de Base/Fuerzas Armadas Peronistas), ya teníamos muchas críticas hacia el General, incluso discutíamos el rol de Perón intensamente, muchos compañeros llegaron a romper por no ser tan «movimientistas» como nos llamaban a nosotros por defender un poco más la conducción de Perón o, por lo menos, la estrategia de Perón y tratar de entenderla.
Yo creo que Gerardo en toda su trayectoria reivindica el peronismo que fue, no el que no fue, el que fue desde la base, desde la militancia de la rebeldía consecuente, de la gente que de alguna manera se forjó al compás de la ética antioligárquica y antiimperialista que imprimió Evita al Peronismo y que a lo largo de todos los años fue dando brotes generacionales muy importantes. De esos brotes nacimos muchos de nosotros, y somos los que de alguna manera recurrimos en un momento a la lucha armada porque nos acordábamos claramente que el Peronismo había utilizado siempre métodos pacíficos para tratar de desarrollar sus ideas y que un buen día llegaron los aviones de la Marina, con el Cristo Rey en su fuselaje y bombardearon a la población civil, y ahí yo creo que se produce un punto de inflexión entre qué Peronismo y qué partido debíamos jugar quienes de alguna manera reivindicábamos la lucha del Peronismo, y no es casualidad que a lo largo de todos los años de la Resistencia el Peronismo fue recorriendo todos los caminos, excepto el electoral porque no se lo permitían, incluso cuando se lo permitieron con la fórmula Framini-Anglada, nos abortaron el triunfo al poco tiempo.
Pero después todos los matices de la Resistencia, desde la lucha de la resistencia y autodefensa, los caños, el sabotaje, las huelgas, el generar en el movimiento obrero y con el movimiento obrero todo tipo de acciones para tratar de desestabilizar no solamente los gobiernos dictatoriales, sino esos gobiernos continuistas, como el de Frondizi o el de Illia, que venían con distintos matices, pero siempre en contra del Peronismo, era la aplicación de ese famoso decreto 4161 que proscribió al Peronismo, a Perón y a todo lo que significaran las conquistas del Peronismo.
Perón eligió el lado equivocado tanto en Ezeiza como el 1º de Mayo de 1974
En ese marco, cómo no iba a haber una lucha armada, cómo no iba a haber una lucha más fuerte. Yo creo que a partir de ahí, con todos los matices que se puedan señalar, de errores, autocríticas que podamos hacer, yo personalmente reivindico la lucha de Montoneros, me siento orgulloso de haber pertenecido a Montoneros y no me quedo con el final, porque también me enorgullezco de haber sido peronista, y digo de «haber sido peronista» porque hoy me cuesta decir si soy o no peronista.
Hay momentos, cuando estoy en un barrio con la gente más humilde y escucho sus voces, me dan ganas de cantar la marcha peronista con ellos, pero también han pasado muchas cosas por las cuales se me desdibuja el Peronismo actual, porque creo que no es Peronismo, tiene distintos matices pero no lo identifico como el Peronismo por el cual yo fui a la cárcel o estaba dispuesto a morir con el «Perón o muerte» en la boca, no me identifico con eso, pero no importa lo personal, sí reivindico las acciones y la lucha de Montoneros porque creo que fue el momento de mayor ilusión, no solamente para una generación juvenil, sino para todo un grupo de gente que alrededor de Montoneros se sumó a la idea de asaltar los cielos, de tomar los cielos por asalto.
Por ahí idealizábamos mucho, pero teníamos la sensación de que estábamos muy cerca de la posibilidad de construir poder popular en serio, desde abajo y desde arriba. Por supuesto que el regreso de Perón, Ezeiza, todo lo que cuenta Gerardo, lo vivimos como una gran tragedia, y también vivimos como una gran tragedia ese 1º de mayo de 1974 donde muchos de nuestros compañeros, los más viejos, los más peronistas de nosotros se iban de la Plaza de Mayo con las lágrimas en los ojos pero puteando, porque ellos habían puesto el cuerpo en la Resistencia, habían sufrido cárceles, torturas y no podían creer ni aceptar que ese señor por el cual tanto habían dado, los estuviera castigando de esa manera.
Por supuesto que nosotros fuimos a la bronca con Perón, pero había razones, porque cuando gritábamos «Está lleno de gorilas el gobierno popular» no nos equivocábamos, estaba lleno de gorilas y Perón pudo haber elegido, tanto en Ezeiza como en ese momento y, sin embargo, eligió el lado equivocado.
El otro día dije en una charla en el Movimiento Evita, que creo Perón se suicidó, no se murió, se suicidó, en el sentido de que rompe con la juventud, con el sector más ejecutivo de la lucha popular en ese momento, con el sector más claro en defenderlo y en pelear por sus conquistas, y su partida nos deja solos y todo lo que vino después ya lo sabemos, lo cuenta el libro, el «Lopezreguismo», todo eso que de alguna manera Perón ayudó a construir.
Yo soy muy crítico con Perón compañeros, muy crítico. Soy de los que piensan que Perón sabía de la Triple A, que Perón empleó una estrategia para de alguna manera poner en vereda a muchos de los compañeros que dieron mucho por él, y no me refiero solo a Montoneros, me refiero a Framini, a Sebastián Borro, a Armando Cabo, a compañeros de toda la vida del Peronismo y que no se merecían ese maltrato. Por eso digo que me cuesta hoy decir que soy peronista, me siento sentimentalmente peronista, y este libro, créase o no, me acercó bien al Peronismo, a través de compañeros y compañeras como los que están aquí, me acercó a lo que queríamos, a lo que pensábamos. Quizás discrepamos, cuando Mario se refiere a los «matices», aunque yo no tengo muchos matices con lo que dice Bavio, y ni siquiera tengo matices con lo del kirchnerismo, yo no soy kirchnerista, no lo voté, no soy y tengo muchas críticas, pero a la vez digo que es lo mejor que nos ha pasado en estos últimos años, esto no quiere decir que sea «lo mejor», es lo mejor dentro de la tragedia del proceso que vivimos nosotros.
Creo que Bavio dice en el libro muchas de las críticas que yo también hago al Peronismo y al kirchnerismo, el tema de Chevrón, de las multinacionales, y reivindica muchas de las cosas que sostiene en general la gente del campo popular, la lucha por los Derechos Humanos, todo lo bueno que pasó durante el kirchnerismo, pero de todas maneras creo que no vale la pena discutir kirchnerismo sí, kirchnerismo no, en el marco de toda una historia tan fuerte como es la del Peronismo que tiene ahora un matiz como es el del kirchnerismo, pero tuvo un matiz peor, que fue el menemismo, de eso no hay ninguna duda, porque nos guste o no nos guste, también Menem era peronista, a su manera, en su forma, en un Peronismo de los otros, de los que se quedaron en la Plaza con Perón, muchos de esos sectores que colaboraron con que Perón se suicidara, vuelvo a decirlo, entonces, finalmente creo que este libro vale muchísimo para acercarnos a lo mejor del Peronismo, a lo mejor de una lucha que queremos reivindicar frente a las nuevas generaciones.
A veces escuchamos gente que te dice que la Argentina siempre estuvo podrida, y hay que combatir esa forma de pensar. Hubo un momento en que hacer política en Argentina era un lujo, en el sentido de que había compañeros y compañeras dispuestos, incluso con un discurso opositor al nuestro, a discutir de frente, al debate franco y no a esta cosa mentirosa, farandulesca en que han convertido la política algunos políticos y algunos que vienen de nuestro lado también.
Yo tengo nada más que elogios para este libro, vuelvo a decir, me reencuentro con compañeros queridos, a algunos los conocía más que a otros, me reencuentro con tres historias y con un entrevistador que ha logrado sacarles el jugo en todo lo que fue su historia de vida que es riquísima. Gracias.
Renée Ahualli (RA): Para mí es un privilegio, como ya lo dije, éste es el ballotage de la presentación de Gerardo que mucha gente acá tal vez lo conoce. Para mí, es la imagen real del peronismo revolucionario y creo que mucho tiene que ver con la lectura que Gerardo siempre llevó adelante del «Gordo» Cooke. Y pensando en el título, «El Peronismo que no fue» yo hago mi interpretación, con la frase que decía Evita «El Peronismo será revolucionario o no será», y creo que eso es lo que se plantea en este libro, críticamente, porque como sabemos el Peronismo, como decía el compañero, tiene la variedad más grande de derecha a izquierda y tuvo en todos los tiempos y no es nada nuevo para todos los militantes que hoy están acá, que son peronistas, que fueron peronistas o estuvieron en la otra vereda pero del lado de la revolución.
Lo importante de este libro de Gerardo, que es de un militante de antes de Perón, como decía el compañero, en 1945 ya era peronista, luego en la Resistencia, porque Gerardo estuvo militando desde joven, él es un ingeniero civil un tanto insólito porque por lo general suelen ser cuadraditos, si hay alguno perdón pero así es la cosa, pero Gerardo es un virtuoso, además de escribir muy bien, pinta muy bien y muestra una realidad que vivió a través de sus años en esas pinturas tan buenas que espero que alguna vez las podamos compartir con todos.
Es muy importante la subjetividad de este personaje Gerardo Bavio, porque la historia la hacemos a partir de pequeñas subjetividades, o mejor dicho, la memoria que tiene que ser colectiva, se construye de esta manera, con varias individualidades que dan su punto de vista y eso lo vamos juntando y así vamos encontrando esa verdad que los libros de texto, los libros que hace el poder nunca cuentan la verdadera historia de las cosas que ocurren y de lo que ocurrió, de quiénes son héroes y quiénes no, esa es la virtud de este libro, que está presente la subjetividad de Gerardo Bavio.
Siempre nos reímos con Gerardo porque cuando yo hablo de Perón le pongo algunos adjetivos y él siempre dice «como dice la Renée, Perón tal cosa». A mí me costó bastante, vengo de una familia súper contra Peronista, soy la oveja negra de la familia, pero estoy con el Peronismo revolucionario, con lo que decía Evita, con lo que vivimos a través de todos estos años y que tanto mal nos hizo.
Creo que la memoria es importante, y así la vamos construyendo, además de ser una obligación de todos los que fuimos militantes y que sobrevivimos a esta historia, es contarla desde nuestra subjetividad para que sirva para el futuro, para la gente que vaya a construirlo, que son los jóvenes y uno tiene que dar cuenta de eso y tratar de responder a la juventud ansiosa por saber cosas.
Tenemos que ser la voz de los compañeros que no están
Por supuesto que la experiencia no se regala, no sirve demasiado, pero algo aporta, esa creo yo que es la obligación de los sobrevivientes y creo que Gerardo la cumple al máximo, porque además tiene una memoria de elefante, recuerda detalles, fechas, que a mí me parece increíble que pueda hacerlo, pero él lo tiene todo en esa cabecita tan flaca que está llena de conocimiento, ese es mi amigo Gerardo, con el que nos peleamos por quién elige el vino.
También tenemos que recordar que esta historia tiene que ver con los compañeros que no están, tenemos que ser la voz de los compañeros que no están, que tuvimos todos un sueño grande de conseguir una patria más igualitaria y en ese intento hay compañeros que quedaron, que fueron torturados, que desaparecieron, que sufrieron cárceles y Gerardo es uno de ellos y acá está. El otro día leía un libro, un pre-libro que se publicó en Santiago del Estero y un compañero de allá, el viejo Pilán, contaba que cuando Gerardo se iba de la cárcel, no está en el libro definitivo pero sí en los apuntes, regalaba las sábanas porque había carencia de todo eso, así que también sos protagonista en otro libro.
Eso era lo que yo quería compartir con ustedes, y pensar que seguimos y que sigue Gerardo luchando por esa causa y por esa militancia, que sigue siendo porque ésta es una manera de militar también, contar su historia, hacer las pinturas que hace que tienen mucho que ver con todos los sucesos de todos los tiempos del peronismo, porque él los atravesó y lo puede contar de primera mano, ese es un valor, es el plus que tiene la narrativa de Gerardo, y lo otro importante es que en este libro aparecen también las disidencias, los conflictos, las contradicciones, las discusiones que nunca se terminaron de realizar y creo que es algo que nos debemos, hasta el último minuto lo diré, que no se hizo y que la vez pasada que presentamos el libro en el Hotel Bauen surgieron muchas de esas discusiones que nunca hicimos, esa autocrítica que muchos no nos hicimos y que está latente, por eso en cualquier momento vuelve a surgir y es una necesidad de los viejos militantes, de hacer una crítica, una autocrítica, discutir cosas que nunca se hablaron y que son las que llevamos escondidas.
A pesar de que nos han derrotado creo que no nos han vencido y es por eso que tenemos que mirar hacia el futuro y proyectarnos conociendo, descubriendo, aclarando cosas, para poder construir ese mundo que soñamos que tiene que ver con la Patria Grande, con la Patria Latinoamericana, con un país más igualitario, con el viejo sueño del peronismo de un país que sea inclusivo y luchar en función de eso en los lugares en los que nos encontramos ahora, desde donde podemos luchar porque, por supuesto, nuestras organizaciones no existen más y no tiene sentido seguir hablando de ellas porque fueron. Sí es importante lograr una buena autocrítica que nos haga crecer y que nos permita ver hacia el futuro y reivindicar a todos los que lucharon siempre, porque son los que no tienen voz y esos son los héroes que nosotros tenemos y que no debemos olvidar. ¡Treinta mil compañeros desaparecidos, presentes ahora y siempre!
Pila Garbarino (PG): Yo quiero agradecer la presencia de muchos de ustedes y sobre todo agradecerle a Mario Hernandez, porque es la primera vez que a mí se me anuncia como ex directora de un canal, en ese sentido dentro de mi historia, en la cual quizás no fue lo más importante que hice, ser directora de Canal 10 de Tucumán. Nunca se me menciona como tal en ningún lado, entonces por eso quería tener la tarjeta de invitación de hoy, porque cuando la vi me impresionó mucho.
Fue muy corta mi experiencia en Canal 10, estuve un poco más de cinco meses. No les tengo que decir que muchos de los compañeros que estaban conmigo en ese momento, algunos no están por lo biológico y muchos están desaparecidos. Fue una experiencia muy rica, Mario citó un ejemplo, pero en general nosotros en ese corto tiempo tratamos de transformar y de dar otro contenido al canal, era un canal netamente universitario que se enmarcaba dentro de lo que era en ese momento la intervención a las universidades nacionales por el gobierno de Cámpora, con Taiana de Ministro de Educación, como para que nos ubiquemos de dónde dependíamos, y este Canal 10, siempre pienso yo, quizás soberbiamente, que esa experiencia tendría que haber sido considerada como una experiencia para tener en cuenta en relación a la nueva Ley de Medios Audiovisuales.
Allí está la supresión de algunos programas, la implementación de los «noteros», quiero que piensen que era un canal en blanco y negro, que no había otro canal en Tucumán, no había opción de hacer zapping, no teníamos equipos para grabar los programas, o sea que los programas que hacíamos se transmitían en vivo y se perdían, porque no había posibilidad de documentarlos.
La transformación mayor se dio en el ámbito del informativo, instauramos lo que llamábamos «flashes informativos» que eran noticias cada 15 minutos y también los informativos centrales, que eran al mediodía, a las 20:00 y después el de cierre, todo esto lo hacíamos con mucha precariedad de medios técnicos, pero con la absoluta certeza de qué era lo que teníamos que poner en la noticia y cómo teníamos que construir la noticia.
La noticia se construye, se toma el dato de lo que pasa y la noticia se construye. Frente a eso, sin demasiadas imágenes porque no teníamos, como dije, recursos técnicos, teníamos sin embargo un periodista muy bueno que se exilió en España y que ya falleció, que era Héctor Chimirri a quien le decíamos «el gordo», era genial, un muy buen colaborador, y junto con esto la posibilidad de tener claro ideológicamente qué era lo que queríamos hacer, cuál era el proyecto y cómo lo construíamos.
Hablo en plural porque éramos un equipo, voy a dar algunos nombres como Gerardo Vallejo, el cineasta, Gustavo Moris, «Pancho» Galíndez, Miguel Angel Estrella, el músico, Lucila Pagliai, Vicente Guzzi. Tomábamos un texto del informativo, que escribíamos para ser leído y los sábados nos juntábamos a la tarde para discutir grupalmente cómo habíamos llegado a esa construcción, eso nos permitía reformular, organizar, revalorizar. Les voy a decir que yo no tenía ni un aparato de televisión en mi casa, caí como directora porque fui impulsada por la Juventud Peronista, estuve ahí pero tenía mi formación como psicóloga, mis lecturas de Paulo Freire, mi formación como cristiana como dijo Mario.
Yo pensaba que el mensaje no es una extensión, un mensaje es una comunicación, yo no extiendo lo que digo, porque extender, como dice Freire, supone imponer, yo comunico algo y a partir de eso construimos lo que serían los círculos para que se escuche determinado tipo de información y determinados tipos de programas y hacer círculos de discusión de dónde se recibían estos mensajes, no para hacer un ranking, sino para ver qué le importaba a la gente, qué le importaba o interesaba a los distintos grupos barriales.
Hubo muchas experiencias que tratamos de hacer, como los conciertos populares, el teatro, un recuerdo muy fuerte del compañero Juan Carlos Gené, que ya no está, a quien no pude tener nunca en frente, ayudó muchísimo telefónicamente, y muchísimas otras experiencias que tratamos de hacer para transformar ese medio genial que es la televisión.
Pero como dije, no fueron más de cinco meses, entonces quizás, yo estoy en la parte del Peronismo que no fue, no es porque yo me sienta demasiado peronista, me costó y me cuesta mucho recordar toda esa corta pero muy intensa época y, sobre todo, a los compañeros que ya no están, que sufrieron por lo que quisimos transformar, por lo que quisimos plantear. Pero también creo que más allá de esto, volviendo al tema del texto, que es el que nos ocupa hoy, puede servirnos para poder hacer un aprendizaje y una difusión de determinadas experiencias o hechos y puede servir sobre todo como una guía para la discusión.
Cuando revisaba el texto, las entrevistas de Mario, sentí que esto debería ser un texto básico para la formación y la discusión de determinado tipo de propuestas, no porque el caso de Canal 10 haya sido demasiado genial, pero sí creo que fue única en su momento y de alguna forma, vuelvo a agradecer que acá a más de mil kilómetros de mi Tucumán querido, pueda hablar de esto.
El peronismo fue producto de una crisis orgánica de las clases dominantes
Gerardo Bavio (GB): Queda poco por decir de todo lo que hemos escuchado. En primer lugar reitero el agradecimiento a Mario Hernandez y a todos ustedes que están acá presentes, para tratar este tema que es tan difícil, el tema del Peronismo. Entonces yo quiero ser muy breve, porque creo que ya no da para discutir demasiado, pero sí detenernos un breve espacio para analizar por qué surge esto que llamamos «el Peronismo» en una determinada etapa de la historia del Siglo XX.
¿Por qué surge? ¿Cómo surge?, recuerdo una frase de Vico, decía que para entender un proceso hay que ir a los orígenes, y claro, yo creo que tenemos que ir un poquito a los orígenes, muchos de nosotros vivimos esos orígenes, la razón por la cual fuimos peronistas también habría que analizarla, para incorporar conceptos más científicos, podríamos decir que vivíamos una crisis orgánica, al estilo gramsciano. El sistema dominante, las clases conservadoras que provenían de la década del ´30 estaban viviendo una profunda crisis que los obligaba a plantearse algo nuevo. Es así como surge esa famosa «revolución» de 1943 y surge Perón que era un desconocido total. El elige para su acción política, porque no lo conocía nadie, el Departamento Nacional del Trabajo, una oficina perdida en medio de la burocracia. La transforma en la Secretaría de Trabajo y Previsión, Perón elige ser el Secretario de Trabajo y Previsión, con un paquete de medidas sociales.
En un momento en que la clase conservadora estaba pasando por un período de profunda crisis, una de las primeras medidas que toma Perón es el Estatuto del Peón, el peón rural, el trabajador rural, el del estanciero, del tabacalero, el de los mineros, no había sindicalización, le pagaban con vales del patrón, es tremendo eso, no tenían posibilidad de nada, el Estatuto del Peón establece una legalidad nueva que obliga a los patrones a remunerar correctamente y legalizar en todo el país a los trabajadores rurales, eso repercute mucho en Salta y Tucumán.
Además establece y logra, porque antes quedaba en el escritorio, el incremento de los salarios, el aguinaldo, la organización de trabajadores de fábrica dentro de la misma, impulsa eso porque su ideal, como dijo una vez: «la cuestión social no se soluciona con represión sino con justicia social» y Perón venía de haber sido miembro de un Ejército que «solucionaba» la cuestión social a través de la represión y el crimen, y sino recordemos lo que fue la Patagonia rebelde, las luchas de los quebrachales en el Chaco, de lo que era la lucha de los trabajadores en todas partes.
Perón era parte de ese aparato represivo pero toma conciencia de que eso ya no va más, que se vive una crisis orgánica del sistema, que el sistema para seguir existiendo tenía que cambiarse a sí mismo en muchos aspectos. Lo que pasa a continuación es la dialéctica que yo quiero mencionar brevemente, la dialéctica del enfrentamiento, el principio de acción y reacción que hay en la sociedad.
¿Qué hizo la Sociedad Rural ante el Estatuto del Peón? Sacó un enorme manifiesto en los diarios importantes, que eran parte del sistema como La Nación, etc., en el cual decían que ese Estatuto atacaba la propiedad privada, la rentabilidad del trabajo rural, ellos defendían la propiedad y la rentabilidad del llamado productor agrario, que eran los grandes terratenientes. Es así como evidentemente empieza a generarse un conflicto interno en las bases sociales del momento.
Lo mismo hace la Unión Industrial Argentina, también protesta, saca una solicitada. Los años 1944/45 en los que suceden estos hechos concatenados unos con otros, son años en los cuales se va generando todo un movimiento interno muy fuerte, empieza a convertirse a Perón en el enemigo número uno de la democracia, era «el enemigo». Se puede decir en forma rápida, que el Peronismo surge del Antiperonismo. Recuerdo que, y lo dice Félix Luna en sus libros, uno salía a la calle y no había peronistas antes de 1945, ni en los domicilios, ni en las Universidades, ni en los medios de prensa, empieza a surgir un ataque a Perón y ése fue el origen del Peronismo, por culpa de la contra.
Esos hechos hay que analizarlos más detenidamente, toda esa secuela de hechos que suceden en los años 1944 y 1945 que dan origen a ese movimiento social que fue el Peronismo. Brevemente creo que es importante detenerse en esos detalles, porque si todavía existen peronistas es porque todavía existen anti peronistas y realmente creo en esas bromas que hacía uno al que le preguntaban si era peronista y respondía: «no, yo no quiero ser peronista, hace tiempo que quiero dejar de ser peronista, pero los gorilas no me dejan». Todo eso forma parte de ese profundo conflicto profundo social de 1944/5 que va a derivar en el movimiento del 17 de octubre, en el subsuelo de la patria sublevada como diría Raúl Scalabrini Ortiz, que todavía persiste, es la lucha de clases que es permanente en la base social argentina, y creo que de eso tenemos que agarrarnos nosotros, más que de los títulos y de los rótulos de peronista o antiperonista, en la base social y construir un proyecto de desarrollo nacional, un proyecto liberador vinculado hoy en día a los proyectos revolucionarios de América Latina, para construir una nueva sociedad.
En el libro algo de eso hay, pero más que referirse al Peronismo que fue, se refiere al que no fue, de todas maneras están presentes los dos, están concatenados, por eso yo, para terminar estas palabras y reiterar el agradecimiento a la presencia de todos ustedes, quiero decirles que es un texto que merece la pena leerse, debatirse y construir a partir de esto un pensamiento que nos ayude a comprender el presente para construir un proyecto de país y de América Latina para el futuro.
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