El matrimonio Kirchner no deja de sorprender -y de dar sus propias batallas- en un clima en el que todos miran a las presidenciales de 2011. Ahora parecen dispuestos a dar la batalla cultural cuando el Senado debe discutir la ley de matrimonio gay que ya se aprobó en Diputados. «Cuando se tiene que presionar, […]
El matrimonio Kirchner no deja de sorprender -y de dar sus propias batallas- en un clima en el que todos miran a las presidenciales de 2011. Ahora parecen dispuestos a dar la batalla cultural cuando el Senado debe discutir la ley de matrimonio gay que ya se aprobó en Diputados.
«Cuando se tiene que presionar, es porque se tienen muy pocos elementos para convencer», lanzó apuntando a la Iglesia el diputado, esposo de la presidenta y candidato para 2011, Néstor Kirchner. Y pidió «dejar atrás definitivamente visiones discriminatorias y oscurantistas». También Cristina salió al ruedo, señaló en medio de los festejos oficiales que «La independencia no es solamente para liberarse del yugo colonial» sino que debe servir para generar mayor igualdad y que la sociedad «entraría en una etapa fea si las mayorías niegan derechos a las minorías».
Los obispos ya hablan de una guerra. El cardenal Jorge Bergoglio dijo que el proyecto de matrimonio entre personas del mismo sexo «es la pretensión destructiva del plan de Dios». La Iglesia prepara movilizaciones y el clima se va pareciendo al de las dos Españas, la liberal y la conservadora. Otro obispo habló de una «guerra cultural contra el sustrato cristiano de nuestro pueblo», y otro más anunció que «el 9 de Julio (día de la independencia) nos encuentra en medio de una guerra».
Esta es la semana clave en la que el Senado deberá enfrentar el proyecto aprobado en Diputados el 6 de mayo, con 126 votos a favor, 109 en contra y 5 abstenciones, y que sustituye el artículo 172 del Código Civil, que quedará redactado de esta forma: «El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo». Católicos y evangélicos saldrán a las calles para tratar de evitar una aprobación que de todos modos será difícil, con todos los bloques divididos por la libertad de conciencia de sus integrantes, aunque en el centroizquierda la adhesión es más contundente. Y la posibilidad de adoptar bebés estará también en el centro del debate.
Aunque menos que antes, la Iglesia sigue siendo influyente. De hecho, la «liberal» Argentina recién tuvo ley de divorcio en 1985. Cuando controlaban el Congreso, los Kirchner no fueron muy entusiastas con el matrimonio gay pero ahora es una de sus banderas para sobrevivir, reforzar su perfil «progresista» e intentar la hazaña de no perder el poder el año próximo.