“Para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su compañero y su hermano.”
Agustín Tosco.
“Ya ve, paisano, yo anido entre pajonales Pase si gusta compartir necesidades vida de pobre de esperanza se sostiene Doblando el lomo pa’ que otro doble los bienes”.
José Larralde.
“Ante la actual calamidad económica que pone en continuo infortunio al pueblo, empuja a que reafirmemos nuestra consigna: Cooperativismo o barbarie” .
J.Y.
Es evidente el enojo social por la creciente precariedad de la vida, sumado a que no se ve algún plan de mejoría económica en el horizonte cercano, en esta situación se hace patente que el paisaje del Día Internacional del trabajador mostró la descapitalización del pueblo y la capitalización de un pequeño sector.
Es interesante rememorar el análisis de Perón en 1954: “Cuando nosotros llegamos al gobierno nos encontramos con una organización de neto corte capitalista en la economía argentina. Una comunidad dentro de la cual se ha capitalizado un cinco o diez por ciento, mientras un noventa o noventa y cinco por ciento está descapitalizado. Es la descapitalización del pueblo y la capitalización de un pequeño sector”.
Es lo que está ocurriendo hoy con la descapitalización del pueblo, es decir, que ningún trabajador pueda ahorrar, se hace por medio de mecanismos que distorsionan la economía a favor de esos sectores privilegiados, mecanismos como la generación de crisis, inflación y dolarización.
Los privilegiados, los expoliadores organizados, no tan sólo ofrecen salarios de miseria que hacen imposible la vida digan, no permiten el ahorro, sino que acorralan por medio de las suba de los precios de los servicios básicos. ¿Esto es el capitalismo reseteado?
Cooperativismo o barbarie.
Estos exámenes de la realidad económica que está distorsionada, evidencian a la pobreza como reflejo social de la decrepitud económica, de la dependencia política que ponen en el tapete que son las decisiones políticas del FMI las que colocan al pueblo en situación de pobreza y que conlleva enojo e irritabilidad social.
¿Cómo no irritarse frente a la realidad de que los sectores políticos enriquecidos descomunalmente se regodean ante la pobreza creciente del pueblo?
Nuestra reflexión en este Día Internacional del Trabajador ante la actual calamidad económica que pone en continuo infortunio al pueblo, empuja a que reafirmemos nuestra consigna: “Cooperativismo o barbarie”.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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