A pesar de la carnereada de la UTA, que generó en el gobierno expectativas de concurrencia a los lugares de trabajo, y de las declaraciones del secretario general del Smata, Pignanelli, advirtiendo «el que para arriesga el trabajo», primó la bronca y el paro fue un éxito. Las primeras horas de la mañana de ayer […]
A pesar de la carnereada de la UTA, que generó en el gobierno expectativas de concurrencia a los lugares de trabajo, y de las declaraciones del secretario general del Smata, Pignanelli, advirtiendo «el que para arriesga el trabajo», primó la bronca y el paro fue un éxito.
Las primeras horas de la mañana de ayer permitieron observar en Buenos Aires colectivos semivacíos y pocos transeúntes en los principales puntos de transporte.
La medida de fuerza había comenzado el día anterior donde a partir del mediodía comenzaron batucadas en las oficinas públicas, confluyendo luego militantes de la CTA-Micheli y organizaciones populares y de izquierda en el Congreso Nacional. «Volvemos a la calle y al paro por el 82% móvil, un aumento salarial acorde al proceso inflacionario y la eliminación del impuesto al trabajo», señalaron.
El pliego de reivindicaciones incluyó también la decisión de ocupar toda fábrica que cierre, la reapertura de paritarias, la derogación de la Ley Antiterrorista y la suspensión del pago e investigación de la deuda externa.
Mientras tanto, la CGT de Moyano y la Azul y Blanca de Luis Barrionuevo establecieron el día siguiente para continuar la jornada de paro nacional.
La situación previa arrojaba indicadores que avalaban las medidas.
Entre marzo y junio 320.000 personas perdieron su puesto de trabajo o pasaron a trabajar menos de 35 horas semanales, pasando el desempleo de 7,2% al 7,5%, aunque los más afectados son los jóvenes de entre 16 y 24 años donde los índices de desempleo se duplican.
Los casos puntuales que alimentan estas cifras son los 1.500 puestos de trabajo perdidos en marroquinería, según denunció la Cámara Industrial de Manufacturas de Cuero. El cierre de la gráfica Donnelley afectando a 400 trabajadores y la situación de Lear donde aún continúan despedidos 60 operarios, entre otros.
En la provincia de San Juan, el cierre de Alicorp (Champú Plusbelle) produjo el despido de 120 trabajadores y otros 20 en Felfort con el argumento de una «baja en la producción por falta de insumos importados».
Esta semana se conoció el acuerdo entre las cuatro fábricas del neumático y el dirigente de la CTA oficialista, Pedro Wasiejko, para suspender 3.700 trabajadores, a los que hay que agregar los 422 trabajadores de Emfer-Tatsa produciendo al 5% de la capacidad de la fábrica, donde avanza un vaciamiento silencioso por parte del grupo Cirigliano.
El paro en el interior
Rosario y su cordón industrial fueron otro de los puntos de alta adhesión al paro. Silvio Acosta, delegado de Acindar en Villa Constitución realizó un resumen del panorama que se está viviendo en la región: «este paro le pega al riñón de un modelo productivo que lo único que hace es generar que los compañeros adentro de las fábricas se rompan los brazos, los hombros, por los ritmos de producción. Un modelo productivo nacional y popular no sé de dónde porque hacemos acuerdos con China y por culpa de esos acuerdos, fábricas como Paraná Metal, que hace los motores para General Motors, hoy están suspendidas y con posibles despidos. Hoy tenemos cerca de 100 frigoríficos cerrados. Tenemos empresas carroceras en la provincia y en todo el país que bajaron su producción».
Jorgelina Signa, concejal de Bermúdez por el Partido Obrero, en declaraciones desde el piquete en el acceso a San Lorenzo señaló «el paro en el cordón industrial de San Lorenzo es total. La adhesión al paro se expresó rápidamente en la simpatía de los obreros a los distintos cortes. Es evidente que hay una gran deliberación en los trabajadores que en numerosas fábricas y gremios, independientemente de la central sindical a la cual pertenecen, hicieron asambleas para votar adherir al paro».
La jornada de lucha en Neuquén arrancó con un piquete obrero en la Ruta 7, en el Parque Industrial, donde se concentraron trabajadores de Papelera Molarsa, el Sindicato Ceramista, docentes, la junta Interna de ATE del hospital Castro Rendón y estudiantes del CEHuma.
A partir de las 10:30 los trabajadores se movilizaron hacia Neuquén Capital donde marcharon por el centro de la ciudad hasta la Casa de Gobierno junto a los trabajadores de ATEN, el SEJUN y la Multisectorial contra el fracking, a un año de la escandalosa votación a favor de Chevron en la Legislatura neuquina.
Un contundente bloqueo mantuvo parado el Parque Industrial de Pilar donde trabajan más de 18 mil personas, en sus casi 200 fábricas en su mayoría multinacionales, garantizando que puedan ejercer su derecho a huelga.
Las comisiones internas y trabajadores de WorldColor, Unilever Planta Knorr y de Procter & Gamble votaron en asamblea adherir al paro a pesar de que sus propias conducciones sindicales no convocaban a la medida por ser oficialistas. Además votaron bloquear los tres accesos principales al Parque Industrial desde las 5 am. Junto a ellos se sumaron obreros de otras fábricas por mejores condiciones laborales, contra los despidos y suspensiones que se vienen sucediendo como en Atanor y la autopartista alemana Kromberg & Schubert que presentó un concurso preventivo de crisis, repitiendo la política de Donnelley.
Balance y perspectivas
En cuanto al balance del paro de hoy, Rubén «Pollo» Sobrero, dirigente ferroviario, lo consideró «un éxito». Además, destacó que «todos los ferrocarriles están parados» gracias a que hubo acuerdo entre los tres gremios. «Ningún ramal está funcionando», al tiempo que dijo ver «muy pocos colectivos y vacíos».
Sobre las razones que motivaron al paro, el gremialista remarcó: «las suspensiones, los despidos sobre todo en las empresas automotrices, alimenticias y mecánicos, la reapertura de las paritarias y también el Impuesto a las Ganancias». En relación a esto último, se quejó porque «el 92 por ciento» de los trabajadores ferroviarios lo pagan: «Nos están eliminando los dos aguinaldos».
«Espero que se tome el tema del impuesto a las ganancias y se abran las paritarias porque la mayoría consiguió un 28% -de aumento- y la inflación está llegando al 40%», dijo Sobrero. Y estimó que «los gremios que peor están son los que apoyan al Gobierno, como los mecánicos, los metalúrgicos, la alimentación y la UTA». Sin embargo, según Sobrero, mientras los dirigentes apoyan al Gobierno, «sus bases son las que están parando».
Ahora habrá que pensar en la inmediata continuidad del plan de lucha ante los oídos sordos del gobierno nacional como lo anticipan las declaraciones de l jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien afirmó que el 75% de los trabajadores «manifestó su voluntad de trabajar hoy, no adhiriendo al paro» convocado por las centrales sindicales opositoras, desconociendo la contundencia de la medida de fuerza.
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