M.H.: Estamos con Vicente Zito Lema, quien estuvo visitando la localidad de Choele Choel en la provincia de Río Negro hace una semana, en relación a la desaparición de Daniel Solano, un joven salteño, obrero de la fruta, trabajador «golondrina», quien habría desaparecido en circunstancias de estar impulsando un reclamo contra las condiciones esclavistas de […]
M.H.: Estamos con Vicente Zito Lema, quien estuvo visitando la localidad de Choele Choel en la provincia de Río Negro hace una semana, en relación a la desaparición de Daniel Solano, un joven salteño, obrero de la fruta, trabajador «golondrina», quien habría desaparecido en circunstancias de estar impulsando un reclamo contra las condiciones esclavistas de la empresa Expofrut.
Vicente, quería saber cuál fue tu actividad en Choele Choel y si ha habido novedades respecto de este caso de desaparición, cuando se han cumplido 3 años el pasado 5 de noviembre.
V.Z.L.: Yo estaba precisamente en esos días en la provincia de Río Negro, aclaro que desde hace unos años, con los compañeros de UNTER, el sindicato de los trabajadores de la educación, estoy recorriendo la provincia de Río Negro, haciendo capacitaciones en derechos humanos. Esta vez me habían invitado a hacerla en Choele Choel. Hace muchos años que trabajo en esta área, como militante de los Derechos Humanos y como intelectual, desde el ámbito del Derecho y la Filosofía y sin negar el Arte, he tomado los Derechos Humanos como un objetivo central de mi trabajo, identificándolos siempre con la justicia y el contenido real de nuestras luchas por cambiar el mundo.
En ese marco llego a Choele Choel y me encuentro otra vez con la misma situación que hace tres años, cuando se había producido la desaparición de este compañero trabajador, de los pueblos originarios, de la comunidad qom, que había venido desde Tartagal, Salta, hasta la provincia de Río Negro, una zona donde los trabajadores «golondrina», como clásicamente se los llama, llegan para hacer el trabajo de recolección de fruta y el empaque, o sea, ponerla en cajones, como es un trabajo temporario y en Río Negro no hay mano de obra en la cantidad necesaria para ese trabajo, vienen de todas partes los trabajadores más humildes para hacer esta tarea y, en general, y esto es histórico, sufren condiciones de explotación que realmente rayan con la esclavitud.
Entonces, fui a dar un seminario teórico sobre Derechos Humanos y me encuentro con el hecho concreto y objetivo de una desaparición, porque este muchacho denuncia, a dos meses de haber llegado, no solo las maneras esclavistas de trabajo, sino una estafa mayor, que a los trabajadores les hacían firmar un recibo por cierta cantidad de dinero y les quitaban la mitad, les hacían firmar falsamente los recibos y con esa excusa luego la empresa no pagaba impuestos, o sea, no solo pagaba un mal salario sino que estafaba al Estado a partir de robarle a los trabajadores. Y para la «desgracia» de la empresa, Daniel Solano sabía leer y escribir, casi una excepción entre los compañeros qom que la mayoría no llega a terminar la escuela primaria. Más allá de las estadísticas, la realidad es que la mayor parte de la comunidad qom no cursa ni siquiera la escuela primaria, entonces este muchacho con más capacidad educativa, se da cuenta de la gran estafa y empieza a denunciarla primero desde lo personal y luego desde lo colectivo, se hace cargo de la denuncia de sus compañeros y esto le ocasiona, como era de imaginarse, aún en estos tiempos, desgraciadamente, la represión.
En concreto la policía de Río Negro que es contratada por la empresa Expofrut para hacer lo que ellos llaman «seguridad interna» y que están adentro de ese gigantesco espacio donde están los árboles, los galpones y la fruta que se recoge y exporta, ahí diariamente una gran cantidad de policía contratada hace ese trabajo de «seguridad». Lo concreto es que lo desaparecen y son tantas las denuncias, los indicios y las pruebas que los policías más ligados al secuestro siguen estando presos, a pesar de toda la presión que hizo la propia empresa, que hizo la organización policial con el apoyo de jueces, con todo, pero es tanta la cantidad de pruebas que al menos la excarcelación no la han logrado y siguen estando presos. En condiciones tan difíciles que 7 policías sigan presos, es un indicio claro de la cantidad de pruebas que ya hay recogidas y que, sin embargo, uno mantiene la sospecha de que la verdad no va a aparecer.
Aún en estos tiempos y desgraciadamente, a pesar de estar viviendo bajo sistemas constitucionales, la violencia institucional casi siempre queda impune. Es la sospecha que queda sobre este caso al que le queda poco tiempo para pasar a una instancia de juicio oral y público. Aunque por otra parte es tanto lo que se pelea, desde los familiares, los apoyos pequeños pero efectivos de la comunidad qom y de militantes de los Derechos Humanos, entre quienes me incluyo, que peleamos y ayudamos al doctor Heredia que es el abogado que lleva el caso.
Podemos decir que quedan esperanzas de un buen juicio, aunque yo por mi edad, experiencia y viendo cómo van las cosas soy, tal vez, el que más sospechas tenga de que esto no va por buen camino.
Mi propia experiencia me dice que si los jueces no trabajan más o no exigen que los que se niegan a declarar lo hagan, si no se investiga a fondo y se quedan en la apariencia de la investigación, va a ser difícil probar el hecho porque el cuerpo no aparece, los testigos uno a uno se van mudando de la zona amenazados por la propia policía, los propios trabajadores qom, que son trabajadores «golondrina», que podían atestiguar, ya los han echado, porque vienen por pocos meses a trabajar y luego la empresa trae otros para que no se solidifique el lazo legal entre el trabajador y la empresa.
Entonces, es muy difícil en estas condiciones, con policías que amenazan, con testigos que se asustan, con otros testigos que se van, que vuelven a su provincia, porque no tienen la posibilidad económica de quedarse, con jueces que en lugar de ahondar la investigación siempre tienen excusas para demorarla, para que todo se vaya perdiendo.
En esas condiciones, vuelvo 3 años después y me encuentro con que voy a dar un seminario de Derechos Humanos y en la plaza de Choele Choel sigue el padre enfermo de Daniel Solano con las hermanitas del secuestrado en la mayor indiferencia. Por suerte ahí también estaba el abogado, entonces pude hacer que a mi clase de Derechos Humanos vinieran los familiares y el abogado, pedir a la gran cantidad de estudiantes que estaban cursando mi seminario que se comprometieran, y puedo decir humildemente que logramos que reverdeciera la lucha por la desaparición, es lo que humildemente puedo hacer y lo hago.
Daniel Solano quizás esté en algún lugar del mismo predio donde nació Rodolfo Walsh
Esto tiene otro aspecto. También en la región de la isla de Choele Choel, pero a 20 km, en la localidad de Fray Luis Beltrán, todos los años, desde hace 10 años se hace el Festival de teatro de la juventud y me habían pedido que fuera presidente honorario, una especie de padrino de los jóvenes, me invitaron, para mi alegría, chicos jóvenes a quienes les interesa mi teatro y mi poesía y al ir ahí también hablé con ellos de esta situación, y todo eso termina en que vienen el intendente, el gobernador, la ministra de cultura y la ministra de educación al cierre del festival.
Ahí aproveché la oportunidad, porque por mi edad, ya cumplí 75 años y tengo cierto prestigio social, se acercan las autoridades porque me quieran o no, no pueden pasar por alto mi presencia. Entonces hablé de esta paradoja, de esta situación, me prometieron que se iban a esforzar, pero también dije que lo más terrible de todo es que el secuestro se hace en Expofrut, y dentro del predio de la empresa está la casa donde nació Rodolfo Walsh que es un símbolo en toda esta localidad, porque son todas pequeñas localidades, Lamarque, donde específicamente estaba la casa de la familia de Walsh, Fray Luis Beltrán, son todas parte de una misma zona que es la isla de Choele Choel.
Entonces, le dije al gobernador, que quería entrar y ver la casa donde había nacido Rodolfo Walsh, porque ese es un derecho que tenemos todos, pero yo además lo reivindico como amigo y compañero de Rodolfo, entonces quería ir a verla por más que la casa esté dentro de la propiedad de una compañía internacional.
No sabían qué decirme, pero la mañana siguiente el gobernador, a quien quiero reconocer, le pidió al intendente que hiciera los trámites, que era justo mi interés y mi pedido y que él además era respetuoso de la memoria de Rodolfo Walsh. También le recordé que otro amigo mío, Osvaldo Bayer, un año atrás, quiso entrar y no lo dejaron, tampoco la dejaron a la hija de Rodolfo, a Patricia, entonces no es un tema del gobierno sino que la empresa dice «acá no entra nadie».
Se ve que hicieron llamados y en concreto debo reconocer que al otro día bien temprano me vino a buscar el intendente, para llevarme al lugar. La empresa había dicho que podía ver la casa, que es una propiedad gigante, que había sido una estancia, y la casa de los padres de Rodolfo estaba ahí porque eran los cuidadores, la palabra precisa es encargado del campo, eso era el papá de Rodolfo.
Y ahí estaba, esa casa humilde pero sólida, con ladrillos en el piso. Yo quería entrar, debo reconocer por un lado mi insistencia y, por otro, a los medios de comunicación les parecía noticia que yo estuviera allí y fueron, todo eso generó una presión, entre el gobernador, el intendente, los medios, y las puertas se abrieron y después de mucho tiempo, alguien como yo, un amigo de Rodolfo, pudo entrar. La casa está casi vacía, pero uno siente esos símbolos, para mí fue muy emocionante.
Me fui de ahí con el recuerdo de la casa de Rodolfo pero también con la tristeza de que en ese mismo lugar, están todavía esas casuchas miserables donde alojan a los compañeros qom que siguen estando ahí, mientras su compañero quizás esté en algún lugar del mismo predio donde nació Rodolfo Walsh, quizás enterrado en alguna parte. Es como que a veces la vida supera la imaginación. Y ahí me tenés contándote esta historia, y ya solo contándolo la melancolía viene a mí, pero la melancolía no supera mi deseo de seguir luchando por los Derechos Humanos y de seguir humildemente aportando a la causa de Daniel Solano, para que haya justicia sobre su desgraciada vida.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.