Hubo elecciones en Salta, Jujuy, Chaco y San Luis, destacando la continuidad del “cambio político” en Argentina, impulsado por el descontento social, económico y político. El proceso electoral da cuenta de la dificultad para identificar las identidades políticas tradicionales, tanto como en las listas electorales y el transfuguismo político, ejemplificado por el caso de Patricia Bullrich. Hay crisis de las identidades tradicionales y la elevada abstención (alrededor del 40%) como un signo de desinterés en la política tradicional. La situación es producto del regresivo impacto económico de largo aliento sobre buena parte de la población empobrecida, en donde subsisten las expectativas en el gobierno de Javier Milei, especialmente en lo relativo a la reducción de la inflación. Claro que, en origen, la inflación inicial fue exacerbada por la devaluación de diciembre de 2023, impactando negativamente en la distribución del ingreso. Esa expectativa se asienta en la política oficial de control salarial y del tipo de cambio para contener la inflación, a pesar de su discurso libertario. Lo concreto es la persistencia del descontento social, la crisis de las identidades políticas tradicionales y los desafíos del gobierno actual para controlar la inflación y mejorar su capacidad de disputa hegemónica para avanzar en profundas y reaccionarias reformas estructurales desde la próxima legislatura nacional a partir de diciembre del 2025.
Descontento como base de los cambios
Existe continuidad de cambio político en la Argentina. Un cambio político que tiene base económica, que está asociado al descontento de largo aliento de la población con lo que pasa en la Argentina con la economía, con la política. Enseña que subsisten búsquedas de rumbos por donde debe transitar la reestructuración de la economía, la política y la sociedad en la Argentina.
Hay que estar muy informado para saber dónde están las identidades tradicionales en las listas que disputaron las elecciones provinciales. Si uno no es salteño, puntano, jujeño o chaqueño, resulta difícil leer quién integra cada una de las coaliciones, incluso cómo esas coaliciones se expresan en los cargos provinciales, en los cargos municipales. Es una lectura difícil para alguien no informado en su provincia.
La pregunta es dónde está lo tradicional, dónde está el radicalismo, dónde está el peronismo, incluso dónde está la derecha, una derecha que se ha hecho competitiva electoralmente en los últimos tiempos, y dónde está la izquierda, también con mucha fragmentación, con nombres distintos en cada una de las provincias.
Un dato relevante es el transfuguismo político. Así como el dato emblemático de estos días fue Patricia Bullrich saltando de presidenta del PRO a afiliada de la Libertad Avanza, resalta como ejemplo de “políticos” que pasan por distintos partidos. Es el caso de muchos de los líderes políticos de estas provincias e incluso de otros distritos que van pasando por distintos partidos políticos.
Son elementos de una crisis política de las identidades tradicionales de la Argentina. Los oficialismos actuales tienen antecedentes en los opositores.
El caso del gobernador de San Luis es en origen del peronismo y los hermanos Rodríguez Saá, y ahora aparece en confrontación. Sáenz, el gobernador salteño, tiene una historia y una tradición en el partido justicialista.
Así podemos seguir mostrando los distintos casos que muestran las dificultades para entender cómo funcionan hoy las identidades políticas y cuáles son las opciones que se le ofrecen a la población.
Todo esto tiene que ver con el descontento social, económico y político, manifiesto en la elevada abstención, promediando el 40% de la población, algo que ya se vio en las elecciones santafesinas para convencionales constituyentes.
Los electos son apenas un poco más del 50% de la población que está en condiciones de votar.
Eso muestra un nivel de desinterés con la política, de crisis con la política tradicional y por lo tanto es un dato relevante del análisis político, no sólo quién ganó, quién salió segundo, cómo quedan configuradas las legislaturas provinciales, sino este nivel de desvinculación de una parte de la sociedad provincial y muy probablemente a nivel nacional con el destino político de organización y reorganización de la sociedad en la Argentina.
Inflación y anclas gubernamentales
Es un descontento que está asociado a la situación económica, en donde incluso hay que señalar que todavía existe una expectativa en lo que puede dar el gobierno del economista Javier Milei, que se ha comprometido y está afirmando su política económica en la reducción de la inflación.
Una inflación agigantada como primera medida del gobierno, con una importante devaluación en diciembre del 2023, que terminó con un registro del 25,5% de inflación para ese mes.
Una parte de esa inflación tiene que ser adjudicada al gobierno anterior, pero el salto, más que duplicar el registro de inflación de noviembre del 23, tiene que ver con la devaluación de Milei, con un impacto en la distribución del ingreso gigantesco, por eso el elevado nivel de empobrecimiento e indigencia en el primer semestre del 2024. Baja la pobreza en el segundo semestre del 2024, asociado a la disminución paulatina de la inflación, que volvió a subir con el registro de marzo del 3,7%. Ahora se espera que el registro de la inflación de abril sea un poco menor, pero mayor de la tendencia declinante de los meses anteriores.
La inflación sigue siendo un problema y por eso el gobierno insiste en planchar el tipo de cambio, el dólar más barato posible, ayudado por préstamos del FMI y recursos que vienen del exterior engrosando la deuda y comprometiendo a futuro las finanzas públicas. Otra ancla es el salario y por eso el gobierno libertario que pregona la libertad controla las paritarias, no avalando negociaciones colectivas que vayan más allá de lo que el gobierno imagina como control salarial para contener la inflación.
Estas elecciones y la que vendrá en la Ciudad de Buenos Aires el próximo domingo 18 de mayo son parte de una crisis política que tiene base económica y un debate en la sociedad de por dónde debe transitar un rumbo de búsqueda de alternativa visible y viable, como gran desafío de la izquierda y el movimiento popular que protagoniza la resistencia a la política de Milei y sus cómplices en el sistema político de la Argentina.
Julio C. Gambina. Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP.
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