La última Encuesta Nacional de Grandes Empresas (ENGE) -que releva a las 500 más grandes de Argentina- detalla que a fines de 2013, 315 eran de capital extranjero (6 de cada 10) y concentraban el 77% de lo producido por todas ellas. Mientras que las utilidades de 421 se incrementaron en el trienio 2011-2013 a razón de 62 millones de pesos por día, por cada millón diario ganado incorporaron tan solo a un trabajador.
Es miércoles [2 de septiembre], durante el acto realizado en el predio de Tecnópolis por el Día de la Industria, la presidenta instó a «seguir» en el camino de la reindustrialización.»Sin industria no hay Nación, no hay país ni hay futuro», dijo en uno de los pasajes de su discurso. «Lo más importante de estos 12 años es el crecimiento industrial en Argentina, que fue posible por un cambio cultural», agregó.
Nos parece interesante poder reflexionar acerca de cuáles son los actores que desarrollan sus actividades empresarias, pensándolos en el escenario del modelo de reindustrialización a la que la presidenta se refirió. Creemos que eso es importante a la hora de pensar en quiénes se depositan las expectativas por el llamado que hizo la primera mandataria para avanzar en la sustitución de importaciones, elevar las inversiones que apuntalen el crecimiento industrial y sustituir las exportaciones con el mercado interno.
Para ello tomamos algunos datos del último informe que, a fines de diciembre, publicó el INDEC de la última Encuesta Nacional de Grandes Empresas (ENGE) con información comparativa de los años 2011, 2012 y 2013.
Esta información se refiere a las 500 empresas que son la «cúpula empresaria del país», tal como expresa el informe. Los datos no incluyen la actividad financiera y agropecuaria.
La encuesta brinda información sobre el origen del capital, el valor de la producción, la utilidad obtenida, los puestos de trabajo contratados y el perfil productivo de estas empresas.
De las 500, la Industria Manufacturera concentra 285 empresas. Dentro de ella, los alimentos y bebidas representan un 19%. El resto se relaciona con las actividades de producción de combustibles, químicos, plásticos, maquinarias, equipos y vehículos y otras industrias.
Completan el conglomerado 112 empresas dedicadas a la construcción, el comercio, el transporte y otros servicios, 41 del sector de Minas y Canteras, 36 de Electricidad, Gas y Agua, Gestión de Residuos, Saneamiento Público, y 28 de Servicios de Información y Comunicaciones.
El informe da cuenta del nivel de extranjerización ya que de las 500 grandes empresas, 315 son de capital extranjero (con más de un 10% de capital extranjero) y 185 de capital nacional (con hasta un 10% de capital extranjero). Estas cifras han variado poco si tomamos el último informe trianual publicado (2007 a 2009). En 2009, las empresas de capital nacional sumaban 176, y 324 eran de capital extranjero (un alta y baja del 5% respectivamente).
De la producción total que realizan las 500 empresas, el 77% provienen de las de capital extranjero y el resto de las de capital nacional. Las extranjeras ganan casi 8 de cada 10 pesos de las utilidades que generan las 500.
También se visualiza el alto nivel de concentración ya que dentro de ese conglomerado de 500, las 4 empresas más grandes (en cuanto a su volumen de producción) concentran el 14% del valor agregado, generan un 16% de las utilidades y apenas emplean un 8,9% de trabajadores asalariados. Por otra parte, las 100 empresas más grandes concentran casi un 68% del valor agregado y se llevan el 80% de las utilidades.
Respecto a las utilidades, 421 empresas de las 500 obtuvieron 168.947 millones de pesos de ganancias en el año 2013. Si supusiéramos que las utilidades fueron iguales para todas ellas, nos daría que cada uno ganó 401 millones de pesos durante el 2013, o sea 1,1 millones de pesos por día, 46.000 pesos por hora.
Estas utilidades se incrementaron entre el 2011 y el 2013 en 45.244 millones de pesos y los nuevos puestos de trabajo creados en esos dos años, según el informe, fueron 43.485. O sea que por cada millón que ganaban, incorporaban un trabajador.
En un reciente artículo publicado por el periódico Acción, la economista Cecilia Garriga daba cuenta sobre la problemática de la fuga de capitales y su relación con las multinacionales. Allí citaba la manipulación de precios que estas empresas realizan cuando operan con sociedades de su mismo grupo en el exterior, sobrevaluando las importaciones para girar mas divisas (los llamados precios de transferencias). Allí, Garriga decía: «Este comportamiento no solo reviste enorme gravedad por la sangría de divisas sino que además impacta negativamente en los procesos de sustitución de importaciones».
En abril de 2013, el entonces vice ministro de Economía Axel Kicillof dijo en un discurso ante el Senado que los activos en el exterior de residentes locales eran de 200.000 millones de dólares y arriesgó a que podían incluso alcanzar el doble de esa cifra. Según el INDEC, a fines de 2014 los activos externos de residentes locales llegaron a 230.000 millones de dólares. Estos activos crecen con la fuga de capitales.
Y la fuga de capitales está ligada íntimamente a las características de la estructura económica y se favorece con la concentración y transnacionalización.
Pensar en un modelo industrial no solo requiere definir cuáles son las actividades en que se debería sustentar para romper con el perfil de la agroindustria, la minería, los automóviles y las construcciones suntuarias. También requiere ver quiénes son hoy y quiénes serán a futuro los actores que lo lleven a cabo y cuál será el papel del Estado y de los trabajadores para definir hasta dónde el «capital» manda.