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Piqueteros y familiares de víctimas de Cromagnon irrumpieron en conferencia de DDHH en Buenos Aires

En agitado encuentro, expusieron el juez español Garzón y el senador Michelini

Fuentes: La República

Piqueteros que pedían libertad de sus presos, y familiares de las víctimas de República Cromagnon interrumpieron el ingreso y el desarrollo del Encuentro y, a la salida, tiraron huevos a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo. En el encuentro también participaron Cristina Fernández de Kirchner, en actividad de campaña […]

Piqueteros que pedían libertad de sus presos, y familiares de las víctimas de República Cromagnon interrumpieron el ingreso y el desarrollo del Encuentro y, a la salida, tiraron huevos a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo.

En el encuentro también participaron Cristina Fernández de Kirchner, en actividad de campaña electoral y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, que fue quien lo convocó.

El juez español Baltasar Garzón fue el centro de la jornada argentina, país que amaneció con amplias entrevistas publicadas en los diarios. El juez se reunió de mañana con el presidente Néstor Kirchner y luego recorrió la Escuela de Mecánica de la Armada, que por orden del Presidente será un Museo de la Memoria.

La recorrida la realizó acompañado por la esposa del presidente, por familiares de las víctimas y ex detenidos en ese centro de torturas y asesinatos.
 
Los tiempos están cambiando

«La presencia aquí del juez Baltasar Garzón es signo y símbolo de que los tiempos están cambiando en la Argentina», dijo la senadora y candidata provincial Cristina Fernández de Kirchner. En un discurso pronunciado en voz muy alta, recordó que «hubo un tiempo en que argentinas y argentinos debieron irse lejos del suelo que los vio nacer para pedir justicia. Y casi como una alegoría acudieron a la madre patria».

Como abogada, Cristina Fernández apoyó la tesis de Garzón de la justicia universal «en este mundo global» y acusó de falsos a los que alegaron el principio de territorialidad.

Eduardo Luis Duhalde abrió el encuentro presentando a los participantes y se felicitó porque en Argentina «hoy comienza a batirse en retirada la impunidad». Estela Barnes de Carlotto reconoció la diferencia en la situación a partir de las últimas resoluciones de la Suprema Corte argentina que derogó las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Pero, dijo, «es una lucha que no terminó, porque todavía falta mucho para que estas palabras (memoria, verdad y justicia) dejen de ser» solo palabras. «Recién ahí podremos estar en paz las Abuelas. Ahora estamos en paz porque estamos haciendo lo que debemos, pero con una herida abierta», dijo. La presidenta de Abuelas llamó a «transformar a este país en un país digno. Digno de nosotros, los argentinos».
 
Protestas

Barnes de Carlotto terminó su intervención haciendo llamados a la unidad, cada vez en voz más alta para hacerse oír sobre las voces de una fila de 22 familiares de víctimas de Cromagnon que la acusaron de traidora y de haber «vendido a sus nietos». Los insultos se deben a que firmó un apoyo al intendente Aníbal Ibarra, acusado de tener responsabilidad en que el local funcionara sin adecuadas normas de seguridad.

El acto comenzó tres cuartos de hora tarde, porque el acceso estaba ocupado por piqueteros del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) que al son del bombo peronista reclamaba por la libertad de los presos políticos, los dirigentes Raúl Castells y Margarita Meira y quince detenidos frente a la Legislatura porteña el 16 de julio de 2004.