Mario Hernandez (MH): Buenos días Julio, estábamos homenajeando al Comandante Hugo Chávez Frías y antes de comenzar con el tema de la entrevista me gustaría que te refirieras a su figura. Julio Gambina (JG): Su fallecimiento era esperable tras una larga dolencia y un tratamiento de hace más de un año. En primer lugar es […]
Mario Hernandez (MH): Buenos días Julio, estábamos homenajeando al Comandante Hugo Chávez Frías y antes de comenzar con el tema de la entrevista me gustaría que te refirieras a su figura.
Julio Gambina (JG): Su fallecimiento era esperable tras una larga dolencia y un tratamiento de hace más de un año. En primer lugar es un gran dolor respecto del ser humano. Un hombre que le cambió la cara a Venezuela y a la política latinoamericana. Encabezó un nuevo ciclo político de la izquierda en nuestro continente.
No hay ninguna duda que la revolución cubana desde el ’59 fue el inicio del socialismo en América Latina y con la llegada de Hugo Chávez al gobierno y, sobre todo, desde fines del 2004, principios del 2005, cuando dijo que no había perspectiva para el capitalismo como mecanismo de solución para los pueblos de América y la cuestión era el socialismo del siglo XXI, lo que suponía una crítica al socialismo del siglo XX y un renacer de la perspectiva socialista, Chávez se transformó en el líder que renovaba la esperanza social en América Latina.
Ahora se inicia una nueva etapa. Hugo Chávez fue hijo del levantamiento popular del Caracazo. Sin él, no hay Hugo Chávez, su liderazgo, sus aportes, su contribución a la causa profunda del cambio en América Latina. Por eso tendrá que ser nuevamente el pueblo venezolano el que retome el rumbo trazado por Hugo Chávez y darle continuidad organizada a la perspectiva de transformación. Aquella semilla sembrada por Chávez tiene que germinar ahora en una nueva etapa, en un nuevo desarrollo. A nosotros nos tocará desde Argentina o cualquier parte que estemos en nuestra América Latina, hacerlo realidad. Tomemos la posta que inicialmente tomó la experiencia cubana y continuó la venezolana con toda su diversidad, problemas y riquezas pero asumiendo el legado de la construcción socialista en América. Ahora tendrá que ser de nuevo creación de los pueblos en su capacidad de construir una nueva sociedad, volver al lema de Mariátegui, ni calco ni copia, es decir, crear para transformar y Hugo Chávez realmente fue un gran creador. Si uno mira su historia, su lugar físico en el Caracazo, no estaba entre quienes se levantaron pero fue cambiando con el tiempo, asumiendo el gobierno de Venezuela con una imagen de gobierno de Tercera Vía, dicho por él mismo y luego fue derivando a una perspectiva socialista. Llegó a la convicción que el capitalismo no tenía soluciones para los pueblos y había que construir el socialismo.
Fue un gran creador y queda ese legado que asume el movimiento popular, hoy con mucho dolor, pero habrá que transformarlo en creación, en creatividad para construir el socialismo en este siglo XXI.
MH: Te agradezco mucho estas palabras y vamos al entrar en el tema por el te convoqué en esta oportunidad.
El miércoles pasado en El Argentino leí una pequeña columna tuya donde al final señalas: «Quizá sea el momento de patear el tablero, no ya solo con declaraciones y amagues, y avanzar, rodeados de la solidaridad regional y global que puede provocar un planteo autónomo con clara señal de apuntar a modificar la arquitectura financiera mundial. Es cierto que Argentina avaló la legislación externa y que a ella se sometió, quizá esperando un fallo «racional» que no obstruya el funcionamiento del sistema financiero y económico del capitalismo en crisis. Puede no existir esa racionalidad, y como en el juego del ajedrez, debe pensarse en las siguientes movidas para intentar desde el Sur el jaque al sistema. Son una realidad las auditorías seguidas de no pago, y el retiro de ámbitos internacionales como el CIADI. ¿Por qué no ensayar medidas compartidas con países que se mostraron audaces a la hora de desmarcarse del sistema de dominación y desde la integración regional materializar un nuevo orden de la economía y finanzas globales?».
Esto que acabo de leer lleva por título «¿Qué hacer ante el fallo estadounidense?» y se refiera a la resolución judicial en ese país en torno al conflicto de Argentina con los fondos «buitres». La postura que asumís me motivó a llamarte. El discurso de Cristina Fernández de Kirchner ante la Asamblea Legislativa el pasado 1º de marzo fue en un sentido diferente. Me interesaría que profundizaras el tema.
La Presidenta va a pagar los bonos
JG: Esa nota está escrita sobre el filo de la reunión que había en Nueva York entre las partes que están discutiendo. Por un lado, los inversores estadounidenses, llamados fondos buitres, a veces se generaliza tanto el término que uno no sabe de lo que está hablando. Son inversores extranjeros que compraron títulos de la deuda externa argentina y pretenden cobrar con la legalidad ofrecida por Argentina, por eso reclaman en Nueva York, porque Argentina cedió soberanía jurídica e incluyó en las cláusulas de la emisión de los títulos que se podía litigar en tribunales extranjeros, en Japón, Europa o EE. UU.
Declaraban los inversores extranjeros, la Argentina y el Banco de New York que actúa para recibir el dinero que paga nuestro país y lo distribuye entre los inversores que entraron al canje de la deuda.
El viernes la Presidenta habló y dijo que va a pagar los bonos a los fondos buitres en vez de patear el tablero que es lo que sugiero en la nota. Fue a contramarcha, dijo vamos a seguir pagando pero no más de lo que se les paga al 93% de los acreedores.
Lo curioso es que esa deuda con el 7% de los bonistas que no entraron al canje, era una deuda inexistente porque la «ley cerrojo» del 2005 decía que quienes no entraban al canje quedaban afuera. En ese momento se canjearon el 80% de los títulos con lo cual creíamos que el 20%, unos U$S 20.000 millones, ya no se debían. ¡Qué curioso!, en 2010, cinco años después, se reabrió la deuda y se reconocieron los U$S 20.000 millones. Ahí se completó el famoso 93%, el 7% que quedó afuera dejaron de ser acreedores, no era registrado como deuda porque se le habían dado dos oportunidades de ingresar al canje y no lo habían hecho. Entonces volvimos a creer que el 7% ya no se debía. De los U$S 100.000 millones en default del 2001, el 7% son unos U$S 7.000 millones. Bueno, ahora nos estamos desayunando que a esos deudores, que la ley argentina dice que ya no lo eran, se les van a ofrecer nuevos bonos porque se puede reabrir el canje o emitir nuevos bonos similares a los que se entregaron en 2005 y 2010.
No se ha pateado el tablero, es al revés, se incrementa la deuda. El famoso desendeudamiento se transformó en pago y más endeudamiento. La Argentina tiene un discurso duro, crítico, contra los llamados fondos buitres, el FMI, el sistema financiero mundial e incluso contra la justicia estadounidense a la cual se la trata de fundamentar un fallo irracional. Por eso en el artículo hablo de la racionalidad porque creo que EE. UU. puede darse el lujo, como justicia del imperialismo que es, de establecer un fallo que parezca irracional porque tienen la suficiente irracionalidad para decir que un fallo contra la Argentina no necesariamente sienta antecedente contra otras renegociaciones de deuda que se puedan hacer con Grecia, España o que incluso pudiera llevar adelante EE. UU. como principal deudor del mundo. El dueño del poder tiene la impunidad para hacer lo que quiera. Puede ser racional o irracional y no generar antecedente en el sistema mundial.
La hipótesis de la Argentina era que no iban a ser tan irracionales de ir contra el capitalismo porque un fallo contra nuestro país iba a impedir que hubiera nuevos procesos de renegociación de la deuda en el plano mundial. Eso es pensar que el capitalismo se maneja con racionalidad. Su racionalidad es la explotación del hombre por el hombre, el traslado de la crisis a los sectores más débiles, sean trabajadores o países y, por lo tanto, EE. UU. puede tener un desarrollo de la justicia del poder que imponga determinadas condiciones que parecen irracionales.
Fijate que el discurso de la Presidenta cayó bien en los mercados.
MH: Es lógico porque afirmó que les va a pagar a todos los acreedores.
JG: Claro. Esos inversores compraron los bonos de la deuda argentina cuando valían menos del 20%, probablemente menos del 15%, en torno del 10%. Tomemos el 20%. Canjean una deuda que tiene un valor nominal de 100 por un bono de 55/60 con una quita del 40/45%. Parece una quita importante pero lo es del valor nominal. En términos de rentabilidad compraste a 20 y te devuelven un bono que vale 45/50/55.
MH: El negocio de tu vida.
Es el momento de patear el tablero
JG: Por supuesto, estás duplicando la inversión, como si alguien realizara un depósito y en cortísimo plazo duplicara o triplicara el capital inicial invertido, con lo cual para el capitalismo especulativo fue un gran negocio.
Ayer YPF ha tomado crédito, ha emitido títulos y la semana pasada cerró una nueva convocatoria para pequeños inversores y ha pagado una tasa del 19%. Cuando la tasa mundial tiene tendencia 0, la principal empresa argentina se endeuda al 19% anual. A la YPF gestionada estatalmente y al Estado y las provincias argentinas que se quieran endeudar el costo de ese crédito es altísimo.
La deuda no es un tema menor par nuestro país por eso en la nota digo que hay que patear el tablero, animarse a ser creativos como lo fue Chávez, su creatividad en los planteamientos políticos que han llevado a modificar, entre otros, el tema de la integración, que era una cosa antes del proceso venezolano y otra después. Hasta la inconclusa idea del Banco del Sur es una iniciativa que se viabiliza porque desde Venezuela se plantea que la región tiene que utilizar sus reservas internacionales con fines de desarrollo propio, autónomo del desarrollo del modelo productivo tradicional que impongan las empresas transnacionales en nuestros países.
Para Argentina, en esta situación de juicio en EE. UU., donde hay fondos especulativos denostados en todo el mundo que nos están demandando, es el momento de patear el tablero pero no se puede hacerlo solos.
Hay que ir a buscar la integración con países que se han animado a hacer «herejías» como Bolivia, Venezuela y Ecuador, que se retiraron del CIADI que es un ámbito del BM que define tribunales que defienden los intereses de las transnacionales contra los países. Argentina es el país más demandado en el CIADI.
Argentina tendría que sumarse a la iniciativa de estos tres países e incluso de Brasil que nunca reconoció al CIADI. Qué mejor que asociados con Brasil, Venezuela, Bolivia y Ecuador digamos nos vamos del CIADI y, al mismo tiempo, sería un intento de cerrar una puerta a las demandas de las transnacionales contra Argentina decir vamos a hacer una Comisión Investigadora como Ecuador, con profesionales locales e internacionales de América Latina y el mundo para ver qué parte de la deuda es legítima y cuál no y en base a eso decidir cuál es la deuda que se debe pagar y cuál no.
Algunos dicen Alfonsín hizo canje de deuda, Menem y De la Rúa también, se han hecho tantos canjes en gobiernos constitucionales que no se puede investigar para atrás. Siempre se puede, nunca es tarde y hoy Argentina podría decir vamos a investigar la deuda y mientras tanto suspendemos los pagos.
A eso llamo yo patear el tablero. Ya tenemos la experiencia del 2001 cuando nos decían Argentina no puede aislarse del mundo. De hecho desde ese año hasta ahora con las tasas de interés que menciono, Argentina está imposibilitada de ingresar al sistema financiero mundial, lo cual no ha sido límite para que pueda desarrollar su proyecto, estés de acuerdo o no. Incluso cuando necesitó financiamiento y no conseguía, hoy todos lo rescatan, Argentina recibió apoyo solidario de Venezuela, a tasas de mercado, porque no tenía porqué regalar su dinero, pero ahí tenés como funciona la solidaridad latinoamericana que actúa con un ida y vuelta donde Argentina y Venezuela podían generar una relación virtuosa donde nuestro país favoreció el desarrollo tecnológico de la industria alimenticia y láctea venezolana a cambio del financiamiento para el rescate de Sancor. Estamos hablando de una intervinculación financiera para el salvataje de una empresa productiva, cooperativa como Sancor pero también del abastecimiento de combustibles.
Así como Argentina tiene ese ejemplo de solidaridad venezolana podría plantear hoy una política pro-activa contra el sistema financiero, en un caso paradigmático como es el intento de cobrar desde fondos especulativos y patear el tablero. Sumarse y potenciar una estrategia de confrontación que a veces hasta está planteada como débil para el conjunto de América Latina porque Bolivia se fue del CIADI en soledad, lo mismo Ecuador. Nuestros países necesitarían estar menos solos y trabajar un poco más en conjunto. Así como Brasil y Argentina le pagaron el mismo día en el 2006 al FMI una cifra gigantesca de U$S 25.000 millones, U$S 15.000 Brasil y U$S 10.000 millones Argentina, en dos días, uno detrás del otro, qué bueno sería que Brasil, Argentina y estos otros países que menciono asumieran una política conjunta y destinaran parte importante de sus reservas internacionales para habilitar el Banco del Sur urgentemente y generar una línea crediticia para un desarrollo productivo alternativo que no se concentre en los negocios del extractivismo que las transnacionales desarrollan en nuestros países.
Existen todas las condiciones y si somos coherentes con el legado de Hugo Chávez hay que ser más creativos, más audaces y cerrarles las puertas a los mecanismos del capitalismo, especialmente aquéllos más groseros que vienen de la mano de la especulación y estos llamados fondos buitres que insistimos, son inversores que en el mercado financiero compran títulos a bajo precio e intentan cobrar lo más que puedan. Como buenos explotadores del sistema capitalista piensan en apropiarse de la riqueza socialmente generada por los trabajadores y los pueblos del mundo.
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